Estos versos de Dámaso Alonso me han venido a la memoria a raíz de ver el montaje teatral “Como si fuera esta noche”, con texto de Gracia Morales y dirección de Ana Scannapieco, donde dos mujeres, ya de la misma edad en el momento en que se encuentran, madre e hija, a través del tiempo y del recuerdo, aparecen y desaparecen, con el aire detenido del pasado, con la brisa fresca de la actualidad, para ensartarse en las palabras, en los sentimientos, en lo que les pasó y callaron.
Ellas son Piedad Montero y Estrella Zapatero, con una sutileza expresiva de sus instantes, de imágenes que les produjeron desasosiego, encuentran la armonía necesaria, después de que sufrieran el trato infligido por su señor esposo, marido y padre, donde percutía la bebida en una danza que las hacía permanecer calladas. Las dos se emocionan en una reafirmación sin obsesiones, atrapadas en aquel tiempo, ajenas a la incertidumbre de lo que sucedería después.
No tiene alcuza esta mujer, tiene un costurero para sacar adelante la precaria situación de unos años amargos, nada nostálgicos, porque no se echaba de menos la pobreza, porque hasta soñar estaba vetado, porque la situación social era una máscara.
Por ahí vienen estas mujeres, con pasos titubeantes, pero que fueron firmes y decididos, casi de baile, al compás del bolero “Bésame mucho” de Consuelo Velázquez, “como si fuera esta noche la última vez”, con una sonrisa en las manos, la vida de negro luto no ha podido con ella, ni el gris de una época en blanco y negro, ni el frío marfil de las despedidas.
Ahora ya van despacio, porque no tienen la prisa de la urgencia ni la avidez del futuro, ni la angustia de la espera. Estas mujeres avanzan casi etéreas por la vida quebradiza, entre trampas y silencios, con subidas pedregosas, resbaladizos caminos de lágrimas, hundiendo los pies en el barro de la experiencia, esquivando hoyos, sorteando desechos, mas siempre encontraron árboles que les dieron sombra, agua de manantial que les refrescaron el alma, canciones para cantar y tararear cuando están haciendo sus faenas, y su meta siempre fue la esperanza.
Estas mujeres que ahora vienen andando despacio, antes iban en bicicleta, cantando y recitando versos románticos de poetas solitarios, compartiendo risas y desdichas, repartiendo calor en los días de frío y procurando que sus hijos no se enteraran de los desprecios, de los golpes, de las vejaciones, de las humillaciones, lágrimas compartidas, cafés a media tarde, agua dulce para saciar la sed de compañía, “que tengo miedo a perderte, perderte después”.
Clara y Mercedes, los personajes, viajan en el cuerpo y la voz de Estrella Zapatero y Piedad Montero con el silencio de la melancolía, con el recuerdo evaporado como humo, con el tiempo detenido en su memoria, con las mismas estrellas en las que por las noches rezan a la vida.
Comprenden que hay nubes que tapan el sol, minutos que no debieran haber existido nunca, insomnios que necesitan oxígeno, sueños demasiado profundos, sombras frías donde lloran por la incertidumbre de lo desconocido.
“Piensa que tal vez mañana yo ya estaré lejos, muy lejos de ti”.
FICHA ARTÍSTICA
COMO SI FUERA ESTA NOCHE
Texto y Dramaturgia: Gracia Morales
Dirección: Ana Scannapieco
Producción: Teatro del Agua
Reparto: Piedad Montero, Estrella Zapatero
Coaching: Liz Lobato
Espacio: Sala Mirador