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Los Reyes Magos de Disney
Los Reyes Magos de Disney

¿TÚ SUEÑAS SUEÑOS?

En el día de los Reyes Magos eméritos, Azucena del Valle, que sí cree en los Magos de Oriente, nos trae el relato "¿Tú sueñas sueños?" Si importante es que te traigan regalos si te has portado bien, yo este año me quedo sin ellos, más es saber pedir. Y si no que se lo digan a los niños que ayer asistieron en masa a las cabalgatas, sobre todo el Madrid que han ido a ver al emérito Gaspar -buenorro navarro venido de Oriente.
- Vani, ¿Tú tienes sueños?
- Claro Puri, como todo el mundo, pero cuando me despierto ya se han evaporado, y yo me pregunto ¿adonde van los sueños que soñamos?

- No tía, que no me refiero a esos de los que habla el médico neurólogo austriaco de origen judío y padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, que siempre andaba dando la brasa con eso de que los conflictos internos durante la niñez explican las fuerzas inconscientes que motivan el comportamiento humano y que la sexualidad infantil perversa polimorfa es la base del desarrollo de las personas. El tío se dedicó a estudiar muchos años los sueños que soñamos, para afirmar que son la realización disfrazada de deseos reprimidos y que, analizarlos, era la “vía reggia”, la entrada privilegiada al inconsciente del paciente. ¡Toma Mariano! Que la terapia con esta escuela dura toda la vida casi, si te la puedes pagar y te apetece tumbarte en el diván cada semana a arreglarte la mente, que yo le admiraba en la facultad, pero a estas horas de la vida, paso, que no ando por la rememoración de esos traumas psicógenos productores de síntomas que me sobran a kilos… Me refiero a esos sueños que sueñas poniendo cara angelical y levantando ligeramente la mirada hacia las nubes estando despierta o yendo en el metro, mismamente.

- Pues ya te entiendo colega, pero yo a eso que planteas no lo llamo sueños porque tenerlos me parece de críos ilusos, y suenan lejanos y nunca se cumplen. Yo noto que, muchas veces, tengo deseos, anhelos… pero sueños, tampoco. Apoyo los pies con fuerza en el suelo para no alejarme mucho de la realidad, porque con pagar el recibo de la luz y comerme unos langostinos allá por febrero, me doy por satisfecha. ¿Deseos? citando de nuevo al susodicho Sigmund, los define como la noción psíquica que busca reinvestir la percepción de la satisfacción originaria proveniente de la infancia, es decir, que tiene su origen en un deseo infantil sofocado. Sofocada me halló yo escuchando esto, porque para mí tan solo un deseo es el interés que tengo por conseguir algo que quiero y que me proporcionará satisfacción, placer… algo simple, pero importante para esta criatura que siente. ¿Anhelos? Es cuando los quiero con vehemencia, que a veces me pasa si veo un pantalón que me gusta, o un bolso, o un abrigo, o un viaje, o mismamente un tío bueno… ¡Ahí me has dao colega!

- Sí Vani, tú y yo somos maduras realistas, pero estamos en Navidad y prontas a recibir a sus Majestades de Oriente. ¿Por qué no soñar y nos ponemos a escribir una carta enorme en la que plasmar esos sueños que soñamos despiertos? Esos que contamos y los otros, los que no contamos a nadie porque nos da vergüenza y nos tomarías por locas e ilusas…

- ¡Me pone tía eso de soñar contigo y arreglar el mundo con esa vena social que nos caracteriza! Lo primero que yo apuntaría sería ¡borrar todas las fronteras que separan los países, para desterrar la palabra foráneo y acabar con las pateras y las concertinas! ¡Se acabaron los pasaportes y el preguntar ¿y tú de dónde eres? ¡seríamos ciudadanos del mundo!

- No jodas Vani, ¿te imaginas a Pedro Antonio -que diría mi amiga Begoña- Sánchez Pérez-Castejón gobernando el mundo a golpe de decretos leyes y repartiendo subvenciones a cascoporro? ¿Y a Irene Montero ministra de Igualdad en Afganistán? ¿Y a Miquel Octavi Iceta i Llorens ministro de Deportes en Catar? ¿Y a Yolanda Díaz Pérez ministra de Trabajo y Economía social en Burundi? ¿Y a Teresa Ribera Rodríguez ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico en la India? No sigo, que voto y me despeloto.

- Tía, los esques al final, como en las obras, porque si empezamos con ese tonito cierro la carta en cero coma y me largo a soñar a otra parte, que estas fechas me ponen muy sensible y ¡has empezado tú!

