Más de ochenta piezas breves, de particular hondura y singularidad formal, estructuran Iceberg negro (1), que acertadamente ofrece Primera Vértebra en una cuidada edición, tras ser consagrada la presente obra, un decenio atrás, con el prestigioso Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines en el país natal del autor.
Un complejo entramado de sentidos ofrece esta nueva obra de Rodrigo, no por ello abstrusa ni lejana para la sensibilidad emocional e intelectiva de quien recorre sus páginas. Por una parte, tenemos ante nosotros una suerte de poesía iniciática, conducente a la elevación posible del grado inicial de lectura hasta llegar ante la presencia de un núcleo sostenido de alta espiritualidad y la posibilidad de sumergirse en él e integrarse así a una epifanía continuada. Se trata de una transición graduada muy hábilmente por Balam Rodrigo, como si cada poema fuese un escalón ascendente, fase de un periplo del alma que esta debe recorrer pausadamente para que la operación de genuina transmutación psíquica se concrete.
Partiendo de cualquier condición en que se encuentre el lector de Iceberg negro, el ascenso sensible se producirá sin mayores alicaídas, merced a la demostrada destreza del poeta para conducir a quien recorre estas páginas sin ceñirse a una unívoca propuesta: antes bien, lo que realiza es una apertura a la traducción a sus propios códigos que necesariamente concreta el lector, al interpretar lo ofrecido por el poemario de acuerdo con sus propias imágenes del mundo, de sí y de su misma circunstancia.
Esta habilidad del poeta mexicano para poner en palabras significados tan complejos como los que explora, explicita y convida a compartir, posee desde lo formal una sólida apoyatura discursiva, valiéndose el autor de todo tipo de recursos para arribar a su objetivo primordial.
Tanto la cita culta, literaria, histórica y social, como las apelaciones a las variantes expresivas coloquiales contribuyen, en muy armónica combinación, a generar este marcado efecto y ello es producto del muy bien asimilado bagaje de influencias que posee Rodrigo, mixturadas minuciosamente para destilar de todas ellas una voz personalísima y ya absolutamente identificable dentro del variopinto horizonte del género a escala de lo latinoamericano.
Desde luego, la maestría poética que exhibe Iceberg negro no podía descartar la evocación -y abundante- de lo que con toda sabiduría el gran poeta místico español San Juan de la Cruz (1542-1591), cumbre del Renacimiento peninsular, denominó “la noche oscura del alma”, sublime metáfora que da título a su celebre poema, aquel donde, precisamente, el santo patrono de todos los poetas en nuestra lengua propone un ascenso desde las tinieblas seculares a la esfera sagrada donde reside la deidad. Afín a San Juan de la Cruz, Balam Rodrigo, en lengua nueva y con moderno impulso revive esa propuesta, aporte mucho más que meritorio tomando en cuenta las aciagas coyunturas que brinda el siglo al hombre contemporáneo. Esta tarea de salvataje del brillante poeta mexicano, su rescate de lo mejor de nosotros, la iniciativa de salvaguardarnos de la angustia, el desasosiego, y el horror epocal que atormentan tanto al hombre de nuestros días, siendo ya moralmente tan meritorio, lo encumbran todavía más al embellecer la senda conducente a las alturas del espíritu, desde la negra condición general, con un empleo del castellano más límpido y hondo de sentido, sin ripios ni imágenes superfluas. Una depurada tarea de minuciosa selección de los términos y las combinaciones sintácticas a emplear y aquellas a desechar signan este logrado trabajo que nos ofrece la editorial argentina, consciente de la importancia de poner al alcance del lector local obra tan meritoria.
Finalmente recordemos cómo el padre del existencialismo cristiano, el gran filósofo, teólogo, poeta, escritor, novelista y crítico literario danés Søren Aabye Kierkegaard (1813-1855), señalaba la faceta positiva de la angustia, como primer paso hacia la reflexión posible respecto de nuestra condición, y cómo el tránsito por esta ineludible instancia nos puede conducir, en definitiva, hacia la salvación y posteriormente, al encuentro con la gracia salvífica.
No de otro modo que cruzando esta Estigia, permanente a través de los tiempos y espacios es factible, también en Iceberg negro, alcanzar la dicha de la gracia. Las tinieblas desde las que partimos, no lo ignora desde ningún punto de vista nuestro poeta, deben ser atravesadas de modo ineludible y, por tal causa, también la oscuridad emotiva y vivencial que subsume a nuestra especie habita en sus versos, es iluminada con similar precisión y pericia hasta en sus rincones más sombríos.
El autor
Balam Rodrigo (Villa de Comaltitlán, Soconusco, Chiapas, México). Exfutbolista, biólogo y diplomado en teología pastoral, autor de 46 libros de poesía y un libro de ensayo. Obra literaria reciente: Libro centroamericano de los muertos (FCE, México, 2018; FCE, México, 2020), El tañedor de cadáveres (CONARTE, México, 2021), Braille para sordos (FOEM, México, 2021), Marabunta (Editorial Arte y Literatura, Cuba, 2022), El mazo del tahúr (UACAM, México, 2022), Central American Book of The Dead/Libro centroamericano de los muertos (Ala Ediciones, México, 2022), Central American Book of The Dead (FlowerSong Press, McAllen Texas, USA, 2023), Cuatro murmullos y un relincho en los llanos del silencio (Editorial Cartonera Ateneo Tzapotlatena, México, 2023), Ceibario (Lengua de Barro, México, 2023), Machete sin hoja al que le falta el mango (Editorial Cultura/Ministerio de Cultura y Deportes, Guatemala, 2023) y Áspero clamor de cuerda rota (prosario lírico para Gilberto Owen) (Typotaller/ Fomento Editorial Guadalajara, México, 2023). Su obra ha obtenido diversos reconocimientos, entre otros: Premio Nacional de Poesía Rosario Castellanos 2013, Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2012, Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2014, Premio Nacional de Poesía José Emilio Pacheco 2016, Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2017, Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2018, Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín 2021, Premio Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón 2022 y Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2024. Sus poemas, que aparecen en antologías, revistas y diarios de México y otros 15 países, se han traducido al inglés, francés, italiano, polaco, portugués y zapoteco. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de México (SNCA, emisión 2022) y becario de la Borchard Foundation Center on Literary Arts (2024-2026). En la última década su obra literaria se ha centrado en la defensa de los derechos humanos de personas migrantes y víctimas de desaparición forzada.
Nota
(1) Editorial La Primera Vértebra, ISBN: 978-987-47673-4-9, 148 pp., Buenos Aires, 2024
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