Yo era un joven apasionado del teatro, cuando empecé a escuchar, desde bien jovencito, cuando entré en la Escuela de Arte Dramático y Danza, en la Plaza de Isabel II, en la 4ª planta, sobre José Luis Alonso Mañes. Sus montajes como director de escena causaban sensación, y pude comprobar por mí mismo que todos los elogios que se le dirigían, eran bien merecidos. Viendo la exposición que se hace a propósito de su trayectoria profesional, José Luis Alonso Mañes, una vida para el teatro, me han venido, a modo de borbotón emocional muchos de aquellos títulos, de aquellos actores y actrices, de las escenografías, de la meticulosidad con que preparaba cada estreno. Y resulta que ahí estaba yo, viendo con ojos de asombro y sin comprender todavía muchas de las lecturas que José Luis hacía de cada texto, El círculo de tiza caucasiano, de Brecht, Misericordia, de Galdós-Mañas, con los inmensos José Bódalo y María Fernanda D’Ocón, Los buenos días perdidos, Anillos para una dama, de Antonio Gala, La carroza de plomo candente… de Nieva, Panorama desde el puente, de Arthur Miller… y otros que no voy a nombrar aquí, porque deben ir a ver esta retrospectiva de toda su obra en la sala Cristóbal Portillo del Complejo El Águila de la Comunidad de Madrid, bajo el comisariado de Luciano García Lorenzo. Y con motivo de tal exposición, paralela y puntualmente, se está representando José Luis, con dramaturgia de José Ramón Fernández en un texto dirigido por Ana Carril en la que, a través del propio director José Luis Alonso y su tío José Luis Mañes como personajes, hacen un repaso de su pasión por el teatro, la renovación que supusieron sus puestas en escena, el rescate de autores olvidados y la proyección de otros que estaban empezando ayudándolos a consolidar su excelente carrera dramatúrgica. Así como la especial atención que prestaba a sus actores y actrices, intérpretes a los que pareciera que dotaba de una especial sensibilidad, dejándolos extraer su faceta más creativa. Monstruos de la escena, en definitiva, nombres míticos que siguen provocando admiración de todos aquellos que amamos las artes escénicas. Pues, sin desviarnos más del tema, nos encontramos con una exquisita representación de este texto por parte de Marcos Tizón, Jesús Blanco y Andrea Soto, cuya dirección ya hemos indicado anteriormente corre a cargo de Ana Carril. Todo el equipo, incluyendo al autor José Ramón Fernández, no se limitan a poner en pie un recordatorio de diversas vicisitudes que se encontró el director José Luis Alonso, sino que nos hacen ver sus dudas, su humildad, sus temores, su timidez… y que interpretan como una delicia de limpia factura, a pesar de que no acompañen los focos ni la infraestructura técnica de este escenario de la Biblioteca Regional de Madrid, aspectos que se nos olvidan, (este montaje debería estar en la sala La Princesa del Teatro María Guerrero, cuando menos) pues disfrutamos tanto del texto, como de la dirección de actores, como de la ejecución de los personajes, rememorando a este grande entre los grandes, maestro de generaciones posteriores, que hizo brillar también a los mejores, dando su vida, por la que cada hito de sus representaciones en realidad fueran su Teatro de cada día. FICHA ARTÍSTICAJOSÉ LUIS Una producción de EscénaTe para la Subdirección General del Libro de la Comunidad de Madrid, Autor: José Ramón Fernández. Dirección escénica: Ana Carril. Reparto: Marcos Tizón, Jesús Blanco, Andrea Soto. Vestuario: Yago Valverde. Producción: Santiago Pérez Carrera. Guillermo Carrera Pérez-Cosío Espacio: Biblioteca Regional de Madrid. Próxima función: 23 de mayo de 2025
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