Cernuda y el desarraigo: La renuncia a volver a España en su poesíaLa etapa de madurez como poeta de Luis Cernuda comienza con Las Nubes, obra sobre la guerra y el exilio, en que aparece una España madrastra de sus hijos de la que emerge otra ideal y querida pero ausente. Desolación de la Quimera, el último de los libros de Luis Cernuda, es una revisión de cuentas con su pasado y el gran recuento de todo su ser. Dos obras cimeras del poeta del 27 cuya influencia más se ha ido agrandando con el tiempo.
Peregrino
¿Volver? Vuelva el que tenga, tras largos años, tras un largo viaje, cansancio del camino y la codicia de su tierra, su casa, sus amigos, del amor que al regreso fiel le espere.
Mas ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas, sino seguir libre adelante, disponible por siempre, mozo o viejo, sin hijo que te busque, como a Ulises, sin Ítaca que aguarde y sin Penélope.
Sigue, sigue adelante y no regreses, fiel hasta el fin del camino y tu vida, no eches de menos un destino más fácil, tus pies sobre la tierra antes no hollada, tus ojos frente a lo antes nunca visto. Luis Cernuda: Desolación de la quimera. Madrid, ediciones Cátedra, 1984, 3.ª edición. Colección Letras Hispánicas, núm. 209. Luis Antonio de Villena, editor literario. (Incluye el libro Las Nubes). La obra original se publica en 1962 y, de manera póstuma, se incorpora, en 1963, a La realidad y el deseo, título que comprende toda la producción poética de Cernuda.
[Nos parece interesante el comentario que Carlos Campa Marcé, efectúa de este poema, con el título “Peregrino, de Luis Cernuda: sobre fuentes y estímulos. (Kavafis, Browning, Gide y Francisco Ayala). https://jgarciagibert.es/peregrino-de-luis-cernuda-sobre-fuentes-y-estimulos-kavafis-browning-gide-y-francisco-ayala/]. La educación de Cernuda en un ambiente religioso y tradicional, así como el descubrimiento a edad muy temprana de su naturaleza homosexual, marcarán su temperamento. La lectura de la poesía de Bécquer le ayudará a mitigar los sentimientos de soledad e incomunicación que le embargan. En el libro Como quien espera el alba -de 1944- figura el poema titulado “La familia” en el que se recogen las impresiones anímicas de su infancia y primera juventud (y así, por ejemplo, califica a su padre de “taciturno”, y a su madre de “melancólica”: “Oh padre taciturno que no le conociste. / Oh madre melancólica que no le comprendiste”). Merece la pena la lectura completa de este poema, en el que pueden encontrar las claves de una forma de ser -y de compartarse- que le marcarán de por vida. https://www.poetasandaluces.com/poema/1640/ Octavio Paz, en su artículo “La palabra edificante” (Universidad de México, 1964), divide los poemas de Cernuda La realidad y el deseo en cuatro partes. https://www.profedelengua.es/La_palabra_edificante_-Octavio_Paz-.pdf Veámoslo más detenidamente.
