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Blas de Otero
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Blas de Otero

Blas de Otero: Un poema de esperanza y unidad para España

El poema "Anchas sílabas" de Blas de Otero expresa su anhelo por una patria renovada y en paz, superando el sufrimiento histórico. A través de un lenguaje poético rico y estructurado, Otero busca la esperanza y la unidad del pueblo español, utilizando recursos como el paralelismo y encabalgamientos para enfatizar su mensaje.
Que trata de España
Que trata de España

Anchas sílabas

Que mi pie te despierte, sombra a sombra

he bajado hasta el fondo de la patria.

Hoja a hoja, hasta dar con la raíz

amarga de mi patria.

Que mi fe te levante, sima a sima

he salido a la luz de la esperanza.

Hombro a hombro, hasta ver un pueblo en pie

de paz, izando un alba.

Que mi voz brille libre, letra a letra

restregué contra el aire las palabras.

Ah, las palabras. Alguien heló

los labios -bajo el sol- de España.

Blas de Otero: En castellano. Barcelona,
Galaxia Gutenberg, 2021.

Ante las insalvables dificultades para su publicación en España, el libro En Castellano ve la luz en Francia, en 1959 (en edición bilingüe -Parler Clair-, con traducción de Claude Couffon). Un año más tarde, este libro aparece publicado en México, por la Universidad Autónoma; y también en 1960, Losada publica en Buenos Aires Con la inmensa mayoría: Pido la paz y la palabra. En Castellano.

En un poema de sorprendente trabazón interna como es este, Otero proclama su fe en la superación de una concepción amarga de la patria (estrofa 1) y pone todas sus esperanzas en el logro de una paz social entre los españoles (estrofa 2), a cuya consecución dedica con ahínco su palabra poética en unos momentos de difícil convivencia (estrofa 3).

Las tres estrofas tienen cuatro versos y presentan una misma rima asonante en los pares. Las estrofas primera y segunda repiten la misma distribución silábica en sus versos: 11A-11B-11C-y7b; y los esquemas rítmicos de sus endecasílabos son idénticos (y muy similares los de los heptasílabos), según puede comprobarse a continuación:

Versos 1 y 5, endecasílabos. Sílabas acentuadas: 3.ª, 6.ª, 8.ª y 10.ª

Versos 2 y 6, endecasílabos. Sílabas acentuadas: 3.ª, 6.ª, y 10.ª

Versos 3 y 7, endecasílabos. Sílabas acentuadas: 1.ª, 3.ª, 6.ª, y 10.ª

Verso 4, heptasílabo. Sílabas acentuadas: 2.ª y 6.ª

Verso 8, heptasílabo. Silabas acentuadas: 2.ª, 4.ª y 6.ª

En cambio, la tercera estrofa tiene otra estructura silábica y rítmica:

Verso 9, endecasílabo. Sílabas acentuadas: 3.ª, 4.ª, 6.ª, 8.ª y 10.ª

Verso 10, endecasílabo. Sílabas acentuadas: 3.ª, 6.ª y 10.ª

Verso 11, decasílabo oxítono. Sílabas acentuadas: 1.ª, 4.ª, 6.ª y 9.ª

Verso 12. eneasílabo. Sílabas acentuadas: 2.ª, 4.ª, 6.ª y 8.ª

Especialmente relevantes son los encabalgamientos de los versos 3-4 (encabalgamiento suave: “con la raíz / amarga de mi patria”, que le sirve a Otero para recalcar la profunda amargura que asocia a su concepto de España), y 7-8 (encabalgamiento abrupto, frenado en su fluir por una pausa interna: “un pueblo en pie /de paz”, y ahora Otero, rompiendo la locución adjetival “en pie de guerra”, y con una expresiva aliteración de /p/ en sílaba tónica, subraya sus anhelos de paz, una paz construida desde el pueblo).

