ZUM. CRECERÁ UN JARDÍN

Voluntarios de acompañar al viento

Por Alberto Morate

sábado 13 de diciembre de 2025, 12:11h

Si las abejas se extinguieran, las consecuencias serían catastróficas, provocando una crisis alimentaria, la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas. Pero no solo las abejas, son tantos los aspectos de la naturaleza que debemos cuidar para no revertir en un planeta inhóspito e inhabitable, que no terminaríamos nunca de enumerarlos. Árboles, céspedes, ríos, montañas, mares, campos, cuevas, minas…

Incluyo también otras circunstancias relacionadas con el ser humano que incumple sus promesas de fraternidad, cuidado y atención a la infancia y a los mayores, ciudadanos, campesinos, abocados a guerras, al comercio despiadado, a la propiedad indebida…

Se necesita libertad y paz, y que los kebab no superen un precio determinado y que los profesores aprendan, que se dé con el remedio para enfermedades incurables y nadie se aproveche de ello, ser voluntarios de acompañar al viento.

Zum. Crecerá un jardín es una propuesta de Los bárbaros y Los Nuevos dramáticos, con texto y dirección de Rocío Bello, Javier Hernando y Miguel Rojo, en una atención totalmente coherente con las propuestas de los niños y niñas que equilibran esa realidad dura con una fantasía creciente y un no venirse abajo, sino intentar ir al compás de lo que es justo y de lo que no lo es.

Mientras todo puede guardar un misterio, al mismo tiempo es de una sencillez aplastante para ellos. Y, desde luego, lo que no son es majaderos, pueden ser inocentes, pero no mentecatos. Su elemental razonamiento es de sabios y se ajustan acordes a lo que está sucediendo.

Claro que quieren flores, crecerá un jardín, claro que tienen miedo al picotazo de las abejas, pero entienden su labor, claro que saben que los bosques no arden solamente por culpa de los rayos incontrolados, claro que entienden y saben que no todo son éxitos, que también hay fracasos, monstruos-mocos, fuerzas humanas, y no sobrenaturales, que impiden que el planeta sea un lugar que es nuestro sustento. Conocen lo que es primordial y lo que queda en segundo plano.

Y, sin embargo, sucede, está sucediendo, hay hechos que pueden ser amargos, hay dolor, hay abusos, hay poderío por parte de unos pocos, hay desgobierno.

Y con Zum. Crecerá un jardín, y el proyecto de Los Nuevos Dramáticos coloca en el centro de la creación a niñas y niños entre 8 y 10 años. Contando con la participación de varios centros educativos públicos y de hijas e hijos del personal de los teatros del CDN. Este colectivo se formará e investigará junto a profesionales de renombre de las artes escénicas con el fin de generar un texto teatral y llevarlo a escena, como es el caso que nos ocupa en esta reseña. El equipo artístico de esta producción está formado por profesionales y las niñas y niños del grupo, que podrán incorporarse al proyecto desde la perspectiva que más les interese (dirección, interpretación, escenografía, iluminación, audiovisuales, vestuario, etc.).

Hablamos, pues, de una iniciativa de creatividad y constructivismo, que pretende profundizar en los problemas cotidianos y acuciantes, sin nombrar culpables, más bien poniendo el foco en la visibilidad y la concienciación que, a veces, se nos olvida.