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Lluna Vicens

23/07/2021@22:00:00

El festival cultural del Valle de Arán, que se celebrará entre el 6 y el 11 de septiembre, se potencia con nuevas incorporaciones y se abre a otras disciplinas artísticas como la fotografía, el teatro o la ópera.

Autora de “Mercancía robada”

La editorial Tierra Trivium acaba de publicar la novela “Mercancía robada”, de Lluna Vicens, un libro testimonio de unos hechos acaecidos hace 33 años en nuestro país. Que se haya podido publicar un libro de este calado es un acto de valentía tanto por parte de la autora catalana como de la editorial madrileña. Unos hechos que revuelven las entrañas a todo aquel lector que se acerque a sus páginas y que ha sido, probablemente, una terapia para Lluna que ha podido, por fin, contar su historia tanto tiempo silenciada.

Si hay un libro auténtico y arriesgado de todos los que he leído en mi vida ese es “Mercancía robada” de la escritora catalana Lluna Vicens. Un libro testimonio en formato de novela negra estremecedor y valiente. Cuando la editora Jimena Tierra me habló de esta novela me dijo: “lo tienes que leer. Es brutal”. Se quedaba corta mi amiga. Es un libro que me ha revuelto las tripas desde las primeras páginas. Un libro que será serio candidato a la mejor novela negra del año y si no al tiempo.

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"Más del 80% de las mujeres prostituidas en España son víctimas de trata” ("La opinión de Murcia”, 20 de septiembre de 2020)

En estos días he leído Mercancía robada, un testimonio autobiográfico de Lluna Vicens, una española que, a los 18 años, fue atraída lejos de su hogar y su familia con el engaño de un puesto de trabajo como guía turística, drogada, encerrada, violada, maltratada y sometida a esclavitud sexual. Es una lectura muy sencilla, sin rodeos ni eufemismos, directa y durísima, desgarradora en su franqueza, que causa en el lector una sensación de impotencia, rabia e injusticia atroz, y lo lleva a asomarse al abismo de la depravación humana, del sufrimiento de víctimas tratadas como ganado de usar y tirar, aisladas, golpeadas, aterrorizadas y sometidas a las peores vejaciones que alguien pudiera imaginar. Y todo ello solo por dinero: porque en ese inframundo de la trata de seres humanos, mujeres y niñas (que son hasta el 20% de las víctimas de la trata y explotación sexual) son un pedazo de carne que se compra, se vende, se alquila y, cuando las han destrozado físicamente, si no han logrado escapar, se elimina. Literalmente.