“Leer es pensar. Pensar es comprometerse. Navegar por la realidad y la crítica, implica el uso de la palabra[1]". Y la palabra, muchas veces teñida de sangre, muchas veces tergiversada o quizás idealizada, es el instrumento por excelencia del que se vale la literatura. ¿Cuántas veces la literatura ha caminado en brazos del dolor y la injusticia humana? ¿Cuántas veces la literatura nos ha conducido por las alamedas del sueño y la utopía? Un sinnúmero de veces o tal vez nunca. Hablar. Escribir. Son dos acciones conjuntas, aunque sea desde la distancia, el silencio o el exilio.
- Rosario Ferré: trayectoria literaria y repercusión
Hablar sobre Rosario Ferré es hablar de una talentosa escritora puertorriqueña, que además de haber recibido un Doctorado Honorario en Letras de la prestigiosa Brown University, durante una Convocación Académica[2], es autora de más 13 libros en lengua española y varios en lengua inglesa. Su pueblo natal, Ponce es parte del mundo literario en donde también aparece transformados algunas de sus historias. Su trayectoria académica le permite conectarse con el gremio literario norteamericano e insular. Ferré se graduó de Manhattanville College en el 1960, con una concentración en literatura inglesa; y en 1976 obtuvo el grado de maestría de literatura española e hispanoamericana de la Universidad de Puerto Rico. Años más tarde, 1987 obtuvo su doctorado en literatura española e hispanoamericana.
Si bien es cierto que Ferré empezó a escribir en el 1970, año en que se dedicó a editar y publicar una revista literaria llamada Zona de carga y descarga, también es cierto que esta revista ayudó grandemente a muchos escritores jóvenes puertorriqueños a salir del anonimato. ¡Un acto digno de elogio! Según nos señala Carlos Fuentes, la obra de Ferré se distingue por albergar una prosa y unos versos que son expresión de la identidad cultural y nacional de los puertorriqueños. Inicia Ferré su carrera literaria con Papeles de Pandora, su primer libro de cuentos y poemas, en la Editorial Joaquín Mortiz, en Méjico. Dos años más tarde, publica El medio pollito, una obra infantil, en la Editorial Huracán, así como La mona que le pisaron la cola y Los cuentos de Juan Bobo. Cabe destacar que estos tres libros fueron recogidos posteriormente en un solo tomo titulado: Sonatinas, por la Editorial Huracán.
Durante los años de 1977 a 1980, Ferré se dedicó a escribir una columna literaria en el periódico El Mundo, titulada: Zona de carga y descarga. En el 1982, Ferré publicó un libro de ensayos feministas, Sitio a Eros, con la Editorial Mortiz y a los dos años siguientes publicó: Fábula de la garza desangrada, su primer libro de poemas, con la misma editorial. No obstante, aunque los críticos literarios señalen a Ferré como una intelectual capaz de revelar la esencia de la puertorriqueñidad tanto en lengua española como en lengua inglesa la temática que Ferré pretende exaltar en su obra, es el drama, en fin, de una sociedad que ha cambiado con más rapidez tal vez que ninguna otra de la América Latina[3].
Maldito amor, su primera novela publicada en 1988 y que al ser publicada en lengua inglesa en 1990 fue traducida por la autora como Sweet Diamond, en la Editorial Ballantine Press de Nueva York. Es notable señalar que esta novela recibió el premio “Liberatur Prix” en la Feria del Libro de Frankfurt, traducida al alemán como Kristalzucker. Por otra parte, The Youngest Doll, una traducción de su obra Papeles de Pandora, salió publicado en The University of Nebraska Press, en el 1991.
Entre las obras de Ferré, es notable destacar: El acomodador, una lectura fantástica de Felisberto Hernández, una obra que salió publicada en 1987 con la Editorial del Fondo de Cultura Económica de México; El árbol y sus sombras, un libro de ensayos literarios publicado por la misma editorial en el 1989; El coloquio de las perras, un libro de ensayos publicado por la Editorial Cultural en Puerto Rico en el 1991.; El romántico en su observatorio, un libro de crítica sobre los cuentos fantásticos de Julio Cortázar; Las dos venecias, un segundo libro de cuentos y poemas, que salió publicado en la Editorial Mortiz, en el 1992; Memorias de Ponce, Biografías de Don Luis A. Ferré, una obra publicada por la Editorial Norma, en Columbia, en el 1992; La Batalla de las vírgenes, una novela publicada por la editorial Universitaria, Río Piedras, P. R. y en 1995 publicó una recopilación de poemas de 1976 a 1994 titulada Antología personal. Otras dos novelas que no debemos pasar por alto son Vecindarios excéntricos publicada en 1998 y El vuelo del cisne en 2001.
