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Emiliano Monge
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Emiliano Monge (Foto: Javier Oliaga)

Entrevista a Emiliano Monge, autor de “Las tierras arrasadas”

“La ficción busca la veracidad, no la verdad”
jueves 21 de enero de 2016, 09:51h

Hubo un tiempo en el que México fue una tierra de promisión adonde se iba a hacer fortuna. Ahora se ha convertido en una tierra de paso por donde circulan millares de emigrantes en su camino hacia Estados Unidos. Ese paso, en muchísimos casos, se convierte en su tumba. Ahora esa tierra está plagada de fosas comunes y el escritor y politólogo Emiliano Monge las denomina con buen criterio “Las tierras arrasadas” y justamente así ha titulado su nueva novela, que ahora se edita en España.

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Emiliano Monge (Foto: Javier Velasco Oliaga)

En un año, cerca de 200.000 emigrantes cruzan México de sur a norte. Durante ese periplo, muchos de ellos desaparecen a manos de las mafias de la droga. En los últimos diez años han desaparecido 70.000 salvadoreños en tierras mexicanas. “Desde que empezó la guerra del Narco, las tierras mexicanas se han llenado de fosas comunes y pasa prácticamente desapercibido, no salen estas noticias en los medios de comunicación. El caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala fue el revulsivo que hizo que comenzara a tratarse el tema de las desapariciones”, explica con rigurosidad el escritor mexicano. Y eso que no se siguieron abriendo las fosas que había en el terreno, si no hubieran aparecido más cadáveres de desaparecidos.

“En México la corrupción está generalizada, el gobierno, los cuerpos de policía, el ejército. Los narcos y el crimen organizado están infiltrados en todas partes”, afirma Emiliano Monge con valentía. “La guerra que está viviendo mi país es una guerra por el narcotráfico, no contra el narcotráfico. Estos no sólo trafican con las drogas y con las armas sino que también lo hacen con las personas”, sostiene.

Las tierras arrasadas” podría haber sido un libro del nuevo periodismo con exceso de datos, “exige un trabajo de campo total y exige retratar la historia como sucede. Yo he querido utilizar la ficción para describir la situación que estamos viviendo en México. La ficción busca la veracidad, no la verdad. En ocasiones da más libertad, en otras la puede quitar”, reflexiona sobre su proceso de creación de la novela.

“En México existe una desigualdad infinita”, golpea con precisión. Cree que en muchos países del Tercer Mundo ocurre lo mismo. “Existen 60 millones de pobres en mi país, de una población de 120 millones y 50 son casi pobres. En México no existe casi la clase media; eso sí, tenemos al hombre más rico del planeta y no hizo su fortuna con materias primas o con tecnología. Lo hizo con servicios”, explica dolido. Y hay que recordar que su mano derecha es Felipe González, el que fuera presidente socialista de España.

La novela tiene mucho de thriller, con un ritmo trepidante donde la pareja de secuestradores formada por Epitafio y Estela lleva el peso de la trama. El resto de la banda tienen nombres con Sepelio o Mausoleo, todos con referencias funerarias. Sin embargo, lo emigrantes no tienen nombre, “han perdido su identidad, todos sus derechos y la individualidad”, apunta. Ambos protagonistas son personas que están impedidas para amar porque ninguno de los dos quiere ser vulnerable y mostrarse débil ante el otro. “Es una necesidad de supervivencia”, puntualiza el escritor nacido en México D.F.

“La violencia está en el aire y hace que pierdan la identidad de esa manera. Todo nace en la violencia”, comenta y agrega “La violencia no es un personaje, ni una historia: es un escenario, de tal forma que es algo cotidiano”, manifiesta Emiliano Monge en la conversación de mantuvimos en un conocido hotel capitalino en una fría mañana de enero.

Acostumbrado a esa violencia latente que padecen en su país por culpa de los cárteles del narcotráfico, una vez que se pone a escribir necesita tranquilidad y sosiego. “Soy muy silencioso en el trabajo y cuando estoy escribiendo alguna obra abandono hasta la lectura. Lo único que lee es algún libro de poesía, quizá por ello esté obsesionado con el ritmo del lenguaje”, se describe.

Cuando comenzó a pensar en escribir “Las tierras arrasadas”, primero quiso escribir una obra de teatro pero no dominaba bien la técnica teatral y se decidió por escribir una novela. “No me interesaba aprender a escribir teatro, pero sí quise mantener algún elemento del teatro clásico que son los coros. Vi que los coros ficcionales no funcionaban, por eso introduje coros con los testimonios de los supervivientes de los secuestros”, expresa.

Para Emiliano Monge, “la literatura sirve para darle voz a las cosas que están calladas, aunque cada cual le da el objetivo que quiere”, razona. Lo que nunca hará será dar voz a los poderosos y mucho menos escribir con el lenguaje del poder, eso queda para otros.

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