Esta obra, perfectamente encuadernada y que es la secuela de "Egipto Faraónico: Un Reino de Luz", destaca por su texto, que evoca profundamente al original y es de fácil lectura, además de por sus numerosas ilustraciones, a veces poco conocidas. Aunque es de sobra conocido por todos los amantes de los libros que versan sobre el antiguo Egipto, no está de más apuntar algunas notas sobre el autor: Christian Jacq es un escritor y egiptólogo francés. Ha escrito varias novelas sobre el antiguo Egipto, en particular una colección de cinco libros sobre el faraón Ramsés II, personaje al que Jacq admira profundamente. El interés de Jacq por la egiptología comenzó a los trece años, cuando leyó "Historia de la Civilización del Antiguo Egipto" de Jacques Pirenne. Esto lo inspiró a escribir su primera novela. Visitó Egipto por primera vez a los diecisiete, estudió egiptología y arqueología en la Sorbona y actualmente es uno de los egiptólogos más destacados del mundo. A los dieciocho años, ya había escrito ocho libros. Su primer libro de éxito comercial fue Champollion el Egipcio, publicado en 1987. Hasta 2004, había escrito más de cincuenta libros, incluyendo varios de no ficción sobre egiptología. En cuanto al Egipto faraónico, también conocido como el antiguo Egipto, indicar que fue una poderosa civilización que floreció durante más de 3000 años en el norte de África, a orillas del río Nilo. Los faraones gobernaron como líderes religiosos y políticos, y la civilización es conocida por sus impresionantes monumentos, como las pirámides y los templos, así como por sus avances en diversos campos. El período faraónico se divide en diferentes periodos, incluyendo el Imperio Antiguo, el Imperio Medio y el Imperio Nuevo, cada uno con sus propias características y logros. Centrándonos ya en la estructura de este segundo tomo de El Egipto faraónico, observamos como antes de adentrarnos en el contenido hay un prefacio, en el que se nos recuerda a grandes trazos lo que se trató en el tomo anterior, que sirvió sobre todo para establecer las bases de esta civilización y los cimientos sobre los que se edificó. También se nos indica que en esta continuación el estudio se va a centrar en el significado de esos monumentos incomparables, y después en la revelación de los conocidos como Textos de las Pirámides, considerado el conjunto más antiguo de fórmulas del conocimiento. La obra se divide en siete partes, que en su totalidad engloban treinta capítulos, a razón de cuatro o cinco capítulos por parte. Citaremos los títulos de las siete partes para centrarnos en una de ellas a modo de ejemplo de como se organiza este vasto y preciosista obra magna histórica: De re de Heliópolis a la pirámide escalonada; El templo; Las ciencias sagradas; De las piramides gigantes a los textos de las Pirámides; Luz de la iniciación; Del fin de la edad de oro de las pirámides a la primera invasión y La condición humana: de la existencia a los elementos espirituales del ser. La segunda parte, que nos habla de lugares de culto para los dioses y la conmemoración de los faraones, o sea, de los templos egipcios, se fracciona en tres episodios: el templo como centro vital, su construcción y los elementos que lo componían: como centro vital, espiritual y económico, se nos explica que los templos son para los dioses, y no para los humanos, por lo que no se pueden considerar como si fueran iglesias, sinagogas o mezquitas. También se nos indica que funcionaba como centro de energía espiritual, por lo que únicamente los especialistas altamente cualificados podían trabajar allí. En cuanto a la construcción del templo se nos instruye en lo que eran los depósitos de fundación, que era la fosa que se excavaba para entrar en contacto con el oceano primigenio que se encontraba bajo tierra, los ritos que se utilizaban durante su levantamiento y algo que llama mucho la atención, y es que estos templos se podían llegar a reutilizar cuando ya no eran servibles. Sus bloques podían servir de cimiento a otro santuario y prolongar así su existencia. Por último, se nos enumeran y se profundiza en cada elemento que se podía encontrar en cada construcción de este tipo: Las górgolas con cabeza de león que funcionaban como guardianes protectores vigilantes y los obeliscos, monolitos erigidos hacia el cielo, que se podían hallar tanto en el exterior como en el interior del templo. En definitiva, muy recomendable para todos los amantes del antiguo Egipto y para muchos otros lectores que no estén tan versados en la materia. Un libro para disfrutar como historia popular, una obra de referencia esencial y una introducción visual a la extraordinaria diversidad y riqueza de una civilización antigua como fue la egipcia. Visitantes de museos, estudiantes, turistas y cualquier persona fascinada por el mundo del antiguo Egipto alucinarán con el saber enciclopédico que destilan sus más de cuatrocientas páginas. Puedes comprar el libro en:
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