ETAPA INICIAL DE APRENDIZAJE (1924-1928). Sus poemas son de corte clásico, pero ya comienza a abordar la temática a la que más se dedicará en el futuro: el amor y el erotismo. Obras: Perfil del aire (publicado por los editores Manuel Altolaguirre y Emilio Prados en la imprenta Sur de Málaga, en abril de 1927), un libro con décimas, sonetos y cuartetas heptasílabas escritos entre 1924 y los primeros meses de 1926, y que se halla en la línea de la poesía pura. Égloga, elegía, oda (1927-1928), tres poemas extensos inspirados en Mallarmé y en Garcilaso, en los que apenas se reflejan la frustración y la rabia que el joven poeta guardaba en su interior, y en los que ya se vislumbra su insatisfacción amorosa. CICLO DE LA JUVENTUD (1929-1935). Cernuda queda deslumbrado por el surrealismo, con su culto a las imágenes audaces y oníricas, aunque sin las estridencias que son propias del surrealismo francés. Obras de corte surrealista son Un río, un amor (1929) y Los placeres prohibidos (1931), poemarios de rebelión contra el orden establecido y de reivindicación de su homosexualidad. Abandonado el surrealismo, carácter neorromántico presentan las obras Donde habite el olvido (1933) -conjunto de poemas de amor y muerte en los que anidan la melancolía y la desilusión- para algunos críticos, el mejor libro de Cernuda-; e Invocaciones a las gracias del mundo (1934-1935), libro de exaltación de la pasión amorosa abocada al desengaño. PERÍODO DE MADUREZ. (1936-1956). El 1 de abril de 1936 José Bergamín edita en las ediciones del Árbol de Cruz y Raya La realidad y el deseo, obra que reúne en un solo volumen todos los libros escritos por Cernuda hasta la fecha. El libro se irá ampliando sucesivamente durante treinta y ocho años, con el añadido de nuevas obras, hasta su versión definitiva de 1964, un años después de la muerte del poeta]. Obras: Las nubes (1940-1943), poesía escrita durante la Guerra Civil, de tono intimista y religioso; Ocnos (1942), texto en prosa poética, en torno a sus recuerdos sevillanos; y Como quien espera el alba (1947), donde se aprecia la influencia de los clásicos ingleses y, en especial, de T.S. Elliot. Vivir sin estar viviendo (1944-1949), obra en la que aparece un poeta sugestionado por la muerte y el olvido; y Con las horas contadas (1950-1956). ÚLTIMA ETAPA, DE PLENITUD (1957-1962). Obra: Desolación de la quimera (1962). En este último libro recuerda a sus seres más queridos y rinde homenaje a los escritores que le resultan más entrañables; pero es también el libro en donde mejor se evidencia el desarraigo que sufre el poeta y la añoranza por la patria perdida. Véase, asimismo: Luis Cernuda: Invitación a la poesía. Barcelona, Editorial Seix Barral, 1975. Selección e introducción de Carlos Pelegrín Otero. ********** APOYO AUDIOVISUAL. (Canal UNED). La realidad y el deseo. Centenario de Luis Cernuda. Realidad y Deseo. El Exilio Íntimo. Centenario de Luis Cernuda I. Destaca mención de las malas relaciones con otros poetas de la generación como Dámaso Alonso y Jorge Guillén y la estrecha amistad con Federico García Lorca. Se trata de su fascinación por el cine de la época y la influencia de actores del cine hollywodiense como canon estético para seguir. Participantes: Vicente Granados Palomares; Luis Muñoz, Asesor para el Centenario Luis Cernuda; Manuel Vázquez Medel, Catedrático de Literatura Española (Universidad de Sevilla). https://uned-p-dls2.teltek.es/downloads/294/4173_9332.mp4 Realidad y Deseo. Realidad. El Exilio Real. Centenario de Luis Cernuda II. Recorrido por distintos aspectos de la vida del poeta sevillano, como el concerniente a su exilio político, así como los temas que conforman la obra poética de Luis Cernuda. (Con los mismos participantes). https://uned-p-dls2.teltek.es/downloads/527/4175_12613.mp4 ********** Referencias culturales. Ulises es uno de los héroes legendarios de la mitología griega, y el protagonista de la obra de Homero