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Sebastián Roa
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Sebastián Roa presenta en el Museo Arqueológico de Madrid su novela “El ejército de Dios”

“El siglo XII fue determinante para nuestra historia

Por Javier Velasco Oliaga
lunes 23 de febrero de 2015, 07:57h

El escritor aragonés, afincado en Valencia, Sebastián Roa, organizó un encuentro en el Museo Arqueológico de Madrid para hablar de su última novela histórica “El ejército de Dios”. El lugar escogido no pudo ser mejor porque atender a las explicaciones del autor turolense en las salas dedicadas al arte musulmán venía como anillo al dedo, pese a la nefasta remodelación del museo, que ha perdido su sabor decimonónico y ahora más parece una oficina que un museo.

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Sebastián Roa (Fotos: Javier Velasco)
Sebastián Roa (Fotos: Javier Velasco)

Si hay un periodo de la historia que le gusta a Sebastián Roa, es la Edad Media y más en concreto los siglos XII y XIII. La historia que nos cuenta en su nuevo libro es continuación del publicado hace casi tres años, La loba de al-Ándalus, aunque se pueden leer de forma separada ya que ambos cierran las historias que cuentan y quedan bien atadas. Y digo historias porque al autor turolense le gusta que en sus libros haya varias tramas que terminen confluyendo en un final espectacular. “Es como si fuesen varias novelas, cuatro o cinco tramas paralelas y que al final convergen”, nos descubre.

“El siglo XII fue determinante para nuestra historia. En un contexto muy convulso e intenso se sucedieron muchos hechos históricos”, afirma el escritor. En contra de lo que se cree, la Edad Media no fue un periodo tan oscuro como se dice, es una etapa de mucha riqueza que está poco explorada y que Sebastián Roa está empeñado en sacar a la luz contando increíbles historias, narrando épicas batallas campales y describiendo una formas de vida que no somos capaces de entender bien, todo ello condimentado con tórridas historias de amor fronterizo que harían sonrojar a la autora de Cincuenta sombras de Grey.

Sebastián Roa es el escritor de los matices y de los contrastes. “Todos los españoles somos andalusíes, pero también somos íberos, celtas, godos y, sobre todo, romanos”, asegura con pasión y escasa voz. El periodo de la Reconquista, término que nunca le gustó al filósofo Ortega y Gasset, fue un largo espacio de tiempo en que convivieron tres culturas, dos de ellas dominantes; la musulmana y la cristiana. “El Islam que había en la península no se parecía en nada al que había en el Norte de África”, expresa con rotundidad.

La invasión de los almorávides se produjo en 1086. Eran musulmanes bereberes, procedentes del Norte de África, que aplicaban con un rigor fanático las doctrinas del Corán, realizando una interpretación al pie de la letra de sus textos religiosos. Además, los almorávides hacían de la guerra santa su principal virtud. “Eran los talibanes o los yihadistas de la época”, apunta el autor de “El ejército de Dios”. Con la llegada de los almohades las costumbres se relajarían y dieron a un periodo de esplendor. Es precisamente en este tiempo en el que se desarrolla la novela que presenta. No por ello dejaron de producirse numerosos enfrentamientos, siendo el más importante el de la batalla de Alarcos (1195) donde las tropas musulmanas vencen a Alfonso VIII y cuando termina la novela. En este preciso instante comenzará la nueva novela que está preparando.

En esos años la península estaba dividida casi al 50% entre musulmanes y cristianos y sería a partir de esos instantes donde la balanza se iría decantando hacia los cristianos, lenta pero paulatinamente.

Como siempre que se presenta o habla de una nueva novela histórica surge la polémica de si se debe ceñir a la historia. “En algunas ocasiones se está llevando al absurdo. Yo escribo novela y la novela es ficción”, opina Sebastián Roa, que cree que el contexto histórico es circunstancial.

Cuando se escribe novela histórica se debe circunscribir a ese contexto; otra cosa es tomar ciertas licencias, históricas las menos, porque los hechos son sagrados. Lo que no se debe pretender es que el autor sepa las conversaciones que mantuvieron los personajes históricos porque no se nos han legado documentos sobre eso o intentar escribir como se hacía en ese tiempo, ya que sería prácticamente imposible llegar a entenderlo. Como siempre, en el punto medio está la virtud y el lector tiene que ser consciente de que la novela histórica es ante todo una novela, como bien señala Sebastián Roa. “Prefiero quitar de la novela algo veraz para ganar en verosimilitud”, especifica.

Además, sus novelas están profusamente documentadas. Para escribir El ejército de Dios ha tardado más de dos años y medio y eso que, como según él mismo reconoce, escribe muy deprisa. Esta novela concretamente se podría llevar al cine por las historias épicas que cuenta pero “el presupuesto tendría que ser tan alto que resultaría prácticamente imposible”, expone con un poquito de pesar y añade que en cuestiones de historia “los españoles estamos un poco acomplejados, no valoramos lo suficiente a nuestros héroes”.

Además, en “El ejército de Dios” nos cuenta las luchas por el poder que hubo en los reinos cristianos que hicieron que se ralentizase la conquista. “En Castilla hubo doce familias muy poderosas que controlaban el reino, pero las dos predominantes fueron los Castro y los Lara. Se disputaron las prebendas del rey y eso condujo casi a una guerra civil que se saldó con la victoria de los Lara y el destierro a Extremadura y a León de los Castro”, recuerda.

Apoyada en los hechos históricos, “El ejército de Dios” se lee como una novela de aventuras, que plantea temas de actualidad, como la lucha entre el fanatismo y la tolerancia, aún siendo el fanatismo, de los almohades, menor al de los almorávides, lo que apunta a otros problemas de la España actual. “Si hubiesen ganado ellos, ahora no estaríamos sentados juntos hombres y mujeres. Estaríamos en mesas diferentes”, señala en la cafetería del Museo Arqueológico.

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