Pablo Neruda: Un poeta entre amores y compromisos políticosLa producción poética de Pablo Neruda. Nacido en Parral (1904) -en la zona central de Chile-, su nombre legal es Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, pero se lo cambió por el de Pablo Neruda para ocultar a su padre su vocación poética. Su obra poética va paralela a su convulsa existencia amorosa y política. Apoyó la causa republicana en la Guerra Civil Española (en Francia escribió España en el corazón. Himno a las glorias del pueblo en la guerra, 1937).
Autorretrato
Por mi parte, soy o creo ser duro de nariz, mínimo de ojos, escaso de pelos en la cabeza, creciente de abdomen, largo de piernas, ancho de suelas, amarillo de tez, generoso de amores, 5 imposible de cálculos, confuso de palabras, tierno de manos, lento de andar, inoxidable de corazón, aficionado a las estrellas, mareas, 10 maremotos, administrador de escarabajos, caminante de arenas, torpe de instituciones, chileno a perpetuidad, amigo de mis amigos, mudo de enemigos, 15 entrometido entre pájaros, mal educado en casa, tímido en los salones, arrepentido sin objeto, horrendo administrador, navegante de boca 20 y yerbatero de la tinta, discreto entre los animales, afortunado de nubarrones, investigador en mercados, oscuro en las bibliotecas, 25 melancólico en las cordilleras, incansable en los bosques, lentísimo de contestaciones, ocurrente años después, vulgar durante todo el año, 30 resplandeciente con mi cuaderno, monumental de apetito, tigre para dormir, sosegado en la alegría, inspector del cielo nocturno, 35 trabajador invisible, desordenado, persistente, valiente por necesidad, cobarde sin pecado, soñoliento de vocación, amable de mujeres, 40 activo por padecimiento, poeta por maldición y tonto de capirote. Pablo Neruda: Autorretrato.https://www.neruda.uchile.cl/entrevista/1.htm [Reproducimos los versos originales. Es frecuente encontrar este poema transcrito en prosa o con los versos distribuidos de otra manera]. Pablo Neruda fue miembro del Partido Comunista Chileno tuvo que vivir en la clandestinidad, lo que terminó por llevarle al exilio -en 1949- siendo presidente González Videla. En 1952 regresó a Chile, donde recibió diferentes distinciones académicas. El 21 de octubre de 1971, Neruda fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura “por una poesía que con la acción de una fuerza elemental da vida al destino y los sueños de un continente». Su fallecimiento se produjo en septiembre de 1973. A lo largo del “Autorretrato” aportamos suficiente información sobre Neruda. Ahora nos limitamos a recordar algunos de los títulos de su obra poética que consideramos más relevantes, con la fecha de publicación original: Crepúsculo (1923). Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924). Residencia en la Tierra (1935). Segunda residencia (1935). España en el corazón (1937). Tercera residencia (1947). Canto general (1950). Las voceas del capitán (1952). Odas elementales (1954). Nuevas odas elementales (1955). Terceras odas elementales (1957). Cien sonetos de amor (1959). A titulo póstumo, y en prosa (Memorias): Confieso que he vivido (1974).
Centro Virtual Cervantes. Pablo Neruda. https://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/neruda/default.htm Universidad de Chile: Selección de obras de Pablo Neruda: https://neruda.uchile.cl/obra/index2.html Edición digital de Confieso que he vivido: http://www.librosmaravillosos.com/confiesoquehevivido/index.html
Etapas de la obra poética de Neruda. Podemos dividir, de una manera harto convencional, la poesía de Neruda en cuatro etapas.
[https://www.neruda.uchile.cl/obra/residencia1.htm] Residencia en la tierra, 2: [https://www.neruda.uchile.cl/obra/residencia2.htm] Tercera residencia en la tierra: [https://www.neruda.uchile.cl/obra/residencia3.htm] En estas obras se refleja esa sensación de soledad y de nostalgia de quien se encuentra apartado de su tierra. En ellas queda patente el influjo del surrealismo.
