Holden Centeno empezó contando sus experiencias de desamor o, mejor dicho, de amor, en Internet, en un blog que se ha convertido en un éxito en muy poco tiempo. Tanto, que dos editoriales se fijaron en él. Una quería que sus historias las convirtiese en una novela y otra quería sencillamente publicar sus relatos. Ésta última fue la que se llevó el gato al agua, pues era la idea que tenía el autor de divulgar su obra.
El autor nos recibe en la sede de su editorial embozado con sus gafas de sol y una gorra americana. No la gorra africana con la que aparece dibujado en el libro, sino una más americana. “Me muevo más por la cultura indie y siempre he llevado gafas de sol”, dice de sí mismo. Algo que ya suponíamos, porque el título es un homenaje a su amada compañera, pero también lo es del grupo de música indie granadino Los Planetas, “un grupo al que mucha gente no conoce”, como le gusta repetir. “Creé este personaje para contar las experiencias que quiero transmitir”, afirma con seguridad y ese personaje le ha abierto las puertas de las editoriales a una persona que se considera a sí mismo “casi analfabeto”. “Solía suspender todos los exámenes de sintaxis, siempre se me ha dado mal. Si sé escribir es por lo que he leído, no por lo que me han enseñado”, apunta y con la misma sinceridad que reconoce esto, también critica la influencia de los blogs y de Internet. “Creo que hay demasiados blogs, lo cual es un peligro, un arma de doble filo, llena de tópicos. Lo que pido a los blogueros es que cuenten historias reales, no sus movidas”, crítica. Probablemente esos blogs sean el reflejo de la pésima calidad de la cultura de nuestro país. Los jóvenes de hoy en día tienen los mismos referentes que teníamos los jóvenes hace treinta años, autores como el propio Salinger, Bukowski, Whitman, etc., siguen estando de actualidad. “El siglo XX tiene una historia de potentes escritores y músicos. Jimmy Hendrix, Bob Dylan, The Rolling Stones siguen siendo nuestras referencias musicales o literarias”, elucubra Holden Centeno embutido detrás de sus gafas negras rockeras. Su libro, La chica de Los Planetas, ha visto la luz tal y como él lo pensó. “Primeramente me auto edité el libro y decidí regalarlo a las personas que me lo pidiesen. Llegué a repartir algo más de mil copias y con un amigo fui a una imprenta para publicar la versión en papel. El precio salía demasiado caro, pues los imprimía uno a uno según me lo pedían. Para mí fue un éxito poder hacerlo”, refiere meticuloso. Después llegó la editorial. De la mano de Mónica Adán realizó la última versión. “No cambiaron la estructura del libro. Sí hubo unas modificaciones estilísticas que dieron más luz a la luz y más oscuridad a la oscuridad de los textos. Lo que primó para mí es que el libro llegase a la mayor cantidad de gente posible”, comenta. Y, por supuesto que lo va a conseguir. En poco menos de tres meses ha logrado ser fichado por una editorial “potente”, como a él le gusta decir y tener preparado el libro. Lo siguiente que le gustaría es poder hacer una continuación. Su libro está dividido en tres partes. La última está completamente dedicada a la chica del título del libro. Todos sus relatos siempre tienen algo de biográfico, “todo lo que cuento sobre la chica de los Planetas sucedió tal y como fue, tanto en ubicación como en vivencias, tanto en ubicación como en vivencias, aunque meto pequeños elementos simbólicos que sólo puede entender la protagonista del libro. Yo creo que eso precisamente es la magia, meter elementos que nos haya gustado vivir”, describe y añade “yo leo los libros pensando que son reales. Hay que creérselo para disfrutar con la lectura. Lees para convertirte en personas que nunca podrías llegar a ser”.
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