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Del fandom al troleo
Del fandom al troleo (Foto: Celina Martins)

DEL FANDOM AL TROLEO. Una sátira del bla, bla, bla

Yo qué sé

sábado 06 de diciembre de 2025, 17:16h

La tinta, a pesar de las palabras, mancha el papel. Y hay escenas en el teatro que invaden el escenario. En la pantalla pareciendo lo más verosímil es lo más falso. ¡Qué tontería es un anillo de boda en un dedo de una mano!

Del fandom al troleo
Del fandom al troleo

Hay barcos que nunca llegan a puerto, aunque atraquen. Hay discos repetidos de éxitos que quieren repetirse haciendo del éxito algo infinito, cosa imposible. El blanco, como el silencio, nunca es absoluto.

Podríamos seguir así, hablando mientras escribo, bla, bla, bla, bla, que un grupo de personas compartirán, aunque sea falsamente, un interés por algo. Eso es el fandom. Conjunto de fans, de seguidores sin moverse del sitio, habrá que inyectarse botox en la cabeza. Y trolear es boicotear, interceptar otros mensajes, entorpecer un objetivo. Pues eso.

Del fandom al troleo hay una sátira, un dolor sin quejidos, un gemido sin pensamiento, un sueño por orden alfabético, una injusticia de situaciones que se ponen de moda, un no querer pensar para no sufrir, un sufrimiento sin pensarlo.

Yo qué sé. Estas chicas me traen por la calle de la amargura mientras me río, o me sonrío, mientras creen que transgreden, mientras la guerra sigue tronando fuera a no muchos kilómetros. Pero hay un otro mundo, el de la artistez, el de las traviesas del tren en vía muerta, el del asfalto con baches y parches, el del laberinto sin salida con salida de emergencia para todo el mundo.

Berta Prieto nos trae en texto y dirección una performance, qué poco me gusta este término, no deja de ser una actuación, una actividad artística preparada con simulacro de improvisación, una comunicación provocativa con los espectadores que somos sumisos y bien educados.

Mucha gente hablando sin hablar, bla, bla, bla. Eres auténtico, me has tocado la patata, qué frikada, cuando estoy muy cansado prefiero no pensar, a ver qué sale, donde digo digo, digo Diego, y luego no me acuerdo, no estoy seguro de nada.

Ellas son Belén Barenys, Roser Dresaire, Judit Martín, Irene Moray y Laura Roig, y se desnudan, y se quitan los lastres, y se niegan y se reafirman, y hablan en inglés, o en ruso, llegado el caso, y se premian a sí mismas, y se critican sin flagelarse porque todo es arte y en arte te convertirás. ¿O no?

Tenemos una historia por capítulos inconexos, es decir, tenemos varias historias sin planteamiento, nudo y desenlace, eso es antiguo, por favor, seamos arcángeles de nuestra creatividad sin límites. Bueno, solo los que impone el espacio, el presupuesto, el tiempo.

Leo en el programa de mano “cualquier intento de definir este espectáculo con un par de líneas inteligibles sería una falta de respeto a la propia naturaleza de la función”. Y, aun así, lo intento, aunque me desgarre, y miento, aunque el agua se me cuele por entre los dedos, aunque los párrafos de esta crónica se vayan escribiendo sin orden ni concierto.

Nadie somos anónimos, no sé a qué escribo esto, y aunque no ocurra nada, siempre pasa algo. Por ejemplo, en mi ignorancia, que Del fandom al troleo pasando por el delululismo, está cargado de bla, bla, bla y de silencios.

FICHA ARTÍSTICA

DEL FANDOM AL TROLEO

Texto y dirección: Berta Prieto

Reparto: Belén Barenys, Roser Dresaire, Judit Martín, Irene Moray y Laura Roig

Escenografía: Paula González

Vestuario: Chloe Campbell

Música original: Belén Barenys

Producción musical: Núria Barrientos

Producción: Sala Beckett

Teatro de La Abadía

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