Como el “te pego, leche” de Brigitte a Macron a su llegada a Vietnam. Lo vio todo dios, aquí y en la Conchinchina, nunca mejor dicho. Pero el presidente francés ha tenido el cuajo de decir que era un guiño cómplice entre ellos. No me cuentes milongas, tío, os han leído los labios y eso va a misa.
Ojo con esta técnica que nos puede resarcir frente a la farsa de los políticos. Un lector de labios espabilado es más rápido y barato que la inteligencia artificial y cualquier fontanero mafioso. Después del sopapo, Macron ofrece su brazo a Brigitte para bajar la escalinata y ella lo rechaza “Aléjate perdedor”, le dice. Macron suplica “Intentemos, por favor” y Brigitte responde “Je vois”. Traduzco. Ya veremos, estoy hasta los ovarios de tus gilipolleces. Al final todo se sabe. Y si no se sabe, se adivina. Macron está indignado por la repercusión pública que ha tenido el incidente y aprovecha para denunciar los peligros de la desinformación en la era digital. Fíjate que no ha dicho bulos, fango ni ultra derecha. Macron será un pijín y lo que tú quieras, pero no compares la politess gabacha con el cutrerío patrio. Ni color.
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