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Pedro Sánchez
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Pedro Sánchez

¡NO ME CONSTA!

Las redes sociales están cambiando nuestra manera de expresarnos. Utilizamos expresiones que parecen las de un aborigen sioux en la películas de western de serie B. Los políticos tienen mucha culpa de eso aunque no les conste. Expresiones expresionistas que no entendemos y tenemos que utilizar un traductor joven. Azucena del Valle, en su artículo "¡No me consta!", nos lo cuenta con humor y un poco de malaleche como dicen en la RAE (Rácanos Académicos Enfadaos).

- Tía, el otro día fui con Manolín a tomar el aperitivo y pedimos un vino y una cerveza, y ¡no te lo vas a creer!, el simpático camarero migrante me puso a mi la birra dando por hecho que, al ser mujer, blanca y con pinta de binaria de género, el zumo de uva era para él. Supuso, Puri. ¡Literal!

- ¡Micromachismo puro, Vani! ¡No se puede suponer en esta sociedad! Es un claro ejemplo de pequeña agresión sexual a la mujer que hay que denunciar. Y, por cierto, ¿era emigrante o inmigrante?, porque con eso de que el gobierno ha copiado la expresión que usan las organizaciones internacionales, meten en el mismo saco a los que van y a los que vienen, y ni Tezanos puede hacer un conteo tendencioso en condiciones…

- Seguro que es para que los pseudomedios y la fachosfera, que huele a naftalina y genera crispación, no la emprendan con estos hermanos y hermanas de la clase obrera que nos necesitan, enfangando aún más el lodazal político con una oposición que no tiene proyecto de país.

- Lo desconozco, tía, ¡no me consta!, pero habrá que estar woke con la opresión de los grupos oprimidos, valga la rebuznancia.

- Resiliencia ante la adversidad, como el puto líder. A muerte, Puri, con la política útil, aunque sólo le sirva a la tucán, que la emplea para todo. Diálogo y diálogo, excepto con los negacionistas regresistas y casposos.

- ¡Justicia social y lucha contra la desigualdad! Porque todos somos iguales y nos merecemos lo mismo, aunque unos se echen la siesta y otros se escuernen desde el frío amanecer.

- Puri, pido redistribuir la riqueza y un escudo social que paguen los ricos opresores…

- Y yo un ático en Rosales, ¡no te jode! Confórmate con un trabajo decente, según el desgobierno, y si no, que nos suban el salario mínimo.

- ¡Eso!, seguro que en los nuevos presupuestos que presentaran, algún año, antes de concluir el mandato, habrá un nuevo paquete de medidas para avanzar y proteger a los ciudadanos. Será un hito, porque no hay día en que no se deje la piel el desgobierno progresista.

- ¡Ya te digo, tía! Espero que no metan nuevos recargos temporales de solidaridad… como han hecho con la nueva tasa de basuras, para seguir teniendo las calles llenas de mierda… como cuando lo teníamos gratis.

- Si no ha sido el ayuntamiento, colega. Sobre todo lo malo que ocurre se cierne la sombra siniestra de esa persona de la que usted me habla. Por no nombrarle otra vez y aprovechar dichos famosos de los que se han quedado enfrente y no saben por dónde tirar.

- Estos también están comprometidos con la solución… es algo que están analizando.

- ¡No me consta! Van como pollos sin cabeza… Y, reflexionando, desde la convicción, o decimos basta, o la degradación de la vida pública determinará nuestro futuro.

- Tía, eso lo dijo el puto líder.

- Sí, pequeño saltamontes. Sólo me queda decir, después de esta conversación hecha con frases utilizadas por nuestros desgobernantes, que añoro con toda mi alma aquellos tiempos en los que el lenguaje se utilizaba para entendernos, para expresar ideas, pensamientos y emociones en vez de utilizarlo, de manera torticera, para manipular a los votantes de manera engañosa y cambiar la percepción de la realidad por otra edulcorada y persuasiva a base de eufemismos cargados de significado abstracto y biensonante. Una mierda siempre será una mierda, y no una caca olvidada en la acera; mentir de manera reiterada, no se llama cambiar de opinión. Una lechuga es una hortaliza de hojas verdes y crujientes de la familia de las asteráceas, y no un billete de 200 euros. Cambiar la forma en que las personas hablan modifica su forma de pensar. Según Vygotsky, el lenguaje es el arma maravillosa que abre miles de puertas a otros conocimientos, es la herramienta de relación con otros y permite interaccionar adecuadamente. ¡No prostituyamos el lenguaje, por favor!

- No me consta, pero los equipos humanos de alto rendimiento no paran la maquinaria ni en domingo. ¡Tendremos gobierno corrupto para rato!

- Sólo hay una frase en la que estoy de acuerdo con el puto amo: La pregunta que planteo es si queremos esto para España. ¡Ahí lo dejo!

- ¡Cien por cien, tía! ¡Cien por cien!

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