Pero sí lo era, porque aprendí muchas cosas que ya sabía, pero impartida por alguien al que se le supone solvente de conocimientos, que tiene cátedra, pero no sienta cátedra, que nos explica sin decirnos nada, eso significa que tiene, o tienen, porque son dos ponentes, un gran poder de convicción, un gran sentido de las ideas y, sobre todo, una gran experiencia sobre el escenario. Ellos son, ni más ni menos, que Los Torreznos, Rafael Lamata y Jaime Vallaure, acreditados expertos en comunicación, en formación y desarrollo de la creatividad, en el artisteo cómico y su parafernalia, en investigación creativa y en intervención performativa, que no sé lo que es. Y nos hablan y nos cuentan y nos callan y nos repiten La Cultura, la cultura, la cultura, la cultura… porque a ver si así, a base de repetir, nos entra por algún sitio. Una conferencia no debe ser un ladrillo, ni dos, ni cuatro, y esta no lo es. Y eso que hacen un recorrido sutil y somero por las civilizaciones, los grandes pensadores y filósofos de todos los tiempos, los escritores, los Simpsons, y muchos otros temas que parecen no estar preparados, los temas, ellos sí están sobradamente preparados, y el agua mana de las cascadas de Grecia. Sacan a colación, sobre una tabla y dos caballetes que no son Rocinante ni Babieca, la estructura tripartita del número cabalístico 3, porque tres eran tres las hijas de Helena, aunque ellos, Jaime y Rafael no las mencionen en ningún momento. Es que tampoco pueden estar en todo, lo entiendo. Sí están en la luminosidad del que hace arte y cultura, que la necesita, en el egocentrismo de los grandes artistas de todas las épocas, empezando por los dramaturgos y poetas del Parnaso y siguiendo por los príncipes de las letras, los adalides de las causas encontradas, los cabezas visibles de la palabra, el pensamiento preclaro y el oscurantismo erudito. Vamos, que critican sutilmente que todo se puede convertir en cultura y que nada lo es, o viceversa, que de la nada se puede hacer cultura, sobre todo si se dicen palabrejas en latín, se habla un idioma desconocido que nadie nos puede rebatir o se guardan secretos en lo más profundo de los tratados que nadie se leerá nunca porque son un tocho. El caso es que, sin buscar el aplauso, lo reciben con creces hasta que, paradójicamente, nos vamos de la sala, cansados como estamos de que ellos nos aplaudan a nosotros, espectadores sin bagaje cultural, inocurrentes y pasivos, y no como Los Torreznos, que se estudian sus guiones, aunque no lo parezca, que pergeñan cada situación como algo cotidiano, que goliardamente viven de forma irregular sin ser bohemios, que es una palabra pedante por demás. En definitiva, La Cultura es una fiesta, es una retahíla de palabras y nombres, es el lugar ignoto que hay que descubrir día a día, aunque nadie es totalmente inculto, es la conferencia que no es tal a la que todos a los que no les guste las conferencias, y el teatro, debieran asistir. FICHA ARTÍSTICALA CULTURA Los Torreznos: Rafael Lamata y Jaime Vallaure Teatro del Barrio Noticias relacionadas+ 0 comentarios
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