Es notable señalar que esta valiosa escritora se distingue por su constante lucha por la abolición de “una escritura masculina” y de otra “escritura femenina”. Considerando que el escenario ideal para el desarrollo de la literatura sería la ausencia de género. Además Ferré considera que históricamente la escritura femenina ha estado especialmente marginada. No obstante, Ferré también vislumbra que dinamitar las circunstancias sociales y las desigualdades a las que las mujeres escritoras se han enfrentado desde hace siglos era una primacía en su lucha. Así constata en la producción literaria de su obra.
- Génesis y evolución en La casa de la laguna y The House on the Lagoon
No obstante, a mi modo de ver la obra que mejor ha plasmado la imagen y la realidad de Puerto Rico mediante una serie de ficciones en el mapa literario de los países angloparlante es The House on the Lagoon[4]. Si bien es cierto que la publicación en lengua inglesa de esta obra influyó en gran manera para que obtuviera una nominación para el codiciado American Book Award, asimismo el idioma rico, barroco, brillante en ocasiones, ha demostrado que la lengua española no es en la sociedad puertorriqueña una lengua moribunda, sino el vehículo de una literatura poderosa, pujante y de gran alcance[5]. Además de las opiniones de la crítica literaria Hernández, considero que la publicación de The House on the Lagoon traza el camino para que otros escritores puertorriqueños opten y se atrevan a plasmar sus obras en lengua inglesa.
Al describir el proceso de elaboración de una novela, Ferré compara éste con la construcción de un edificio. La cimentación de un edificio necesita que cada uno de los ladrillos mantenga una posición estratégica, un tiempo determinado para la colocación y una gran fortaleza física, asimismo la novela exige tiempo, concentración y motivación, ya que las interrupciones impiden el flujo de ideas. La obra escrita en lengua inglesa le infunde a Ferré frialdad y distanciamiento. Tanto es así, que al tratar de darle vida a sus ideas en lengua inglesa necesita más tiempo. Un período de tiempo que resulta innegable reconocer, ya que existe una clara dificultad al plasmar su obra en lengua inglesa, aunque no llega a ser obstáculo alguno el hacerlo, más bien un reto que le ayuda a profundizar en su obra. No obstante, al crear esta obra en lengua inglesa Ferre, desmitifica la creencia que los escritores puertorriqueños sólo plasman sus obras en lengua española.
"En inglés lo que ocurre es que me da más frialdad, más distancia... La pluma no me corre con facilidad... La dificultad de escribir en Inglés me ayuda a profundizar más, porque me toma más tiempo madurar las ideas[6]".
The House on the Lagoon fue su primer reto, su primera hazaña literaria hecha realidad: una obra escrita en lengua inglesa. Una novela, que además de comenzar con un esquema hecho en lengua española había estado dando vueltas durante años en la mente de la escritora.
"Si de hecho para la novela The House on the Lagoon, era la versión de mujer contrapuesta a la versión del hombre. Tuve la novela un año entero en el piso, alrededor de mi cama. No había mesa que la aguantara. Todos así, regados por el cuarto. Y mi esposo si tenía que levantarse de noche a ir al baño, no le quedaba más remedio que brincarle por encima a los capítulos[7]".
El texto que comprende esta novela, diríamos, es una puerta de entrada para revisar en detalle y a través de la intrahistoria - las sagas familiares - el devenir de una época que abarca finales del siglo XIX hasta los primeros resortes de la actualidad. Podemos aún parcelar algo más en torno a la capacidad de sacar a la luz aquellos momentos opacos de la historia que el relato literario asume para sí mismo[8], la interacción entre la historia y la ficción confrontan el choque de dos maneras de expresar y concebir la realidad. "La ficción cambia, de este modo el rumbo, la orientación y el resultado tienen un efecto particular sobre la sociedad y el hombre histórico, pues revela los fantasmas del pasado. Es decir, da la palabra a todo lo no dicho, nombra lo indecible. Configura un espacio más certero de la identidad[9]".
