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"La punta del ovillo": una retrospectiva del poeta David Sorbille

Enigma Editores (1), de Buenos Aires, acaba de publicar una antología poética del destacado autor local
sábado 30 de octubre de 2021, 22:47h
La punta del ovillo
La punta del ovillo

El pujante y bien reconocido sello editorial argentino tuvo la oportuna iniciativa de reunir en este volumen una ajustada selección de la obra poética de David Sorbille. La punta del ovillo (2) contiene poemas creados desde 1998 hasta la actualidad, seguidos por una selección de los poemarios: Las Huellas del Silencio (1999), Los Senderos del Alma (2001), Eternamente (2002), Ofrenda Lírica (2003), Un puente de voces (2012), El Fusil de Trigo (2013), Umbral de Poesía (2016), A mi modo (2016), El alba encendida (2016) y Manifiesto del estío (2017).

Poeta perteneciente a la generación argentina de los ’90, Sorbille no contradice al filósofo, matemático y lingüista austríaco Ludwig Josef Johann Wittgenstein (1889-1951), cuando este afirma: “las fronteras de mi lenguaje son las fronteras de mi mundo” (3). En esta verdadera retrospectiva de la obra de Sorbille se pone en evidencia la amplitud abarcativa que exhibe su trabajo de 30 años, donde tienen cabida un abanico de tópicas tratadas con pareja calidad y una subrayada óptica humanista.

Por solo citar algunos de los abordajes que ocupan las páginas de La punta del ovillo, señalemos que el poeta transita por evocaciones y homenajes que atraviesan desde el ámbito de lo familiar y el círculo amistoso y cotidiano, hasta la situación angustiante de la condición humana contemporánea, sin dejar de lado los matices de la hipocresía, los repetidos desasosiegos, el aura de incertidumbre constante que acecha a la conciencia de nuestro tiempo. El matiz social está muy presente en su obra, aunque nos interpela desde la sutileza (mucho más incisiva en sus efectos que la buscada evidencia del panfleto) y en todo punto queda impreso el sentido reflexivo que anima estos versos, completado por la capacidad de observación de la realidad en su nivel más profundo, allí donde detalles casi imperceptibles revelan el otro lado de la trama.

Es Sorbille quien posee la destreza suficiente como para iluminar para nosotros esos rincones y esas esquinas ocultas, que no por rodearnos continuamente, pierden fácilmente sus velos a no ser que el filo de la poesía bien temperada los desgarre y exhiba en toda su crudeza.

Y como dote mejor, el poeta argentino emplea para dar cuenta de su desfile de imágenes, percepciones e ideas -no pocas veces de una marcada complejidad- un lenguaje llano y de alto poder penetrante, del tipo que nos lleva a maravillarnos al comprobar que algo arduo de entender en todas sus implicancias era posible plasmarlo tan delicada como palpablemente, como él lo hace.

Esta capacidad de explicitar lo complejo de modo simple y directo emparenta a Sorbille con otro prominente poeta de su misma nacionalidad: el gran Antonio Requeni (1930). Aunque desde luego que, más allá de las influencias posibles de detectar en su obra y como lo evidencia la evolución de su voz a partir de sus trabajos iniciales, Sorbille posee una impronta propia y muy bien madurada, resultado de una inteligente asimilación y procesamiento de esas mismas influencias, decantadas hasta conseguir la plasticidad y el horizonte evocativo que demuestra tan cabalmente La punta del ovillo.

Es de señalar que el caso de Sorbille, como el de otros de sus compañeros de generación, como Carlos Juárez Aldazábal (1974), Rubén Valle (1966), Fernando G. Toledo (1974) o Patricia Rodón (1961), solo por dar algunos nombres, contradice en obra contante y sonante lo afirmado por buena parte de la crítica local, que al referirse a este segmento de la historia de la poesía argentina lo caracterizó como autorreferencial, alejado de todo matiz social y, fundamentalmente, “antilírico” en sus expresiones, cuando destacadamente y dentro del mismo estrato generacional los antes mencionados –cada uno según su modo singular- establecieron sus búsquedas estéticas en la dirección contraria y con resultados por demás bien saludables.

Es posible que, en referencia a esta retrospectiva de la obra de Sorbille, una de las mejores definiciones la haya brindado la autora Roxana María Palacios (4), al poner de relieve: “La punta del ovillo irrumpe en tanto génesis de un por venir que se va desenredando en cada tramo del corpus con la posibilidad de un nuevo tejido. Sobre la línea de fuego hay un niño que asume, pero también juega: tensión ineludible entre razón y pasión, germen de lo artístico y lo trágico; el juego como poiesis, aquello que transforma y posibilita un devenir filosófico-psicoanalítico, textura cuyo rasgo nodal es la evocación del Nombre propio como elemento privilegiado para articular citas y nombres de autores y sus textos con la misma intensidad”.

