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Voces del Extremo Madrid 2014: Poesía y desobediencia
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Voces del Extremo Madrid 2014: Poesía y desobediencia

Por Alberto García-Teresa
jueves 20 de noviembre de 2014, 09:34h
En 1999, arrancó en Moguer (Huelva), de la mano de la audacia y de la valentía de Antonio Orihuela, el primer encuentro “Voces del Extremo”. Aquella edición proponía recoger todas aquellas propuestas poéticas críticas que se estaban gestando en el Estado Español en ese momento, que respondían al conflicto socioeconómico y cultural de nuestro tiempo desde el verso. Con tesón y no sin sortear gran número de problemas, la cita se consolidó y sirvió para aglutinar una serie de prácticas poéticas que se conocían y dialogaban entre sí desde los márgenes con bastante dificultad, hasta convertirse, en la actualidad, en un punto de referencia y en un importante foco de creación y proyección de cultura antagonista.
  • Belén G. Nieto

    Belén G. Nieto


  • Un momento del taller de escritura cooperativa colectiva

Diez años más tarde, en 2009, comenzó una edición itinerante de “Voces del Extremo”, complementaria a la onubense, que sirvió para extender y propagar las inquietudes del proyecto y permitir que otros poetas de otras áreas de la Península pudieran también enriquecer ese espacio de relación y de confrontación con la apatía, la alienación y la lucha social: primero en Béjar (2009) y más adelante en Logroño (2010, 2011) y también en Madrid (2013 y 2014).

Si la edición de Madrid 2013 (denominada “Poesía y resistencia”) se celebró principalmente en el centro social okupado El Patio Maravillas, el encuentro de este año se ha desarrollado por completo en el solar autogestionado El Campo de Cebada (que ya fuera sede de una de las tandas de lectura del año previo); un espacio arrebatado a la especulación urbanística en pleno centro de la ciudad y que los vecinos mantienen legalmente tras haber conseguido la cesión de su gestión por parte del Ayuntamiento. La intención de la organización de Voces del Extremo Madrid 2014 (que ha vuelto a apostar por el trabajo y las formas colectivas, tratando de dar coherencia al discurso poético y a la práctica política) de optar por este emplazamiento ha sido poner en comunicación espacios y versos que hablan y que enfrentan una misma problemática: un sistema social regido por la búsqueda de beneficio por encima de la dignidad de las personas y del resto de seres vivos.

En ese sentido, se convocó a casi cincuenta poetas que, bajo una interpretación amplia del sentido crítico de la cultura, abrazados por el lema de “Poesía y desobediencia”, mostraron la heterogeneidad y la multiplicidad de registros que acompañan una escritura que se rebela a la lógica de la exclusión social, al imperio de la mercancía y del consumo, a la lógica del miedo que nos quiere pasivos y sumisos. Voces consagradas y otras aún inéditas en papel, de muy diversas generaciones y estéticas, acostumbradas a la lectura íntima o bien a la agitación perfopoética, en igualdad de condiciones, conviviendo y compartiendo escucha en intervenciones de diez minutos, se aglutinaron para conseguir construir una brecha de oxígeno y de lucidez en la alocada precipitación de eslóganes de publicidad de la ciudad.

Así, del 2 al 5 de noviembre de 2014, diferentes poetas ofrecieron sus recitales en ese peculiar marco: un solar al aire libre sin puertas, en el cual la poesía mezclaba un público que abarrotaba las gradas del Campo con, a pocos metros, en otras partes del solar, chavales jugando al balón, personas que paseaban por la zona, jóvenes que echaban la tarde entre risas y cervezas y, en general, un nutrido grupo de curiosos que se acercaban y escuchaban poemas. En ellos, quién sabe, quizá esa semilla que la poesía aspira a dejar pueda haber contribuido a poner en cuestión su relación consigo mismos y con los demás. Frente al vértigo de recitar en un espacio no habituado ni habitual a la poesía, frente a un público en su mayoría ajeno al verso, los distintos poetas fueron desgranando sus composiciones engarzados por una misma intención: mostrar que la poesía camina por las calles y que, más allá de la prejuicios construidos por la educación formal recibida de unos y del ensimismamiento de otros, apela a los ciudadanos para que puedan repensar la vida.

Además de las lecturas, se incorporaron espacios de debate en busca del diálogo con el público, que pretendían también romper esa separación entre productor y receptor, entre poeta y espectador. En esa línea, sumado a una sesión de micrófono abierto con el cual se cerró el encuentro, se desarrolló un taller de escritura colaborativa y cooperativa, en el que el público se convertía en agente, encontraba motivos para conversar con las otras personas que lo rodeaban y, juntos, construían y consensuaban poemas. Así, distintas actividades en común apostaron por buscar el encuentro, el descubrimiento y el intercambio.

Por su parte, sendos conciertos cerraron dos de las cuatro noches del encuentro. Éstos mostraron caminos por los cuales la poesía y la música respiraban y transmitían, desde la insumisión, una misma aspiración de esperanza y de transformación. A su vez, de manera simultánea a los recitales, siguiendo el cartel de esta convocatoria, se animó a decorar sellos en una reconfortante mezcla de creatividad y ultraje, que nuevamente interpelaba a tomar partido y no sólo permanecer escuchando desde fuera.

Por último, la editorial Amargord, como ya hiciera en la anterior edición, ha publicado una antología en la que, sin jerarquías, sin fichas bibliográficas que pudieran hablar más que los textos, dejando que sean los poemas quienes se defiendan por sí mismos, se recopilan piezas de todas las personas que participaron en este “Poesía y desobediencia”.

Así, profundizando en un modelo que combina lo nómada con lo permanente, Voces del Extremo continúa acumulando ediciones, experiencias y versos que permitan reflexionar, con y desde la poesía, acerca de cómo construir ese mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones.
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