Quien sí murió realmente el día 23 de abril de 1616 fue el Inca Garcilaso, insigne mestizo peruano orgulloso de ambas estirpes, indígena y española. El cuzqueño dejó por escrito en sus afamados Comentarios Reales: “A los hijos de español y de india o de indio y española, nos llaman mestizos, por decir que somos mezclados de ambas naciones; fue impuesto por los primeros españoles que tuvieron hijos en Indias, y por ser nombre impuesto por nuestros padres y por su significación me lo llamo yo a boca llena, y me honro con él”.
Cervantes siempre merece un elogio, un agradecimientos por los afortunados herederos de la segunda lengua materna del planeta por número de hablantes, tras el chino mandarín, y el igualmente segundo idioma vehicular tras el inglés. Su expansión es irrefrenable. Solo por Don Quijote de la Mancha es eterno, y se podría añadir mucho más de su gran y diversa obra literaria –las Novelas ejemplares o la Galatea– y, me atrevería a decir, filosófica y poética también. Cuánto se puede aprender en sus páginas sobre la condición humana más allá de los deliciosos refranes y dichos omnipresentes de su fiel escudero Sancho Panza.
El arequipeño Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, es un más que digno continuador de Cervantes. Su personalidad y su obra acreditan su mérito y recuerdo con ocasión de su reciente fallecimiento en el criollo distrito limeño de Barranco. Prolífico autor el peruano que deja huella desde el boom latinoamericano hasta el epílogo con su obra Le dedico mi silencio, dedicada a la música criolla como nexo de unión. No olvidó al mundo andino, tan presente en sus libros, baste recordar Lituma en los Andes. Tampoco a la amazonía, con Pantaleón y las visitadoras. Quedaba así cerrado el círculo de costa, sierra y selva.
Con estos mimbres se confeccionó la cesta el pasado viernes 25 de abril. Tras la presentación del acto a cargo del presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País, D. José María Ruiz Povedano, intervino el profesor de la Universidad de Málaga Jorge Chauca García. Ambos presentaron su desarrollo y destacaron las razones de la laudatio en una concurrida y animada sala bajo la presidencia de nuestro sabio monarca ilustrado Carlos III. Además de la longeva institución anfitriona, se contó con el apoyo de la Comisión Internacional de Hispanistas y la Asociación Cultural Héroes de Cavite; igualmente se disfrutó al inicio y en su clausura con la tuna de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad malacitana. La música criolla e hispanoamericana en general amenizó un encuentro y lo encauzo por la senda jovial que tanto necesita la divulgación cultural.
Se leyeron diez textos por parte de alumnado universitario voluntario. Se cotejaron cinco ideas en las que se pudo comprobar como Vargas Llosa bebe de la tradición cervantina. La continuidad tuvo como ejes la lectura, la virtud de los humildes, la patria chica y el universalismo, gratitud y libertad. Los textos comparados evidenciaron la concatenación de una civilización hispánica que, como reconoció en justicia el peruano, comparten un modo de ser en el mundo: “Mi deuda con ella es tan grande como el agradecimiento que le tengo. Si no hubiera sido por España jamás hubiera llegado a esta tribuna ni a ser un escritor conocido […] En España se publicaron todos mis libros, recibí reconocimientos exagerados, amigos […] Jamás he sentido la menor incompatibilidad entre ser peruano y tener un pasaporte español porque siempre he sentido que España y el Perú son el anverso y el reverso de una misma cosa, y no sólo en mi pequeña persona, también en realidades esenciales como la historia, la lengua y la cultura”. La literatura, sin duda, es un arma de libertad, Cervantes nos enseñó que “la libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no puede igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.
Tras la lectura de la selección de textos, alumnado de intercambio en la Universidad de Málaga proveniente de la decana americana Universidad Nacional Mayor de San Marcos, fundada en 1551 como Primada de las Américas y Real, develó una réplica del mapa de 1500 de Juan de la Cosa, marino cántabro que delineó las primeras costas del Nuevo Mundo. El obsequio del Archivo General de Indias hispalense enseñorea el salón de actos y aumenta la identidad americana de la institución junto al lienzo del ministro de Indias José de Gálvez que domina su biblioteca. Gracias a Gabriela, alumna de excelencia que encabezó la presencia peruana en la apología de Cervantes y Vargas Llosa, sobre quien disertó tanto desde el atril como desde la emoción en su reconocimiento como escritor y paisano. La tarde concluyó felizmente en lo cultural y en lo lúdico. Málaga se hermanó de nuevo con América y no será la última ocasión, muy al contrario. Orgullosos de ambos legados, de todas las sangres en palabras del peruano José María Arguedas, no hay mejor fórmula asentía el arequipeño junto al padre del inmortal hidalgo manchego.
Jorge Chauca García es Profesor de la Universidad de Málaga (Facultad de Ciencias de la Educación). Historiador. Doctor en Historia Moderna (Universidad de Málaga), Doctor en Historia de América (Universidad de Sevilla), Especialista Universitario en la América virreinal (UNED) y en Historia militar (UNED-IUGM). Autor de numerosas publicaciones y miembro de diversos institutos universitarios, cátedras, fundaciones y asociaciones americanistas. Secretario de la Comisión Internacional de Hispanistas y miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País-Casa América Málaga. Ha realizado estancias de investigación en Perú, Chile e Italia.
Enviada por José Antonio Sierra