https://www.neruda.uchile.cl/obra/cantogeneral.htm
https://neruda.uchile.cl/obra/odaselementales.htm https://neruda.uchile.cl/obra/nuevasodaselementales.htm https://neruda.uchile.cl/obra/tercerlibroodas.htm
El autorretrato de Neruda se viene utilizando en los “talleres de literatura” para formación de escritores a la hora de plantear cómo elaborar un autorretrato. Y es habitual la actividad de efectuar el propio retrato tomando como modelo el de Neruda. Pero a nuestro parecer, este modelo no resulta tan sencillo, porque se trata de una larga enumeración de 43 versículos carentes de rima, en la que los rasgos físicos son escasos (en concreto, solo se alude a ellos en los versículo 1 a 5: nariz, ojos, pelo, abdomen, pies y color del rostro), y son mucho más abundantes los rasgos vinculados con su polifacética personalidad y estilo de vida, incluidos sus hábitos, aptitudes, arrepentimientos, preferencias..., y entre los que figuran -para rematar el poema- “poeta por maldición / y tonto de capirote” (versículos 42-43), lo que da una idea de la intencionalidad humorística con la que está compuesto, ya que Neruda está continuamente riéndose de sus propias imperfecciones. Y la base de esta enumeración -llamémosle “caótica”, por emplear la terminología de Leo Spitzer (cf. La enumeración caótica en la poesía moderna. Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Instituto de Filología. Buenos Aires, 1945. Edición original)- se sustenta más que en lo sustantivo -que obviamente es necesario-, en lo adjetival, que adquiere un carácter relevante en función de las construcciones sintácticas empleadas. A partir de “soy o creo ser” (del versículo 1) se sucede una interminable lista de adjetivos, seguidos, en la mayor parte de los casos, de complementos nominales introducidos por diferentes preposiciones (de, a, entre, en, sin, con, para, por…); y estos adjetivos van en muchas ocasiones más allá de su significado meramente denotativo. Hay en determinados versículos ciertas características “anómalas” en los encabalgamientos, que rompen la unidad gramatical, tonal y de sentido -llamada sirrema-, si bien finalizan con una pausa interna:
versículos 11-12: “administrador de / escarabajos”; versículos 31-32: “resplandeciente con mi / cuaderno”: versículos 34-35: “inspector del / cielo”; versículos 38-39: “cobarde sin / pecado”.
En cambio, otros encabalgamientos entran de lleno en los convencionalismos métricos; tal es el caso de los versículos 2-3 (“pelos / en la cabeza”), 4-15 (“mudo / de enemigos”), 18-19 (“arrepentido / sin objeto”), 24-25 (“oscuro / en las bibliotecas”), 33-34 (“sosegado / en la alegría”) y 37-38 (“valiente / por necesidad”). El resto de los versículos finalizan en pausa -que los signos de puntuación se encargan de marcar-, salvo en los dos casos en los que es la conjunción copulativa “y” la que une dos versículos: “navegante de boca / y yerbatero de la tinta” (versículos 20-21), “poeta por maldición / y tonto de capirote” (versículos 42-43). Por otra parte, el poema presenta una fuerte heterometría, ya que los versículos oscilan entre las quince sílabas (versículos 1 y 13) y las cuatro sílabas (versículo 15); una heterometría que hace más caótica, si cabe, la enumeración de los rasgos personales más sobresalientes -a su juicio- del poeta. No obstante, las continuas construcciones bimembres “equilibran bastante la estructura del poema. Empecemos por la parte prosopográfica, a la que Neruda dedica los primeros versículos; y solo se fija en la nariz, los ojos, el cabello, el abdomen, las piernas, los pies, la tez, las manos y los andares (pero no hay ninguna referencia, por ejemplo, a la frente, las cejas, la boca, los dientes, los labios, las mejillas, las orejas, el cuello…); es decir, que el poeta ha sido muy selectivo en la elección de algunos rasgos de su fisonomía, prescindiendo de otros detalles del rostro, así como de otras características corporales. Lo que nos interesa ahora es analizar el valor semántico de cada adjetivo, ya que el ritmo bimembre de la construcción “adjetivo+complemento nominal” introducido por la preposición “de” salta a la vista y se percibe con total nitidez: “duro de nariz” (versículo 1). Quizá el adjetivo no sea sinónimo de “rudo”, “desfigurado” o “desproporcionado”, sino que aluda a una nariz con el olfato disminuido, como resultado de su tendencia a la bebida; lo cual es coherente con el versículo 3, ya que el abdomen “creciente” o abultado se asocia a la bebida. [En su libro Alcohol y literatura (Palencia, Editorial Menoscuarto, 2017), Javier Barreiro analiza las relaciones entre el alcohol y el talento literario. No está de más recordar que las memorias de Neruda -Confieso que he vivido- han sido a menudo rebautizadas como “Confieso que he bebido”]. “mínimo de ojos” (versículo 2). Ojos sumamente pequeños en relación con el tamaño del rostro. No parece que el adjetivo “mínimo” pudiera referirse a “con poca agudeza visual”, que no cuadra con la fotogenia de Neruda. “escaso de pelo” (versículo 2). En efecto, Neruda tenía poco pelo -muy despejada la frente-, y de ahí su tendencia a llevar la cabeza cubierta casi siempre con gorras y diferentes tipos de sombreros. “creciente de abdomen” (versículo 3). El abdomen progresivamente más abultado es característico de las personas que beben mucho. “largo de piernas” (versículo 4). Piernas proporcionalmente de mayor longitud en relación con el resto del cuerpo, lo cual puede ser positivamente valorado desde una perspectiva estética. “ancho de suelas” (versículo 4). No se trata aquí de caracterizar el calzado, con suela más ancha que lo que pide la planta del pie; sino que, por medio de una sinécdoque de la parte por el todo, se alude al voluminoso grosor de sus pies que, por su gran tamaño, pueden relacionarse con la estatura: “largo de piernas”. “amarillo de tez” (versículo 5). El color amarillo del rostro puede deberse al excesivo consumo de alcohol durante largo tiempo. “tierno de manos” (versículo 8). De manos amables, afectuosas y sensibles. El adjetivo adquiere ribetes sinestésicos, ya que no se califica la mano desde su aspecto físico. “lento de andar” (versículo 8). De andar despacioso. Esta lentitud de movimientos está, en alguna forma, relacionado lo abultado de su abdomen y con su “monumental apetito” (versículo 32). En cualquier caso, Neruda ha seleccionado solo aquellos rasgos físicos mejor vinculados con su personalidad y que más lo caracterizan; y, desde luego, así podemos verlo a través de las muchas fotografías y caricaturas que de él disponemos. Pasemos ahora a los rasgos de naturaleza espiritual y volitiva, desperdigados por el texto, y que admiten un doble agrupamiento: aquellos que podrían considerarse como positivos o valiosos a la hora de definir globalmente una personalidad, y aquellos otros menos favorables: la combinación de ambos aumenta el grado de verosimilitud de este autorretrato que, ironía incluida, tiene mucho de “autoconocimiento” socrático. Comencemos analizando los rasgos de una personalidad tan variopinta. A a la ternura que desprenden sus manos (versículo 8) hay que añadir “inoxidable de corazón” (versículo 9), un adjetivo cuando menos sorprendente y que, metafóricamente podría aludir a lo incorruptible de un corazón, que solo alberga nobles sentimientos, un corazón que es símbolo de integridad, honradez y rectitud. Y el versículo 14 proclama la fidelidad en los afectos: “amigo de mis amigos”; y como ejemplo de amistad podemos citar la que le unió con Miguel Hernández, al que dedicó en su Canto general el emotivo poema titulado “A Miguel Hernández, asesinado en los presidios de España”. Canto general. “A Miguel Hernández, asesinado en los presidios de España”. https://www.neruda.uchile.cl/obra/obracantogeneral49.html
Y según afirma, no le gustaba entrar en controversias con quienes le hostigaban que pudieran conducir a la enemistad (versículos 14 y 15: “mudo / de enemigos”, en expresivo encabalgamiento). [Lo de “mudo de enemigos” es, a nuestro juicio, todo un eufemismo. Porque si Neruda era blanco de críticas acerbas -hablamos en el terreno literario, fundamentalmente-, respondía con diatribas agrias y virulentas, que traspasaban el ámbito del humorismo. Baste recordar que los tres grandes poetas chilenos del siglo XX -Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Pablo de Rokha- “desperdiciaron” los mejores años de sus vidas desollándose en público. El poema “Aquí estoy”, dedicado por Neruda a Vicente Huidobro y a Pablo de Rokha es buena muestra de ello. Esta es la copia digital de la versión mecanografiada del original: http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/visor/BND:335930 No parece, pues, que Neruda hiciera de la indulgencia virtud, ni que siguiera la máxima del presidente norteamericano Abraham Lincoln: “¿Acaso no destruyo a mis enemigos cuando los transformo en amigos?”]