La realidad histórica es un recurso que utiliza Ferré no sólo para crear un fondo para el Texto, sino que ésta resulta fundamental para la significación, por consiguiente, para que el texto exista como tal en The House on the Lagoon.
Retirada en la casa de la laguna, Isabel Monfort, el personaje principal de la novela, decide recopilar las memorias de su familia y la de su marido, Quintín Mendizábal. A través de sus memorias, Isabel logra recopilar la historia de Puerto Rico desde sus orígenes españoles hasta su compleja realidad actual. Dicha tarea desata un enfrentamiento entre Isabel y Quintín, ya que éste opta por leer el manuscrito secreto y así cuestionar la objetividad de la escritora y la coherencia de los datos históricos. A Quintín nunca le habían gustado las novelas, pero le fascinaba leer sobre su familia, aunque le resultó humillante ver la historia de sus seres queridos plasmados sobre las hojas de un manuscrito. Un manuscrito escrito a hurtadillas por su esposa. La trama de la novela transcurre con la revelación de los secretos familiares ceñidos al escrutinio de Quintín. De hecho, esta novela no sólo enfrenta los dos personajes principales sino lo que ambos simbolizan: la objetividad del historiador y la vocación literaria de una escritora. Quintín se siente ofendido por varias razones, entre ellas figura la descripción que Isabel ofrece de su padre. Buenaventura es espía y zafio, Vicenzio Antonsanti, el abuelo materno de Quintín, un semental. Por tal razón, Quintín decide escribir la verdadera historia de la familia de su mujer, "que no era exactamente el santoral de los evangelios" y así vengarse de Isabel. A través de la novela, Quintín e Isabel mantienen un duelo literario. Mientras Isabel se refugiaba en el despacho a redactar las sagas familiares, Quintín leería sin consentimiento de su esposa las revelaciones que contenía dicho manuscrito. Lo curioso del caso es que mientras Quintín desvelaba los secretos familiares, iba haciendo anotaciones en el margen del manuscrito. Claro está, anotaciones que Isabel no llegó a descubrir hasta el final de la redacción del mismo.
No obstante, la novela de Ferré hace referencia, en primer lugar, al hecho histórico: la otorgación de la ciudadanía norteamericana al pueblo de Puerto Rico. Ferré pone de manifiesto el conflicto hispanonorteamericano como marco referencial a este suceso.
Un aspecto a destacar en la obra de Ferré, que a mi modo de ver, es un recurso literario extraordinario es la gran variedad de personajes, que no sólo están situados en un marco generacional y político diferente sino que a través de ellos, Ferré puede expresar el efecto de la influencia de la cultura anglosajona.
Cabe destacar, en primer lugar, a Buenaventura Mendízabal, quien es el personaje principal, llega a la Isla procedente de Extremadura, el 4 de julio de 1917. Ferré no sólo utiliza el dato histórico como punto de partida sino un recurso expresivo que enfatiza las diferentes posturas ideológicas de los personajes.
"Buenaventura landed in the port of San Juan on July 4, 1917, the same day President Woodrow Wilson signed the Jones Act, which granted us American citizenship[10]".
El marco referencial histórico que utiliza Ferré como punto de partida es la otorgación de la Ley Jones, una ley orgánica aprobada en 1917, que proveía una carta de derechos y una legislatura elegida popularmente. Cabe destacar que con esta ley permanecía vigente la autoridad plenaria del Congreso de los Estados Unidos de legislar para Puerto Rico en aquellos asuntos que no eran localmente inaplicables, es decir se mantenía el veto del gobernador, pero si la legislatura pasaba por encima del veto, el presidente de Estados Unidos tendría el veto final.
Por otra parte, el Congreso se reservaba el derecho de anular cualquier legislación aprobada por la Asamblea Legislativa de Puerto Rico[11]. En esta obra literaria, Buenaventura Mendizábal desembarcó del Virgen de Covadonga con veintitrés años rumbo a la isla de Puerto Rico, sin ningún centavo en el bolsillo. Huérfano y criado al amparo de dos tías solteronas ya ancianas, traía un pergamino medio carcomido por las polillas en el cual estaba inscrito el árbol genealógico de su familia. Este documento declaraba que tenía un título de nobleza, heredado de un tatarabuelo suyo descendiente de Francisco Pizarro, el conquistador del Perú. Más allá de la simple crónica de cinco generaciones y de un país, The House on the Lagoon conjuga y entremezcla la ficción y la verdad, secretos inconfesables familiares y una variada muestra de personajes, y es a través de éstos donde Ferré expone, analiza y critica la trayectoria política de la Isla.
