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Enrique Garza Grau
Enrique Garza Grau

Entrevista a Enrique Garza Grau: "No hay cosa más detestable que quienes acaban con tu libertad en nombre de la libertad, creo que hay que luchar cada día por la vida"

Autor de "El umbral de la vida"
domingo 23 de febrero de 2020, 11:31h

Enrique Garza Grau, es abogado y doctor en Humanidades y Ciencias Sociales. Su afición a la escritura le viene de niño, es algo innato en él, que se adivina fácil de leer por su naturalidad a la hora de narrar sentimientos, ámbitos históricos o situaciones cotidianas. Por distintas razones ha escrito artículos en periódicos de la máxima difusión nacional como ABC o El Mundo. Es columnista del periódico en papel Capitalnoreste.

El umbral de la vida
El umbral de la vida

El autor, nació en El Escorial y vive en su localidad vecina, San Lorenzo de El Escorial. Su vida ha estado dedicada al estudio del derecho. En estos últimos años está participando en la docencia universitaria; y, siempre ha estado inmerso en la narrativa como medio de búsqueda y huida de un mundo cada vez más materialista y superficial. Su primera novela fue Historia de un legajo, cuya primera edición se agotó el año en que vio la luz; y, narra dos vidas e historias de amor paralelas: la del General Sanjurjo y su esposa María Prieto Taberner (Marqueses de Rif) vista en los momentos previos a la Guerra Civil española; y, ahora, con la publicación de EL UMBRAL DE UNA VIDA alcanzará un éxito seguro, puesto que se trata de una profunda y magnética novela, que consigue convertir el terror de un atentado en múltiples historias de amor y esperanza; sacando lo mejor y lo peor del ser humano, sin abandonar la luz e ilusión del lector.

¿Cómo se gesta el origen de El umbral de una vida?

Por circunstancias de la vida, conocí a una familia italiana que sobrevivió al atentado del 18 de marzo de 2015 en el museo de El Bardo (Túnez); me invitaron a Italia y conviví con ellos. Entablamos una gran amistad, incluso vinieron a España en varias ocasiones. Utilicé su dura experiencia como medio para crear y explorar a través de personajes esa tensión permanente entre el bien y el mal; y, en otro plano, la búsqueda constante del sentido de la vida. En el Umbral de una vida, busco y hurgo, en el problema social y antropológico de la libertad; a veces pienso, que vivimos en un nuevo modelo de totalitarismo que está resultando más cómodo a la masa social que ser libre; hay cada vez más gente que prefiere que piensen por él, a tener que tomar sus propias decisiones.

Su primera novela es Historia de un legajo. ¿Ha evolucionado como escritor en esta segunda? ¿Se ve trabajando otro tipo de géneros?

Sí, aprendí de mi primera novela a diseccionar el mundo en el que vivimos: estudiar, el ser humano hasta los rincones más profundos. Me preocupa la falta de libertad interior en la que se debate la posmodernidad e incluso, el letargo emocional de una sociedad aburguesada y más anodina. Fue un experimento muy interesante, porque tuve que sacar la parte humana e historias y emociones que obtuve de la familia de mi mujer (Sanjurjo) y contar como fue el amor del General Sanjurjo con su esposa y las últimas hora de su vida; y, sobre ello, sobreponer un análisis del momento que estamos viviendo: los últimos coletazo de unos años de bienestar frivolizado. Tengo la impresión de que estamos siendo testigos de una transformación social que nos lleva al borde del precipicio nihilista; esa reflexión también fluye en El umbral de una vida.

Como abogado y doctor en filosofía, ¿qué le apasiona más? ¿Podría vivir sin alguna de estas dos facetas?

Estudié y me doctoré en Humanidades, porque el derecho está tan mecanizado y deshumanizado, que me estaba causando cierta frustración. Amo la belleza, la justicia y la bondad. La filosofía me ha hecho ejercer mi profesión desde una perspectiva más humana, pero también las humanidades me hacen sufrir más ante la injusticia. Me gusta mucho mi profesión de letrado, pero soy un poco esclavo de la misma; el Derecho, me produce alguna frustración, cuando veo que la democracia se pervierte por falta de independencia en el poder judicial; y las Humanidades me hacen sentir, libre.

¿Le ha resultado sencillo trabajar llevando al papel la biografía de otra persona?

Me parece dificilísimo. Lo primero, porque no dependes de tu creatividad solamente, sino de la fidelidad al personaje: hay que escarbar en lo más hondo de él y entenderlos como si te hubiera abstraído; sufrir con él, oler con él, amar con él y dejarte poseer sin fisuras y sin errores.

¿Quién es Rosalba Pedrón?

Rosalba Pedron, es una italiana no solo de nacimiento, sino alma, es Italia en estado puro. Apasionada, con ganas de vivir, soñadora, inteligente, indómita, elegante. Ha sido una suerte conocerla porque he podido comprender a través de ella y su familia, la Italia del sur; tomando una pizza en Sorrento o en la opera, paseando por Roma o Pompeya, navegando a Ponza, perdido en Sabudia, Terracina o San Felice de Circe. Nunca he sentido tanto como en Italia; incluso, me cuesta explicar a mi familia como me ha impactado vivir en ese gran museo viviente, al final, Italia te embriaga; pero si tienes la suerte de comer, viajar y convivir con familias italiana, aquello te hace vivir la vida con una intensidad indescriptible.