. En los versículos 5 (“generoso de amores”) y 40 (“amable de mujeres”), Neruda se presenta como una especie de “doñeador galante”; pero a la vista de su biografía -hombre de carácter voluptuoso y sensual, con fama de mujeriego-, en tiempos del #MeToo su figura en relación con su comportamiento con las mujeres está siendo muy cuestionada. [Manuel Vicent: “El corazón convulso de Pablo Neruda”. Publicado el 27 de febrero de 2010 en El País/Babelia, y también en el blog “Algún día en alguna parte”. https://algundiaenalgunaparte.com/2010/02/27/el-corazon-convulso-de-pablo-neruda/#comments]. Polémicas aparte, lo cierto es que Neruda tuvo tres matrimonios y dos divorcios. Su primera mujer fue Maryka Antonieta Hagenaar Vogelzang, con la que se casó en diciembre del año 1930, y de este matrimonio nació su única hija, Malva Marina (en octubre de 1934); pero en 1936, Neruda pone fin a esta relación; su hija, que padecía hidrocefalia, falleció a los años años de edad. Nuevamente contrajo matrimonio con Delia del Carril, un matrimonio que duró 20 años. La tercera y última esposa fue la chilena llamada Matilde Urrutia (la boda se celebró en 1966). Muerto Neruda (el 23 de septiembre de 1973), a Matilde Urrutia le correspondió la responsabilidad de publicar las obras inéditas del poeta. (Urrutia falleció en enero de 1985, y en 1986 se publicó su libro Mi vida junto a Pablo Neruda [Barcelona, Editorial Seix Barral, 1997. Colección Biblioteca breve]). En su cuaderno de notas, MDLOZAR publica, en julio de 2012, un trabajo que procura eliminar los aspectos más discutidos de la biografía sentimental de Neruda y vincula las diferentes mujeres con las que se relacionó con algunos de los poemas que le inspiraron. http://mlozar.blogspot.com/2012/07/las-mujeres-y-pablo-neruda.html Un aspecto sin duda característico de Neruda es su “comunión” con la Naturaleza, ya sea en sus aspectos geográficos -presentes en su día a día o evocados-: “melancólico en las cordilleras, / incansable en los bosques” (versículos 26-27); o astronómicos: “afortunado de nubarrones” (versículo 23), “inspector del / cielo nocturno” (versículos 34-35 -y de ahí que sea un “aficionado a las estrellas”, según anticipa en el versículo 10-); [los años de estudio de Humanidades en Temuco le sirvieron a Neruda para disfrutar de su entorno natural -bosques, lagos, ríos, montaña…-, hasta el punto de que marcaron su mundo poético. Fue precisamente en esta ciudad, entre 1920 y 1923, donde escribió parte de los poemas de su primer libro, Crepúsculo]; e incluso observador de la fauna: “administrador de / escarabajos” (versículos 11-12, forma metafórica de aludir a su interés por el reino animal, aunque la atención se focalice, en este caso, en insectos como los escarabajos, de los que se han descrito hasta 350.000 especies. [Al margen de interpretaciones más o menos metafóricas, lo cierto es que el escarabajo ha llamado en más de una ocasión la atención de Neruda. Sirva este ejemplo: el poema titulado “Tristeza, escarabajo…”: https://ciudadseva.com/texto/tristeza-escarabajo/]; “entrometido entre pájaros” (versículo 16) [Pablo Neruda sintió siempre gran fascinación por el mundo de las aves y en Arte de Pájaros (1966) queda reflejada esta pasión]; “discreto entre los animales” (versículo 22). Y llama la atención, unas vez más, el valor semántico de los adjetivos que componen el grupo sintagmático de cada uno de estos versículos, en los que los valores connotativos -de acuerdo con nuestra interpretación por vía de sinónimos- tiene una prevalencia sobre los puramente denotativos:
“melancólico (nostálgico, ensimismado-) en las cordilleras” (versículo 26). “incansable (andarín, paseante) en los bosques” (versículo 27). “afortunado (dichoso, agraciado) de nubarrones” (versículo 23). “inspector (observador, escudriñador) del cielo nocturno” (versículos 34-35). “aficionado (atraído, interesado) [por] a las estrellas” (versículo 10). “administrador (supervisor, protector) de / escarabajos” (versículos 11-12). “entrometido (curioso, intruso) entre pájaros” (versículo 16). [10] “discreto (prudente, mesurado) entre los animales” (versículo 22).