No obstante, la obra de Ferré pone de manifiesto una polémica, aún sin resolver. Claro está, una polémica defendida y debatida desde diferentes puntos de vista: la nacionalidad puertorriqueña. Curiosamente, esta misma polémica surgió en la palestra política puertorriqueña, a raíz de una nueva interpretación de la ciudadanía "puertorriqueña" y el derecho a participar en las elecciones generales. Tal es el caso del inciso 1, 2 y 3 del Artículo 10 del Título II del Código Político de Puerto Rico de 1902. Estos incisos establecían la ciudadanía puertorriqueña, luego del traspaso de Puerto Rico a la Nación norteamericana[12].
"As Buenaventura’s ship dropped anchor in the harbor, the festivities celebrating our brand- new American citizenship were going full blast. Now each of us would have the right to an American passport, a talisman so powerful it opened doors all over the world. For nineteen years, since the Americans had landed on the coast of Gúanica in 1898, we had lived in a political limbo. Spain had given us our autonomy six months before the Americans arrived, but we were never granted Puerto Rican citizenship. We still traveled with a Spanish passport, and lost it at the end of the Spanish - American War. A new document had not been issued, and for a while we were citizens of nowhere at all. Not to be citizens of any country, however insignificant, was uncomfortable enough[13]".
Por otra parte, cabe destacar que a la hora de traducir su obra a la lengua inglesa, Ferré da cabida a elementos expresivos que no ha señalado con anterioridad en su versión en lengua española, y en otras ocasiones suprime información[14]. Tal es el caso de la descripción que hace respecto la llegada de Buenaventura, la descripción de la Isla y del embajador de norteamericano.
"Buenaventura observó el ancla hundirse en el agua como una enorme flecha, alejándose hacia las profundidades. Vivir prisioneros en unos doscientos setenta kilómetros cuadrados - el tamaño de la Isla, según lo había verificado en el atlas antes de salir de España- debía ser algo terrible. Y ése había sido, precisamente, el destino de los puertorriqueños durante los últimos diecinueve años. Por eso, sin duda, la noticia de que les habían concedido la ciudadanía norteamericana, así como el pasaporte con el águila áurea estampada encima, estaba, celebrándose con aquellas fiestas extraordinariamente. De ahora en adelante, sería su escudo mágico; podrían viajar a cualquier país del mundo, por más peligroso o exótico que fuera; tendrían derecho al asilo político en la embajada norteamericana, y el embajador los ayudaría en cualquier situación[15]".
"For this reason, our brand- new American citizenship was hailed as a godsend, and a first class celebration was in order. We would now have a definitive identification with the most powerful country in the world, and the golden eagle would be stamped on the cover of our passport. Henceforth, we would cherish it as our magic shield; we could travel anywhere, no matter how far or exotic our destination; we had the inalienable right to political asylum at the local American Embassy; and the American ambassador would civil servant[16]".
Un aspecto a destacar en el uso de los anglicismos en La casa de la laguna. Tanto es así que podemos enfatizar la influencia económica norteamericana en la isla por medio de nombres de instituciones bancarias norteamericanas como el edificio del “National Bank”, así como la presencia militar norteamericana, a partir de la otorgación de la ciudadanía norteamericana.
"Los cadetes marchaban detrás de la banda de la marina al compás del Semper Fidelis, de Philip Sousa, con los rifles apoyados sobre el hombro derecho y gorras rojas con visera de charol[17]".