Odisea. Pasó fuera de su patria 20 años: los 10 de la guerra de Troya, y otros 10 que dura un accidentado viaje de regreso a Ítaca, donde le aguarda su esposa Penélope -ejemplo paradigmático de la fidelidad conyugal-, que ha mantenido a raya a varios pretendientes que desean casarse con ella, mediante una hábil estratagema: aceptará un nuevo esposo cuando termine de tejer un sudario para el rey Laertes, padre de Ulises, tarea que prolonga deshaciendo por la noche lo que teje durante el día; hasta que regresa su marido, disfrazado de mendigo, que con ayuda de su hijo Telémaco, el porquero Eumeo, y el boyero Filetio, otro ciado de confianza, mata a todos los pretendientes, que pertenecían a las más ilustres familias de Ítaca; pero la venganza de los progenitores es frenada por la intervención de la diosa Palas Atenea. Ítaca. El griego Constantino Kavafis (1863-1933) -al que considera Cernuda uno de los poetas mayores de su tiempo, y con el que comparte su desprecio por la rima y el lenguaje solemne-, convierte a Ítaca en el símbolo del descubrimiento de un destino personal que resulta ser el propio viaje. El poema de Kavafis puede leerse íntegro -en una de sus múltiples traducciones al castellano- en el siguiente enlace: https://ciudadseva.com/texto/itaca/ A la última etapa de Cernuda corresponde Desolación de la quimera; y a esta obra pertenece el poema “Peregrino”, escrito en México en febrero de 1961; un título que tiene un claro sentido metafórico: la vida es un camino por el que se viaja de un lugar a otro, sin arraigo, en un desasosegado e insistente peregrinaje, que es sinónimo de libertad. Pero frente a la nostalgia de la patria perdida -presente en otros exiliados como consecuencia de la dictadura franquista-, Cernuda renuncia a volver a España, porque nada ni nadie le esperan en ella. De ahí ese sentimiento de desarraigo y de desvalimiento afectivo que inunda el poema. Pero Cernuda expresa su inequívoco deseo de seguir hacia adelante, sin volver la vista atrás; y, en este sentido, son especialmente significativos los dos versículos que cierran el poema, y que insisten -en perfecta estructura paralelística- en esa idea de peregrinaje que da título a la composición: “tus pies sobre la tierra antes no hollada, / tus ojos frente a lo antes nunca visto” (versículos 14-15). [Sobre el dilema del deseo de volver o no a España, son especialmente significativas las palabras del propio Cernuda: “En marzo de 1947 recibí carta de mi amiga Concha de Albornoz, quien hacía unos años trabajaba en Mount Holyoke College, Estados Unidos, preguntándome si aceptaría un puesto allí. Aunque parezca increíble, no había pensado en cómo y dónde habría de continuar mi existencia. Volver a mi tierra, ni pensaba en ello; poco a poco se consumaba la separación espiritual, después de la material, entre España y yo.” (cf. Historial de un libro (La Realidad y el Deseo), por Luis Cernuda, 1958; en Luis Cernuda: Poesía y literatura. Seix Barral, Barcelona, 1971). https://www.profedelengua.es/Cernuda_Historial_de_un_libro.pdf] El poema está compuesto por tres agrupaciones estróficas que no pueden considerarse quintetos, hablando con propiedad métrica; salvo en el primer caso, en el que a un verso heptasílabo siguen cuatro endecasílabos, si bien, ninguno de los cinco riman entre sí -no hablamos, por tanto, de versículos-. Y en cuanto a los endecasílabos, poseen gran riqueza rítmico- acentual: verso 2: “tras lárgos áños, tras un lárgo viáje” (endecasílabo sáfico, con acentos en las sílabas 2.ª, 4.ª, 8.ª y 10.ª). verso 3: “cansáncio del camíno y la codícia” (endecasílabo heroico, con acentos en las sílabas 2.ª, 6.ª y 10.ª; y con una leve aliteración de /k/ y de /i/). verso: 4: “de su tiérra, su cása, sus amígos” (endecasílabo melódico, con acentos en las sílabas 3.ª, 6.ª y 10.ª). verso 5: “del amór que al regréso fiél le espére” (endecasílabo melódico, con acentos en las sílabas 3.ª, 6.ª 8.ª y 10.ª).
