11 de noviembre, Día de las libreríasComo cada 11 de noviembre, celebramos hoy el Día de las librerías; un buen pretexto para introducirnos en la biografía de Gloria Fuertes, versificada por ella misma.
De ella nos hemos ocupado ya en dos artículos publicados en esta misma revista digital, en la sección “El rincón de la poesía”. El primero de ellos, con el título “El niño somalí” (Dedicado a los mayores)” se publicó el 3 de septiembre de 2025, y puede accederse a él en el siguiente enlace: El segundo lleva por título “Gloria Fuertes y su poesía social: la voz del labrador en Labrador, publicado el 21 de octubre de 2025, y al que se accede en este otro enlace:
Nota biográfica
Gloria Fuertes nació en Madrid a los dos días de edad, pues fue muy laborioso el parto de mi madre que si se descuida muere por vivirme. A los tres años ya sabía leer 5 y a los seis ya sabía mis labores. Yo era buena y delgada, alta y algo enferma. A los nueve años me pilló un carro y a los catorce me pilló la guerra; 10 A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta /me hacía. Aprendí a regatear en las tiendas y a ir a los pueblos por zanahorias. Por entonces empecé con los amores, -no digo nombres-, 15 gracias a eso, pude sobrellevar mi juventud de barrio. Quise ir a la guerra, para pararla, pero me detuvieron a mitad del camino. Luego me salió una oficina, 20 donde trabajo como si fuera tonta, -pero Dios y el botones saben que no lo soy-. Escribo por las noches y voy al campo mucho. Todos los míos han muerto hace años 25 y estoy más sola que yo misma. He publicado versos en todos los calendarios, escribo en un periódico de niños, y quiero comprarme a plazos una flor natural como las que le dan a Pemán algunas veces. 30
Gloria: Obras incompletas. Madrid, 2011. EdicionesCátedra. Colección Letras Hispánicas, núm. 32.
Sofia Di Leonardo: “Gloria Fuertes. Los juegos polisémicos del nombre propio”. RECIAL. Revista del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Área Letras, volumen 6, núm. 7. 2025. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5215377 Leuci, Verónica: “Voces e historias en la escena poética de Gloria Fuertes”. CELEHIS-Revista del Centro de Letras Hispanoamericanas. Año 22, núm. 26. Mar del Plata (Argentina), 2013, págs. 183-202. https://core.ac.uk/download/pdf/52476928.pdf
Podemos complementar este poema con el titulado “Autobío”, incluido en Historia de Gloria (Amor, humor y desamor). (Madrid, Ediciones Cátedra, 1983, 2011. Colección Letras Hispánicas, núm. 131): “Nací a muy temprana edad. / Dejé de ser analfabeta a los tres años, / virgen a los dieciocho, / mártir, a los cincuenta. // Aprendí a montar en bicicleta, / cuando no me llegaban / los pies a los pedales, / a besar, cuando no me llegaban lo pechos a la boca. / Muy pronto conseguí la madurez. // En el colegio, / la primera en urbanidad. / Historia Sagrada y Declamación. / Ni Álgebra ni la sor Maripili me iban. / Me echaron. // Nací sin una pesetas. Ahora, / después de cincuenta años de trabajar, / tengo dos”.
