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Desgobierno

02/05/2025@07:07:00
El 28 de abril pasado fue el día del gran apagón. Sí, ese que nunca iba a ocurrir y que sólo era cosa de conspiranoicos. Ahora éstos son los del gobierno que no saben nada de comunicación. Ese día todo lo hicieron mal. "España a dos velas", de Azucena del Valle nos cuenta como las velas salieron de las iglesias y coparon nuestros hogares. ¡Menos mal que había muchas por el sepelio del papa Francisco. Y los chinos vendiendo velas y transistores a precios desorbitados. Esos sí que han hecho el agosto en pleno mes de abril.

El mundo está que arde. Menos mal que la nueva borrasca IVO ha llegado para apagar los ánimos, aunque Trump y Pedro Antonio siguen por aquí. Uno legislando leyes que están dejando a los americanos descuadrados, el otro aprobando un decreto minibus y descafeinado que beneficiaría a los jubilatas, a los okupas y a los que usen el abono transporte. Como dice Azucena del Valle en "Tomorrow will be another day" todo pasará y mañana será otro día. Lo que no sabemos es si será mejor.

Nuestra colaboradora más poligonera y dicharachera Azucena del Valle nos habla en su primera colaboración del año de tantas cosas que nos es difícil destacar una. En este país de tantos singing morning, donde tenemos una televisión que da pena, ver las campanadas del año nuevo es llorar. Son más cutres que un presidente de gobierno en Cerler con cuarenta euros. Menos mal que nos alegra la vida con sus ocurrencias y no esos presentadores y humoristas absolutamente gagas.

¡Mecachis! Azucena del Valle está más mustia que un geranio en invierno. Llegan las navidades y se nos pone muy melancólica. Nos lo cuenta en "No hay Navidad sin castañas". ¡Incierto! Este país está hecho una castaña y los países extranjeros, también. Baste mirar a nuestros politicastros y a países como Ucranía o Siria y si hablamos de Valencia, no se salva ni la fallera mayor. Ya nos lo dijo Eslava Galán: "nos vamos a la mierda". A lo mejor ya estamos y no nos hemos enterado porque estamos comiendo castañas pilongas en vez de chocolate con churros.

¡AHÍ LO DEJO!

Cuenta la Vani que vive en la zona 0 de las manifestaciones de Madrid, al lado de la sede del PSOE. Justo donde se reza el rosario todas las tardes y se termina con el estribillo: Perro Sánchez, hi de puta. ¡Pero que católicos son estos manifestantes! Así han salido sus hijos que van quemando cubos de basura y contenedores. La Vani ya no sabe donde tirar los cascos de las botellas de gin que se bebe, si al contenedor o a la cabeza de nuestros políticos descerebrados. Nos lo cuenta Azucena del Valle en "¡Este no es la juventud de España!" o sí.

MIGUEL DELIBES

Los críticos, en su abrumadora mayoría, están de acuerdo en que la renovación de la novela española queda encabezada por El Jarama (1955), de Rafael Sánchez Ferlosio, que marca un hito y una referencia en la novela española de postguerra y en lo que se ha dado en denominar realismo social, y Luis Martín-Santos y su Tiempo de silencio (1962; edición definitiva y liberada de la mordaza de la censura, 1980), Cinco horas con Mario (1966, cito de la trigésimo tercera edición, Destino, junio 2008) supone una obra central dentro de la variada y versátil bibliografía de Delibes (novela, novela corta, libros de viajes, diarios, reportajes, etc.), junto y a la par con Los santos inocentes (1981, una concisa obra maestra que retrata la realidad de los pueblos castellanos) y El hereje (un vasto fresco de Valladolid en la época de Carlos V). Y no resulta azaroso que la novela haya sido publicada el mismo año que Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé: ambas, cada una a su modo, recorren relaciones de pareja signadas por el malentendido, la frustración y el desencuentro donde el menoscabo al que es sometido el personaje masculino parece formar parte de un designio ineluctable.

PLAZA DE GUIPUZCOA

Odio la hipocresía y la falsa humildad (y más cosas que no vienen a cuento). Tampoco es necesario ser tan explícito como Cristiano Ronaldo: “me envidian porque soy guapo, rico y buen futbolista”.