El cambio el esquema métrico de la tercera estrofa coincide también con un cambio en la estructura sintáctica. Los versos 1 y 5 con los que se inician las estrofas primera y segunda desarrollan el siguiente conjunto paralelístico: oración optativa introducida por la conjunción que (A) + núcleo del sujeto formado por determinante posesivo de primera persona singular -un poseedor, una cosa poseída- seguido de un nombre (B) + pronombre personal átono de segunda persona, singular, en función de complemento indirecto (C) + verbo en presente de subjuntivo (D) + locución adverbial iterativa (E); es decir:

que (A1) + mi pie (B1) + te (C1) + despierte (D1) + sombra a sombra

(E1)

que (A2) + mi fe (B2) + te (C2) + levante (D2) + sima a sima (E2)

El verso 9 con el que se inicia la tercera estrofa ofrece leves modificaciones en el esquema anterior: desaparece el complemento indirecto te, y al verbo intransitivo brille acompaña un complemento predicativo: libre. La aliteración de la bilabial sonora /b/ (“voz brille libre” y la asonancia interna /í-e/ dan mayor contundencia al contenido expresado, en un verso de rica acentuación (“Que mi voz brille libre, letra a letra”), y en el que la palabra voz es portadora de un acento antirrítmico, que subraya aún más la expresividad del verso.

También los versos 2 y 6 (segundo verso de las estrofas 1 y 2, respectivamente) mantienen el paralelismo en su construcción: verbo intransitivo en pretérito perfecto de indicativo (A) + complemento preposicional (B), de cuyo núcleo nominal depende otro complemento nominal (C); es decir:

he bajado (A1) hasta el fondo (B1) de la patria (C1)

he salido (A2) a la luz (B2) de la esperanza (C2)

Sin embargo, el verso 10, segundo de la tercera estrofa, no sigue el mismo esquema: el verbo transitivo restregué -en pretérito perfecto simple- va acompañado de un complemento directo -las palabras-, relegado a la posición final del verso, en un hipérbaton que responde a razones rítmicas, y entre ambos se introduce el complemento preposicional: contra el aire.

Y aun cuando los versos 3 y 7 -tercero de las estrofas primera y segunda- arrancan con una estructura parecida ([he bajado]... Hoja a hoja, hasta dar... / [he salido]... Hombro a hombro, hasta ver...), los versos 4 y 8 divergen en su composición sintáctica; al igual que ocurre en los versos 11 y 12 con los que se cierra un poema de ritmo sostenido elaborado con unos personalísimos recursos retóricos que demuestran el perfecto dominio que Otero tiene de la lengua, trabajada con todo rigor.

Blas de Otero: En castellano. Barcelona,

Galaxia Gutenberg, 2021.

Cambiemos ahora de libro. Y nos adentramos en Que trata de España (Madrid, Visor Libros, 1985, 5.ª edición. Colección Visor de poesía, núm. 78). De él extraemos tres “Canciones”, que reproducimos y comentamos brevemente a continuación.

Canción primera
Esperanza, camino
bordeado de mirtos.
Siento a España sufrir
sufrimiento de siglos.
Esperanza, camino
ladeado de mirtos.
Salamanca de cuatro,
Cuenca de cuatro o cinco.
Esperanza, camino
bordeado de mirtos.
La del alba sería,
se oye el llanto de un niño.
Esperanza, camino
ladeado de mirtos.
Una muchacha blanca
con un ramo de olivo.
Esperanza, camino
bordeado de mirtos.

En esta “Canción primer”, Otero contrapone los vocablos “esperanza” y “sufrimiento”, deseando -y confiando- en que ese sufrimiento que aqueja a España desde siglos cese definitivamente; y de ahí los caminos flanqueados de mirtos -las flores del arrayán se asocian con la pureza de sentimientos- en Salamanca, en Cuenca...; y la inocencia infantil portadora del ramo de olivo como símbolo de paz. Y es la construcción paralelística recurrente -con ligeras variantes conceptuales- el recurso constructivo del que se sirve Otero para poner en pie un poema de tanta eficacia comunicativa.