Por otra parte, a Neruda le gustaba el mar, aunque no sabía nadar, y por eso se describe como “navegante de boca” (versículo 20); algo así como “un marinero de tierra que vivió en tres barcos varados en tierra firme, sus tres casa chilenas de Isla Negra, Santiago (La Chascona) y Valparaíso (La Sebastiana)”. Nada de extraño tiene, pues, que se defina como un “caminante de arenas” (versículo 12) [Recordemos que Neruda se refugiaba en su casa de Isla Negra para escribir, alejado del bullicio urbano: “El mar -son sus palabras- me pareció más limpio que la tierra por eso me vine a vivir en la costa de mi patria entre las grandes espumas de Isla Negra.” (cf. Para nacer he nacido)]; “aficionado a las estrellas, mareas, / maremotos” (versículos 10-11). Y, desde luego, Neruda es “chileno a perpetuidad” (versículo 13; el gentilicio lleva como complemento una expresivas locución adverbial que significa “para siempre”). [En el Canto general hay suficientes muestras del orgullo de Neruda por ser chileno. Nos quedamos con el poema que figura en el Cuaderno 6 (“Lucha por la justicia”; núm. 49: “¡Oh primavera, devuélveme a mi pueblo!”) de su obra Para nacer he nacido, y que comienza con estos versos: “Oh Chile, largo pétalo / de mar y vino y nieve, / ay cuándo / ay cuándo y cuándo / ay cuándo / me encontraré contigo […]”. Neruda salió para el exilio durante el gobierno de Gabriel González Videla. Otro rasgo que Neruda destaca de sí mismo es su placer y destreza en la escritura: “yerbatero de tinta” (versículo 22), “resplandeciente con mi / cuaderno” (versículos 31-32). Si el “yerbatero” -vocablo que, en varios países hispanoamericanos, se refiere al que cura las dolencias con ayuda de hierbas-, lo que hace Neruda con sus escritos -si vemos en las palabra “tinta” una sinécdoque- es sanar espiritualmente a sus lectores (versículo 22); un Neruda que tiene un alto concepto de su talento como escritor y que empleaba cuadernos para plasmar sus textos (versículos 31-32). Y es, además, un “trabajador invisible, / desordenado”, “persistente” (versículos 36-37); es decir, que necesita cierta intimidad para la creación literaria, a la que se enfrenta con algo de anarquía, pero con perseverancia, y de ahí lo ingente de su producción; por otra parte, ese sentido de la perseverancia le sirve para afrontar las dificultades que la va planteando la vida, más allá de lo estrictamente literario (y en coherencia con el versículo 41: “activo por padecimiento”). Detengámonos ahora en otros versículos que completan el carácter de Neruda: nada frugal (versículo 32: “monumental de apetito”, es decir, gran comedor, de enorme voracidad); “tigre para dormir” (versículo 33: la palabra “tigre” parece adquirir una función adjetiva que equivale, semánticamente, a “plácido”, por comparación tácita con la forma de dormir de los tigres, que traducen una imagen bastante placentera, dada su peligrosidad cuando están despiertos); “sosegado / en la alegría” (versículos 33-34, que aluden a su moderación a la hora de expresar sentimientos placenteros); y “soñoliento de vocación” (versículo 39: tendente al embotamiento, algo aletargado, lo cual es bastante discutible, dada la vitalidad que desplegaba Neruda, y que reconoce explícitamente en el versículo 41: “activo por padecimiento”, es decir, enérgico ante las penalidades). Y precisamente este versículo da pie para afrontar la interpretación de los versículos 37-39, aparentemente contradictorios y con encabalgamientos poco normales: “valiente / por necesidad, cobarde sin / pecado”. Los versículos “valiente / por necesidad” hay que conectarlos con la actividad política de Neruda, militante comunista de convicciones marxistas, que hubo de abandonar Chile con motivo de la prohibición del Partido comunista por parte de Gabriel González Videla, en 1948, y no regresó hasta 1952. Neruda desplegó una intensa labor política, que terminó impregnando su poesía. Desde su militancia en la izquierda, apoyó la llegada a la presidencia del