Joan Margarit: Un poeta que trasciende fronteras lingüísticas y culturalesJoan Margarit Consarnau nació en Sanaüja (Lérida, concretgamente en la extremidad norte de la comarca de la Segarra, junto al río Llobregós), en 1938. Pasó su infancia, adolescencia y primera juventud en Barcelona, Rubí, Figueres, Girona y Tenerife. Arquitecto de profesión, fue catedrático de Cálculo de Estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Poeta en catalán y castellano, escribió simultáneamente –que no tradujo: esta cuestión está tratada a fondo en su libro Poética– toda su obra en ambas lenguas. Entre otros muchos galardones, fue Premio Cervantes-2019. A juicio del jurado, “su obra poética de honda transcendencia y lúcido lenguaje siempre innovador, ha enriquecido tanto la lengua española como la lengua catalana, y representa la pluralidad de la cultura peninsular en una dimensión universal de gran maestría”. Falleció en febrero de 2021 en Sant Just Desvern (comarca del Baix Llobregat, en el Área Metropolitana de Barcelona).
Fulgores “Nadie es la patria” J. L. Borges Nada ni nadie es la poesía.
Joan Margarit: Aguafuertes. Sevilla, Editorial Renacimiento, Edición bilingüe catalán- español, con traducción, prólogo y notas a la edición castellana del propio autor.Introducción de Luis García Montero: “La poesía habitable de Joan Margarit”.Entrega del Premio Cervantes a Joan Margarit. https://www.youtube.com/watch?v=jlbhju3vVRs Joan Margarit posee una extraordinaria página web que garantiza la actualidad del legado de su creación poética. Se puede consultar en catalán, castellano e inglés. https://www.joanmargarit.com/es/
En la pestaña “Biobibliografía” figura la relación de los muchos premios y distinciones que ha obtenido, tanto en el ámbito de la literatura catalana como castellana. Y, a continuación se detallan sus obras poéticas en catalán, las antologías personales del propio autor y prosa, así como la obra poética en castellano (ediciones bilingües), las antologías personales del propio autor y prosa, las antologías de Joan Margarit realizadas por otros autores, la obra poética traducida a otros idiomas y las traducciones de otros autores efectuadas por el propio Margarit. https://www.joanmargarit.com/es/
Mucho, pues, donde elegir. Y puestos a recomendar, nos quedamos con Aguafuertes (la edición original es de 1995), obra a la que pertenece el poema que comentamos (“Fulgores”), y que se sustenta en reminiscencias autobiográficas; Joana (Madrid, Editorial Hiperion, 2002), obra dedicada a la memoria de su hija fallecida, y que impresiona por la conmovedora sinceridad con la que al autor eleva una experiencia personal a la categoría de reflexión de carácter universal en torno a la muerte y el amor, en un “dolorido sentir”; Cálculo de estructuras (Madrid, Editorial. Visor, 2005), obra en la que Margarit, que es arquitecto de profesión, demuestra cómo se pueden combinar el rigor técnico y la sensibilidad poética; y, desde luego, Casa de Misericordia (Madrid, Editorial Visor, 2007), una obra transida de profunda emotividad que gira en torno a una temática recurrente en Margarit: la vulnerabilidad humana ante el paso del tiempo y el sufrimiento que ello conlleva, ante el que es necesario encontrar un equilibrio consolador. Con el título Todos los poemas (1975-2017) (Madrid, Austral ediciones, 2020), Margarit recoge una antología de su poesía, solo en castellano, que abarca 42 años, y que es un buen exponente de unos poemas que en general conmueven por la profunda verdad humana que encierran, expresados en un lenguaje claro, directo y sencillo, sin alambicamientos sintácticos ni florituras metafóricas. Quien no haya leído a Margarit, tiene ahora una buena ocasión para hacerlo. Basta entrar en su web. En ella hay varias pestañas de enorme atractivo: * La definición de su poética: https://www.joanmargarit.com/es/poetica/ * Una selección de “Poemas para leer y escuchar”: https://www.joanmargarit.com/es/poemas-para-leer-y-escuchar/ * Los “Libros vivos en castellano”, con poemas seleccionados: https://www.joanmargarit.com/es/category/libros-vivos/en-castellano/ Los “Libros vivos en catalán”, con poemas seleccionasdos https://www.joanmargarit.com/es/category/libros-vivos/en-catalan/
Difícil será que quienes naveguen por estas páginas no sientan la necesidad de tener en las manos una obra completa de Margarit. Sin duda les emocionará la humanidad que reflejan unos poemas, de exquisita perfección técnica, que bien han merecido un Premio Cervantes.