“La ley y la policía son experiencias intangibles para los venezolanos”

The Night” es el título de la primera novela del escritor venezolano Rodrigo Blanco Calderón. El título está sacado de una canción del grupo de rock alternativo Morphine, desaparecido en 1999 y de los apagones que sufrió Caracas en 2006 durante los cuales se produjeron una serie de asesinatos a mujeres en el Parque de Caiza. Esos acontecimientos dan pie a una desequilibrante novela policiaca que atrae al lector desde sus primeras páginas.

“Sin duda, estamos en una época que da para escribir más novela negra”

Por Javier Velasco Oliaga

Miguel Fortea
acaba de publicar su segunda novela, La ciudad del trueno, ambientada en la Guerra Civil Española. Este escritor burgalés no se considera un escritor profesional, sino un economista. Esa percepción debería cambiarla, porque la novela le ha salido plenamente redonda y él es un valor en alza de la novela negra española.

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El año de mi primera comunión, Paco Martínez Soria estrenaba la película "La ciudad no es para mí". Ahora Azucena del Valle lo dice pero en fisno "The city is not for me" y todo porque a las mentes brillantes de nuestros gobiernos les ha dado por soterrar las carreteras. Algunos vecinos ya piden que se lleven hasta la M-40. ¡Pobrecillos! Es que no saben que se van a inundar en cuanto llueva y si no que se lo digan a Gallardón.

Por supuesto que los reyes no son los padres. Ya me hubiera gustado tener un rey como padre. Lo dice Azucena del Valle en su nuevo artículo. Unos reyes son magos, otros republicanos y los menos monárquicos. Los únicos reyes que he conocido en mi vida son los de la baraja con la que juego al mus y pierdo porque siempre me toca el de bastos. Aunque ahora que caigo, sí conocí a un rey del Planeta, pero fue de lejos porque no nos dejaban acercarnos. Así que me quedo con el rey mago marrón que decía un niño en la tele de todos.

Hoy, Azucena del Valle está de celebración. 100 artículos 100, lleva nuestra colaboradora más poligonera y mordaz. Empezó con un cabreo, como dice ella, y ahora parece que está feliz como una perdiz porque la van bien las cosas del humor. Hasta Viktor Frankl parece que la da la razón. De ahí que, agradecida, títule ¡Namasté! esta nueva entrega. Así que no más té y más café.

¡AHÍ LO DEJO!

Anda la Azu tan vaga como la Puri. Sólo se ha puesto las pilas cuando ha visto publicado el libro de la Maudy y del otro gañán que lo ha escrito a pachas con ella. Se queja que los periodistas, hijos del papá, de la Cultureta Gran Reserva de Onda 0 han destripado su libro sobre la Landi, que era tan rubia como ella de joven, y han tenido la poca decencia de solo citar sus nombres de pasada. Y es que hay gañanes en todos los lados y si no es por el enchufe no hubiesen triunfado como la Maudy, que se lo ha currado toda su vida. Y quieren ser los nuevos Camilleris carpetovetónicos. ¡Ahí lo dejo, capullitos de alelí!

Hoy Azucena del Valle nos trae a colación el tema de la asertividad en su nuevo artículo "Sí; puedo decir no sin sentirme culpable". Entre lo que solía decir Butragueño: pues, no sé no, al puñetazo de Will Smith a Chris Rock va un abismo. La Azu nos lo explica con las teorías conductistas de J. Smith, que no es famila de Will; en Estados Unidos hay más Smith que en España García. Bueno no sé si esta vez ha dado en el clavo o sí.

Autor de “La ciudad enfurecida”

Desde el 2015 el escritor cántabro Sergio Martínez no había publicado una nueva obra de ficción histórica. Esos seis años los ha empleado en documentarse sobre los hechos acaecidos en Pamplona entre los años 1274 y 1276 y escribir su nueva obra. El resultado ha sido “La ciudad enfurecida”, una sorprendente novela histórica que narra dichos sucesos, bastante desconocidos para el lector español. Como dice el propio autor “nuestra historia tiene un sinfín de hechos excepcionales y no se pueden conocer todos”.

José Luis Sardón nos presenta una obra de consulta obligada para periodistas, politólogos, economistas, historiadores y sociólogos en la que reflexiona sobre el fenómeno populista en América Latina. Las conclusiones que extrae no deberían ser obviadas en Europa Occidental. En efecto, en los últimos tiempos hemos presenciado en el “viejo continente” la aparición de una serie de formaciones políticas que abogan por recetas cuyo carácter fallido había quedado demostrado sobradamente décadas atrás.