www.todoliteratura.es
Castillo de Montsegur
Ampliar
Castillo de Montsegur

“ENTRE HEREJES Y TROVADORES”

Por Álvaro Bermejo
x
beralvatelefonicanet/7/7/18
martes 03 de octubre de 2023, 23:22h
La brisa del Atlántico alcanza hasta el Béarn. En adelante, otro mar, el de los viñedos del Languedoc, anunciando la cercanía del Mediterráneo. Vacaciones en septiembre, tiempo de vendimias. Pero el tiempo, vuelto historia, mira hacia atrás. Esta es la tierra donde germinó la herejía cátara, allá por el siglo XII, envuelta en la leyenda del Santo Grial.

Te lo recuerda el anillo que defiende Carcasona. Fortalezas de vértigo, como Peyrepertuse y sus puertas secretas, como el nido de águilas de Queribus, como el sarcófago de piedra de Montségur. Muy cerca, la gruta prehistórica de Mas D’Azil, y la de Niaux, con sus bisontes magdalenienses.

No te cansas de explorar. Trepas por laderas escarpadas, por encima de los mil metros, desciendes a sus profundidades. ¿Qué se respira en la vieja Occitania? Una continuidad de culturas radicadas en un territorio singular, recorrido de energías pulsantes, de memoria viva.

Fue aquí, en su deslumbrante siglo XII, donde nació la literatura del amor cortés, libérrima entre las libérrimas, y su derivada mística, la de esos cátaros que regresaron al cristianismo originario en rebelión contra una Iglesia feudal. En ese tiempo sus clases altas habían alcanzado un grado de civilización excepcional. Mientras el rey de Francia apenas acertaba a firmar, los condes de Foix competían con sus trovadores. Y algo más, nobles y vasallos compartían una palabra, Paratge, la igualdad en el honor.

Sucedía algo parecido en esas cortes de amor donde se estipulaba que un varón podía ser amado por dos mujeres, o una dama por dos hombres a la vez. Amor libre a la occitana manera. Amor trascendente a la cátara. Y nuevamente algo más, porque detrás de su herejía también prosperaba un anhelo de libertad. Una relación directa con la divinidad, sin otro credo que el de la propia conciencia.

Paseando por Alet-les-Bains, el pueblecito donde nació Nostradamus, me detuvo un poema grabado en un banco, junto a una escuela. Decía así: “Allá por donde pasas, Melisandre, el amor y la alegría de mayo se alzan de la tierra”. ¿Quién podría ser su autor? Peire Vidal, un trovador del siglo XII, tutor de Roger de Trencavel, vizconde de Béziers. Allá donde la cruzada de Simón de Monfort segó la vida de quince mil cátaros en una sola jornada.

Es así como en ese otro Grial, el de los vinos del Languedoc, destella el rojo de la sangre y el rubí de la belleza. ¿Qué nos enseña la historia? A cantar lo que fuimos y ya no somos, lo que tuvimos y perdimos.

Puedes comprar su último libro en:

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios