Éxito de taquilla en Argentina que parece haber generado debate sobre las virtudes y los defectos argentinos. El hecho de que Javier Milei metiera cucharada en X también avivó el debate, más allá del propio film, que al final devino campo de batalla para otras cosas. Entre una cosa y otra, la polémica se rentabiliza en forma de publicidad gratuita.
La crítica cinematográfica argentina se despachó a gusto con Homo Argentum, en especial, después de que Guillermo Francella criticara públicamente el cine de autor argentino, con éxito en festivales internacionales pero escasa taquilla nacional. Si buscamos referencias de puntuación del film en webs especializadas encontramos en esencia la respuesta visceral a cuestiones externas al propio film en forma de nota baja. En el caso de las plataformas donde los invitados a puntuar son críticos de cine, la mayoría de las notas tiran a la baja. Cuando el invitado a puntuar es el público general, los dieces y los ceros se alternan y dan la misma nota media que la de los críticos de cine.
Quizás desde España y con la distancia sea más fácil centrar el debate en otras cuestiones, en el propio film:
1. El formato “suma de historias breves” se prodiga poco en el cine, y solo por eso vale la pena echarle un vistazo. Historias sin remate, otras saben a poco, en alguna podría haberse hurgado un poco más, dicen algunos críticos. Claro: a costa de salirse del formato.
2. ¿Argentinidad? Algunos de los personajes y actitudes podrían ser perfectamente exportables a otros entornos: el hijo que no se va de casa con 39 años podría ser perfectamente español, el gran empresario que teme ser víctima de un chantaje si sube en ascensor con una chica despampanante (Eva de Dominici) podría ser estadounidense o coreano (por mencionar una procedencia con otro huso horario). En este mundo globalizado es complicada la peculiaridad nacional: el mundo consume una buena proporción de ficciones en común, por lo tanto nuestros valores van confluyendo.
3. ¿Argentinidad? ¿La suma de las historias nos da una impronta de argentinidad? Complicado extraer síntesis alguna. Algunos críticos han llamado la atención sobre el hecho de que todos los entornos representados en el film son porteños.
4. ¿Argentinidad? Aspirar a sublimar la esencia de Argentina es un puro acto de presunción que solo merece la más absoluta reprobación. Dicen otros críticos. Los autores de la película se defienden diciendo que solo pretendía hacer una comedia más o menos negra, más o menos ácida.
5. ¿Reírse o no reírse?, esa es la cuestión. Las cosas que nos hacen reír son personales hasta el punto de que nos definen: ¿caída ridícula tras patinazo con plátano o contradicción humana que te retrata íntimamente? Es imposible reírse con todas las historias porque apelan a sentidos del humor distintos, algunas te hacen sonreír, otras no están pensadas para provocar hilaridad, pero cuando conectas con una de las historias te desternillas.
6. Guillermo Francella es un gran actor que acepta el reto de dar vida a diferentes personajes sin dejar de ser él, su propio personaje. No es que se camufle de tal manera que nos resulte irreconocible, siempre lo vemos a él juguetón, gesticulante. Ahí está la diversión. La película va alternando los personajes arrogantes con los pusilánimes, como en un disco musical se alternan las lentas con las movidas. Es sin duda un film para incondicionales del actor.
Como curiosidad diremos que Dalma Maradona (hija del ídolo futbolístico y de la actriz Claudia Villafañe) da vida a Eliana, la chacha de un tipo rico que asciende socialmente por la vía del braguetazo.