- Cada vez se utilizan más palabras que no aparecen en el diccionario, Puri, como random -aleatorio, al azar-, cayetano -para referirse a los pijos-, la queso -te aguantas-, funar -cancelar a alguien-, iconic -icónico, increíble-, veroño, tardeo… Son tantos los extranjerismos, neologismos, anglicismos, mandangas de bandas juveniles, y generaciones según el año de nacimiento, que estamos olvidando la lengua del célebre manco -que no era manco porque nunca le fue amputada la extremidad a pesar del arcabuzazo que sufrió en Lepanto.
- No seas inculta Vani, que sí existe el verbo tardear, con dos acepciones, según la RAE: Detenerse más de la cuenta en hacer algo por mera complacencia, entretenimiento o recreo del espíritu y, aplicándolo a los toros, Vacilar antes de embestir francamente.
- Maravillosa nuestra lengua que nos permite aplicar la misma palabra a nosotras y a los políticos.
- Desarrolla, tía, que a estas horas ya no filtro.
- Sencillo, pequeño saltamontes. Tardeamos, después de sestear, cuando utilizamos la tarde para tomar un gin en una terraza aprovechando los últimos rayos del Manolo antes de que se vaya a dormir, cuando todavía hace buen tiempo. Y tardean los políticos mientras escuchan el discurso de la oposición, aprovechando la velocidad del pensamiento sobre el habla y la mala leche que han tomado en el desayuno, para embestir como miuras al adversario en su próxima intervención. ¿Sí o qué?
- Curioso verbo, admitido por la RAE en 2021, y muy utilizado por los Baby Boomers, la Generación X, algo por los los Millennials o Generación Y, y nada por la Generación Z y la Alfa, que se empeñan en expresarse de manera rara influidos por el entorno digital y las redes sociales - GOAT (lo mejor de todos los tiempos), noob (novato), aesthetic (estilo con buen gusto), cringe (vergonzoso), rizz (carisma), bet (seguro/ok), red flag (bandera roja, señal de alerta) y acrónimos de la jerga gamer como AFK (lejos del teclado) o NPC (personaje no jugable)-.
- ¡Esto es más peligroso que fumar en una terraza! Y no veo al desgobierno interesado en salvar la lengua de Cervantes. Propongo multas de 100 euros y retirada de dos puntos del carnet cada vez que escupan por la boquita estos palabros.
- ¡Cien por cien, tía! Y como estoy con la creatividad a tope, propongo logos para las bolsas de papel, las servilletas de las discotecas, bares, y antros de mal vivir durante los tardeos y noches locas para desasnar a los parroquianos que meten patadas al diccionario. Ejemplo:
“No te rayes, colega, ralla una zanahoria mientras te tranquilizas”
“Contra más utilices contra más, más burro serás, porque se dice, cuanto más”
“No te destornilles de risa, que se te aflojan las bisagras, desternillate, tío”
“Si cocinas en demasía, mañana comerás de sobras; lo sabes de sobra”
“Contorneamos el parque mientras la Barbie se contoneaba ante Kent”…
- ¡Estás sembrada, Vani! Hay que hacer magisterio cuando la lengua sufre tamañas agresiones con impunidad y, lo malo, es que expresiones que hacen daño al oído, con el uso multitudinario acabaran en el diccionario como si tal cosa. Con el tiempo, estaremos rallando (¡!barbaridad!!) un mueble y lijando una zanahoria.
- Pues nada, a rentabilizar la lengua con promociones comerciales -merchandising dicen los finos-, que parece que algunas sí llegan si las frases elegidas son buenas. Recuerdo la campaña de los 90 para prevenir las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados con "Póntelo, pónselo". Se forraron a vender condones.
- Ya, el problema es que salvar la lengua no da rentabilidad a corto plazo, tía.
- La peor lucha es la que no se hace, según Karl Marx. A ver, si conociendo la fuente de la cita, animamos al desgobierno a iniciar una campaña para hablar mejor, eliminar los insultos de las intervenciones y que dejen de tardear cuando se juntan con los que no piensan como ellos -y viceversa-.
- Fácil, colega, Es sencillo hacer que las cosas sean complicadas, pero es difícil hacer que sean sencillas, dijo Friedrich Nietzsche. Seguramente muchos no bebedores de cerveza creyeron que estaban salvando el planeta cuando Heineken lanzó su famoso Piensa en verde, sin caer en que nos estaban incitando a consumir esa bebida rica que sale de mezclar agua, el grano malteado (normalmente cebada), lúpulo y levadura, encerrado en la botella de un llamativo color verde.
- Pues vamos a tardear en este maravilloso veroño - acrónimo que fusiona las palabras verano y otoño- que nos regala la naturaleza, y a lucir el moreno que nos queda después de invertir tantas horas en adquirir una pequeña pátina para lucir más guapas, un suponer.
- ¡Anda, tía! Yo pensaba que el veroño lo había encargado el desgobierno para evitar la tristeza postvacacional de la población.
- Nos cuesta entrar al trapo, Puri, pero el curso promete y ya tendremos tiempo de hablar del desgobierno, como decían el alto y el bajo hace años.
- ¡Cien por cien, tía! ¡Cien por cien!