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Pedro Sánchez

PLAZA DE GUIPÚZCOA

16/01/2024@06:06:00
Hacer de la necesidad virtud, dijo Sánchez para justificar la Amnistía. Es como decir hacer de tripas corazón. Supongo que se refería a las tripas y no a las virtudes teologales de la doctrina católica: Fe, Esperanza y Caridad. O a las virtudes cardinales platónicas. Vete a saber. Mejor lo dejamos. Apaga y vámonos, que es como decir, aquí paz y después gloria.

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No voy a escaquearme sin desearte felices fiestas porque el 25 y el 31 no haya periódico. No soy borde, soy antisistema. Las navidades me la bufan.

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Los bajitos tenemos mala leche y a los altos les duele la espalda. Esto es así y no le des más vueltas. Entre una cosa y la otra me quedo con la mala leche.

Tras el diluvio universal, los herederos de Noé se establecieron en la llanura de Senaar. Era la tierra toda de una lengua y de una misma palabra. Y dijéronse unos a otros: “Vamos a edificar una ciudad y una torre cuya cúspide toque a los cielos y nos haga famosos”. Bajó Yavé a ver la ciudad y la torre que estaban haciendo los hijos de los hombres y se dijo: “He aquí un pueblo uno en que tienen todos una lengua sola. Se han propuesto esto y nada les impedirá llevarlo a cabo. Bajemos, pues, y confundamos su lengua de modo que no se entiendan unos a otros”. Por eso se llama Babel, porque allí confundió Yavé la lengua de la tierra toda, (Genesis, 11-1/9). Según Nácar y Colunga, estaban unidos y la unidad de lengua les daba fuerza y les permitía desafiar a Dios, pero la diversidad de lenguas era causa de aversión y de división.

Plataforma per la Llengua ha qualificat avui d'insuficient la proposta del president del govern espanyol, Pedro Sánchez, de "desplegar l'ús del català" a les institucions europees.

Pocos espectáculos más patéticos que la aparición del presidente Sánchez el pasado miércoles, ante el grupo socialista del Senado. ¿Qué era aquello? ¿La Corea de Kim Jong-Un? ¿El último reducto de los davidianos? ¿La orquesta del Titanic viendo venir el iceberg? Todo el aforo puesto en pie ovacionándole -cada aplauso una puñalada- tan ajeno a la autocrítica como a la sanción de la derrota. Él avanzando, demacrado, la sonrisa una mueca, la mano en el pecho, como el caballero de El Greco mutado en el de la Triste Figura.

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Aguanta que queda poco. No nos ha tocado la lotería y hemos soportado estoicamente la cena de Nochebuena y el discurso del rey. Por cierto, salvo que Felipe VI se decida algún día a echarse al monte (que no creo) yo le daría un par de vueltas a su sermón navideño.

Ha publicado Luis Ventoso, quien ha sido muchos años director adjunto de ABC, en El Debate un controvertido artículo titulado “Una España sin colosos literarios”. El cariz provocador de la pieza no defrauda las expectativas generadas por un apellido que anuncia turbulencias y hasta tempestades. En efecto, ha hecho algún ruido y, también, ha encontrado eco entre algunos de sus colegas –a mí me llegó a través de una oportuna mención de Juan Carlos Laviana- e incluso parece haber picado a uno de los aludidos, Arturo Pérez Reverte; el cual, según nos informó recientemente el propio Ventoso a través de su cuenta de Twitter, ha bloqueado al periodista en la red del pájaro azul; esa ruidosa pajarera que anda muy revuelta desde que Elon Musk ha estrenado el enésimo juguete adquirido con el dinero de papá.

El dandi enloquecido que encarnaba Jack Nicholson. El agente del caos con sus ojos hervidos en cráteres de khol al que dio vida Heath Ledger. El psicópata de sonrisa acuchillada que interpretó Joaquín Phoenix en su última versión. Todos se quedan en simulacros ante la estampa de Pedro Sánchez durante su sesión de investidura, el pasado 15/N. Han transcurrido quince días, y su imagen permanece indeleble.

Como la mayoría de nosotros sabemos, por experiencia personal o por casos cercanos de familiares o amigos, la tendencia predominante en cuanto a las terapias para enfermedades graves, como el cáncer, consiste en la cronificación del mal, y no tanto en su erradicación definitiva, objetivo deseable pero inalcanzable en muchos, en demasiados casos, para la actual ciencia médica. Lo que viene a confirmar un sabio refrán (de esos que ponen como unas castañuelas a Pedro Sánchez) atribuido a Voltaire: “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”.

Confieso que he hecho trampa antes de empezar. Pero si titulo este artículo “etiología de las falacias populistas” no lo lee ni Petete, y usted ya lo está leyendo. Espero que la confesión consignada en la primera línea no le contraríe tanto que desista de continuar con su lectura. Verá como al final hay premio. Admito que para escribir el título he jugado con la ambigüedad del genitivo preposicional, objetivo o subjetivo, del castellano, buscando dar un golpe de gong al principio que anime a un número suficiente de lectores a franquear el pórtico de las mayúsculas. Pongamos un paralelo: “El miedo de los persas”. ¿A qué se refiere? ¿Es el miedo que los griegos tenían a Jerjes y a los suyos o, por el contrario, el miedo que les tenían los persas a los griegos? El miedo de los persas puede significar cualquiera de las dos cosas. Pues aquí pasa lo mismo. La mentira de la democracia española no implica que la democracia en nuestro país sea falsa –de hecho voy a sostener exactamente lo contrario- sino que, siendo una verdadera democracia, contiene una falacia. Veamos cuál.

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Tengo serias dificultades para abrir cualquier tipo de mecanismo. No solo engranajes complejos, sino recipientes domésticos y cotidianos. Lejías, blanqueadores, anti grasas y todo tipo de productos con garantía “triple acción”. Me resulta misión imposible.

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Está el cotarro tan volátil que no te puedes despistar. En un momento la “info” que manejas se va a tomar por saco. He pasado cinco días en Madrid, eso sí, desconectada y a mi bola y me lo he encontrado todo hecho unos zorros. Llegas a la estación de San Sebastián y crees que estás en Kiev.

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Mi madre, que era compasiva y naif (un beso amá) le confesó un día a su director espiritual que, ella a veces, sentía odio por algunas personas y esto le hacía sufrir. El cura, un tipo práctico y perspicaz, le alivió con una respuesta que en mi familia es un mantra: “No, Beatriz, no sufra, usted no siente odio, siente asco y el asco no es pecado”. Genial el cura. De un plumazo se cepilla el delito de odio.

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Como diría Jack el destripador “vayamos por partes”. 1) Es verdad que Letizia da juego, pero no quiero erigirme en su comentarista oficial, mis aspiraciones intelectuales van más lejos. 2) Es verdad que le queda bien la minifalda. Sus piernas han pasado de un 5 raspado a un 7,5 gracias a su férrea disciplina y al curro de su entrenador personal (sus musculosos brazos molan menos) 3) ¿Cuál será la siguiente transgresión? No hay más preguntas, señoría.