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Firma invitada

06/05/2020@17:45:26

Hoy no he venido a hablar de mis libros, aunque no será por falta de ganas. Hoy quiero hablar de Francisco García Pavón (Tomelloso, Ciudad Real, 24 de septiembre de 1919- Madrid, 18 de marzo de 1989), ya que durante el pasado año 2019 se conmemoró el centenario de su nacimiento con diferentes actos culturales, entre los que destacó la convocatoria, por parte de la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha, del Primer Premio Especial de novela corta policiaca en homenaje a Francisco García Pavón. Por suerte, tuve el honor de ganar ese premio con mi libro titulado Esperando a Randy. Pero ya dije que no iba a hablar de mi libro. Esta referencia es sólo una excepción que explica porqué firmo este artículo dedicado a García Pavón.

Tal día como hoy de 1861 nacía en el palacio “Thakurbari” de la ciudad bengalí de Calcuta (de nombre oficial actual Kolkata) Robindronath Tagore, la posiblemente más importante personalidad de la historia de la cultura mundial, pues fue genial en todas las facetas en las que destacó: educador (creador de la primera escuela nueva de Oriente y de una universidad internacional, que hoy posee quince facultades y más de cinco mil estudiantes), músico autor de la letra y de la música de más de dos mil canciones, que en la India son un género musical específico llamado “Robindrosonguit”, pintor excelente cuya obra expuso en las ciudades más importantes del planeta, reformador social, filósofo, defensor de la paz, los derechos humanos, la solidaridad entre los pueblos, la igualdad entre la mujer y el hombre, la ecología y la vida.

Mientras escribo estas líneas presiento que cuantos hemos librado hasta ahora de la infección nos hallamos suspensos sobre una inquietante espera. La percibo en las conversaciones telefónicas con mis amistades; en todas se mencionan planes de futuro, pero azuzados por un oscuro desasosiego: el ansia por palpar cómo será la cotidianidad el día que se decrete eso que las autoridades llaman con el orwelliano título de “nueva normalidad”; que basta con pronunciarlo para que resulte del todo atemorizador.

La única certeza que tenemos en estos momentos es que la ruptura de tantas lógicas asumidas como normales será un campo abonado para numerosos estudios sociales convirtiéndose en una referencia temporal inevitable. La construcción en apenas unos días de una nueva forma de entender la manera de habitar, ha convertido a este tiempo en protagonista de un laboratorio geográfico, urbanístico, sociológico, económico o antropológico de dimensiones inimaginables. Un tiempo en el que la mitad de la población mundial ha cambiado el espacio físico por el espacio virtual, viviendo una experiencia que tardará en ser digerida por la Humanidad y por la Ciencia.

Gio Zararri es el pseudónimo del escritor vitoriano Sergio Gónzalez de Zárate Pérez de Arriluces, su libro "El fin de la ansiedad" es uno de los mejor valorados y más utilizados para comprender y tratar el trastorno de ansiedad. Ha sido el libro mejor valorado en el género de autoayuda según un reciente estudio de la empresa Netrivals. En redes sociales la comunidad de El fin de la ansiedad cuenta ya con más de 100000 miembros.

Si yo fuera director de esta revista, no publicaría este artículo. Hay cosas que no se pueden decir. No porque sean mentira, sino porque son verdades como puños. Pero no te van a dejar ir por el mundo sacudiendo verdades ni como puños ni a puñetazos. Que se lo digan a Ignatius Reilly (¡¡Oooh Ignatius, te adoro!!!) No hay nada más revolucionario, trasgresor y obsceno que la verdad ¿Pero quién coño necesita la verdad? Nadie.

En estos días de confinamiento, celebramos el Día del Libro tal vez sin reparar en que quienes lo justifican, fueron dos ilustres confinados como Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Sus obras derriban muros, abren espacios donde los confinados desafían todos los confines. Es así como el libro, cualquier buen libro, se nos presenta simultáneamente cono vacuna y vector de libertad. Porque libro y libertad, liber et libertas, son sinónimos de un antivirus universal, llamado literatura.

Hoy 23 de abril celebramos el a Mundial del Libro sin librerías abiertas a pie de calle. Por razones psicohigiénicas he decidido ser optimista, así que me consuelo pensando que aunque la de este año será una celebración poco lucida, en cambio, lo será muy sentida.

FIRMA INVITADA

Por Eva Losada Casanova

Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.

Pocos narradores tan importantes, cuanto disímiles, ha dado la segunda mitad del siglo XX, como W. G. Sebald (1944-2001) y Kazuo Ishiguro (1954). Sus acercamientos a la materia narrativa, a la posibilidad de adquirir y transmitir información y a caracterizar personajes partiendo de lo que ni ellos mismos conocen, les hacen reaccionar a la postmodernidad de un modo peculiar, casi diríamos reaccionario por aquello de ir a la contra. Desaparecido Sebald en accidente de tráfico el 14 de diciembre de 2001, cuando se le consideraba candidato seguro al Nobel, galardón que recibió Ishiguro en 2017 (antes de los escándalos que acompañaron a estos premios), queremos hacer aquí un mínimo esbozo de su obra maestra cuasi póstuma Austerlitz (2001) junto a la casi simultánea Cuando fuimos huérfanos (2000) del anglo-japonés.

Lo malo de poner a parir a Simone de Beauvoir es que te van a decir que eres una machista y una facha. Pero también es verdad que me importa una mierda que lo piensen y que lo digan. Ya la puse de chupa de dómine en mi ensayo “Escuela de Mujeres” y la polémica que generó me proporcionó pingues beneficios.

Después de Money Mindfulness, mi método de finanzas personales que he tenido la fortuna de ver traducido a siete idiomas, me lancé a publicar Time Mindfulness sobre cómo gestionar la divisa más valiosa que poseemos: el tiempo. En estos días de confinamiento, conviene recordar algunos consejos que nos evitarán tanto perder el tiempo como obsesionarnos por aprovecharlo de forma enfermiza.

Lectura profunda para aquellos adentrados en cuestiones filosóficas. Una narración impecable que aborda asuntos de la moral y de los principios del hombre en respecto al derecho a morir cuando la vida pierde sentido. Fonseca su protagonista, del cual nunca llegamos a saber su nombre de pila, está interesado en formar parte del Club de los Suicidas.

«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra

Los nuevos documentos inéditos, descubiertos por el benemérito Presidente de la Sociedad Cervantina en Esquivias, don Sabino de Diego Romero, ex alcalde del Ayuntamiento de Esquivias, sobre los personajes auténticos, expuestos en El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, son de capital importancia para los estudios de la obra más destacada de la literatura universal.

¡Ah parcas del destino! desfallece mi mente...y continuar no puedo. Si me fuera concedida la gracia de la palabra, si estas sombrías y húmedas paredes pudieran desaparecer a través del don de la narración que me otorgarais..., acaso éste mi encierro no fuera en vano, pues... ¿qué no daría yo si ya heme perdido todo?

En septiembre de 2019, la Asociación de Amigos de los Molinos de Mota del Cuervo me designó “Molinero Universal”. Antes de acudir, pregunté al Presidente de la Asociación, Enrique Tirado, si debía preparar algún discurso. Ingenuamente me creí sus palabras: “¡Nada, hombre! Tú sólo di cuatro palabras de agradecimiento”, y así, acudí con lo puesto, como suele decirse. ¡Error!

FIRMA INVITADA

Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"

A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.