Autobio. https://www.poesi.as/gf80064b.htm En el programa de Canal Sur Televisión “Sapore di sale”, emitido el 5-IX-1993, Domi del Postigo entrevista a Gloria Fuertes. Al final de la entrevista, la propia escritora recita su poema: https://www.youtube.com/watch?v=iMiUnvQ7Fug
Documentos RNE. Gloria Fuertes: Me gusta escribir tu nombre. https://www.rtve.es/play/audios/documentos-rne/documentos-rne-gloria-fuertes-gusta-escribir-tu-nombre-26-07-18/4068218/
RTVE. Autobiografía: Glorias Fuertes (La mitad invisible) (2012). https://www.youtube.com/watch?v=l6mvunndkZY El poema “Nota biográfica” está compuesto por 30 versículos, heterométricos y sin rima. Aparentemente podría parecer que nos encontramos ante un texto escrito en prosa; pero no es así, porque estos versículos tienen su ritmo. Cierto es que no existe regularidad silábica, pues los versículos oscilan entre las 20 sílabas el más largo (versículo 11) y cinco sílabas el más corto (versículo 15). En efecto, esta es la organización del poema según el número de sílabas de los versículos, con ciertas peculiaridades rítmicas que conviene destacar:
Versículo de 5 sílabas: 15 (“-no digo nombres-”). Versículo de 6 sílabas: 8 (“alta y algo enferma”). Versículos de 7 sílabas: 7 (“Yo era buena y delgada”), 17 (“mi juventud de barrio”), 23 (“Escribo por las noches”), 24 (“y voy al campo mucho”). Versículo de 8 sílabas: 2 (“a los dos días de edad”; oxítono). Versículos de 9 sílabas: 1 (“Gloria Fuertes nació en Madrid”; oxítono), 20 (“Luego me salió una oficina”), 26 (“y estoy más sola que yo misma”). Versículos de 10 sílabas: 9 (“A los nueve años me pilló un carro”; pausa interna: 5+5), 25 (“Todos los míos han muerto hace años”). Versículos de 11 sílabas, siete en total (21 %): 6 (endecasílabo melódico con acentos en las sílabas 3.ª, 6.ª y 10.ª: “y a los séis ya sabía mis labóres”), 10 (endecasílabo sáfico, con acentos en las sílabas 4.ª, 8,ª y 10.ª: “y a los catórce me pilló la guérra”), 12 (“Aprendí a regatear en las tiendas”), 13 (“y a ir a los pueblos por zanahorias”), 16 (“gracias a eso, pude sobrellevar”; oxítono), 18 (“Quise ir a la guerra para pararla”), 28 (endecasílabo heroico con acentos en las sílabas 2.ª, 6.ª y 10.ª.: “Escribo en un periódico de niños”. Versículos de doce sílabas: 4 (“que si se descuida muere por vivirme”; 6+6), 14 (“Por entonces empecé con los amores”), 21 (“donde trabajo como si fuera tonta”). Versículos de 14 sílabas si se tiene en cuenta la cesura central 7+7: 3 “Pues fue tan laborioso // el parto de mi madre”), 19 (“pero me detuvieron // a mitad del camino”) 22 (“pero Dios y el botones // saben que no lo soy”; oxítono), 30 (“como las que le dan // a Pemán algunas veces”). Versículo de 20 sílabas (10+10): 11 (“A los quince se murió mi madre, // se fue cuando más falta me hacía”).
Esta versificación produce un ritmo grato al oído, al que contribuyen las pausas versales (solo hay dos encabalgamientos oracionales, entre los versos 3-4 -“pues fue muy laborioso el parto de mi madre / que si se descuida muere por vivirme”-; y 20-21 -“Luego me salió una oficina, / donde trabajo como si fuera tonta”-); y alguna rima asonante desperdigada por aquí y por allá: /é-a/ “enferma/guerra/tiendas” (versículos 8, 10, 12); /ó-e/ (“amores/nombres/noches”); /í-o/ “camino/niños” (versículos 19, 28); y, en todo caso -pese a su lejanía- /á-o/ “años/calendarios” (versículos 19-28). E incluso podríamos descubrir alguna asonancia interna (por ejemplo, /ó-e/ en el versículo 14: “Por entonces empecé con los amores”. Y sin salir del plano fónico, encontramos la aliteración de la consonante “d” en el versículo 2 (“a los dos días de edad”), así como el “juego” de palabras aguas consecutivas en el versículo 30: “como las que le dan a Pemán algunas veces”. Podríamos destacar también la presencia de determinadas palabras a final de versículo: es el caso de las palabras “carro/guerra” (versículos 9-10, con erre vibrante múltiple representada por el dígrafo rr), y de las palabras “noches/mucho” (versículos 23-24, con la consonante palatal africada representada por el dígrafo ch). Este tratamiento del “material fónico” entra de lleno dentro del principio de recurrencia, que es esencial en la función poética de la lengua.