- Vale, Vani, perdón por el indeciso, que decía un alumno. Davanti al desideratum, volvamos a escribir a los Reyes Magos y demos rienda suelta a la imaginación…

- Yo pediría, un suponer, acabar con los mocos que tienen los niños pobres en los países subdesarrollados. ¿No acaparó el personal papel higiénico durante la pandemia? Pues que lo saquen y repartan, que estoy segura que tienen ya el culo como un jaspe de limpio.

- ¡Eso me mola Vani! ¿Y pedimos también que no haya hambre ni guerras en el mundo?

- ¡Ahora la ilusa eres tú, Puri! ¿Cómo pretendes que se divierta Putin y todos los caciques que le apoyan y los que están allende los mares? Si le dejas sin juegos en el exterior, joderá más dentro… y si se reparte el trigo de Ucrania y dejan de producir alimentos básicos los países que están ahítos y subvencionados para no hacerlo y también se reparten al mundo necesitado, hasta los niños desnutridos perderán esa barriga maldita que transportan sobre piernas de palillo; y si no compramos microchips a China tendremos que fabricarlos en España con el silicio extraído de las minas de Galicia, porque no vamos a ir por el a Brasil, que encabeza la producción; y si ponemos en explotación activa las mineralizaciones de litio de Galicia, Castilla y León y Extremadura no podríamos tener dependencia de los pocos países que controlan la producción porque tenemos que salvar la montaña y si cada año no cambiáramos de teléfono móvil no tendíamos necesidad de explotar a los niños congoleños en las minas de coltán, y si… ¿Cómo se iba a divertir el mundo rico si las cosas fueran más iguales? Pues sería aburrido, porque a todos nos gusta manejar tecnología punta, pero que los riesgos para la salud o el medio ambiente, si los hay, que los corra otro, el que no se entera de nada y trabaja por dos reales porque tiene detrás una familia hambrienta. Es la doble moral de los bienintencionados.

- Mira tía que, con tanta reflexión de no entendidas, no avanzamos nada en la escritura y ya he visto que los pajes andan por la Plaza Mayor y a ver si no llegamos a tiempo de entregar nuestra carta. ¿Por qué no pedimos cosas que sus Majestades nos puedan traer, poniendo algo de nuestra parte, mayormente? Parar la sinrazón de las guerras no depende de ellos; que los alimentos que se producen lleguen a todos, tampoco; acabar con el sueño de encontrar una tierra mejor porque en la mía no hay futuro, ni por asomo; dejar de explotar a los que tienen menos porque nosotros queremos tenerlo todo, ni lo pensamos… Parecen deseos inalcanzables, cuando no deberían a estas alturas del siglo XXI. ¡Tanto ilustrado para dar por culo al de al lado! No juegan a ganar-ganar, sino a ganar-perder, y ahí no puede haber entendimiento.

- Pues lo mejor es que nos centremos en nuestra realidad cercana, en cositas que nos hagan felices ahora y en las que podamos intervenir.

- Vani, mi sueño es tener una vida normal, un suponer, bajar al Parque del Oeste de la mano de alguien que me quiera como soy yo tal cual, sin imaginarme ni buscar lo que no puedo ser. Quiero un tío sin mochila con doble fondo, con el corazón blando que no sufra por lo que ha perdido y no desee lo que no le pertenece. Con abrirse a la vida y aceptar lo bueno que esta le ofrece sería feliz…

- Tía, para eso no hay que escribir una carta, tan solo encontrar a esa persona que estás buscando, porque tal vez la tienes cerca y la sueñas de otra manera, lo que es un gran error, porque eres tú la que imaginas su mismidad distinta y al soñar lo que no es, no das lugar a que sea como es.

- Ya estamos con las divagaciones, que nadie quiere que le sueñen como no es, sino que le acepten como es. Y me da que nuestro yo real anda en conflicto con el yo ideal. ¿Será que también soñamos con ser lo que no somos? Anda y escribe, tía, que tenemos que conseguir que Baltasar te haga caso y ponga un poco de paz en nuestros corazones. De lo demás me encargo yo, y ¡joder!, deja ya la bayeta, que me estás poniendo enferma con tanto limpiar el polvo, ¡se acabó!, si hay pelusas, sopla y vámonos a tomar unos vinitos y a ver la alegría de la calle.

- ¡Ahí me has dao Puri! Y ya seguiremos con la carta mañana…

- Y ¿cuándo hablamos del metaverso? Y yo este año quiero que me traigan naranjas, la muñeca la dejo para el siguiente, y un reloj, y un móvil nuevo…y…

- Cien por cien Puri, ¡cien por cien!

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