En este fascinante libro, los acontecimientos y anécdotas que han influido en la vida sexual de nuestro país son recopilados por Juan Eslava Galán. La historia oficial se desarrolla paralelamente a relatos íntimos de braguetas, cuernos y corsés, donde desfilan personajes como concubinas, pecadores, reyes, curas y numerosos políticos. Esta obra está repleta de curiosidades que el gran público desconoce, tales como que el origen de la clásica peineta es un moño con forma de pene erecto, que un pecado sexual fue la causa de la caída del reino godo o que Enrique IV contaba con una escolta compuesta por robustos sodomitas. Juan Eslava Galán es un maestro indiscutible en contar la historia de una manera diferente a como lo hacen los circunspectos historiadores. ¿Considera que, si sus obras fueran obligatorias en la enseñanza, los alumnos aprenderían, por fin, algo? Debo romper una lanza por los historiadores que hacen bien su trabajo aunque no se atrevan a explorar el lado humorístico de la historia. Yo debo mucho a mis lecturas de esos historiadores. ¿Es este el libro que le faltaba por escribir a los escépticos que pueblan la tierra? Lo he escrito porque algunos lectores me reprochaban que me ocupo más del sexo de los poderosos con olvido de las pasiones del pueblo llano. ¿Entiende la literatura sin humor, sin esa fina ironía que le caracteriza? A mí el humor me sale espontáneamente, pero debo consignar que muchas veces el tratamiento humorístico de un asunto explica mejor cualquier asunto serio. Hacer un repaso a la historia a través del sexo, con una documentación como la de su libro, es una tarea que no está al alcance de cualquiera. ¿Cuánto ha tardado en concluir tamaña empresa? No ha sido fácil porque he tenido que releer muchos textos que ya tenía casi olvidados buceando en ellos para encontrar testimonios del comportamiento sexual en otras épocas.
Se dice que el dinero mueve el mundo… pero ¿no será que el sexo juega un papel aún más importante? Sin duda alguna el sexo es uno de los motores de la Humanidad que explica muchos avatares de la historia. El autor habla sin cortapisas ni censuras. ¿Su ensayo puede pisar algún que otro callo? A mi edad intento tratar con gentileza a todo el mundo, pero tampoco titubeo al exponer la verdad. ¿Por qué será que grandes escritores se atreven con temas, que para otros son tabúes por lo atrevido, cuando ya han cumplido unas cuantas décadas? Como hablar del sexo sin tapujos, por ejemplo. Habría que preguntárselo a ellos. Yo creo que con los años perdemos interés por el sexo o digamos que el sexo nos abandona. En mi caso suplo la deficiencia con un amable interés por el tema desde el punto de vista histórico y sociológico. Su prosa es excelente en eufemismos, provocadora, rica, ingeniosa, divertida… ¿estamos necesitados de escritores que conozcan el castellano como Dios manda? El idioma es como un árbol frondoso que nos supera. El escritor debe cultivarlo, podarlo, abonarlo, cuidarlo… y leer mucho para aprender de los buenos. Si hay algo que caracteriza a los españoles, además de la envidia es la pacatería y la doble moral. ¿Hemos avanzado algo al respecto en el S. XXI? Sin duda alguna. Para los que crecimos a la sombra inclemente del nacionalcatolicismo la presente liberación era una meta impensable. Lástima que hayamos llegado tan tarde. Del amplio recorrido que hace el autor por las costumbres amatorias de todos los tiempos, ¿cuál le ha sorprendido más y por qué? Quizá la del chischibeo de la Ilustración. El esposo moderno toleraba un acompañante asiduo que cortejaba cortésmente a su esposa. Las mujeres, como casi siempre, se han llevado la peor parte a lo largo de la historia, culpables de todos los males y, muchas veces, negándolas el placer del sexo. ¿La culpa sigue siendo de la religión o de los complejos de los varones? Mitad y mitad. Por una parte la religión cristiana que tiene raíces misóginas desde san Pablo y San Agustín (la teoría del pecado original); por otra el propio complejo del hombre que sospecha que los otros la tienen más larga y saben usarla mejor. El ideal es la mujer univira, la que solo conoce a un varón. Entre el sí y el no de las mujeres cervantinas… ¿seguimos hechos un lío y algunos todavía no entienden que el no es no? Creo demostrar cumplidamente que desde el principio de los tiempos el cortejo requiere un no inicial para después, ceder. Las neofeministas no lo han entendido. El hombre avisado debe tantear el terreno y si encuentra un no perentorio debe cesar en sus ruegos. ¿Su libro es, además de un estudio riguroso del amor y el sexo a través de los tiempos, una denuncia de la hipocresía, el cinismo y la violencia encubierta de la sociedad machista dominante? En efecto, la gran asignatura en materia sexual consiste en superar las tendencias machistas que todavía presiden las relaciones entre sexos. Puedes comprar el libro en:
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