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Nuestro poema de cada día
Horacio
Horacio

Los antecedentes literarios: el “carpe diem” en Horacio y en Ausonio

Carpe diem es la expresión latina para uno de los temas clásicos de la poesía universal: la brevedad de la vida, la belleza fugaz y la necesidad, por ello, de gozar del presente. La traducción literal de la frase es “aprovecha el día”. Su origen se encuentra en la Oda 11 del primer libro de Odas de Quinto Horacio Flaco (65 a. C.-8 a. C.), conocido como Horacio, el principal poeta lírico y satírico en lengua latina. En ella, dice el poeta: “Dum loquimur, fugerit invida / aetas: Carpe diem quam minimum credula postero” (“Mientras hablamos, habrá huido celosa / la edad: aprovecha el día, confia lo menos posible en el mañana”). Este poema de Horacio está dedicado a Leucónoe que, en la mitología romana, es una hija del dios Neptuno. La imprecación a la doncella que es destinataria del poema se instaurará como elemento recurrente en toda la tradición poética del Carpe diem.

Horacio: Odas y Épodos. Madrid, Ediciones Cátedra, 2004. Colección Letras Universales, núm. 140. Edición bilingüe de Manuel Fernández-Galiano y Vicente Cristóbal.
Horacio: Odas y Épodos. Madrid, Ediciones Cátedra, 2004. Colección Letras Universales, núm. 140. Edición bilingüe de Manuel Fernández-Galiano y Vicente Cristóbal.

[Horacio: Odas.

https://www.ellibrototal.com/ltotal/ficha.jsp?idLibro=5237

Extraído de la presentación del libro digital: “Las odas son composiciones de carácter lírico que constituyen la obra cumbre de la lírica latina. Son cuatro libros con un total de 104 odas. En ella se jacta de haber sido el primero en trasplantar al latín la lírica eolia en su conjunto, imitando los temas y los metros líricos griegos, sobre todo de Alceo, Safo y Anacreonte. Horacio tiene conciencia de que sus odas son lo mejor de su obra y afirma que serán más duraderas que el bronce. En las Odas el componente fundamental es el lírico. Podemos agrupar las odas en varios grupos temáticos: alabanza de Augusto, elogio de la amistad, tema filosófico y moral, el amor, y finalmente el campo y la naturaleza. Expone el poeta su filosofía de la vida: hay que saber hacer uso de las riquezas y ser generoso; no hay que dejarse abatir por la adversidad y debe uno gozar de los bienes presentes, que son precarios; lo mejor para ser feliz es la "áurea mediocridad" (Aurea mediocritas). Hay una invitación a gozar del momento presente, ya que el día de mañana es incierto: carpe diem. Este tema tendrá gran fortuna en la literatura universal”].

Texto latino de Horacio con su correspondiente traducción.

Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi

finem dii dederint, Leuconoe, nec Babylonios

temptaris numeros. Ut melius quidquid erit, pati!

Seu pluris hiemes, seu tribuit Iuppiter ultimam,

quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare

Tyrrhenum: sapias, vina liques et spatio brevi

spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit invida

aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.

No preguntes (es sacrílego saberlo) qué fin a mí, cuál a ti,

los dioses han dado, Leucónoe, ni sondees los babilónicos

números. ¡Cuánto mejor es soportar lo que haya de ser!

Así Júpiter nos haya concedido muchos inviernos, así este sea el último

que ahora desgasta contra los escollos sobresalientes las olas

del Tirreno: sé sabia, filtra el vino y en un espacio breve

recorta una esperanza larga. Mientras hablamos, habrá huido celosa

la edad: aprovecha el día, confía lo menos posible en el mañana.

El poeta romano Décimo Magno Ausonio (310-395 d. C.) recoge este tópico horaciano en su poema De rosis nascentibus, texto que algunos atribuyen a Virgilio. Este poema a una joven doncella, a la que se invita a aprovechar la juventud, culmina con los famosos versos “Collige, virgo, rosas dum flos novus et nova pubes, / et memor esto aevum sic properare tuum” (“Coge las rosas, muchacha, mientras la flor está lozana y la juventud fresca, / y acuérdate de que así se apresura también la edad”); es decir, que estos versos representan la fugacidad del tiempo, pues todas las cosas, incluso las más bellas o importantes, habrán de morir.

Texto latino de Ausonio con su correspondiente traducción.

Conquerimur, Natura, brevis quod gratia florum est:

Ostentata oculis ilico dona rapis.

Quam longa una dies, aetas tam longa rosarum,

Quas pubescentes iuncta senecta premit.

Quam modo nascentem rutilus conspexit Eous

Hanc rediens sero vespere vidit anum

Sed bene quod, paucis licet interitura diebus

Succedens aevum prorogat ipsa suum.

Collige, virgo, rosas dum flos novus et nova pubes,

et memor esto aevum sic properare tuum.

Nos quejamos, Naturaleza, de que sea efímera la belleza de las flores.

Les arrebatas rápidamente las gracias mostradas a los ojos.

La edad de las rosas es tan larga como un solo día,

la vejez inminente las agobia, aún jóvenes,

tan pronto llegan a su plenitud, las empuja su propia vejez.

A la que el lucero brillante vio nacer,

a esa la contempla ya anciana al regresar por la tarde.

Mas no importa: aunque inexorablemente deba la rosa rápida morir,

ella misma prolonga su vida con los nuevos brotes.

Coge las rosas, muchacha, mientras la flor está lozana y la juventud

/fresca,

y acuérdate de que así se apresura también tu edad.

Daniel Jiménez Martín: “El poema ‘De rosis nascentibus’ y su tradición clásica en la literatura española. Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Extremadura, Cáceres, 2016.

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