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Taxi en Estambul
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Taxi en Estambul (Foto: Maudy Ventosa)

TAXIS ON THE WORLD

Las amigas de Azucena del Valle han estado de viaje en Estambul; para prepararse, estuvieron varios domingos en el Rastro madrileño para aprender a regatear en las compras. De poco las ha servido porque en el Gran Bazar de la ciudad turca son más expertos que en los madriles. Las engañaron allí, y también los taxistas, que en vez de coche llevan caballos de Sierra Morena. Nos cuenta esto y mucho más en "Taxis on the world". ¡Y mira que se lo advirtió el guía del viaje!
-Te avisé cienes y cienes de veces, pequeño saltamontes, y tienes que dar un paseo por las nubes para constatar que no todo el monte es orégano.

- Nadie escarmienta en cabeza ajena, Puri, y viendo lo bien que regateo, me creí más lista que los del coche amarillo. Porque, a ver, ¿quién sacaba la cerveza a la mitad? La nena, tía, la nena. ¿Y las pashminas a tres por una? El nene, dicho sea de paso.

- ¡Qué me meo Vani! Aun pagando la mitad, salían ganando y tú te quedabas tan pichi, porque te hacían ver que eras más espabilada que los ratones coloraos, cuando en realidad eres tan toli como nuestra amiga que no jugaba en casa. Desengáñate, tía. Ser taxista imprime carácter porque son los que más estudian y nunca dejan la universidad.

- Ya. Cuando acaban una carrera, empiezan otra, nos dijo el que nos llevó al aeropuerto. Y no sabía casi nada, el pavo.

- Dicen que ya en el Neolítico existía el trueque como forma de negociación, que es sin duda lo que dio paso al moderno regateo.

- Eso, te cambio un mamut por cuatro menhires, que los primeros datados corresponden también al Neolítico, aunque no en el Mediterráneo, pero es lo que tiene viajar por el mundo mundial, que todo se pega.

- Y se quedaban tan panchos, como at the moment, Vani. Ahora, el moderno regateo es todo un arte y forma parte de la vida cotidiana en muchas culturas mediterráneas. Una técnica tradicional arraigada en la que, los muy ladinos, son verdaderos expertos. Y si no que se lo digan a Amparito, que viajó recientemente al colorido y maravilloso Estambul y se trajo tantos chollos del Gran Bazar que tuvo que comprar otra maleta para meter las zarandajas. A los dos días creía que dominaba la técnica y cayó como una pardilla con un taxista después de ajustar la carrera.

- ¡Qué me dices, tía! ¡Qué me meo!

- Quedó, un suponer, en pagar 20 leuros europeos -no hay otros- por el desplazamiento, y cuando el truhán los tuvo en sus manos -mejor dicho, los agarró con la zurda-, hizo la envolvente a la atribulada pardilla, mostrando en el puño cerrado, de la derecha, un billete de 20 liras turcas, que al cambio de hoy equivalen a 0,42 EUR. Tan agobiada se sintió la criatura que dudo de sus cabales y para evitar la bronca sacó veinte euros más que el tipejo atrapó en un visto y no visto. Y casi derrapó en la huida con 40 euros de ná.

- ¡Sinvergüenza estafador! ¡Taksici cabrón! Si llega a dar con nosotras, llamamos a la Polis Teşkilatı y montamos tal pollo que se entera Recep Tayyip Erdoğan y lo mete en la hapishane, o mayormente trena, con Cerdán, por dar mala imagen al país y asustar a los turistas. In vigilando está el colega, que no duerme, para que el país siga prosperando y apañar todas las rutas con Asia.

- Tía, como si los presidentes tuvieran la culpa de lo que hacen sus súbditos. Sobre todo, los de poca monta y baja estopa.

- Estofa, Puri, que se te ha colao el término con el cabreo por el incidente que sufrió la pobre Amparito. Estopa hay que dar al nuestro por ser tan lerdo -dice- y no enterarse de lo que hacen sus manos derecha e izquierda.