país de Salvador Allende, cuyo gobierno lo envió a París como diplomático, pero tuvo que renunciar a su cargo a causa de un cáncer de próstata que, finalmente, le llevó a la muerte el 23 de septiembre de 1973). Allende, que fue elegido democráticamente para el cargo el 3 de noviembre de 1970 -por Unidad Popular-, fue derrocado por el golpe de Estado del general Augusto Pinochet (11 de septiembre de 1973), que impuso una dictadura militar que duró 17 años. Neruda moría pocos días después de estos acontecimientos, y no conoció el asalto y brutal destrucción de su casa de La Chascona por parte de los golpistas, furibundos anticomunistas. Con la vuelta de la democracia y la ayuda de Matilde Urrutia, esta casa fue reconstruida, y en ella está instalada la Fundación Neruda. creada en 1986. https://fundacionneruda.org/ Cf. “Exilio de Pablo Neruda”. Memoria chilena. Biblioteca Nacional de Chile. http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-96667.html Cf. “Neruda y la política”. https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3627.html
Más complejos de interpretar son los versículos “cobarde sin / pecado” y que, hipotéticamente, podrían hacer referencia a su ateísmo y al temor a la muerte como final biológico de la persona. Puede resultar de interés, no obstante, leer la obra juvenil de Neruda Crepusculario, de 1923, que se inicia y concluye con temas religiosos. Edición digital en el blog “La isla inquieta”, creado por Gilberto Aranguren Peraza: https://gilberap.blogspot.com/p/blog-page_845.html
Así es como se ve Neruda a sí mismo o cómo quiere que los demás lo vean, en una versión absolutamente “benévola” de su persona, muy poco objetiva, porque es consciente -y para eso está el humor irónico de quien sabe escribir- de que algunos de los rasgos que pudieran parecer atractivos, en el fondo esconden matices no tan favorables a la hora de efectuar una valoración positiva de su carácter y modo de comportarse, lo que no pasa de ser, por nuestra parte, un juicio de intenciones. Pasemos ahora a considerar el autorretrato entresacando los rasgos conductuales que, desde la óptica de Neruda, se podrían considerar como menos beneficiosos; pero que, al estar entremezclados con otros favorables, hacen que el conjunto del poema produzca esa sensación de abigarrada enumeración caótica. Y, por otra parte, también habría que considerar hasta qué punto lo que parecen defectos no lo son tanto. Basta con detenerse en el significado del versículo 43, que cierra el poema: “tonto de capirote”. Porque, ¿realmente Neruda se considera a sí mismo una persona necia e incapaz, falta de entendimiento y razón? Obviamente, el presunto autoinsulto hay que tomarlo en forma irónica, desprovisto del peso negativo que tuvo en su día (para referirse al que se dejaba pegar y encima se reía). Simplemente, Neruda se ríe de sí mismo, moviendo en todo caso a sus lectores a risa. Organicemos, pues, estos otros rasgos de carácter: “imposible de cálculos” (versículo 6), “horrendo administrador (versículo 19) e “investigador de mercados” (versículo 24). Neruda, que estudió Humanidades -en Tamuco- y francés -en Santiago, para poder leer a los poetas franceses en su lengua original-, era negado para las Matemáticas y bastante prodigo en el gasto, derrochador en exceso, de lo que hay sobrados testimonios. “confuso de palabras” (versículo 7), “lentísimo en las contestaciones” (versículo 28), “ocurrente años después” (versículo 29). Los versículos 7 y 28 expresan todo lo contrario de lo que el poeta era, por lo que su carga irónica es evidente (estaríamos ante la figura retórica de la antífrasis), porque era buen comunicador, de respuestas claras y rápidas -en las pugnas literarias y en la oratoria política, por ejemplo-. Neruda sí que era, en cambio, ingenioso en grado extremo; y, de hecho, las redes sociales han terminado por convertir en aforismos algunos de sus versos y pensamientos. [Botón de muestra: “En un beso sabrás todo lo que he callado”; “No