[El lector es incapaz de discernir cuanto hay de ficcional y de real, por lo se origina un “pacto ficcional”, sin excluir el autobiográfico, como consecuencia de la identidad de la autora y el personaje, así como por datos extratextuales: “La autoficción permite escenificar en el mismo texto la tensión entre ambas estrategias narrativas, sin cuyas diferencias propuestas no tendría ningún sentido jugar con las expectativas de los lectores: los juegos acerca de la individualidad y del nombre propio, la simulación o la autenticidad de los datos, son los espacios creativos propicios a las autoficciones.” (Cf. Alberca Serrano, Manuel: El pacto ambiguo. De la novela autobiográfica a la autoficción. Madrid, Biblioteca Nueva, 2007: pág. 49]. En el primer versículo se presenta con su nombre y primer apellido (el segundo es García, el más frecuente en España), e indica el espacio geográfico de su nacimiento (añadamos que fue en el popular barrio madrileño de Lavapiés, el 18 de julio de 1917); un nacimiento complejo, pues el parto, que duró dos días, casi le cuesta la vida a su madre, según confiesa en los versículos 3-4: “pues fue muy laborioso el parto de mi madre / que si se descuida muere por vivirme”, y para expresar esta dramática situación, afirma que “nació […] a los dos días de edad”, en alusión a la duración del parto. En estos cuatro primeros versículos se produce una curiosa ruptura del sistema gramatical. En el primer versículo parece que el “relato poético” lo va a efectuar una voz en tercera persona, pero en los versículos tercero y cuarto se observa la presencia de la primera persona, ya mediante el determinante posesivo (“mi madre”), ya mediante el pronombre personal átono en posición enclítica, unido a un infinitivo: (“vivirme”). El hipérbaton del versículo tercero, iniciado por las conjunción “pues” con valor causal (“pues fue muy laborioso el parto de mi madre”, en lugar de “pues el parto de mi madre fue muy laborioso”) se justifica precisamente porque se antepone la idea de la laboriosidad de un parto penoso (el adjetivo va precedido del adverbio “muy” con valor intensificador de superlativo: “laboriosísimo”)”; y la confrontación “muere [ella] por vivirme [a mí] adquiere una enorme expresividad, dada además lo inusual de la construcción “vivirme”. Además, el encabalgamiento de los versículos 3-4 conforman un encabalgamiento de tipo oracional, introducido por el pronombre relativo “que”, evitándose, así la pausa al final del versículo 3 y conformando un único periodo sintáctico. Dada precisamente la simplicidad sintáctica del texto, es en este versículo cuatro donde se acumula cierta complejidad (la proposición adjetiva introduce un periodo condicional en el que la apódosis tiene valor final: “si se descuida, muere para vivirme”). “A los tres años ya sabía leer / y a los seis ya sabía mis labores.” (versículos 5-6)]. Conviene recordar que con solo cinco años, Gloria Fuertes escribía y dibujaba sus propios cuentos, si bien no contó con el menor apoyo familiar que le estimulara en su vocación literaria [La propia Gloria Fuertes escribe al respecto: “Cuando mi madre me veía con un libro, me pegaba. Nadie de mi familia me dijo nunca "escribe, hija, escribe, que lo haces bien...". Nadie. No tengo nada que agradecer a mi familia. Pero cuando se quiere una cosa, aunque tu familia no te ayude, se consigue. Si vales de verdad y quieres algo con todas tus ganas, sales adelante seguro”]. El paso de los años (de tres a seis) y las actividades propias de la edad se refuerzan, en construcción bimembre, con el adverbio “ya” -que remite a un tiempo pasado- antecediendo al imperfectivo “sabía”. “Yo era buena y delgada, / alta y algo enferma” (versículos 7-8. Con cuatro adjetivos resume Gloria Fuertes aspecto físico por aquel entonces, así como algunos rasgas de su personalidad, como son la bondad -que siempre la acompañó- y su carácter enfermizo. Es una claro paralelismo, a base de parejas de adjetivos unidos por coordinación copulativa, como atributos. [Que Gloria Fuertes estuvo acostumbrada a convivir con el dolor nos lo confiesa en poemas como este: AL DOLOR NO LE HUYAS. No le huyas, / se pone más furioso. // Entrégate al dolor hasta que se harte. / Concéntrate en él / y en el que todo nada dura; / y no hagas aspavientos. // Así el dolor se enfriará asqueado / ante tu indiferente misticismo. (De Sola en la sala -libro incluido en Obras incompletas-, op. cit.]. “A los nueve años me pilló un carro / y a los catorce me pilló la guerra” (versículos 9-10). Nueva construcción paralelística, en la que la expresión de la edad se antepone a la acción verbal que, a su vez, y mediante hipérbaton, precede a los sujetos:
A [A1] los [B1] nueve [C1] años [D1] me [E1] pilló [F1] un [G1] carro [H1] y [eje copulativo] a [A2] los [B2] catorce [C2] [años, D2] me [E2] pilló [F2] la [G2] guerra [H2].