- Si es que no se puede quedar uno dormido en los burdeles -perdón, laureles- si tienes responsabilidades político-sociales-familiares-humanas, y demás. Lo que no entiendo es que Amparito, que los tiene cuadrados, se quedara tan callada como el presi ante tamaña corrupción.

- Tía, paralizada por la estupefacción de encontrarse en un país extraño sin conocer la lengua ni las costumbres de los propios.

- Más bien creo que por el daño que ha hecho la pelí Midnight Express a la humanidad traficanta, donde se narra la historia real del joven estadounidense Billy Hayes; en 1970 fue detenido en el aeropuerto de Estambul en un tren nocturno con destino a Edirne, que atravesaba un tramo de territorio griego donde los narcos se bajaban para eludir a la policía turca. El incauto llevaba hachís adherido al cuerpo y es detenido por tráfico de drogas; condenado a 4 años y 2 meses y tras varias apelaciones, vejaciones inhumanas y acabar como una chota, el Tribunal Supremo de Ankara decide que 4 años son pocos y le condena a pasar 30 en la terrible prisión de Sağmalcilar. Posteriormente logró escapar de la prisión de İmralı, en una isla del mar de Mármara. Deportado a Estados Unidos, escribe él mismo su historia.

- Como para no tener miedo a las cárceles turcas. Si comparamos…

- ¡Cien por cien, Vani! Los largos que se van a hacer los choris zurdos, presuntos, este verano en la piscina de 20 metros de largo y 16,5 metros de ancho que tiene esta residencia de cinco estrellas… a la que los pseudomedios llaman VIP, de Soto del Real.

- ¡Ya te digo! Es la residencia de los ilustres sinvergüenzas de alta estopa, presuntos. Políticos, economistas, deportistas… Albergó en su día a personajes notables como Rodrigo Rato, Luis Bárcenas, Francisco Correa, Pablo Crespo, Miguel Blesa, Mario Conde, Gerardo Díaz Ferrán, Sandro Rosell, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart y otros que me dejo para cualquier día.

- Tía, sé de buena tinta que estos jamones -presuntos en portugués- no se caen bien. No me imagino a Ábalos jugando a squash con Koldo, y menos a Peito levantando pesas con Begoña para tener los músculos tonificados… ¿Sí o qué?

- Puri, si es residencia de chicos…

- Incierto, Vani, hay un módulo de mujeres poco numeroso.

- Pues ahora que lo pienso, es un buen negocio. Te lo pasas pipa de joven mientras el tiempo aguanta todo, robas, cohechas, formas un grupo criminal, trafiqueas con las influencias… todo presunto, y cuando te cansas, te llevan a Soto del Real y te ahorras 5000 leuros en esta residencia para mayores de bien donde la siesta es obligatoria.

- Imagínate si, además de los talleres, terapia, escuelas, canchas de deporte, piscina y gimnasio tuvieran un músico que dirigiera la tropa… más de uno acabaría tocando el violín o la flauta travesera…

- Joder, no me extraña que no tengan miedo a delinquir en mi españita -que diría Chapu- cuando saben que acabarán, presuntamente, en el Centro Penitenciario Madrid VII; se construyó en 1995 y lo inauguró el entonces Ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, en tiempos de Felipe Gonzáles, con celdas de diez metros cuadrados, equipada con baño, ducha, litera, mesa y silla.

- ¿Serían adivinos para preparar la vejez de muchos de los suyos? A Sağmalcilar los mandaba yo una temporada.

- Desbarras, tía. Todo empezó hablando de Amparito y su odisea con un taxista tunecino, y acabamos con la prisión VIP de Soto del Real. Para mear y no echar gota, colega.

- Por cierto, nuestra amiga, que no da puntada sin hilo, inmortalizó al cabrón en una foto: es el tripón con coleta que está al lado del taxi con su compinche, presunto, de fechorías. ¡Ahí lo dejo!

- ¡Cien por cien, tía! ¡Cien por cien!

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