********** 22 versículos heterométricos componen este poema, una reflexión acerca de qué entiende Margarit por poesía; versículos entre las 7 sílabas (el 3) y las 14 (el 8). Y un versículo que se reitera con tenacidad: “Nada ni nadie es la poesía” (1, 9, 14 y 19), porque esta afirmación es la que estructura el poema de arriba abajo. De ahí la importancia que tiene la conjunción “ni” para coordinar de manera aditiva vocablos y frases que denotan negación; una conjunción que se reitera hasta 17 veces (versículos 1, 2, 4, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12 -por partida doble-, 13, 14, 15, 16, 18 y 19). Los versículos van fluyendo a ritmo pausado, favorecido por la puntuación y por la ubicación de dicha conjunción en posición anafórica; una esticomitia que solo cede ante los encabalgamientos de los versículos 2-3 (encabalgamiento oracional antecedente-relativo: “una roca / que mira”), 3-4 (encabalgamiento nombre-complemento nominal: “embates / del mar”), 4-5 (encabalgamiento oracional antecedente [adjetivo sustantivado]-relativo: “lo único / que ha perdurado”), 17-18 (encabalgamiento oracional antecedente-relativo: “la niebla / donde siempre”) y 20-23 (encabalgamiento oracional antecedente-relativo: “este monstruo / que acecha”). En cualquier caso, el poema tiene dos partes bien diferenciadas: los versículos 1 a 19 (la poesía no es algo externo referido a la descripción de personajes integrados en los más variados paisajes, ni de fenómenos naturales; y tampoco la intertextualidad con simbolismos literarios reconocibles en ciertas obras y autores); y los versículos 20-22 (la poesía es una vivencia interna a la que el poeta se agarra para sobrellevar los conflictos personales). Y esta segunda parte va introducida por la conjunción adversativa “pero” , que sirve para establecer la correspondiente contraposición entre ambas partes del poema. Y lo realmente importante son estos versículos finales, donde la poesía es algo así como la “tabla de salvación” del poeta, frente al “monstruo / que acecha en mi interior” (una alusión metafórica a desequilibrios anímicos); frente a la “bestia que me hace compañía” (de nuevo una metáfora que agudiza aún más el dislocado mundo interior). Las palabras “monstruo/bestia”, con su poder de agresión, se contraponen así a los efectos catárticos de la poesía, tal como la entiende Margarit. Y ahora alcanza pleno significado el versículo “Nada ni nadie es la poesía”. Revisemos ahora lo que “no es la poesía”, para Margarit. “No es la poesía” la típica escena romántica del personaje ante las fuerzas de la naturaleza; por ejemplo, su contemplación del batir de las olas sobre un acantilado (versículos 2-4); como tampoco lo es el mismo mar, tan glosado por la mitología (versículos 4-5: piénsese, por ejemplo en Poesidón, el dios griego de los mares, que se representa con un tridente para simbolizar su poder sobre las aguas). Y a continuación inicia Margarit una clara alusión, teñida de matices irónicos, a grandes poetas, como Gustavo Adolfo Bécquer o como Pablo Neruda; o a temas típicamente poéticos, como la descripción de crepúsculos o el prestigio literario del que goza la rosa (versículos 6-8). Al decir “Poesía no eres tú”, hay una negación explícita de lo que afirma Bécquer en su Rima XXI: “[…] ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? / Poesía... eres tú”. También es clara la alusión a un poema de Neruda, incluido en Veinte poemas de amor y una canción desesperada, cuando dice que no es la poesía: “ni haber escrito el verso más triste alguna noche” (este es el versículo inicial del poema 20: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”). Tampoco es la poesía para Margarit “Ni los crepúsculos, / ni el inútil prestigio de la rosa”. Podríamos nosotros atrevernos a traer a colación aquí los muchos crepúsculos vespertinos contemplados por Juan Ramón Jiménez, que conferían al paisaje un halo de trascendencia capaz de trasladar al ánimo del poeta un clima de sosiego (por ejemplo, el texto “El loco”, de Platero y yo); o aquellos versos de Quevedo sobre el tema del carpe diem referidos a la rosa: “la ostentación lozana de la rosa, / deidad del campo, estrella del cercado” (del soneto “Con ejemplos muestra a Flora la brevedad de la hermosura para no malograrla”). Y Margarit sigue afirmando, tras el versículo que se erige en el leitmotiv del poema, lo que no es -para él- la poesía: “Ni el ínfimo temblor de las estrellas, / ni mármol y ceniza, reunidos por los clásicos, / ni los muelles al alba, ni la hojarasca al viento” (versículos 10-12, recopilación de tópicos literarios que no requieren