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Ahora sí, ahora no. ahora ¡me la sigue pelando!
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Ahora sí, ahora no. ahora ¡me la sigue pelando! (Foto: Maudy Ventosa)

Y SE FUE A POR TABACO…

En "Y se fue a por tabaco...", Azucena del Valle sigue a vueltas con los libros de autoayuda, que no ayudan a nadie. Como la sección de libros de Autoayuda suelen estar al lado de los de Automoción yo creía que eran para arreglar solo los coches y ahora me entero que también sirven para los corazones. Su amiga Pilu está en proceso de autorrepararse y redescubrirse. Seguro que lo hará, pero tendrá que tirar de su humor. De momento, les dejo que disfruten de este relato.

- Deja la charla, tía, que estoy leyendo por placer después de tanto tocho sin disfrutar. Voy a dar un giro a mi vida y recuperar lo que siempre me gustó y estaba olvidando. Había dejado a un lado eso de que yo soy lo más importante de la ecuación. Grave equivocación en este mundo imperfecto.

- Ay, Puri, me da que hoy estás de reflexión reflexionada por lo de la Pilu y el Sebas, y no solamente por el Diario de una ruptura, de Silvia Congost, que la pobre debiera tenerlo en la mesilla de noche para que le ayudara a reconstruirse.

- Nunca me gustaron los llamados libros de Autoayuda barata, pero últimamente proliferan psicólogas que, aunque tienen mucho impacto en las redes sociales y son muy mediáticas, todas son psicoterapeutas y aportan experiencia personal en las difíciles lides del amor. La mayoría han pasado por rupturas dolorosas, pero tenían herramientas y conocimientos para reinventarse y crecer personalmente ante la devastación y el dolor que las asolaba. Se redescubrieron, nunca mejor dicho, y encontraron la mejor versión de sí mismas.

- Visto así, parece que el hombre es siempre el malo y el que abandona, convirtiéndose la mujer en una víctima de esos malignos.

- Para nada Vani. La autora habla de su experiencia, pero siempre se puede dar la vuelta a la tortilla porque no solo se largan ellos. Tú también puedes dejar de querer, hacer daño y sentirte mal por ello. Este libro es para todos aquellos que se engañan aferrándose a algo que solo está en su cabeza, que no es real porque no tiene una base sólida. Darte cuenta de que alguien no quiere estar contigo provoca un dolor inmenso que aniquila, sobre todo cuando tú si quieres que la relación continúe. Si, además, se va sin una explicación, o como dice María, te deja por “plantación”, la herida es aún más profunda porque eres incapaz de entender lo que ocurre y lo vives como una deslealtad, como algo que fue mentira. Te sientes traicionada y engañada a partes iguales. Afirma la autora que normalizar las rupturas es un acto de madurez y de inteligencia emocional.

- Entonces solo sanan las fuertes que tienen, además, conocimientos profesionales.

- Para nada, pequeño saltamontes. Todos tenemos nuestros miedos y nuestro pánico a la soledad, pero siempre se acaba superando el duelo, aunque cueste más. Cada uno necesita un tiempo para conectar con sus emociones, pero, es indudable que, con ayuda, conocimiento e información, será más sencillo el tránsito, como afirma Congost. Son las herramientas imprescindibles para realizar un buen trabajo de fontanería en las tuberías de un corazón roto.

- Entonces, ¿la Pilu tiene futuro?

- No lo dudes. Se sale de todo y cuando pasa el tiempo te das cuenta de que la cosa no fue tan grave cuando ves que a tu lado hay personas que viven dramas realmente enormes, enfermedades personales, guerras, aniquilación, muerte. Solo hay que esperar para poner las cosas en su sitio y pensar en uno mismo. Y no es egoísmo. Del dolor también se sale más fuerte, aunque lo dudes al principio y tu autoestima esté por los suelos. La vida es muy corta para sufrir por alguien que no merece la pena ni te ha querido nunca. Porque el amor no hace daño, al contrario, engrandece a quien lo siente y a quien lo da. Y a quien lo recibe. No tiene que ser tóxico ni doloroso. Pasó el momento del amor romántico de la adolescencia, ahora tiene que ser racional, necesario, bonito.

- ¿Tú crees que el Sebas nunca la ha querido?

- Alguien que quiere no miente, ni engaña, ni oculta, ni traiciona. Porque el amor es algo limpio y transparente y se basa en la comunicación y en la lealtad. La realidad es la que es, y se afronta con madurez y sensatez, aceptando a cada uno como es, con sus luces y sus sombras. Pilu tiene que dejar de autoengañarse, que es lo más fácil. No arrastrarse ni suplicar. Y mucho menos perder la dignidad que le queda. No vio las luces rojas y se dejó arrollar por el tren. La aniquiló directamente. Dejó de divertirse con nosotras, se convirtió en un ser gris y triste que giraba alrededor de él. Su mundo era el Sebas, sus necesidades, sus sueños. Y no se pueden soñar los sueños de otro. Porque pierdes los tuyos. Le dio todo y no le bastó. Le cedió demasiado poder.

- Es decir, que tiene que dejarlo marchar… Aunque quiera que siga a su lado.

- A pesar de que sienta que no puede con tanto dolor, de la rabia, de la nostalgia, de la añoranza, de los besos y abrazos sin dar… Cuando alguien se quiere ir, se va. Y no debes ni puedes retenerlo. Nuestra amiga seguirá adelante, aunque ahora no tenga fuerzas y se sienta herida y desgraciada. Desarrollará resiliencia a raudales y, sobre todo, se protegerá en el futuro aprendiendo que no se puede confiar, casi ni en tu padre.

- Pero tía, eso no lo dice el libro, no te pases.

- Es que al final me da un poco de rabia, porque la protagonista del diario casi se cura en solo un viaje a Paris que tenía proyectado realizar en pareja y que al final hace sola. Por mí, como si se va a Italia, a Salamanca o a la China. El desamor no se cura tan rápido, digo yo. Pero no quiero ser injusta, Silvia Congost ha creado un buen manual de compañía para aquellos que transitan una ruptura dolorosa, como nuestra querida Piluca.

- Pero nos tiene a nosotras, sus amigas, que haremos el viaje con ella.

- Si hiciéramos una lista de las cosas buenas que hay en nuestra vida, llenaríamos folios y folios, porque no tendría fin. Se lo vamos a proponer para que se dé cuenta de lo afortunada que es.

- ¿Sabes cómo la encabezaría? Lo primero que pondría es la potra que tenemos de no sujetarnos a un novio, así nadie nos romperá el corazón.

- Y que lo digas, Vani, ¡a la mierda el amor! ¿Y sabes la diferencia entre ellos y nosotras? Que los hombres enseguida se buscan otra tonta útil, mientras que nosotras nos dedicamos a disfrutar y pasarlo bien sin ellos. ¿Hace una birra bien fresquita?

- ¡Hace!, pero antes vamos a llamar a esa criatura, a ver si ya ha dejado de llorar y nos acompaña. ¿Y qué pasa con el contacto cero?

- Eso lo hablamos otro día, tía. Hoy no me apetece.

- ¡Cien por cien, Puri! ¡Cien por cien!

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