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En un momento podemos pasar de la alegría y llanto y de las penas a la risa. Y no siempre depende de la suerte. Sino que esta, la alegría, hay que trabajársela igual que si fuera una historia con final abierto, a expensas de lo que estemos sintiendo en el desenlace del destino.
Cervantes no ha muerto. Sigue y continuará vivo por los siglos de los siglos venideros, donde nuevos lectores se adentrarán en sus personajes y llegarán a creer que un día fueron ciertos y existieron.
Juan Goytisolo, en su obra España y los españoles (editada por Lumen en el año 1969) cuando habla de Hermingway nos dice que para él la interpretación de las corridas de toros son un acto, fundamentalmente de orden religioso, cuando un hombre (el torero) se rebela contra la muerte, porque en ese acto asume el tributo divino de dispensarla, haciendo del torero un émulo de Dios.
Hay tragedias insondables, que vienen desde la época helenística desgarrando corazones, acumulando venganzas, provocando incendios sentimentales, incestos, mitos, rencores, oráculos invisibles que conducen a un destino insoslayable.
Gente de bien, gente corriente, unos junto a otros, en soledad, sin libertad, mal viviendo en muchos casos y, a veces, no nos damos cuenta que todo conduce hacia la muerte.
Bécquer y los gorriones. Leer a Bécquer. Sentirlo en su conocimiento. Conocerlo en su sentimiento. Desesperados versos románticos aquí dichos, interpretados, cantados, musicados, con la elegancia del teatro, con la sensibilidad de la poesía, con la emoción de la música, con la fuerza de las palabras.
En esta tarde gris donde ya no te hallo, donde ya no estás ni te encuentro, de melancolías y de lluvias pasadas, cuando envío mensajes a un aire que no respiras, cuando echo la vista atrás hacia lo que fueron nuestros encuentros, cuando ni siquiera tengo fotos donde poder mirarte.
Acto I, esto es un poema. Una declaración de principios. Un biopic sin historia. Es Andalucía, es Manhattan, es Carabanchel sin barreras. Es música y es escena, es Cuento de Navidad sin serlo, es Tiny Tim, es performance, es reality show, es la sinrazón a que mi razón se hace, nace, crece y muere.
Año 1600, en Alcalá de Henares. Quisiera contarte limpiamente los hechos. Pero están cargados de violencia, de ensañamiento, de sangre.
Solamente nombrarte ya me produce dolor. Solamente pensarte, casi. Por saberte ahí, instalado en mi frágil cuerpo, aunque aún sea joven, haciendo de las tuyas, que no es otra cosa que venir a molestar.
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