Encontrar la ley sagrada del deportista es una tarea imposible, pero Tu hijo puede ser un crack pretende enseñar a los padres a comparar, medir y calibrar las capacidades de los hijos y ver si encajan, y de no hacerlo, ver cuáles son las soluciones más razonables y menos dolorosas. De lo que no hay duda es que para el autor es fundamental que tanto el padre como la madre del hijo estén de acuerdo en que su hijo dé un paso más en lo que puede ser su carrera para afrontar todo lo que se vendrá encima.
“Habrán ustedes abierto un melón, normalmente amargo, del que ya participa su hijo. A partir de entonces, padre, madre e hijo se convertirán en un bloque y actuarán como si fueran uno solo. “Ustedes, queridos padres, van a vivir con intensidad, con devoción, la actividad de su hijo, van a aprender de él cosas que no sabían, y van a aprender de ustedes mismos actitudes que ni imaginaban…”.
Jaime Alguersuari es el padre del conocido piloto de automovilismo con el mismo nombre, el piloto más joven en participar en la Fórmula 1. Su testimonio personal, así como sus conocimientos profesionales le dan un valor muy real a este libro-manual, que se centra en los deportes individuales en los que uno tiene que enfrentarse a todos los demás para ver quién es el primero en llegar a lo más alto. No obstante, los padres con hijos en deportes colectivos pueden servirse de los consejos que se recogen en estas páginas, ya que lo que el autor pretende es aconsejar y orientar a quienes tienen dudas. ¿Y por qué el deporte individual? Porque son disciplinas en las que reina el egoísmo, la soledad, la incomunicación y el odio compulsivo. Para superar todo esto es necesaria la madurez.
El libro es básicamente un manual, pero no sólo para los que se dediquen al automovilismo o el motociclismo, sino para cualquier deporte que se practique de forma individual. Recoge el trabajo de una vida, de cuarenta años dedicados a una labor sorda, como es la preparación para que un hijo triunfe en el deporte. Algo que según el autor está reñido con los estudios. Su recomendación: abandonarlos en la ESO.
Es una obra dura, directa y que pretende un fin que es que el hijo triunfe en su especialidad. Pero para ello, “lo más importante es la familia”, señala Alguersuari. La consolidación de la familia es fundamental para que un hijo triunfe, sin familia no son nada y eso sabiendo que la final, los padres terminan sobrando. A la edad de 18 años, serán los propios deportistas los que tengan la última palabra y los padres deberán dar un paso atrás para dejar que los hijos continúen su camino.
Hasta los 13 años la actividad deportiva crece sin colisionar con los estudios, pero a partir del Bachillerato puede ser incompatible. Por ejemplo, Alguersuari confiesa que el 80% de los tenistas no empezaron el Bachillerato, y es que “las horas de estudio se multiplican, los trabajos en casa son ya permanentes y el tiempo disponible para el deporte disminuye”. En este momento se iniciará una crisis hasta comprobar si el niño es capaz y mentalmente fuerte y maduro, hasta las puertas de la universidad. “Si el deportista es portador de esos valores, convertirá los aeropuertos, las salas de prensa de los circuitos, los gimnasios, el camión de asistencia de un equipo de carreras o cualquier otro anónimo lugar que tenga techo, una mesa y una silla, a veces menos, en una improvisada aula donde intentar seguir el ritmo de sus compañeros de primero o segundo de ESO”.
Dentro de lo que es la educación que los padres inculcan a sus hijos, el autor se muestra en contra de los gritos e insultos a los hijos, ya que según afirma no sólo no sirven para nada en cuanto a la motivación, sino que incluso pueden llegar a dañar la relación personal padre-hijo. Tampoco cree que sea necesario contratar un psicólogo para el niño, aunque muchos padres lo hacen ante la presión. El autor considera que esto revela una falta de confianza y que el niño, si es autosuficiente y está plenamente dedicado a su vocación, no lo necesitará.
A la presentación acudió su hijo, que este año se ha quedado sin poder competir en la Fórmula 1, y el ex campeón del mundo de rallies
Carlos Sainz, así como el presidente de la Federación Española de Automovilismo y numerosos amigos y periodistas que han trabajado alrededor del mundo del motor.
