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Por qué terminé usando Turbologo para diseñar el logo de mi startup

martes 22 de julio de 2025, 13:02h

Todo estaba más o menos armado. Tenía nombre, idea, incluso algunas validaciones. Pero faltaba algo que, por alguna razón, iba dejando de lado: el logo. Y no porque no lo necesitara — al contrario. Cada vez que abría un archivo nuevo, me quedaba en blanco con el espacio del logo vacío.

Intenté usar algunas herramientas gratuitas, esas que prometen maravillas en tres clics. Pero no sé, todo se veía igual. Plantillas sobre plantillas. Como si lo hubieran hecho por mí… pero sin mí.

En algún momento empecé a buscar otra cosa. No un diseñador (porque, sinceramente, no había presupuesto), sino algo que me dejara participar, probar, equivocarme. Ahí fue donde conocí Turbologo. No fue amor a primera vista, pero al menos no me hizo sentir tonto.

Lo que encontré (y lo que no esperaba)

Empecé con curiosidad, sin mucha fe. La idea era jugar un rato y ver si salía algo decente. Pero me sorprendió lo rápido que todo tomó forma. Al principio, me pedía palabras clave — elegí “tecnología”, “cercanía”, “movimiento”. Luego colores. Y después... ahí estaban: decenas de logos con IA, algunos meh, otros que me hicieron fruncir el ceño. Y uno que me hizo pensar: “Es por acá”.

Lo elegí, pero no lo dejé como estaba. Cambié el espaciado, la tipografía, los colores. Lo vi en versión mini, lo agrandé, lo probé en un fondo oscuro. Incluso le mostré una versión a mi hermana — dijo que parecía más “real” que los que había hecho antes. Raro, ¿no?

Lo que más me sirvió

Cuando terminé, descargué el logo en todos los formatos que necesitaba: para web, redes, incluso para impresión. Pero lo mejor fue la mini-guía que venía con él. Ahí estaban los códigos de color, la tipografía, proporciones… todo. Gracias a eso, armé la portada de la presentación para inversionistas sin perder media tarde eligiendo tonos al ojo.

Y algo más: tener el logo hecho me obligó a cerrar decisiones. ¿Qué tono quiero usar en redes? ¿Qué estilo en la web? ¿Voy sobrio o me la juego más visual? Sin darme cuenta, ya tenía respuestas.

¿Lo recomendaría?

No quiero sonar como vendedor (no lo soy), pero si estás en ese limbo de “todavía no tengo logo”, buscá una herramienta que no te deje solo frente a una plantilla vacía. En mi caso, Turbologo sirvió justo para eso: ayudarme a decidir, no imponer.

Además, creo que usar un generador de logos con IA no es hacer trampa. Es tomar un atajo útil cuando lo que importa es avanzar. Y, seamos honestos, si se ve bien, funciona.

¿Sirvió para mi startup?

No cambió el destino de mi negocio ni me trajo clientes mágicamente. Pero sí me hizo sentir que estaba construyendo algo real. El día que imprimí una etiqueta con el logo en un frasco (prototipo de producto, nada fancy), fue la primera vez que lo vi como marca.

Y eso, en medio del caos de emprender, vale bastante.re

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