"La globalización económica y cultural de la que tanto se habla; implica que una minoría poderosa está creando un mundo en el que los seres humanos hemos pasado de ser personas, a ser consumidores"

En su novela El umbral de una vida evoca reiteradas citas grecorromanas y religiosas. ¿Por qué es importante ahondar en nuestras raíces para entender el presente?

Me parece una pregunta extraordinaria. La globalización económica y cultural de la que tanto se habla; implica que una minoría poderosa está creando un mundo en el que los seres humanos hemos pasado de ser personas, a ser consumidores. La escuela de Chicago creía que la masa social no debe pensar por sí misma; consideran que es necesario contralada para mantener el orden público. Incluso, la religión es un estorbo, puesto que impide que el hombre se deje influir por ese gran gobierno mundial con el que algunos sueñan. Por eso, siguiendo a Comte, Bildelber proponer la creación de una religión artificial. El Umbral de una vida, está pensado desde Italia y la narradora es una profesora de filosofía; la historia, nace entorno a un atentado. Eso abre el campo de las grandes preguntas: ¿Dónde vivimos? ¿Para qué hemos nacido? ¿Tiene sentido la vida? ¿De qué somos esclavos? ¿Somos libres? ¿Quién mueve los hilos? ¿Dios existe? Al final, como decía san Agustín, ordo amoris, el orden del amor es lo que da respuesta a todo; pero la angustia y la pasión, también laten en la obra. Confieso que soy bastante regeneracionista; me gustaría rescatar nuestro paisaje, historia, literatura, gastronomía… Grecia nos enseñó a pensar y trajo la democracia; Roma, aportó el Derecho y la organización social; el cristianismo, la libertad y la esperanza. Si renunciamos a todo ello, nos convertiremos en unos bárbaros.

¿Ha seguido algún proceso de documentación? ¿Cómo ha sido?

Sí, por supuesto las familias Pedron y Trotta, me contaron todo lo que vivieron del atentado. A través de la prensa italiana y de algún otro país, fui buscando la vida de cada terrorista —sus nombres y orígenes son reales—; hablé con un capitán de la marina que me contó los sistemas de seguridad en navegación y cómo los protocolos de los grandes transatlánticos; también, tuve la suerte de investigar los métodos de actuación de los grupos islamistas y leí diferentes trabajos sobre el Corán y los comportamientos, lugares y movimientos de Estado Islámico.

Vivimos un momento de regresión emocional

A la primera presentación de la novela, realizada en San Lorenzo de El Escorial, acudieron personalidades como María Sanjurjo, Juan Tamames o Javier Santamarta. ¿Estaba preparado para tal expectación?

Sí, María Sanjurjo es mi mujer, je, je je,; Juan Tamames es un distinguido vecino de la localidad y Javier Santamarta un gran amigo. Es cierto que fue un éxito la presentación con la asistencia de más de 150 personas; pero San Lorenzo de El Escorial tiene un tirón cultural difícilmente superable, si hubiera un mínimo de inteligencia política en esta joya de pueblo, sería la gran ciudad de la cultura en la Comunidad de Madrid. No está bien que cuente las personas que viven en la localidad o han vivido, pero sería interminable la lista de personajes relacionados con la literatura, el periodismo, la pintura, la escultura, la sociología o la política que te puedes encontrar tomando un café a cualquier hora.

Su editorial, Grupo Tierra Trivium, no dudó en publicar la novela en cuanto la presentó. ¿Por qué cree que todo lector debe tenerla en su biblioteca?

Porque es una obra sencilla de leer en la que el autor se rompe el alma para contar y ahondar en los espacios de la vida que todos tenemos y nos avergüenza que emerjan. Vivimos un momento de regresión emocional, en el que hay un pudor injustificado por sacar a la luz sentimientos sean estos los que fueren. El hombre contemporáneo (en genérico, aclaro) se desnuda sin rubor por fuera pero no lo hace nunca por dentro; tiene miedo, se siente vulnerable.

El umbral de una vida está cosechando excelentes críticas. ¿Cuál será su próximo proyecto?

Por circunstancia de la vida me ha tocado vivir momentos que me han puesto en primera fila en hechos históricos que he tenido que afrontar como abogado e incluso como portavoz de la familia de mi mujer. No es cómodo contar lo que ha pasado y soy consciente de que mi libertad está mutilada para escribir lo que he vivido, pero la novela da mucho juego en ese campo. Cada uno que saque sus conclusiones… Lamentablemente creo que soy menos libre que hace diez años, por eso me motiva pelear con una novela, no me gusta que lo políticamente correcto me amordace o reprima. No hay cosa más detestable que quienes acaban con tu libertad en nombre de la libertad, creo que hay que luchar cada día por la vida.

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