Junto a la Torre del Homenaje del castillo de Priego de Córdoba, se encuentra el cuerpo sin vida de Augusto Cayo, conocido como Cuchillo, un delincuente habitual. Para llevar a cabo la investigación, la jueza Arjona decide recurrir a Ernesto Pitana, sargento de la Guardia Civil en el cuartel de Iznájar, con quien ha colaborado en ocasiones anteriores. Sin embargo, la situación se complica al descubrir que el principal sospechoso es un primo carnal de Antonio Palomeque, un agente bajo las órdenes de Pitana. Aunque tiene confianza en su inocencia, el sargento no puede evitar sospechar que el pariente de su subordinado oculta algo. Con este libro finaliza esta trilogía policíaca. ¿Dirá adiós a estos personajes, ya familiares para muchos lectores, o alguno de ellos seguirá apareciendo en sus próximas novelas? En principio, quiero acometer nuevos proyectos y estos personajes no tendrían cabida. Aunque nunca se sabe lo que pasará en un futuro. Quizá os sorprenda con nuevas aventuras del sargento Pitana. El humor con retranca, es una constante en su obra ¿Entiende la literatura sin humor, aunque esta trate de crímenes? Creo que el humor es importante por dos razones fundamentales: mitigar la sordidez de los temas que trato en mis novelas y buscar que el lector tenga un momento de esparcimiento entre tanto drama. ¿Comenzar con una buena bronca mañanera augura un día feliz? Si le ocurre a Pitana… ¿habrá que probar? Pitana tiene un gran corazón, aunque los hechos del pasado lo han convertido en un hombre hosco y desabrido. Pero a medida que ha encontrado su espacio en Iznájar, ha suavizado sus formas y la manera en la que se dirige a sus subordinados. Incluso diría que ha acabado encariñándose con ellos. ¿Un asesino que hace “un buen trabajo” puede sustraerse a la debilidad de que alaben su ego, aunque eso le suponga dejar pistas que le acaben llevando a la cárcel? Si yo fuera un asesino, lo último que quisiera es acabar con mis huesos en la cárcel. Preferiría tener menos ego y seguir en libertad. A través de la obra, se conoce bastante al escritor… ¿usted se parapeta detrás del humor, por ejemplo, para no sentirse vulnerable, desnudo, ante los lectores? No estoy de acuerdo con esta afirmación. Yo escribo para entretener, no para esconderme de nada. "El lector de hoy se aburre, si no captas su atención en las primeras páginas"Su estilo literario es inconfundible, preciso, directo, rico; sus personajes también únicos y bien perfilados; capítulos cortos, diálogos como sentencias que hacen avanzar la trama… ¿qué aspecto le gusta trabajar más y cómo consigue mantener el ritmo para tener en vilo al lector? No me gusta andarme por las ramas o divagar sin propósito alguno. El lector de hoy en día se aburre si no captas su atención en las primeras páginas, por tal motivo introduzco un elemento que despierte su interés. Me gustaría pensar que el resultado de la obra es un conjunto en el que todos los componentes narrativos ensamblan. Por lo menos, esa es la intención. Respecto al ritmo, es importante que sea constante, que no haya espacio para que el lector descanse. Eso es para mí lo más relevante. ¿Se considera Pascual Martínez uno de los más importantes representantes del noir rural español? Para nada. No me gustan las etiquetas. Lo único a lo que aspiro es a seguir escribiendo y ver mis obras publicadas. Y si es con una editorial tan importante como Siruela, mejor que mejor. Lo demás es irrelevante. Sus personajes son un poco atípicos para ser guardias civiles… manteniendo un perfil que los define desde la primera novela ¿Ha dejado a alguno un poco suelto para que evolucione a su bola? ¿Alguien se ha escapado al control del escritor? El agente Lebrija, gracias a su erudición y análisis concienzudo de las investigaciones, ha conseguido, en muchas ocasiones, un protagonismo similar al del sargento Pitana y la cabo Montero.
Hay escritores que toman, para sus personajes, personas reales. Así saben lo que nunca harían en la vida real y, por tanto, aguantan bien el papel que se les asigna en la obra ¿Ocurre esto con alguno de los suyos? Me gusta apropiarme de ciertos comportamientos o rasgos físicos de personas reales, pero nunca un personaje de mis novelas es una persona real. El caladero perfecto para encontrar conductas peculiares es un bar. Siéntate y observa durante media hora a los parroquianos: descubrirás pautas que ni ellos mismos saben que realizan. Dos ejemplos: el hombre que se sienta siempre en el mismo taburete o el vejete que empieza a leer el periódico por la última página. ¿Con cuál se identifica más el autor? ¿A quién mandaría a su casa porque no empatiza ni cuando hace algo bueno? Me encanta Palomeque. Su inocencia, casi de niño, su lealtad inquebrantable hacia la Guardia Civil, su disponibilidad a ayudar, su devoción por su esposa… Y que crea en la buena fe de las personas. No empatizo con Espínola: demasiada testosterona. Es un personaje agrio. Si yo fuera mujer, jamás me liaría con alguien así. El espacio en el que transcurre la obra es casi otro personaje. ¿Qué le atrae especialmente de esa tierra y de la personalidad de sus gentes? Me atrae todo. Mi padre es de La Carolina, un pueblo de Jaén, por lo que mi sangre es medio andaluza. Adoro su manera de vivir, su calma y la manera de afrontar la adversidad. Son gente recia y noble, que conservan costumbres ancestrales. Aunque creo que no podría vivir cinco o seis meses con temperaturas tan elevadas. Si tuviera que resumir en una frase lo que le aporta al escritor la creación de El reino de Mataleón, diría… Una visión profunda sobre la corrupción en todos los estratos de la sociedad. ¿Le gustaría que nuestros cuerpos de seguridad contaran con un equipo como el de Pascual Martínez? Sobre todo, con un sargento como Pitana, que no tiene pelos en la lengua ni descansa hasta encontrar la verdad y tiene un sentido común que desarma… Por supuesto, quitando al tocapelotas, al… Pitana sería el paradigma del buen sirviente a sus congéneres. Si existieran más Pitanas, el mundo sería un lugar más agradable, porque atesora dos cualidades a la que toda persona debería aspirar: ser consecuente con sus actos y fiel a sus ideales. Puedes comprar el libro en:
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