www.todoliteratura.es

artículo de opinión

11/07/2022@21:00:00

En un mundo cada vez más tecnológico y enfocado a la productividad y la superespecialización, las humanidades son cada vez más denostadas y dejadas de lado. Sin embargo, está demostrado que sin ellas, la formación del individuo está incompleta, restándole competencias para desenvolverse en el mundo

Las mujeres leen más y se dedican más a la escritura, pero del total de obras registradas en España en 2021, el 44,3 % pertenece a hombres y el 27,1 % a mujeres

Falta de oportunidades, carencia de referentes, desigualdad en las premiaciones y estereotipos que hacen perdurar los roles de género son algunas de las dificultades a las que se enfrentan las mujeres que se dedican a la literatura hoy en día. En un momento en que en Occidente las mujeres cuentan con mayor igualdad frente a la ley, ¿es el mundo literario más propicio a apoyar a las creadoras femeninas? ¿Se dan realmente las circunstancias que permiten a los creadores hacer valer sus obras independientemente del género de quien las escriba?

En 2007 Luis Ramírez comienza a trabajar como educador en el Centro de Acogida Niño Jesús, concertado con la Consejería de Igualdad de la Generalitat valenciana. Elige el turno de noche. A finales de 2016 una de sus internas tuteladas, una niña de catorce años, comienza a ser castigada con una inquietante regularidad. El castigo consiste en dormir en una habitación separada. Alegando que tiene dificultades para conciliar el sueño, Ramírez se ofrece a darle masajes. Concluye los masajes cogiendo la mano de la niña y masturbándose con ella. Al acabar su turno regresa al hogar conyugal. Besa a sus hijos, besa a su mujer. Un padre de familia ejemplar.

Sobre estas fechas, hace cien años, publicó la editorial neoyorquina Harcourt and Brace, en su sucursal de Londres, el Tractatus Logico-Philosophicus, de Ludwig Wittgenstein; uno de los títulos cruciales del s. XX. Era la traducción inglesa de Logisch-philosophische Abhandlung, aparecido durante enero del año anterior en la revista Annalen der Naturphilosophie, editada en Leipzig, por el premio nobel de Química Wilhelm Ostwald. La impresión alemana ya traía el célebre prólogo de Bertrand Russell —que matizaría y fecharía en esta inglesa—, liminar imprescindible para la divulgación y, sobre todo, para la ponderación de este singularísimo texto entre la comunidad académica del momento.

Hace unos años hablamos con el profesor y estudioso Carlos Taibo, profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid en un momento que no había internet y cuando no existían tantos medios digitales. Taibo explicaba ya en sus charlas o en sus libros lo que era esa Rusia que ahora está de actualidad y de unas reuniones efectuadas en ocasiones por distintos gobiernos reunidos todos a lo largo de la Historia.

Soy catalán por haber nacido en la Ciudad de Barcelona, donde me formé como Doctor Ingeniero Industrial y trabajé en la fábrica de Productos Pirelli, S.A. de Vilanova i la Geltrú, trasladándome a Madrid cuando tenía 34 años para concurrir y ganar las oposiciones al Cuerpo Superior de Ingenieros Industriales al servicio del Ministerio de Industria. Las tres cuartas partes de mis apellidos son catalanes, remontándose todos ellos al siglo XIII – de lo cual no puede envanecerse el separatista catalán Romeva, nacido en el distrito madrileño de Chamberí-.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Si anda como un pato, se comporta como un pato y dice cua cua, es un pato. Decía Oscar Wilde “las cosas son siempre lo que parecen”. Y lo que parece es que Argelia nos la va a jurar de por vida y esperará el momento oportuno para vengarse.

Se puede ser reina por accidente? Le sucedió a quien estos días celebra su jubileo de platino tras sumar setenta y dos años en el trono, una marca sólo superada por el Rey Sol, Luis XIV. Isabel II se ajustó la corona a consecuencia de la muerte prematura de su padre, Jorge VI, quien, a su vez, sólo estrenó la suya tras la abdicación de su hermano, Eduardo VIII. No menos accidentada fue la elevación a los altares de quienes merecerían orquestar, a cuenta de sus otros tantos discos de platino, la banda sonora de la inquilina de Balmoral. Setenta y dos años reinando Isabel. Sesenta los ‘Rolling Stones’ que iniciaron en Madrid su última gira europea, generando el mismo fervor intergeneracional que concita la reina madre.