El verbo “pillar” aporta el significado de “sobrevenirle a alguien algo por sorpresa, cogiéndolo desprevenido; y su reiteración aporta un cierto valor enfático. El tema de la Guerra Civil Española reaparece en los versículos 18-19, pero ahora la poeta adopta abiertamente una posición pacifista: “Quise ir a la guerra, para pararla, / pero me detuvieron a mitad del camino”. El versículo 11 es el que tiene el mayor número de sílabas (20 en total:): “A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía”; porque la poeta quiere, rompiendo la mayor o menos homogeneidad del poema en cuanto a su heterometría, prestar atención a un hecho que resultó traumático para ella: a temprana edad supo lo que significaba perder a su madre. Quizá la aliteración de nasales, presumiblemente no buscada, tiña de cierta resonancia fúnebre el el contenido semántico del versículo. “Aprendí a regatear en las tiendas / y a ir a los pueblos por zanahorias” (versículos 12 y 13, dos endecasílabos meramente anecdóticos que pueden poner de manifiesto penurias económicas, pues su origen familiar era muy modesto: discute precios en puestos de venta (el verbo “regatear” contiene el sufijo -ear, que adopta una significación frecuentativa), y sale al campo en busca de productos hortofrutícolas). Y de nuevo encontramos en el versículo 12 una aliteración, en esta caso de dentales: “Aprendí a regatear en las tiendas”. “Por entonces empecé con los amores, / -no digo nombres-, / gracias a eso, pude sobrellevar / mi juventud de barrio” (versículos 14-17). Con más de cincuenta años a sus espaldas, decía Gloria Fuertes: “En el amor tiene que haber humor, y en el humor, amor. No sé cómo se puede vivir sin amor”. Lo cierto es que Gloria Fuertes no dice nombres de amores de aquella época. Sabemos que, comenzada la Guerra Civil, Gloria Fuertes tuvo dos amores. Su primer novio, Manuel Rodríguez -Manolo-, fue un obrero militante de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) -rama de la Confederación Nacional del Trabajo-, que se fue voluntario a la guerra -en aviación- y no volvió (“Mi primer amor era un obrero. / Me hubiera casado con él, / pero le dieron por desaparecido en el treinta y seis” [a]. Y el segundo, el dibujante y poeta Eugenio Rosado Rivas (“Me influyó mucho, era súper culto”), que murió en la cárcel fusilado por los milicianos. Alguna relación sentimental debió de tener con el teórico del Postismo [el “ismo” que viene después de todos los “ismos”], Carlos Edmundo Ory, allá por 1944, a juzgar por el soneto que, como dedicatoria, figura en su primer libro de poemas, Isla ignorada, escrito cuando tenía apenas 17 años y publicado en 1950, cuando la poeta tiene 33 [b]. Aunque con el paso del tiempo, su auténtico amor fue una mujer, la hispanista Phyllis Turnbull, con la que mantuvo una relación de 15 años, y que terminó en 1970, un año antes de la muerte de la norteamericana, que la dejó “devastada”) [c] [a] Este tautograma -no solo todos los versículos empiezan por la misma letra, sino todas las palabras-: la eme-, se titula “Carta de la eme”, y en él se habla de su primer amor, el obrero Manolo Rodríguez. En realidad, el poema carece de sentido, y su valor estético se basa en la sonoridad y en el poder evocador de las palabras. Lo transcribimos a continuación: CARTA DE LA EME. Manolo mío: / Mi madrileño marchoso, / maduro melocotón maleable, / macedonia mascaré mañana, / mortadela moscatel mío. / Madrugaré maestro / -me manipulas-. / Manolo, macho mío, / mándote majuelas, magnolias, / maíz, mijo, / -me