Si bien es cierto que el anglicismo patente es identificable como un elemento de lengua inglesa, por lo menos por un rasgo ortográfico y/o fonético, también es cierto que Ferré hace mención de éstos para demarcar el esnobismo lingüístico, es decir el mito de estatus de prestigio que se le asigna a los préstamos ingleses, y la mejor manera de expresar esto es a través de la forma de pensar, de actuar y describir a los personajes de su novela. Claro está, estos anglicismos reflejan el pasado y presente de como la lengua inglesa se ha infiltrado en el español de Puerto Rico. Una de las situaciones de la novela que mejor enmarcan este aspecto, a mi modo de ver, es la descripción que Isabel hace respecto a los padres de Quintín. Los comienzos de Buenaventura fueron extremadamente humildes. Gracias a que se dedicó a la venta de agua, Don Esteban Rosich, el abuelo de su esposa se sentía orgulloso de él, le obsequió dos pequeños buques, de ocho mil toneladas cada uno, para que Buenaventura se dedicara al traslado de mercancía de España a la Isla. No obstante, Buenaventura decidió ampliar su negocio y compró un embarque de pencas de bacalao en Nueva Escocia que logró esquivar del supuesto bloqueo de los submarinos alemanes que situaron la Isla en 1918. Los cimientos de su fortuna fueron aumentando, así como sus ambiciones. La ambición es un tema que está ligado a la influencia económica y cultural norteamericana en la obra de Ferré.
Por otra parte, cabe mencionar que la ambición es una característica que Ferré prefiere resaltar por el cambio abrupto que genera en el carácter de los personajes en esta novela.
Otro de los aspectos a destacar es la utilización de anglicismos para denominar un determinado medio de transporte, y más específicamente una marca de coche. Curiosamente, vemos como el tema de la defensa e identidad nacional, en es este caso está bastante arraigado a pesar de la influencia cultural norteamericana.
"Buenaventura y Rebeca se mudaron a su nueva mansión en 1926. Unos meses más tarde, Buenaventura fue nombrado cónsul de España en Puerto Rico. El nombramiento fortaleció su situación económica aún más. Vendió su Packard negro, se compró un Rolls Royce Silver Cloud y adornó su antena con la bandera española[18].
Es notable señalar, además que Ferré no sólo utiliza los anglicismos para resaltar una determinada marca de coches, sino que también hace referencia a determinadas comidas y bebidas norteamericanas, ya arraigadas a los hábitos alimenticios de la sociedad puertorriqueña en la década durante los años sesenta y setenta. Es a través del personaje de Estefanía, una amiga y compañera de baile clásico de Isabel, donde Ferré logra reseñar una etapa histórica, social y económica.
“A Estefanía la criaron las niñeras, y por eso creció un poco salvaje, sin mucha disciplina. Era mucho más rebelde que yo. Se desayunaba con Coca - cola y bizcocho de Sara Lee todos los días; no se le hubiera ocurrido probar el mejunje de Avena Quaker con guineos majados que Abby me preparaba por las mañanas[19]".
Otra tendencia de los anglicismos utilizados por Ferré con el fin de resaltar una marca de coche en específico y otros medios de transporte son las siguientes:
"Buenaventura y Rebeca viajaron por primera vez a España en 1927. En Madrid alquilaron una limosina Bentley con chofer uniformado y se dirigieron hasta el sur hasta llegar a Valdeverdeja[20]".
No obstante, hay otro tipo de anglicismo que también aparece en la novela, y que merece nuestra atención me refiero a los calcos semánticos.
"Los clíperes de la Pan American eran anfibios, y amerizaban en la bahía de San Juan[21]".
Como anteriormente he mencionado a la hora de traducir en lengua inglesa su obra, Ferré ha obviado varias reflexiones, descripciones y señalamientos que aparecen en la versión de lengua española de su obra. Hecho que me ha motivado a considerar dos posturas respecto a la intencionalidad de la escritora. La primera postura es alterar la traducción por fines estéticos y la segunda es pasar inadvertido un tema que pueda herir la sensibilidad del lector, ya que es un tema "tabú" en la sociedad puertorriqueña. Curiosamente, hay un tema que Ferré plantea con extraordinaria sutileza y sarcasmo en su obra: el racismo. De hecho, no sólo plantea el racismo norteamericano hacia la clase burguesa criolla que comenzó a viajar a Norteamérica, sino que hace hincapié en el racismo insular de la época. Una de las situaciones que mejor contrasta lo anteriormente señalado es el análisis comparativo entre las costumbres españolas y las costumbres norteamericanas con relación a los libros de limpieza de sangre. Un dato que ha captado mi atención es el hecho que Ferré enfatiza que esta vieja práctica, instituida originalmente en España solía mantener a los cristianos viejos de linajes polémicos como el judío o el árabe.