Para finalizar cabe recordar que el mismo David Sorbille, en una entrevista realizada por el poeta y difusor cultural argentino Rolando Revagliatti (5), brindó algunas claves acerca de la inscripción de las obras del género en su tradición, así como que, respecto de esta, “el lenguaje cotidiano incorpora su propia revolución”: “La poesía, o al decir de Cesare Pavese, ‘la nueva realidad que ha sido iluminada’, fue clasificada genéricamente como épica, lírica y didáctica, y entre sus clásicos ejemplos se destacan: La Ilíada y La Odisea de Homero, las Odas de Horacio y Las Geórgicas de Virgilio, en donde por caminos diversos encontramos narrativa, sensibilidad y enseñanza en función de una admirable unidad orgánica. Ese antecedente es absolutamente válido para todas las obras posteriores, y las podemos sintetizar en la genial Divina Comedia de Dante Alighieri. Pero, la característica perceptiva de la poesía adquiere determinados signos estilísticos que logran revitalizarla de acuerdo a las exigencias de las distintas épocas. Edgar Allan Poe, Charles Baudelaire, Stéphane Mallarmé, Walt Whitman, Guillaume Apollinaire, Maiakovski, Ezra Pound, T. S. Eliot, William Butler Yeats, Antonio Machado, Rubén Darío, Federico García Lorca, César Vallejo, Fernando Pessoa, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, son algunos nombres que fueron promoviendo universalmente la vigencia incuestionable del arte poético. En ese camino extraordinario, el lenguaje cotidiano incorpora su propia revolución y el verso libre rescata la versatilidad contemporánea. La semilla es la palabra, pero el valor de la poesía, es necesario recordar, está inmerso en la renovación de las formas, y su razón de ser corresponde a la belleza, que siempre vendrá por nosotros”.

El autor

Nació en Buenos Aires el 10 de febrero de 1950. Sus poemas, cuentos y ensayos fueron publicados en numerosas antologías y colabora en medios culturales nacionales e internacionales. Obtuvo premios en varios concursos literarios y publicó: Las Huellas del Silencio (poesía, Ed. 3+1, 1999); Los senderos del alma (poesía, Ed. 3+1, 2001); Los muros herméticos y otros relatos (cuentos, Ed. 3+1, 2001); Eternamente (poesía, Ed. 3+1, 2002); Ofrenda Lírica (poesía, Ed. 3+1, 2003); Señales de Vida (ensayos y poesía, Ed. 3+1, 2003); Semblanzas Recobradas (ensayos y poesía, Ed. Aql, 2009); Los lugares comunes y otros relatos (cuentos, Ed. Aql, 2010); Un puente de voces (poesía, Enigma Editores, 2012); El Fusil de Trigo (poesía, Enigma Editores, 2013); Tributo a Nuestro Continente (ensayos, Prosa Amerian Editores, 2014 – 2ª Edición Enigma Editores, 2016), con el que recibe el Premio Faja de Honor de la SADE (2015); A mi modo –selección de poemas– en Del mágico sombrero, en coautoría con Ricardo Luis Plaul (Enigma Editores, 2016); Umbral de poesía (poemas, Enigma Editores, 2016); Tributo a César Vallejo (Colección Paradigma, Vinciguerra Hechos de Cultura, 2016); La Guerra Olvidada, en coautoría con Sergio Adolfo Sosa (ensayos, Enigma Editores, 2017); El juicio final y otros relatos (cuentos, Enigma Editores, 2018), Mención de Honor de la SADE (2019); Macedonio en mi vida y otros ensayos (ensayos, Enigma Editores, 2018), entre otros. Finalista en la especialidad Ensayo del Premio Esteban Echeverría, 2019, que otorga el grupo literario Gente de Letras. Está afiliado a la Sociedad Argentina de Escritores, y es Miembro Honorífico de la Asociación Latinoamericana de Poetas y de los grupos literarios Marta de París, Alegría, Umbral Literario San Telmo y el Ciclo Misterio y Palabra.

NOTAS

(1)Enigma Editores: WebPage: https://enigmaeditores.com.ar/

E-Mail: [email protected]

(2)Enigma Editores, Buenos Aires, 2021, 114 pp., ISBN 978-987-4939-72-2.

(3)Wittgenstein, Ludwig Josef Johann, Tractatus logico-philosophicus, 1921.

(4)Palacios, Roxana María, en Una objetivación casi posible desde La punta del ovillo de David Sorbille, texto incluido en el volumen de referencia, págs. 13-14.

(5)Sorbille, David, en 31 respuestas de escritores argentinos a la pregunta 3 del “En cuestión: un cuestionario”, entrevistas de Rolando Revagliatti: http://elortiba.org/en-este-rincon-el-romantico-concepto-de-inspiracion/?cn-reloaded=1, 23 de septiembre de 2021.

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