Por otra parte, entre los versos 3 y 4 se produce un encabalgamiento abrupto del tipo [nombre+complemento nominal]: (“la codicia / de su tierra”), de forma tal que el valor semántico de ambos nombres queda en una posición de relevancia expresiva. Y salvo en las palabras “amor” y “tierra”, en todas las demás acentuadas recaen acentos rítmicos. Pero hay que reparar en la palabra “fiel”, y en su ubicación en el interior del verso, que funciona, mediante un leve hipérbaton, como complemento predicativo (“amor fiel”/“le espere fielmente”); porque esa fidelidad amorosa podría haberse convertido en una razón para la vuelta a su patria de un exiliado. Por otra parte, al ser el verso 2 pausado, el 4 polipausado y todos, salvo el tercero, esticomíticos, Cernuda logra un ritmo pausado y sereno. En esta primera estrofa el poeta plantea -más bien “se plantea”- la clásica pregunta que, con el paso del tiempo, se hace todo exiliado: “¿Volver?”, palabra con la que se inicia el poema, y que podría hacer pensar en un diálogo entre el poeta y un anónimo interlocutor; pero no es así, ya que funciona a modo de interrogación retórica que, por el contexto, además de aportar mayor vigor expresivo -y hasta cierta extrañeza-, indirectamente afirma lo que se va a decir a continuación, que es lo que realmente piensa el poeta al respecto (versos 2-6): la vuelta al lugar de origen la reserva para quien, cansado tras largos años de ausencia, desea reencontrarse con “su tierra, su casa, sus amigos” (verso 4) y con la fidelidad de un amor que le aguarda (verso 5: “del amor que al regreso fiel le espere”). En definitiva: “¿Volver” [Que] vuelva el que tenga…”. [Hemos añadido en la respuesta a la pregunta la conjunción “que” delante del verbo en subjuntivo, precisamente porque la forma verbal se ha anticipado a los diferentes sujetos que podrían tener razones para regresar a su patria (“el que tenga cansancio del camino, que vuelva”; “el que añore tierra, casa y amigos, que vuelva”; “el que tenga un amor esperándole, que vuelva”. Es evidente, por tanto, que la sintaxis empleada por Cernuda alcanza una mayor expresividad]. Y en cuanto al verso 2, Cernuda, que es poco partidario de la adjetivación ornamental, ha repetido el adjetivo “largo” en una construcción bimembre: “tras largos años, tras un largo viaje”, y así, la preposición “tras”, con le reiteración del adjetivo “largo(s)” antepuesto a los respectivos nombres (“años/viaje”), prolonga aún más en el tiempo la idea de ausencia del propio terruño y acentúa la necesidad del regreso para determinadas personas. Abramos un pequeño paréntesis en nuestro comentario. Cernuda es un gran admirador del poeta lírico alemán Friedrich Hölderlin (1770-1843), al que además tradujo al castellano. Y, concretamente, en la primera versión de su poema “Tierra nativa”, Hólderlin afirma: “También yo quiero volver a la tierra nativa, / pero ¿qué he conseguido si no son sufrimientos?” (versículos 3-4); y más adelante se pregunta: “Benignas riberas, vosotras por quienes fui formado, / ¿podéis calmar las penas del amor? ¡Ay!” (versículos 5-6). Aunque la problemática emocional de Hólderlin y de Cernuda sea bien diferente -si bien coinciden en la idea del apátrida-, puede merecer la pena leer el aludido poema de Hölderlin, en la traducción de Cermuda: Tierra nativa Vuelve el marino alegremente hacia el tranquilo río Benignas riberas, vosotras por quienes fui formado, Y precisamente Cernuda, en Como quien espera el alba, tiene un poema con enorme carga nostálgica, escrito en endecasílabos blancos, y titulado:
Tierra nativa
Toda ligera y tibia como un sueño, Sosegada en colores delicados Sobre las formas puras de las cosas.
El encanto de aquella tierra llana, Extendida como una mano abierta, Adonde el limonero encima de la fuente Suspendía su fruto entre el ramaje.
El muro viejo en cuya barda abría A la tarde su flor la enredadera, Y al cual la golondrina en el verano Tornaba siempre hacia su antiguo nido.
El susurro del agua alimentando, Con su música insomne el silencio, Los sueños que la vida aún no corrompe, El futuro que espera como página blanca.
Todo vuelve otra vez vivo a la mente, Irreparable ya con el andar del tiempo, Y su recuerdo ahora me traspasa El pecho tal puñal fino y seguro.
Raíz del tronco verde, ¿quién la arranca? Aquel amor primero, ¿quién lo vence? Tu sueño y tu recuerdo, ¿quién lo olvida, Tierra nativa, más mía cuanto más lejana?