No obstante, esta modalidad se había adoptado en la Isla, sólo para determinar quién tenía o no "raja"[22]. La versión de lengua inglesa de La casa de la laguna no sólo omite que esta modalidad se había adoptado en Puerto Rico, sino el estereotipo que encierra el término raja.
"Durante los tiempos de España, un linaje despejado valía más que su peso en oro. En cada pueblo, los matrimonios se inscribían cuidadosamente en dos libros polvorientos, encuadernados en piel de chivo, que los párrocos guardaban celosamente en las sacristías de las iglesias; el libro de los matrimonios negros y el libro de los matrimonios blancos. Los sacerdotes los llamaban "libros de limpieza de sangre", y habían sido instituidos originalmente en España para mantener a los cristianos viejos libres de linajes polémicos, como el judío o el moro. En nuestra isla se había adoptado la misma costumbre, sólo que para determinar quién tenía o no raja, el término poco elegante con el que la gente bien denominaba a los que llevaban en sus venas algunas gotas de sangre de África[23].
"Since colonial times, a clean lineage was worth a family’s weight in gold. In every town, marriages were the parish church. They were called the Bloodline Books by Spanish priests. Originally, they had been instituted to keep the blood free of Jewish or Islamic ancestry, and separate records of all white and nonwhite marriages were kept in them[24]".
Otra de las situaciones que mejor reseña el tema del racismo, a mi modo de ver, es cuando hace referencia al comportamiento de los encargados norteamericanos en los vestíbulos de algún hotel de lujo norteamericano, ante la avalancha de jóvenes burgueses puertorriqueños. No sólo por el tono irónico que se presenta, sino por utilizar nombres de presidentes norteamericanos para demarcar un estatus social y económico deseado.
"Una vez llegaban a su destino, y entraban en el vestíbulo del hotel de lujo donde se alojarían. la cosa se ponía de color de hormiga brava. Los conserjes de la recepción husmeaban con suspicacia los Washington y los Jefferson con que saldaban por adelantado sus cuentas, y hasta los miraban a contraluz para asegurarse que no eran falsos[25].
Por otra parte, hay dos aspectos a resaltar en la obra de Ferré. El primero de ellos corresponde a los anglicismos. Éstos en muchas ocasiones se refieren a medios de transportes también, y más, concretamente marcas de coches. Sin embargo, existe otra gran variedad de anglicismos que resaltan nombres de comidas norteamericanas. Una situación bastante amena es la descripción que nos presenta Ferré a través del personaje principal, Buenaventura, y su actitud y curiosidad ante todo lo que resultaba desconocido, y más concretamente norteamericano.
"Buenaventura preguntó qué quería decir hot dog, y cuando le dijeron "perro caliente", soltó una risotada. Compró uno y se lo comió. Le supo a una combinación entre salami italiano y salchicha alemana; pero, con aquel nombre, quién sabía qué tipo de carne tendría adentro[26]."
El otro aspecto a destacar en la obra de Ferré es el vocabulario en español de Puerto Rico en la versión de la novela en lengua inglesa. Claro está, palabras que mayormente se refieren a nombres de platos de la gastronomía puertorriqueña y refranes populares, es decir, una manera de afirmación de la identidad nacional puertorriqueña, a mi modo de ver.
"Usually there wasn’t much to sell - a couple of red snappers; a spiny chapín, good for only one empanadilla; a black moray eel, still staring ferociously with its beady eyes[27]".
"They worked for a couple of hours, and by o’clock they were sitting at La Mallorquina, waiting for their daily crock of ells fried in garlic oil, followed by arroz con pollo and lobster asopao [28]".
"Next time my parents tell me not to fall in love with a scoundrel who is after my money, I’ll put it on and cry: "Contigo, pan y cebolla" (Hurrah for radishes with bread and onion!)[29].
