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Viaje a Italia (VI)

La Plaza de España de Roma
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La Plaza de España de Roma (Foto: José Belló Aliaga)

Roma, donde siempre hay que volver

Plaza de España . El hijo natural de Velázquez

Por José Belló Aliaga
viernes 01 de enero de 2016, 09:00h

Epicentro de la zona más elegante y exclusiva del centro histórico, la Plaza de España ha sido siempre un lugar de encuentro no solo para los romanos sino también para los visitantes y los artistas extranjeros. La famosa escalinata, proyectada por el arquitecto Francesco de Sanctis, y llevada a cabo entre 1723 y 1726, financiada por el embajador francés Etienne Gueffier, resolvió de forma muy eficiente y escenográfica la enojosa cuestión de la conexión entre la plaza, durante mucho tiempo controlada por los españoles, que tenían allí su embajada, y la “zona francesa”, en la parte alta, con su renacentista iglesia de la Trinitá dei Monti. Todos los años en primavera la escalinata se embellece con azaleas de colores y sirve de fondo a un famoso desfile de moda.

  • Las escalinatas de la Trinità dei Monti

    Las escalinatas de la Trinità dei Monti


  • Cartel de la SCALINATA DELLA TRINITÁ DEI MONTI. En la parte superior se vislumbran los dos campanarios de la Iglesia de la Santísima Trinidad

  • La Iglesia de la Santísima Trinidad, cuya fachada de dos campanarios domina la escalinata, tiene su origen en una donación del rey francés Carlos VIII

    La Iglesia de la Santísima Trinidad, cuya fachada de dos campanarios domina la escalinata, tiene su origen en una donación del rey francés Carlos VIII


  • La fuente en forma de barco semihundido que los romanos bautizaron cariñosamente como “La Barcaccia” (vieja bañera podrida) está situada en el centro de la plaza, y fue proyectada después de que, a raíz de un desbordamiento del Tiber, un bote quedara anclado en ella en la Navidad de 1598


  • Vista frontal de “La Barcaccia” de estilo barroco que fue encargada por el papa Urbano VIII a Pietro Bernini, padre de Gian Lorenzo que le ayudó en su construcción, entre 1627 y 1629


  • En 2013, los hinchas holandeses del Feyenoord causaron graves daños en la fuente de Bernini


  • En primer término pueden apreciarse algunos daños producidos en “La Barcaccia”


  • Un técnico muestra una pieza desprendida de la fuente “La Barcaccia”


  • Algunos historiadores del arte creen que en este famoso cuadro pintado por Juan Bautista del Mazo, yerno de Velázquez, que se encuentra en Viena, “La Familia”, el joven que está a la izquierda puede ser el hijo natural de Velázquez

“En el jardín de la Villa Medici en Roma”, pintado por Diego Velázquez. El pintor español, en Roma, consiguió, gracias a la mediación del conde de Monterrey, ser alojado en la Villa Medici, cerca de la Trinitá dei Monti, en la parte más elevada y aireada de la ciudad
“En el jardín de la Villa Medici en Roma”, pintado por Diego Velázquez. El pintor español, en Roma, consiguió, gracias a la mediación del conde de Monterrey, ser alojado en la Villa Medici, cerca de la Trinitá dei Monti, en la parte más elevada y aireada de la ciudad

La plaza es uno de los puntos más destacados de la ciudad de Roma, y no únicamente por la escalinata, donde actualmente se dan cita noche y día tanto oriundos como extranjeros.

En la plaza nacen, en disposición radial, una serie de calles donde se encuentran las más prestigiosas e internacionales tiendas de moda; entre estas calles cabe destacar la famosa vía Condotti, una de las más elegantes del mundo.

La monumental escalinata se compone de tres partes diferenciadas. El ancho tramo inferior se divide en tres vías, seguidas por unas escaleras que en el centro se arquean hacia el interior y el exterior y que conducen a la Iglesia de la Santissima Trinitá dei Monti por unas rampas elevadas.

La Iglesia de la Santísima Trinidad, cuya fachada de dos campanarios domina la escalinata, tiene su origen en una donación del rey francés Carlos VIII. En el año 1587 Doménico Fontana terminó las obras iniciadas en 1502 y completó la escalinata de doble tramo adornándola con antiguos capiteles y relieves sacros.

Velázquez en Roma
El pintor español Diego Velázquez da Silva durante su periplo por Italia, país que visitó en dos ocasiones, precisamente en Roma, consiguió, gracias a la mediación del conde de Monterrey, ser alojado en la Villa Medici, cerca de la Trinitá dei Monti, en la parte más elevada y aireada de la ciudad, a fin de vivir allí durante el verano, estudiando las estatuas antiguas de la villa, según refiere Bartolomé Bennassar en su libro “Velázquez. Vida”, obra de la que informamos en su momento a nuestros lectores.