Ampliación bibliográfica sobre la influencia de Hölderlin en Cernuda: Adrada de la Torre, Javier: La repercusión de al actividad traductora de Luis Cernuda en su poesía: Friedrich Hölderlin. Trabajo de Fin de Máster 2027-2018. Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid. https://libros.uam.es/tfm/catalog/download/932/1655/1642?inline=1 Y ahora, retomemos nuestro comentario. En la segunda estrofa, y merced a un ingenioso juego de personas gramaticales, el “yo lírico” se desdobla en una segunda persona con la que entabla una conversación de tono íntimo en la que explicita su determinación de no volver: porque el poeta no es un Ulises que tenga un hijo/Telémaco que le necesite, ni una patria/Ítaca a la que poder regresar ilusionado, ni una fiel esposa/Penélope que le espere (versos 9/10), en los que las alusiones a la Odisea homérica hacen más dramática, por contraste, la idea de un regreso no deseado. Antes por el contrario, el poeta piensa en “seguir libre adelante, / disponible por siempre, mozo o viejo” (versos 7-8). Y también en esta estrofa hay una perfecta interacción de los planos lingüísticos. La heterometría no está muy marcada, ya que todos los versos son de arte mayor: hay un verso decasílabo (el 6.º), otro eneasílabo (el 7.º) y tres endecasílabos (el 8.º, el 9.º y el 10º, que finaliza en palabra esdrújula), con diferentes ritmos acentuales:
verso 8: “disponíble por siémpre, mózo o viéjo” (endecasílabo melódico, con acentos en las sílabas 3.ª, 6.ª y 10.ª. y alteración de /o/ tras la pausa interna). verso 9: “sin híjo que te búsque, como a Ulíses” (endecasílabo heroico, con acentos en las sílabas 2.ª, 6.ª y 10.ª; y con una leve aliteración de /k/ y de /i/). verso 10: “sin Ítaca que aguarde y sin Penélope” (endecasílabo heroico, con acentos en las sílabas 2.ª, 6.ª y 10.ª).
Los cinco versos son esticomíticos y la pausa versal queda además, marcada por el correspondiente signo ortográfico. Por otra parte, el verso 6 es polipausado, y los versos 8.º. 9.º y 10º llevan pausa interna. Todo ello se traduce en un andadura sosegada y reflexiva. Las interrogaciones retóricas del verso 6.º se resuelven en los cuatro siguientes versos. Y, para ello, el poeta ha empleado dos conjunciones adversativas (“mas”, en el verso 6.º y “sino” en el verso 7.º), de las que se sirve para contraponer situaciones: en el primer caso la de los que sí tienen motivos para regresar a su patria, porque en ella encuentran arraigo (estrofa primera); en el segundo caso, su propia situación personal: no tiene la intención de volver y elige el camino de la libertad con la vista puesta en el futuro (versos 6-7: “Regresar no piensas, / sino seguir libre adelante”). Son reseñables también los paralelismos de los versos 9.º y 10º: “sin [A1] hijo [B1] que [C1] te [D1] busque [E1]” […], “sin [A2] Ítaca [B2] que [C2] [te D2] aguarde [E2]”.
A las conjunciones adversativas (“mas/sino”) y a la negación delante el verbo (“no piensas”), se añade ahora la triple reiteración de la preposición “sin” (“sin hijo/sin Ítaca/sin Pelélope”), que denota carencia. Toda la estrofa está, pues, revestida de negatividad, ya que el poeta no ha dejado nada en su tierra que pudiera estimular su vuelta. Antes por el contrario, su empeño es “seguir libre adelante, / disponible por siempre, mozo o viejo” (versos 7.º y 8.º). Hay, por tanto, dos versos (6.º y 7.º) especialmente significativos en esta estrofa: “[…] seguir libre adelante, / disponible por siempre, mozo o viejo”; versos que ponen de manifiesto la rebeldía de Cernuda contra todo lo socialmente establecido. Porque esa disponibildad refleja el descontento de un poeta inadaptado que, al exilio real, suma el que se deriva de la fidelidad hacia la libertad, en todo momento y hasta el final de sus días. Y es en la tercera estrofa, con su cariz imperativo -y en la que el poeta sigue dialogando consigo mismo- donde Cernuda manifiesta su voluntad de seguir adelante en su peregrinaje, en su incierto destino errante -como modo de vida- que le permite enarbolar la bandera de la libertad: “Sigue, sigue adelante y no regreses, / fiel hasta el fin del camino y tu vida” (versos 11/12) -ya en la estrofa anterior anticipaba su respuesta personal a la pregunta “¿Volver??”: “Regresar no piensas, / sino seguir libre adelante” (versos 6.