“Livin’ easy, Lovin’ free”, cantaban los antisistema de AC/DC, en Highway to Hell. Es su caso: una autopista al infierno. Un infierno judicial, y sólo musical a la manera del que pintó El Bosco.
Sólo desde la ceguera voluntaria se puede ignorar todo lo que queda visto para sentencia. También se fundan en informes UCO, y en pruebas documentales incontestables, esos otros archivos que afectan a la mujer del César, a su hermano y al fiscal general del Estado, entre otros tantos de la misma cuerda. ¿Siguen siendo fango y bulos hiperventilados?
Lo más aterrador del lodazal de inmoralidad en el que chapotea nuestro Gobierno afecta a la médula de la democracia. Si la trama de corrupción vinculada a las mordidas comenzó con la pandemia, la primera dentellada a nuestro sistema fue una ley de Amnistía –“autoamnistía”, dicen en Europa- concebida exclusivamente para mantener a Sánchez en el poder, a cambio de siete votos y nada más. Violentado el Legislativo, inició el asalto al Judicial, hasta convertir el Constitucional en una instancia vicaria del Gobierno. Un Gobierno que ha venido capitalizando los tres poderes en la persona de su presidente, sin que ninguno de los presuntos progresistas que hoy se rasgan las vestiduras levantara la voz ante esa progresiva degradación de la democracia en autocracia, preámbulo de una dictadura en ciernes.
La táctica mediática era la del Caso Leire: eliminar desde la cloaca a los discrepantes, en paralelo a una burda manipulación del lenguaje sólo comparable a los sondeos del CIS -otra instancia pública, como el Banco de España, entre cien más-, al servicio de ese nuevo despotismo nada ilustrado y sus secuaces.
Como “Imperio de la Mentira” ha definido Antonio Elorza el aparato de poder omnímodo tejido por Sánchez. Frente a él, su gran enemigo, hoy: precisamente la tapa de otra cloaca, la Máxima de Roma en sus tiempos.
Se conoce como la ‘Bocca della Veritá’, representa el rostro de un dios fluvial con la boca abierta, y alcanzó la celebridad en esa película de William Wyler -Vacaciones en Roma-, en la que Gregory Peck le gasta una broma a Audrey Hepburn metiendo su mano derecha en esa boca. “Si miento, se la tragará”. El resto ya lo conocen.
Pedro Sánchez tiene dos manos derechas atrapadas en la Boca de la Verdad. La izquierda, lo que queda del PSOE, merece otra respuesta.
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