matas, majo-. / Mi madre, me maravilla / masculla melosa: Manolo, Manolo… / Mágico malestar me maltrata / madreperlo mío, / mi manera machacona, / mi matriz maternal me manda / mantener maceta menta. / Majo mío, mujeriego multado / máscate mi murria. / Mersi, merecido mechón me mandas, / medito, meo. / Meandro mío / mi medieva mejilla manifiesta miente mi mente / milenarios milagros, / mi mimosa mímica / mima mi mística misión. / Mirlo mío, mozo molletudo / mófate modorro / mi monólogo monserga muere / mi murga mutilada / mi macarrónica misiva muéstrate mi macilenta marcha. / Mosqueo. / Mándame música, muslo / mío. Más música. / Muchas marmitas. / María Morena. [b] ¡OH NUEVO AMOR! ¡Oh nuevo amor! -de siempre yo quisiera- / brotaste en primavera dulce tarde; / ya ha llegado tu alma hasta mi carne, / ya te amo y te espero en mi quimera. // ¡Te quiero aunque la vida no lo quiera! / -Las flores de tus manos necesito-. / Tu voz de mi dolor apaga el grito; / te espero aunque ya tienes quien te espera. // Tú has deshecho mi soledad entera, / algo exhala de ti que yo preciso, / sin temer a la sombra que me hiera. // Mi cuerpo ya me sigue tan sumiso, / mi alma está segura y va ligera / a encontrar en tu voz el paraíso. [De este excelente soneto, obviamente descontextualizado, se ha hecho célebre el verso “¡Te quiero aunque la vida no lo quiera!”, tantas veces reproducido]. [c] En el poema titulado “Querer”, incluido en Historia de Gloria (Amor, humor y desamor), ka poeta recuerda apasionadamente a Phyllis Turnbull: QUERER. Quererte como nadie se imagina / es la única enfermedad que he tenido / desde que pasé la tos ferina. / Quererte es incurable / (o quiero que lo sea)… Conviene aclarar que las tendencias lesbianas de Gloria Fuertes no surgen hasta su edad madura. Rondaba los 40 años cuando conoció a Phyllis Turnbull, la mujer que -insistimos en ello- sería el gran amor de su vida. “Luego me salió una oficina, / donde trabajo como si fuera tonta, / -pero Dios y el botones saben que no lo soy-” (versículos 20-22). Durante más de 20 años, hasta casi la década de los 60, Gloria Fuertes compaginó su monótono trabajo de oficina -“las horribles oficinas”, que no eran lo suyo- con el de escritora en diferentes revistas infantiles y juveniles, además de estrenar algunas obras de teatro y publicar distintos libros de cuentos destinados al público infantil. No parece que Gloria Fuertes guarde buenos recuerdos de su trabajo como secretaria en una oficina, “donde trabajaba como una tonta” (entre los versículos 20 y 21 se produce un encabalgamiento oracional que introduce el adverbio relativo “donde”); perro nada tiene de tonta (versículo 22), y lo saben desde el mismo Dios hasta el botones (quizá el recurrir al botones como testigo de su laboriosidad pudiera venir motivado por el hecho de que padre fue portero). “Escribo por las noches / y voy al campo mucho” (versículos 23-24). Escritora nocturna y amante de la naturaleza cuando el ecologismo no estaba de moda. Pero lo que sí que está claro es su credo estético, puesto en tres versos: “Escribo como escribo, / a veces deliberadamente mal, / para que os llegue bien”. [En Historia de Gloria (Amor, humor y desamor” encontramos este poema: ESCRIBO. Escribo sin modelo / a lo que salga, / escribo de memoria / de repente, / escribo sobre mí, / sobre la gente, / como un trágico juego / sin cartas solitario, / barajo los colores, / los amores, / las urbanas personas / las violentas palabras / y en vez de echarme al