º y 7.º)-. [Convendría recordar aquí que, una vez que Cernuda abandona España como consecuencia de la Guerra Civil, se traslada, sucesivamente, al Reino Unido -1938-, a Estados Unidos -1947- y a México -1952-, donde muere en noviembre de 1963]. Esta tercera estrofa es del todo coherente, desde un punto de vista semántico, con la inmediatamente anterior:
Hay, sin embargo, en esta tercera estrofa otro verso que entronca perfectamente con la psicología errabunda -y a la vez exigente- de Cernuda; es el verso 12: “no eches de menos un destino más fácil”. Este verso, en alguna forma, nos recuerda la posición vital de otro “peregrino”, muy admirado por Cernuda: el poeta y novelista austriaco Rainer María Rilke (1875-1926), cuyo nomadismo lo llevó a viajar por Italia, Rusia, Francia, Dinamarca, Suecia, Países Bajos, Bélgica, Alemania, España, Suiza... Cernuda conocía bien la obra de Rilke Cartas a un joven poeta, y en la que lleva fecha de 14 de mayo de 1904, leemos: “La gente (con ayuda de convenciones) lo ha disuelto todo hacia lo fácil, y hacia el lado más fácil de lo fácil; pero está claro que nosotros debemos mantenernos en lo difícil”. No parece aventurado suponer que a la hora de componer el poema “Peregrino”, el mundo de dificultades que ambos poetas tuvieron que ir superando en la vida -por motivos bien diferentes- se hiciera presente. Desde luego, Cernuda llevó hasta las últimas consecuencias lo expresado en este significativo verso. El ‘eco’ de Rilke en Cernuda está avalado por una profunda afinidad espiritual entre ambos -lo cual no merma ni la originalidad ni el talento del sevillano-. El mismo Cernuda nos dejó un caluroso testimonio de su gratitud hacia Rilke en el libro Poesía y literatura, I: 1. ‘Rilke: Versos inéditos de Rilke. 2. Las cartas de R.M.R. y la princesa Marie von Thurn und Taxis’, donde en llamada a pie de página ofrece el siguiente homenaje al poeta de Praga: “Esta breve estancia de Rilke en Sevilla, la coincidencia física mía con el poeta cuyo nombre y obra yo no conocería hasta años más tarde, respirando el mismo aire que él entonces, tal vez, ¿por qué no?, cruzándome con él desconocido por la calle, me causa siempre que la considero no poca emoción; porque la obra de Rilke había de constituir para quien esto escribe una de esas filiaciones entrañables, uno de esos estímulos profundos, que nos son tanto más queridos y necesarios cuanto más extraño y hostil se nos vuelve el mundo en torno”. Cf. Paraíso de Leal, Isabel: “Rilke y Cernuda: fuente y afinidad”. Castilla: Estudios de literatura, núm. 1, 1980, pág. 86. Artículo completo, págs. 71-86. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=136056 Desde una perspectiva métrica, el último quinteto está compuesto por endecasílabos blancos, salvo el verso 13, que es un dodecasílabo. Son todos versos esticomíticos, con un rico ritmo acentual (23 acentos en total), lo que puede tener su explicación -una vez más- en el valor semántico de determinadas palabras y en la posición que ocupan en el verso. Veámoslo con detalle: verso 11: “Sígue, sígue adelánte y nó regréses” (acentos en 1.ª, 3.ª, 6.ª, 8.ª y 10.ª sílabas). Se trata de un endecasílabo enfático que concentra la atención en la palabra con la que comienza el verso, portadora de un acento extrarrítmico (“Sigue”), palabra que se reitera seguidamente -recurso que la Retórica denomina reduplicación-, tras la pausa interna (“sigue adelante), y sobre la que vuelva a cargar un acento extrarrítmico. Se subraya así la idea de continuar sin volver la vista atrás y con el deseo de no regresar a la patria: “no regreses” (acentos en las sílabas 8.