Ver:
“Velázquez. Vida”, de Bartolomé Bennassar. La biografía más completa sobre el famoso pintor sevillano
http://www.todoliteratura.es/noticia/9526/pensamiento/velazquez.-vida-de-bartolome-bennassar.html

Esta estancia de Velázquez en la Villa de Medici, en Roma, tuvo lugar, en 1630, durante su primer viaje a Italia -que se inició en agosto de 1629 y se prolongó durante dieciocho meses- llegó a su fin de forma imprevista a causa de una enfermedad del pintor. El conde de Monterrey le dio hospitalidad en su palacio, lo confió a los cuidados de su médico particular y le multiplicó las atenciones hasta su curación.

La fuente de “La Barcaccia”
La fuente en forma de barco semihundido que los romanos bautizaron cariñosamente como “La Barcaccia” (vieja bañera podrida) está situada en el centro de la plaza, fue proyectada después de que, a raíz de un desbordamiento del Tiber, un bote quedara anclado en ella en la Navidad de 1598.

La fuente de “La Barcaccia”, de estilo barroco, fue encargada por el papa Urbano VIII a Pietro Bernini, padre de Gian Lorenzo que le ayudó en la construcción, entre 1627 y 1629; representa una barca semihundida, ingeniosa solución además al problema de la escasa presión de la conducción de agua que la alimenta, que no permitía altos surtidores ni gran derroche de agua. La proa y la popa son idénticas más elevadas que los bordes laterales y completan la fuente elementos decorativos en forma de soles y abejas, símbolos de la familia Barberini a la que pertenecía el papa Urbano VIII.

En 2013, los hinchas holandeses del Feyenoord causaron graves daños en la fuente de Bernini
Durante dos días, los seguidores del equipo holandés de fútbol del Feyenoord, que empató a 1 gol contra el Roma en el partido de dieciseisavos de la Liga Europa 2013 provocaron serios disturbios en la capital italiana, protagonizando enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, el más grave de ellos el ocurrido el día 19 de febrero, cuando causaron importantes daños a la fuente de la Barcaccia, que había sido restaurada pocos meses antes.

Los sucesos se produjeron a primera hora de la tarde en la histórica plaza romana y hubo lanzamiento de bengalas por parte de los aficionados del Feyenoord contra las fuerzas del orden.

Los agentes de policía, con equipamiento antidisturbios, respondieron con el lanzamiento de gases lacrimógenos y lograron despejar la plaza, que quedó posteriormente llena de restos de plástico, basura y botellas de cristal.

La policía confirmó el arresto de 23 hinchas del Feyenoord en evidente estado de embriaguez.
"Creo que estas personas, probablemente con su ignorancia, no tienen ni siquiera condiciones psicológicas ni culturales para darse cuenta de que estaban destruyendo una de las fuentes de uno de los mejores artistas de la humanidad", afirmó el alcalde de Roma, Ignazio Marino.

El hijo natural de Velázquez
Velázquez volvió a Italia por segunda vez y en el segundo viaje, que duró dos años y medio, se sabe, porque lo descubrió una historiadora inglesa, Jennifer Montagu, que tuvo una relación con una mujer que todavía no está identificada con certeza, aunque hay varias hipótesis.

Jenifer Montagu descubrió un documento notarial que acreditaba la existencia en 1652 de un hijo romano de Velázquez, Antonio de Silva, hijo natural por tanto del genial pintor, y cuya madre se desconoce.

Los estudiosos han especulado sobre ello y Camón Aznar apuntó que pudo ser la modelo que posó para el desnudo de la Venus del espejo, que quizás fuese la que Palomino llamaba Flaminia Triunfi, “excelente pintora”, a la que habría retratado Velázquez. De esta supuesta pintora, sin embargo, no se tiene ninguna otra noticia, aunque Marini sugiere que quizás se pueda identificar con Flaminia Triva, de veinte años, hermana y colaboradora de Antonio Domenico Triva, discípulo de Guercino.

Lo único cierto es que Velázquez tuvo un hijo, porque existe la partida de nacimiento que lo atestigua, que encontró Jennifer Montagu, y también se sabe que el niño fue criado por una nodriza, porque también se descubrió la partida de pago a la nodriza. Lo que sigue siendo una incógnita es si Velázquez tuvo tiempo de conocer a su hijo antes de abandonar Italia, aunque quizá esperase a su nacimiento y eso explicaría por qué, a pesar de los llamamientos del Rey, él siguió prolongando su estancia en el país durante un tiempo.

Es muy posible que la petición al Rey en 1657 de otro viaje a Italia, que éste no le concedió, fuese probablemente para ir a buscar a ese hijo y traerlo a España. No pudo ser porque murió antes, pero se cree que su yerno Juan Bautista Martínez del Mazo fue a Italia a buscar al hijo, aunque tampoco se sabe si tuvo éxito en su misión. De hecho, algunos historiadores del arte creen que en el famoso cuadro pintado por Martínez del Mazo que se encuentra en Viena, “La Familia”, un joven que está a la izquierda puede ser este hijo de Velázquez. Pero es una hipótesis.

(Continuará)

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