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Firma invitada

PLAZA DE GUIPUZCOA

30/05/2023@06:06:00
Nadie está preparado para ser el tercer hombre más rico del mundo. Así entiendes que a Jeff Bezos se le vaya la olla. Su último capricho ha sido comprarse un yate de 500 millones de euros y pagarle unas tetas nuevas a su churri. Y si esto no te parece un dispendio exagerado, intenta imaginarte las gilipolleces de nuevo rico que harán el primero y el segundo de la lista Forbes.

Lo tenía decidido; iba a escribirles sobre Juan Eduardo Cirlot con motivo del cincuentenario de su muerte, sobre todo, porque me resulta un tipo demasiado insólito para su tiempo, la plúmbea postguerra, incluso para su ciudad, Barcelona, por más que se lo intente encuadrar en el luminoso Dau al set. Por si fuera poco, durante mi último artículo les había hablado de Carlos Edmundo de Ory, con quien mantuvo una curiosa correspondencia a principios de los cincuenta y con quien la crítica lo empareja por la mera imposibilidad de situar a estos dos poetas en algún grupo.

¿Es necesaria la poesía en el siglo XXI, sobre todo, cuando muchos poetas claman que está muerta? ¿Es posible salir de los márgenes de la prisión que representan las pantallas de nuestros móviles para dejar a un lado el mundo visible y acercarnos al misterio? Palabra y lectura frente a imagen y silencio. Un silencio que marcha muy lejos del misterio como fuerza posibilitadora de la pérdida de la identidad real. Aquella que ahora nos marca el camino de una forma totalitaria. Ver. Pensar. Pararse. Y contemplar.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Me vas a agradecer esta columna. Ayer fue un lunes didáctico. Me lo he currado, pero mereces el esfuerzo recopilatorio que he hecho acerca de los pies. Ya es hora de darle al pie la importancia que tiene.

Encuentro que Helena Cosano es una mujer moderna, muy de hoy, pero al mismo tiempo una escritora "clásica". Clásica en cuanto a cómo ha afrontado su vocación literaria, su formación literaria, en sus lecturas, por ejemplo. En este sentido ha actuado de una forma que yo creo que es prácticamente la única para formarse como escritor: leer mucho y escribir mucho, todo lo que uno pueda, o así siempre he pensado que debía hacerlo yo, sinceramente.

"El impacto de la sencillez" es el título del prólogo que Mila Villanueva escribió para el poemario Biografía de olas (Olé Libros, 2022), de Isabel Alamar.

El aire se llenó de presagios desde que el lunes Morante le espetó al presidente "no tienes vergüenza", tras una faena a un sobrero escasito de todo y que mantuvo sobre los cuatro remos con una lentitud sedosa, donde cada lance sabía tan añejo que no eran oles sino suspiros cuanto se escuchaba en La Maestranza. Pero el presidente, nascis de nascis; que aquel primor no daba para oreja. Y Morante arrojó la montera al callejón y Sevilla entera se condolió.

Quizá no exista en el mundo nada más inútil que la búsqueda de la belleza porque, entre otras cosas, quizá nunca sepamos en verdad qué significa esa utopía de la que sólo entienden los sentidos. Esa incertidumbre en la que se mueve aquello que, en principio no se ve y sólo se siente, es en la que se sustenta una buena parte de la civilización que hoy conocemos, pues el sentido de la inutilidad -incluso dentro de los hallazgos tecnológicos más importantes- ha estado muy presente en todo aquello que nos ha proporcionado algo de luz a lo largo de los siglos.

FIRMA INVITADA

Por Eva Losada Casanova

Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.

Fueron tres milagros simultáneos. Encontrar una mesa libre en el lungomare de Reggio, descubrir sobre ella un libro olvidado, 'L'utilitá dell'inutile' -La utilidad de lo inútil- y conocer de esa manera a su autor, Nuccio Ordine. Ya entonces una celebridad en Italia, hoy distinguido con el premio Princesa de Asturias de Humanidades a cuenta de una tarea heroica. ¿Cuál? Recordarnos que los resortes esenciales de la vida no se cifran en el culto al éxito ni en el utilitarismo a ultranza, sino en el arte de aprender a vivir. ¿De qué manera? Muchas veces abriendo espacio a ocupaciones hoy consideradas inútiles, como detenerse a contemplar un paisaje, quedarse a solas con uno mismo. O releer a los clásicos.

GALERÍA DE ESCRITORAS SINGULARES

Heredó de su padre la lucha nacionalista frente al imperio ruso a través de su obra poligráfica escrita en estonio y alemán. A Lydia Koidula se le considera una mujer pionera en el teatro de su país, influida por el movimiento artístico alemán Biedermeier.

Alfonso Reyes, una de las figuras literarias más importantes de México, también dejó una huella significativa en España. A través de su profunda influencia como escritor, ensayista y diplomático, Reyes logró establecer puentes culturales entre México y España, y su legado continúa resonando en ambos países hasta el día de hoy.

Iba a escribir su suerte, pero no, los dados están tirados, tirados en el Río Grande y sus aguas sedientas de nuevos cuerpos, tirados en el tapón del Darién, selva de esperanza, selva endiablada que devora la esperanza, selva machista que viola la esperanza llevada en el cuerpo de mujer.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Nadie, ni siquiera Felipe de Borbón, imaginaba que aquella periodista intrépida y desenfadada, llamada Letizia, se convirtiera en una mujer tan vigoréxica, estilosa y sofisticada.

Stefan Zweig murió en Brasil en 1942. Se suicidó junto a su esposa después de concluir el que tal vez fuera su mejor libro y su legado más valioso. He tomado prestado el título de esa obra para el presente artículo porque encuentro semejanzas entre su época, tal como él la percibía, y la nuestra, tal como la percibo yo. Al menos distingo dos grandes rasgos en común: la barbarie y la desesperanza. Comparto también su añoranza por un mundo perdido que sentimos todavía próximo y casi tangible, pero que ya no nos es dado recuperar.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

No puedo ocultar el cabreo que me he pillado con la coronación de Carlos III. El grotesco ceremonial ha superado todas mis expectativas. Mejor si los Windsor estuvieran calladitos. Para que te quejes del emérito, tío. Soy poco servil con las dinastías y los linajes.

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Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"

A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.