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"Neandertales", de Elisabet Font y Laura Pinto

Ed. Salvat. 2023
viernes 17 de mayo de 2024, 22:45h
Neandertales
Neandertales
Durante muchos años los paleontólogos estimaron que existía una relación evolutiva directa entre el Hombre de Neanderthal y el de Cromañón; hoy se tiene la certidumbre de que ambas especies tenían un ancestro común; aunque puede ser que en algún momento pudiese haber algún tipo de mezcla entre los de Neanderthal y los de Cromañón. Sobre nuestros parientes más cercanos, los Neandertales, es de lo que trata este libro pormenorizado y muy documentado.

Será en el siglo XIX cuando se comiencen a encontrar respuestas con respecto al conocimiento, más fehaciente, de los orígenes de los seres humanos y, sobre todo, como fueron evolucionando sus ancestros para llegar hasta la actualidad; se ha conseguido el hecho siguiendo unos pasos meditados por los fósiles, los cuales hasta entonces habían estado ocultos en la tierra. Cuando se comienzan los estudios de la paleontología, en la época del siglo XIX, de la denominada como arqueología prehistórica, en el momento en que se consideraba que una especie humanoide se extinguía para dar origen a la siguiente, hasta llegar a la aparición del Cromagnon u Homo Sapiens Sapiens, toda esta teoría fue desbaratada tras la aparición en unas cuevas del valle alemán de Neander de los restos de una especie arqueológica desconocida hasta esa época; su entrada en la ciencia arqueológica fue sorprendente y magistral, ya que se llegó a la convicción de que el Homo sapiens sapiens no descendía de los neandertales y, consiguientemente, la evolución humana no fue lineal, sino en forma de árbol con ramas diferentes. En este libro se niega, total y absolutamente, una mínima posibilidad de creacionismo, inclusive la posible existencia de la divinidad, cuestiones estos muy vidriosas y de difícil estudio o convicción. En esta obra, muy completa, se realiza un estudio pormenorizado y riguroso sobre cómo se produjo la evolución del inicio prehistórico de los neandertales.

La constatación de la existencia del neandertal causó una gran convulsión entre la comunidad científica del siglo XIX, aunque todavía fue más impactante para el resto de la sociedad. Los primeros restos fueron hallados por casualidad, como tantos otros grandes descubrimientos. Unos trabajadores encontraron, en una cueva del valle de Neander, en Alemania, unos restos fosilizados que en principio atribuyeron a un animal o a un oso de las cavernas. El primero que los estudió fue el profesor Johann Carl Fuhlrott, que poco se imaginaba en aquel momento que se encontraba ante uno de los hallazgos más importantes de la historia de la paleontología”.

Los neandertales vivieron en La Tierra en la denominada como la Edad del Hielo. Los inviernos se conoce que fueron durísimos, y este hecho conformó genéticamente a estos seres humanos, de tal forma, que aprendieron a vivir con aquellas dificultades climáticas y condiciones tan adversas; lo hicieron de forma nómada, y así consiguieron encontrar lugares en mejores condiciones para poderse refugiar. El físico neanderthalense ha estado siempre teñido de polémica, inclusive indicando, motu proprio, si se podría diferenciar a un hombre moderno de uno que fuese neandertalense, caminando ambos por una calle. En esta obra se realiza un estudio completo para saber cómo eran físicamente, como estructuraban sus campamentos, y hasta en conocer como era su humanidad o su sensibilidad y sus sentimientos. Se conoce que la inteligencia adaptativa neanderthalense era más compleja de lo que se imaginaron los primeros paleontólogos en el siglo XIX. Es muy interesante y críptico saber que ocurrió cuando se extinguieron y, sobre todo, conocer la causa de dicho hecho tan catastrófico, cuya fecha se estima que se produjo hace unos treinta mil años y, además, que ocurrió cuando neandertales y sapiens sapiens se encontraron, hace unos cuarenta mil años en Europa, estando juntos sin mezclarse durante unos diez mil años; ¿existió, pues, algún influjo de los segundos para la extinción de los primeros? Todo ello está en esta obra, más que delicada, y ya se tiene la consciencia de que los neandertales no eran tan disimiles con nosotros, cómo se creía antes. La obra nos acerca a un mejor conocimiento sobre la historia de estos parientes nuestros, que tienen un interés prioritario. El descubrimiento fue y sigue siendo apasionante.

«… A causa de este ambiente social, cuando en 1856 unos trabajadores de cantera descubrieron unos extraños huesos en el valle de Neander, Alemania, no pensaron que fueran a ser muy importantes. El hallazgo se produjo concretamente en la cueva de Feldhofer, que tenía unas medidas de dos metros de ancho, cinco de largo y algo menos de tres de alto. Los trabajadores descubrieron entre la arcilla dieciséis huesos que parecían humanos: una bóveda craneal y huesos de las piernas, brazos, pelvis y costillas. No eran los primeros huesos fósiles que aparecían: ya en 1778 un periódico español anunciaba el hallazgo de unos huesos de elefante de mucha antigüedad que aparecieron en Madrid. Estos no tardaron en atribuirse a los conocidos elefantes que Aníbal llevaba consigo cuando cruzó la península para luchar contra Roma. Poco a poco, los huesos de animales pertenecientes a épocas antiguas, a los que llamaban ‘petrifacciones’, fueron considerados por los científicos restos del diluvio universal bíblico, que se situaba cinco o seis mil años atrás y antes del cual casi nadie pensaba que pudiera existir la especie humana. Johann Carl Fuhlrott, profesor de escuela, fue el primero en poder examinar los huesos aparecidos en el valle de Neander y el primero en notificar las rarezas que estos presentaban, sobre todo si se consideraba que eran humanos. Los huesos de los brazos y de las piernas parecían ser demasiado gruesos y con formas muy curvadas, la frente del individuo era muy corta y encima de las cavidades oculares se percibían unas protuberancias muy pronunciadas. El profesor pensó entonces que estos restos se asemejaban a los de los osos de las cavernas, que eran huesos fosilizados de épocas consideradas antediluvianas (es decir, anteriores al diluvio universal bíblico) y que solían estar cubiertos por una fina capa de carbonato cálcico, al igual que los restos humanos de Neander».

La idea negacionista relacionada con la divinidad está en una situación de algún tipo de crítica, ya que no todo es negro o blanco absolutamente. La aparición en la prehistoria científica de los neandertales fue una revolución, ya que agitó sine die, la consideración de que era menester reconocer que habían existido otros seres humanos inteligentes y evolucionados. Hoy el término Cromagnon está en desuso, aquí lo utilizo por cuestión de soberbia estética, y en oposición al de neandertales. La relación entre nosotros y el neandertal tiene, todavía, un buen número de incógnitas, sobre si existieron intercambios entre ambas especies, etc. ¡Interesante! «Errare humanum est, sed perseverare diabolicum. ET. Medice, cura te ipsum».

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