En esta línea de pensamiento, no debemos pasar por alto que la sociedad puertorriqueña se ha distinguido por una batalla importante y constante por la defensa de la lengua española y la adquisición de la lengua inglesa; sin pasar por alto la creciente de la población hispana, residente en Norteamérica[30] y la obsesiva lucha por aprobar el proyecto conocido como English Only. La obra de Ferré recopila la trayectoria de la imposición lingüística en Puerto Rico. Una de las situaciones, más llamativa y sorprendente de esta obra literaria, es cuando Ferré transmite a través del personaje de Arístides Arrigoitia, la prepotencia norteamericana respecto a la lengua española y la cultura isleña. Arísitides Arrogoitia era el abuelo de Quintín, hijo de emigrantes vascos que se establecieron en la Isla. Gracias a la instrucción recibida por monjas norteamericanas, Quintín podía expresarse en lengua inglesa a un nivel avanzado. Este aspecto fue el que más sorprendería y admiraría, Madeline, hija de Don Esteban Roish, dueño de una compañía de vapores - la Taurus Line - que generaba un comercio activo entre San Juan, Boston y Nueva York.
"Il piacere e mio", Don Esteban said in Italian, and asked Arístides where he had learned to speak English so well. "The American nuns from the School of the Annunciation were my teachers, sir", he replied. "They taught us it would be our duty to be let in. "Don Esteban and Madeleine burst out laughing. They knew he was poking fun at a comment the governor had made recently in the local press. The governor had decreed that English be mandatory in all the island’s schools and four thousand copies of Appleton’s First Reader in English had been handed out to schoolchildren. Both Don Esteban and Madeleine thought it was preposterous to make children take all their classes in a language they couldn’t speak. "Of course, this means we’ll be an educated people when we get to heaven, even if we don’t understand what God says, "Aristides added with a wink at Madeleine[31]".
La casa de la laguna o The House on the Lagoon, una obra extraordinaria, es reflejo de una mente privilegiada que logra captar la trayectoria social y lingüística del pueblo puertorriqueño. A mi modo de ver, Rosario Ferré nos ofrece una obra que escrita en lengua inglesa tanto como en lengua española puede revelar la esencia de la puertorriqueñidad, es decir una obra que mantiene el sentido de nación: el ser puertorriqueño con el firme objetivo de no desaparecer de la memoria colectiva. No obstante, a mi modo de ver, la lengua española es para esta insigne escritora como el primer amor: latente, firme e inolvidable. Claro está, aunque seamos testigos del enfrentamiento entre ambas culturas no debemos pasar por alto el sentimiento de reconciliación existente de los protagonistas principales al final de la novela. ¿Nos puede servir este final como ejemplo en la convivencia y el respeto de ambas culturas en la sociedad puertorriqueña?
BIBLIOGRAFÍA GENERAL:
Cotto, Ruth Amarilis (2002): La mujer puertorriqueña en su contexto literario y social. Madrid: Editorial Verbum.
Ferré, Rosario (1996). The House on the Lagoon. New York: A Plume Book
Ferré Rosario (1996). La casa de la laguna. Barcelona: Emercé Editores
Ferré Rosario (2018). Papeles de Pandora. Madrid: La Navaja Suiza Editores
Martínez – San Miguel, Yolanda (2003): Caribe Two Ways. Cultura de la migración en el Caribe insular hispánico. San Juan: Ediciones Callejón.
Poplack, Shana (1982). “Sometimes I´ll start a sentence in Spanish y termino en español”: toward a typology of code-swtching. Cambridge: Cambridge University Press, 230- 263.
Ramos Rosado, Marie (1999) La mujer negra en la literatura puertorriqueña. San Juan de Puerto Rico: Editorial de la Universidad de Puerto Rico
NOTAS
[1]. Sorel, Andrés: "Literatura y poder". La Razón, sábado, 11 de 1998. Pág. 8.
[2]. Véase a Mulero, Leonor: "Honores a Ferré". El Nuevo Día, martes, 29 de abril de 1997. Pág. 39.
[3]. Hernández, Carmen Dolores: "Un poderoso argumento". El Nuevo Día, martes, 29 de abril de 1997. Pág. 39.
[4]. Esta obra fue publicada en septiembre de 1995 por la Editorial Farrar, Straus, Giroux, de Nueva York.
[5]. Véase a Hernández, Carmen Dolores: "Un poderoso argumento". El Nuevo Día, martes, 29 de abril de 1997. Pág. 39.
[6]. Delgado Esquilín, Gloribel: "Sea lo que sea, en cualquier status". El Nuevo Día, jueves, 23 de julio de 1998. Pag. 97.