«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra

El benemérito historiador Manuel Mora Ruiz, doctor por la Universidad de Huelva, alcalde de Lucena del Puerto, y autor de los excelentes libros, a título de ejemplo: Lucena del Puerto. Historia patrimonio y tradiciones (Editorial Niebla, 2019); El emporio del carbón de Doñana (Siglos XVI-XVII) (Editorial Niebla, 2019); Familia y población en el condado de Niebla (1520-1860), (Diputación Provincial de Huelva, Servicio de Publicaciones, 2008), y en colaboración con Cinta Flórez Pérez, «Iniciativas de desarrollo local en la provincia de Huelva», Historia y territorio de la provincia en el siglo XX, n.º 5, 1994, 43-70), descubrió un nuevo documento, en las escrituras de Bonares del Archivo de Protocolos de Moguel, sobre la estancia del «Rey de la literatura española», totalmente dejado de lado en las biografías documentadas y noveladas del autor de El Quijote.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

De todos los privilegios que envidio de Letizia (y son muchos) me priva que vaya a los actos oficiales sin bolso. Ni un clutch de Hermès, ni un handbag de Vuitton. Manos libres. Sabe que cualquier cosa que necesite, alguien se la traerá. Un klennex, un espejito mágico, un paracetamol o un támpax 5G. Y esto no solo le ocurre a Letizia.

Era lo habitual, una misión rutinaria dentro la estrategia ‘Seek and Destroy’ -buscar y destruir- diseñada por el Pentágono para masacrar a la población survietnamita. Aquel 5 de junio de 1972 los niños que jugaban en la aldea de Trang Bang elevaron sus ojos al cielo y, al instante, cayó sobre ellos un diluvio de napalm. Sólo cinco sobrevivieron. Entre ellos, una niña de nueve años, Kim Phuc. La fotografía en que seguimos viéndola correr desnuda y quemada viva, llorando y aullando de dolor, cumple cincuenta años. No así la amnesia colectiva en todo lo que afecta a los crímenes de guerra perpetrados por la gran democracia norteamericana. Justo esa que hoy se erige en autoridad moral, sin que ningún Tribunal Penal Internacional llame a las puertas de su conciencia.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

“Alea jacta est”, dijo Julio César al cruzar el Rubicón. La suerte está echada. No es un buen día para el análisis. Ahora mismo solo sé que no sé nada, pero en peores garitas electorales he hecho guardia.

El pasado lunes 13 de junio, pronuncié una conferencia en la Sociedad Económica de Málaga, espacio de referencia cultural y de pensamiento crítico de la ciudad, con el mismo título de este artículo.

Esta primavera presenta cierto viso de normalidad; por ejemplo, ha vuelto la olvidada inflación, y también la feria al Retiro, con su larga y sinuosa cuerda de casetas y sus riadas de curiosos, y, por supuesto, con esos enternecedores poetas al minuto, que traen su máquina de escribir sobre una mesita plegable y sus hambres nostálgicas pintadas en las pupilas; y además, tenemos de nuevo a los isidros, cornalones y autoritarios, en Las Ventas. Quién no ha regresado, ha sido la lluvia. Solía presentarse con goterones gordos, de esos que caen uno a uno y casi por riguroso turno, o con gotitas menudas, imperceptibles y disimuladas entre la ventolina del Levante, allá, por el cuarto toro. No era mala señal; a menudo presagiaba un faenón.

Nací en el setenta y seis, ajeno a todas las calamidades que sacudían a la Argentina durante ese año, en una década oscura que acabaría, pocos años después, en una de las guerras más absurdas que conociera el Cono Sur. Precisamente ese año, sombrío y luminoso a partes iguales, dependiendo en qué lado de la cuneta estuviera parte de la sociedad, se estrenó la primera película de Rocky, la primera de una saga que, cuarenta y seis años después (quién lo diría), y casi siempre bajo la batuta del mismo actor/director, continúa incombustible a la debacle, en la brecha abierta desde entonces, aunque no fuera más que para generaciones indolentes a este tipo de historias. El público contemporáneo, bombardeado por internet incesantemente, es siempre receptiva a lo novedoso porque lo confunden con modernidad, y da igual de boca de quien venga; de un niñato haciendo payasadas en vídeos caseros, o un tipo que ya supera los setenta y hable de cuestiones en apariencia anacrónicas.