Una cuestión fundamental es el talento. ¿Qué es el talento? Alguersuari empieza este libro dando la definición que hace la RAE del talento, pero él lo explica como “inteligencia, suma inteligencia, acompañada de una habilidad extraordinaria para una determinada práctica y una aptitud inamovible para porfiar sin desmayo por un objetivo, por un sueño”.
Uno de los mayores errores según el autor es confundir habilidad con talento, y numerosos fracasos se sustentan en este engaño.
Otro de los temas espinosos y a los que no todas las familias pueden hacer frente es el de los gastos económicos que supone la práctica de algunos deportes, como el golf, la hípica o el motociclismo y automovilismo, que son disciplinas, estas dos últimas, que el autor pone de ejemplo constantemente debido a sus conocimientos. Es por esta experiencia que Alguersuari puede hacer una estimación de gastos muy real: entre los 8 y 21 años entre 2.5 y 3 millones de euros si el niño compite internacionalmente. Gracias a que existen subvenciones, ayudas y patrocinios, muchos niños pueden seguir su formación, ya que si no sólo sería un deporte de ricos.
¿Quién es la persona que tiene que determinar que un niño puede llegar a ser un crack? Alguersuari asegura que esto le corresponde a los que él llama los ‘terceros’, es decir, entrenadores, profesores, etc. que son capaces de ver si el niño cumple los requisitos de un joven talento o no. El ganador tiene unos rasgos muy concretos. El espíritu de lucha es uno de ellos, aunque no el único.
Son una minoría los padres que aceptan a mitad del proceso de formación del niño que su hijo no tiene condiciones para ser una figura en su actividad deportiva. El autor intenta demostrar el lado bueno: ganarán tiempo, felicidad, ahorrarán, el niño podrá volver a los estudios o centrase en ellos, etc. “La frustración deportiva del padre, la necesidad de enriquecimiento y la obsesión vía engaño son muy representativas de un buen porcentaje de las motivaciones que conducen a los padres a llevar a sus hijos por el camino del deporte neoprofesional”, aunque al final la estadística pone a todo el mundo en su sitio.
Tu hijo puede ser un crack cuenta con un valor añadido, el prólogo de
Carlos Slim, quien asegura en estas páginas:
“Por fin lo ha escrito quien mejor podía hacerlo y como sólo él sabe: combinando lo técnico, lo personal, lo familiar y la experiencia de tantos años de un modo realista, simple y directo que atrapa desde la primera página. Ojalá hubiéramos contado con un libro así cuando iniciamos nuestra actividad de apoyo al deporte. Una obra dirigida a los deportistas, sus familias, las autoridades y los profesionales del deporte, complementada con muy valiosas aportaciones en el indispensable apoyo a la superación, los valores y la comunicación entre padres e hijos en las diversas etapas de evolución. A través de sus páginas descubrimos el recorrido durante las distintas edades y procesos y Jaime nos muestra cómo evaluar las cualidades y medir las consecuencias”.
Jaime Alguersuari (Barcelona, 1950) es editor, periodista gráfico y presidente del grupo Alesport, propietario de RPM Events y RPM Racing, ambas compañías dedicadas a dar servicio a la industria del automóvil y a la creación y organización de grandes eventos deportivos.
En la década de los setenta y parte de los ochenta fue un excelente piloto de motocicletas y logró varios campeonatos y subcampeonatos de España de velocidad en las categorías de 50cc, 250cc y 750cc, y de resistencia en la de 250cc. También fue campeón de Europa de resistencia al ganar las 24 horas de Montjuïc y las 24 horas de la Bol d’Or en Le Mans.
Alguersuari es conocido, sobre todo, por haber fundado la revista Solo Moto, la publicación sobre motocicletas más influyente en español. Además, es artífice del campeonato de promoción Criterium Solo Moto, en el circuito de Calafat (Tarragona), donde surgieron pilotos de los noventa como Sito Pons, Jorge Martínez Aspar, Carlos Checa y, posteriormente, Sete Gibernau, Alex Crivillé, etc.
En 1998 creó el campeonato internacional de monoplazas más decisivo de los últimos quince años: la Formula Nissan. La visión de futuro de Jaime Alguersuari y el coraje con el que afrontó tal iniciativa fue premiada con la consagración de pilotos en la F-1 como Marc Gené en 1998 y, especialmente, Fernando Alonso en 1999. En el año 2005, Renault contactó con Alguersuari para establecer una sociedad, hoy en día convertida en el campeonato de referencia mundial después de la F-1: las World Series by Renault.
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