hagas con el amor lo que hace un niño con su globo; que al tenerlo lo ignora y al perderlo llora”; “La risa es el lenguaje del alma”…]. “mal educado en casa (versículo 17), “vulgar durante todo el año” (versículo 30), “torpe de instituciones” (versículo 13), “tímido en los salones” (versículo 18). Desde luego, a una persona que ha servido a su país como diplomático y como senador es difícil achacarle la mala educación -aunque sea en el ámbito doméstico-, la vulgaridad como norma de conducta, la torpeza -en todo caso habría que distinguir las funciones meramente burocráticas, en las se puede no estar ducho, de las representativas- y la timidez en los ámbitos sociales. De nuevo nos encontramos, pues, ante la antífrasis, porque Neruda está expresando cualidades contrarias a las que realmente posee, lo que no deja de ser un rasgo irónico. “oscuro / en las bibliotecas” (versículos 24-25). Diga lo que diga, el poeta era un apasionado bibliófilo, y reunió una extraordinaria biblioteca, con más de 3500 obras, que donó a la Universidad de Chile (el acto de recepción se produjo el 20 de junio de 1954). [Donación de los libros y caracolas del poeta a la Universidad de Chile. https://www.neruda.uchile.cl/biblioneruda.html]. Y aún quedan dos versículos de aleatoria interpretación: “arrepentido / sin objeto” (versículos 18-19) y “poeta por maldición” (versículo 42). Porque los versículos 18-19 casan mal con las palabras del poeta: “El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error”. Y en cuanto al versículo 42, ¿podemos considerar “maldito” a un poeta que fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1971 -y que, por cierto, “se trabajó” con gran esfuerzo literario, periodístico, social y político-? Sin duda es un desahogo retórico debajo del cual se encubre la certeza del propio talento poético. Este es el “tonto de capirote” (versículo 43) -Neruda fue cualquier cosa menos “tonto”; en todo caso, “más lista que el hambre”, es decir, inteligente sobremanera-. Él mismo lo demuestra, por ejemplo, con estas palabras: “Si ustedes me preguntan qué es mi poesía, debo decirles: no sé; pero si le preguntan a mi poesía, ella, les dirá quién soy yo”. Neruda fue un testigo privilegiado de la historia del siglo xx y un poeta de muchas vidas, que se pasea por la amplitud del mundo, que transita entre la muchedumbre y la intimidad y que explora la naturaleza y el amor. Confieso que he vivido, su proyecto autobiográfico más ambicioso, recoge su rica experiencia vital. Con la potencia verbal que caracteriza sus mejores escritos, en estas memorias Neruda narra los principales episodios de su vida y las circunstancias que rodearon la creación de sus poemas y libros más famosos. De forma no menos brillante, rememora las figuras de algunos amigos: Alberti, Miguel Hernández, Éluard, Aragon y su relación con personajes destacados de la política contemporánea]. La prosa de Pablo Neruda recogida en este volumen revela aspectos desconocidos de la personalidad del poeta y completan el autorretrato trazado en Confieso que he vivido. Escritos con incomparable gracia y agilidad, estos textos describen el Extremo Oriente de sus años juveniles, hablan de personajes y sucesos chilenos y de las más inesperadas latitudes, describen el paisaje marino de Isla Negra, narran misteriosas ceremonias celebradas por extravagantes amigos en alguna casona perdida en un barrio de Santiago de Chile o describen dos casos de chilenos ejemplares, los de Mariano Latorre y Pedro Prado, la eterna lucha entre América y Europa, entre naturaleza y cultura, realidad criolla e invención cosmopolita. / Sin intelectualismo, con sabiduría natural, utilizando un lenguaje en prosa único e inconfundible, Neruda nos revela su propia búsqueda del equilibrio en medio de corrientes contradictorias. Su vasta experiencia del universo, de la naturaleza y la cultura se traducen en un renacimiento continuo]. Puedes comprar su obra en:
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