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Begoña Ameztoy

28/04/2020@07:00:00
Si yo fuera director de esta revista, no publicaría este artículo. Hay cosas que no se pueden decir. No porque sean mentira, sino porque son verdades como puños. Pero no te van a dejar ir por el mundo sacudiendo verdades ni como puños ni a puñetazos. Que se lo digan a Ignatius Reilly (¡¡Oooh Ignatius, te adoro!!!) No hay nada más revolucionario, trasgresor y obsceno que la verdad ¿Pero quién coño necesita la verdad? Nadie.

No sé cómo ha llegado hasta mis manos, pero incluso lo estoy ojeando. Es el best seller de pseudo física cuántica más famoso de Deepak Chopra “Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo”. ¡Qué miedo, colega, Vade Retro! Dicen que es un fenómeno paranormal que también les ocurría a los místicos del Siglo de Oro, nada por aquí, nada por allá y de pronto aparecía un libro o un manuscrito entre sus dedos. O en un lugar inverosímil de su celda, o más difícil todavía, en la cocina, entre los pucheros como a Teresa de Jesús. Ellos tenían la coartada de la “divinidad”, podían explicar con total aplomo que un santo cualquiera, al azar, del extensísimo santoral judeocatólico era el artífice de tal prodigio.

Autora de "Yo fui la elegida"

Escritora, periodista y tertuliana en Crónicas Marcianas, Begoña Ameztoy publica la segunda entrega de una trilogía que inició con El Señor de las Maravillas. En Yo fui la Elegida nos adentra en los misterios de una saga familiar donde se cruzan antepasados espectrales, reinas de la Belle Époque y no pocas derivadas autobiográficas. Desde lo más profundo de la Euskal Herria legendaria al San Sebastián de hoy, Yo fui la Elegida configura un relato apasionante que oscila entre el realismo mágico, la narrativa gótica y la autoficción. Ha sido publicada por Ediciones Beta III Milenio.

No creas que me pillas en un mal momento, llevo cabreada desde hace un mes que estoy metida en casa. Pero es una percepción dual, porque al mismo tiempo me siento poseída por una extraña lucidez. Es en el infortunio cuando el ser humano despierta, reacciona, reflexiona y comprende que el mundo es una mierda, que las cosas siempre son peor de lo que te han contado y de lo que imaginabas.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

La Verdad es revolucionaria dijo Cristo hace dos mil años. Le daría un yuyu si aterrizara en el Congreso en una sesión de control al Gobierno. Es un chascarrillo simplón pero bien traído por lo de la Semana Santa. Y así cambiamos un poco de rollo. No vamos a estar todo el puto día hablando de las mentiras que nos cuentan. Pero al final todo se sabe.