odio / o a la calle, / escribo a lo que salga]. “Todos los míos han muerto hace años / y estoy más sola que yo misma” (versículos 25-26). No le falta razón a Gloria Fuertes: su madre muere en 1934; en la Guerra Civil mueren quienes fueron sus dos primeras relaciones amorosas; en 1971 muere su amiga y compañera Phillys Turnbull… Y la situación de soledad en la que se encuentra queda bien resumida en este breve poema, incluido en Historia de Gloria (Amor, humor y desamor): “En las noches claras, / resuelvo el problema de la soledad del ser. / Invito a la luna y con mi sombra somos tres”. [No se puede pedir mayor sencillez para aludir al drama de la soledad: la poeta busca consuelo en la luna y su reflejo “agranda” la sombra de su persona, que la ligera aliteración de la /s/ en el verso 3 hace más intensa (“con mi sombra somos tres”). Y ya son tres los personajes que “conviven”. Y no podía faltar el ritmo, en este caso hexasilábico: porque al hexasílabo inicial siguen dos versos alejandrinos agudos con rima asonante, y cuyos hemistiquios presentan la distribución silábica de 6+(7+1)]. “He publicado versos en todos los calendarios, / escribo en un periódico de niños” (versículos 27-28). La escritora se refiere a sus colaboraciones con cuentos, historietas y poesías para niños, entre 1040 y 1954, en la revista infantil Maravillas, suplemento de Flechas y Pelayos (vinculada a FET y de la Jons), y más tarde suplemento infantil del diario Arriba. Aquí publicó las célebres historietas de “Coletas y Pelines” que tuvieron gran acogida entre el público infantil. [En el “Portal Gloria Fuertes” del Centro Virtual Cervantes está disponible toda la información bibliográfica de la escritora. https://www.cervantesvirtual.com/portales/gloria_fuertes/ Y precisamente al libro Aconsejo beber hilo (Diario de una loca), que se publica en 1954, pertenece este poema: NO DEJAN ESCRIBIR. Trabajo en un periódico / pude ser secretaria del jefe / y soy sólo mujer de la limpieza. / Sé escribir, pero en mi pueblo, / no dejan escribir a las mujees. / Mi vida es sin sustancia, / no hago nada malo.. / Vivo pobre. / Duermo en casa. / Viajo en Metro., / Ceno un caldo, y un huevo frito para que luego digan. / Compro libros de viejo. / Me meto en las tabernas, / también en los tranvías, me cuelo en los teatros / y en las salidas me visto. / Hago una vida extraña]. “y quiero comprarme a plazos una flor natural / como las que le dan a Pemán algunas veces” (versículos 29-30). Gloria Fuertes aspira a ganar una “flor natural”, que es el premio que recibe el vencedor en un certamen poético solemne. Y pone como ejemplo al gaditano José María Pemán, que ganó los juegos florales del centenario del beato fray Diego José de Cádiz y los de Sanlúcar de Barrameda por un poema titulado El Viático, en 1922, poema que se hizo muy popular. [Poema recitado por Monseñor Alberto José González Chaves. https://www.youtube.com/watch?v=hI-o82RHrkI]. Flores naturales, no. Pero Gloria Fuertes lleva en su haber numerosos premios y reconocimientos a su labor poética. Baste con citar dos: en 1968 le fue concedido el Diploma de Honor del Premio Andersen Internacional de Literatura infantil, por Cangura para todo. Y en 1995, el Ayuntamiento de Alcalá de Henares le otorgó el conocido como “Cervantes chico”. GLORIA FUERTES
(1917-1998)
El próximo 27 de noviembre se cumplirán 27 años
desde su fallecimiento, y ni su persona -por lo que
representa- ni su poesía han perdido actualidad.
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