[7]. Delgado, Esquilín. Gloribel: "Sea lo que sea, en cualquier status". El Nuevo Día, jueves, 23 de julio de 1998. Pág. 97.
[8]. Véase a Calvino, Italo: "La combinatoria y el mito en el arte del relato". Revista Eco. Núm. 259, Bogotá, mayo 1983.
[9]. Daroqui, María Julia: Las pesadillas en la historia de la narrativa puertorriqueña. Monte Ávila Editores Latinoamericana. Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallego, Caracas, Venezuela, 1990. Pág. 120.
[10]. Ferré, Rosario. The House on the Lagoon. A Plume Book, New York, 1996. P. 15.
[11]. Véase a Maldonado Denis, Manuel: Puerto Rico: Una interpretación histórica social. Siglo Veintiuno Editores, Méjico, 1969. Pág.104.
[12]. El caso de la certificación de renuncia del Departamento de estado federal de Juan Mari Brás en el 1995, sobre si el abogado nacido en Mayagüez violaba las leyes de inmigración al seguir residiendo en Puerto Rico sin ser ciudadano de los Estados Unidos de Norteamérica. Cabe destacar que en las elecciones de 1996, Mari Brás emitió un voto insistiendo en su derecho pleno a participar en las elecciones del país donde nació, a base de su ciudadanía puertorriqueña.
No obstante, el voto fue recusado y el caso fue presentado ante el juez superior Ángel Hermida, quien dictaminó a favor de Mari Brás.
Véase a Ghigliotty, Julio: "Rúbrica a la ley de la ciudadanía". El Nuevo Día, miércoles, 19 de noviembre de 1997. Pág. 2.
[13]. Ferré, Rosario: The House on the Lagoon. A Plume Book, New York, 1996. P.15.
[14]. Cabe mencionar que las versiones originales en lengua española de The House on the Lagoon abarca unas doscientas páginas, y al ser traducidas a la lengua inglesa, la autora expandió éstos a cuatrocientas páginas.
"No escribo en inglés directamente. Aunque con La casa de la laguna y Vecindarios excéntricos, tenía dos versiones originales en español como 200 páginas cada una y me sirvieron como mapa. Y eso fue lo que traduje al inglés. Y al traducirlos, expandí a 400 páginas cada libro..." Véase a Delgado Esquilín, Gloribel: "Sea lo que sea en cualquier status". El Nuevo Día, jueves, 23 de julio de 1998. Pág. 96.
[15]. Ferré, Rosario: La casa de la laguna. Emercé Editores, Barcelona, 1996. Pág. 27.
[16]. Ferré, Rosario: The House on the Lagoon. A Plume Book, New York, 1996. P. 16.
[17]. Ferré, Rosario: La casa de la laguna. Emercé Editores, Barcelona, 1996. Pág. 28.
[18]. Ferré, Rosario: La casa de la laguna. Ediciones Emercé, Barcelona, 1996. Pág. 64.
[19]. Ferré, Rosario: "Ibid", pág. 177.
[20]. Ferré, Rosario: "Ibid", pág. 67.
[21]. Ferré, Rosario: "Ibid", pág. 36.
[22]. Este término nada elegante se utiliza para resaltar la influencia de la descendencia africana en la sociedad puertorriqueña.
[23]. Ferré, Rosario: La casa de la laguna. Emercé Editores, Barcelona, 1996. Pág. 34.
[24]. Ferré, Rosario: The House on the Lagoon. A Plume Book, New York, 1996. P. 22.
[25]. Ferré, Rosario: "Ibid", pág. 37.
[26]. "Ibid", pág. 28.
[27]. Ferré, Rosario: The House on the Lagoon. A Plume Book, New York, 1996. P. 133.
[28]. "Ibid", p. 255.
[29]. "Ibid", p. 141.
[30]. "Se espera que para el año 2010, la población hispana sea la minoría más numerosa en los EEUU". Véase a Ferré, Rosario: "El Poder del Idioma", El Nuevo Día, 8 de junio de 1997. Pág. 15. En la actualidad (2024) más de 62,5 millones de estadounidenses, el 18,9 % de la población total del país, son de origen hispano. El 67,6 % de los hispanos utiliza el español en el entorno familiar.
[31]. Ferré, Rosario: "Ibid". P. 90.