ejemplificación); “ni escuchar la canción “Les feuilles mortes” (versículo 13) [Es esta una canción compuesta por Joseph Kosma en 1945, con letra original de Jacques Prévert en francés. Podemos escucharla en el siguiente enlace, con letra en francés y español incluida en el vídeo, y algunas explicaciones relativas al éxito obtenido por esta composición: https://www.youtube.com/watch?v=HwfaNn5-3Cw]. Encuadrado entre la reiteración del versículo “Nada ni nadie es la poesía” (14 y 19) es el turno ahora de Rilke, de Mayakovsky e incluso de la célebre canción Lili Marlene que, durante la Segunda Guerra Mundial, alegraba a los soldados de ambos bandos. Afrontemos, pues, el contenido de estos versículos. “Ni las cartas de Rilke” (versículo 15): se refiere Margarit a la obra de Rainer María Rilke Cartas a un joven poeta (Leipzig, 1929), una colección de 10 cartas, escritas en alemán entre 1903 y 1908, en la que el poeta austriaco ofrece consejos, en forma de entrañable reflexión, a un joven que aspira a convertirse en escritor, y que es aplicable a cuantos quieran adentrarse en el mundo de la poesía y de la expresión artística en general. Las 10 cartas pueden leerse en el siguiente enlace: https://ciudadseva.com/texto/cartas-a-un-joven-poeta/ En el versículo 16, Margarit alude a un poema del escritor ruso Vladimir Mayakovsky (1893-1930) titulado “La flauta espinazo” y, en concreto, a estos versos: “Pienso más y más / si no sería mejor poner / punto con bala a mi fin. / Hoy, / por si acaso, / doy un concierto de despedida”. En este enlace se reproduce el poema completo: https://ciudadseva.com/texto/la-flauta-espinazo/ En cuanto a la referencia a Lili Marlene (versículos 17-18), se trata de una canción de amor alemana popularizada en la segunda Guerra Mundial, tanto entre las tropas del Eje como de los Aliados. Aunque son muchas las versiones, quizá la más célebre sea la interpretada por Marlene Dietrich, que podemos escuchar en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=q5-fEzVTCxE Y llegamos así a los tres versículos finales (20-22), en los que Margarit. tras repetir por cuarta vez el versículo “Nada ni nadie es la poesía (19), expresa la capacidad de consuelo que tiene en la lucha contra la adversidad y contra lo que podríamos llamar “los demonios interiores”: “pero en ella me salvo de este monstruo / que acecha en mi interior, / esa bestia que me hace compañía”. Y una última precisión: el acápite de Jorge Luis Borges (“Nadie es la patria”) es el verso con el que arranca la “Oda escrita en 1966” para celebrar el sesquicentenario de la Revolución de Mayo de 1810 que supuso la instauración del primer Gobierno Patrio de Argentina. Puede leerse en este enlace: https://www.casi.com.ar/sites/default/files/Oda%20J%20L%20Borges%201966.pdf
********** Creemos que resulta interesante reproducir, junto al poema de Margarit, el del poeta de origen gallego Miguel d’Ors, titulado “Quizá en esto consiste la poesía”·, incluido en el poemario Viaje de invierno (Sevilla, Editorial Renacimiento, 2021). y cuyo primer versículo ya contiene su concepción de lo que puede ser la poesía: “Unas pocas palabras que puedan más que el tiempo”; porque la poesía, como manifestación artística, es capaz de revitalizar lo aparentemente finiquitado, y de ahí su capacidad salvadora. Este es el breve -pero intenso- poema, cargado de resonancias bíblicas, pero también de referencias a la la prosaica realidad diaria:
Quizá en esto consiste la poesía
Unas pocas palabras que puedan más que el tiempo. Quizá en eso consiste la Poesía. Unas pocas palabras que saquen de la muerte, como Jesús a Lázaro, las horas ya vividas. Que traigan, por ejemplo, a este ahora a los abuelos con el «León» y las vacas -«Roxa», «Morena» y «Linda» -; que yo vuelva a subir, con la escopeta al hombro, Monte da Arcela arriba y que aquellos veranos que duraban dos meses duren toda una vida.
Detrás de las palabras. 50 poemas comentados [de Joan Margarit]. Madrid, Visor, 2020. (Visor de Poesía, 1107). Antonio Lafarque y José Andújar Almansa, editores literarios. [Cada uno de los poemas recogidos en esta selección viene acompañado de un comentario a cargo de reconocidos poetas, novelistas, críticos literarios y personalidades del ámbito de la cultura que aportan su admiración, sensibilidad e inteligencia para ofrecer una enriquecedora visión de conjunto. A ello se unen dos ensayos por parte de los editores del volumen, que reflexionan acerca de un estilo poético que oscila siempre entre el principio de la realidad y el principio del arte]. Puedes comprar sus libros en:
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