Canción cinco
Por los puentes de Zamora,
sola y lenta, iba mi alma.
No por el puente de hierro,
el de piedra es el que amaba.
A ratos miraba al cielo,
a ratos miraba al agua.
Por los puentes de Zamora,
lenta y sola, iba mi alma.”

Zamora fue un lugar muy entrañable para Otero. Allí estuvo en 1954, e hizo amistad con un grupo de intelectuales, entre los que se encontraban el poeta Claudio Rodríguez -que había obtenido en 1953 el Premio Adonáis, con Don de la ebriedad- y el filólogo Agustín García Calvo -otro zamorano ilustre, Premio Nacional de Ensayo, en 1990, por Hablando de que lo habla: Estudios del lenguaje-. Y Otero “canta” elementos tan emblemáticos de la ciudad de Zamora como son los puentes, el río...; y evoca su propia alma nostálgica; todo ello entremezclado con un profundo lirismo y empleando formas propias del romancero viejo, tanto en el uso de los tiempos verbales como en el de las estructuras paralelísticas que cohesionan el poema. Y así, en los versos 3-4 se opone el “puente de hierro” al “puente de piedra” -es decir, lo artificial a lo natural, razón por la que el poeta prefiere este último-; y en los versos 5-6 se recurre al paralelismo sintáctico -con una única variación léxica: “cielo”, en el verso 5, se cambia por “agua”, en el verso 6, lo que origina una sugerente identificación-. Y la estrofa inicial se repite, a modo de estribillo, como estrofa final, con otra ligera variante: los adjetivos “sola y lenta” invierten su colocación -“lenta y sola”-, recurso, por otra parte, muy propio de Otero, al que le gusta introducir modificaciones en las series iterativas que tanto prodiga en sus versos. De esta forma, el poema adquiere una estructura circular de gran eficacia expresiva.

Pero sin duda es en la métrica donde se halla otro de los aciertos del poema. Los versos pares mantienen la misma rima asonante, aunque la de los impares se organizan a modo de redondilla (acca), con lo que el resultado final es sumamente original:

a (/ó-a/)-b (/á-a/)

c (/é-o/)-b (/á-a/)

c (/é-o/)-b (/á-a/)

a (/ó-a/)-b (/á-a/)

Canción once
Crepúsculo y aurora.
Puentes de Zamora.
El alba
se enreda entre los troncos
de los álamos verdes,
orillados de oro.
Puentes de Zamora.
De oro del poniente
tienes la frente roja;
la brisa cabecea,
cecea entre las hojas.
Crepúsculo y aurora.
Puentes de Zamora.

También en esta “Canción once” habla Otero de los puentes de Zamora, de las arboledas, del crepúsculo y de la aurora con su colorido áureo; en versos de singular belleza y cadencia rítmica.

Y cerramos esta selección de poemas de “Que trata de España” con el titulado “Todavía”, en el que el valor expresivo de los paralelismos empleados en este poema, que le confieren una gran cohesión estructural.

Todavía
Mañana
brillará España.
(Mañana
de borrasca y ventisca.)
Campos de Castilla,
Galicia, Andalucía.
(Mañana
de cielo rojo y sol.)
Campesino, minero,
tejedor, forjador.
Mañana
brillará España.

En esta canción el poeta, esperanzado, asegura a campesinos, obreros y artesanos: “Mañana / brillará España”. Musicalmente hablando, el paralelismo le da vivacidad rítmica a unos versos tan sencillos -y desprovistos de retórica- como emotivos.

En esta misma revista digital hemos publicado otros dos artículos sobre Blas de Otero:

18 de septiembre de 2025.

Comentario del poema “Fidelidad”.

https://www.todoliteratura.es/noticia/61535/el-rincon-de-la-poesia/blas-de-otero-70-anos-de-pido-la-paz-y-la-palabra-como-testimonio-poetico-de-denuncia-social.html

8 de diciembre de 2025.

La perfección formal de los sonetos de Blas de Otero (comentario de cuatro sonetos).

https://www.todoliteratura.es/noticia/61923/el-rincon-de-la-poesia/la-perfeccion-formal-de-los-sonetos-de-blas-de-otero.html

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