ª y 10.ª). verso 12: “fiél hasta el fín del camíno y tu vída” (acentos en las sílabas 1.ª, 4.ª, 7.ª y 10.ª). Esta acentuación revela que estamos ante un endecasílabo de gaita gallega, en el que han acentuado las palabras “fiel/fin/camino/vida”, sobre las que se construye un mensaje rotundo, basado en la fidelidad (el adjetivo “fiel” vuelve a funcionar como complemento predicativo) a las propias convicciones. Y conviene resaltar que en esas cuatro palabras la vocal /i/ se reitera de forma aliterativa, tal que queriendo sugerir la dificultad del angosto recorrido que se tiene por delante (el fonema /i/ se define como palatal cerrado). Verso 13: “no éches de ménos un destíno más fácil” (dodecasílabo con acentos en las sílabas 1.ª, 4.ª, 8.ª, 10.ª y 11.ª). La novedad acentual radica en la acentuación consecutiva de las palabras “más” (sílaba 10.ª) y “fácil” (sílaba 11.ª), lo que implica un rechazo explícito a la facilidad a la hora de elegir destino para un viaje errático. También se encuentran en posición de relevancia expresiva las palabras de la locución verbal “no eches de menos” (no notes que te falta algo; en este caso, ese “destino más fácil”). Verso 14: “tus piés sobre la tiérra ántes no hóllada” (endecasílabo con acentos en las sílabas 2.ª, 6.ª, 7.ª, 9.ª y 10.ª, por lo que hay una doble antitrritmia: sílabas 6.ª-7.ª y sílabas 9.ª-10.ª). Se intenta así de insistir en la idea de que, por delante, hay un destino que le va a llevar al poeta a tierras ignotas para él). Verso 15: “tus ójos frente a lo ántes núnca vísto” (endecasílabo heroico con acentos en las sílabaa 2.ª.6.ª, 8.ª y 10.ª). Adviértase que la negación anterior “antes no hollada”, referida a los pies, se convierte ahora en “lo antes nunca visto”, en relación a los ojos; y que el artículo neutro “lo” aporta una idea de mayor inconcreción). Porque, en efecto, el poema se cierra con dos construcciones paralelísticas, aunque con leves cambios sintácticos en su estructura (versos 14 y 15): “tus [A1] pies [B1] sobre [C1] la [D1] tierra [E1] antes [F1] no [G1] hollada [H1], tus [A2] ojos [B2] frente a [C2] lo [D2] antes [F2] nunca [G2] visto [H2]”. Es decir, que pese a todos los inconvenientes, el poeta no ha perdido la serenidad, y ha construido un poema basado en una profunda reflexión, que convierte en palabra poética. Y aun cuando el poeta ha sido muy moderado en el empleo de adjetivos -ha ido más bien a expresar lo esencial-, los pocos que ha manejado tienen una significación muy relevante en el contexto del poema: “largos” (repetido en el verso 29, “fiel” (repetido en los veros 5 y 12), “libre” (verso 7), “disponible” (verso 8), “[más] fácil” (verso 13), “[no] hollada” (verso 14), “[nunca] visto” (verso 15). Podría resultar de interés comparar la actitud de Cernuda ante el recuerdo de España con la que plantea Alberti, también desde el destierro, en su libro Entre el clavel y la espada:
(Muelle del Reloj) A través de una niebla caporal de tabaco Quiero mojar la mano en tan espeso frío Miro una lenta piel de toro desollado, Desgraciada viajera fluvial que de mis ojos
Bibliografía de refencia. Cernuda, Luis: Obra completa. Madrid, ediciones Siruela; 3 volúmenes. Luis Maristany y Derek Harris, editores literarios. Volumen 1. Poesía completa, 2002. Colección Libros de tiempo, 57. Volumen 2. Prosa, I, 1994. Colección Libros de tiempo, 66. Volumen 3. Prosa, II, 1994, Colección libros de tiempo, 72. ********** El 23 de septiembre de 2025 comentamos en la sección “El rincón de la poesía” de esta revista digital el poema de Luis Cernuda “Unos cuerpos son como flores…”, incluido en Los placeres prohibidos; y, asimismo, expusimos brevemente algunas de las características de su estilo. Puede accederse al artículo en el siguiente enlace: Puedes comprar sus obra en:
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