A ti no te tiene porqué pasar
Un epitafio en forma de teatro. Cuando la matriarca de una familia fallece, todo lo que parecía atado y bien atado, lo que hacía que esa familia se congregase y mantuviera las formas de la concordia y la aparente unidad, de pronto, se desmorona, surgen las verdades ocultas, las rencillas calladas, las críticas que antes eran veladas.
Mi voz, mis manos, mi mirada, mi cuerpo entero, mi energía, todo es tuyo, hazte con ello, busca el lado positivo, convierte tu voz, tu mirada, tu cuerpo entero, tu energía en algo de todos, que podamos compartir, nada es de nadie, nadie tiene nada, el mundo puede ser plano o redondo, según se mire, tú míranos con ojos de cordero degollado, no hables, siente el silencio, reviértelo en alegría, en vivir por encima de los demás, por encima de tus posibilidades, por encima de tus creencias.
Nos estamos quedando sin campo. Por especulación inmobiliaria que se expande cual sombra del espectro de Brocken o porque se va quedando sin labradores, sin trabajadores que recogen el sueño con las manos.
Un ladrón de la realidad
A Berto Romero le hace falta el escenario. Se le ve seguro de sí mismo, porque lo tiene todo bien estructurado y bien pensado.
El poder de la máscara
Ocultarnos nos salva del infierno. Del ridículo. De la responsabilidad. Quizá también de la verdad, poque ocultarla no es mentir, pero se le parece mucho.
Un poeta, una palabra, un silencio
Un poeta, una palabra, un silencio. Me despojo de vanidad y engreimiento, no pongo límites al sentimiento, intento mirar más allá de mí mismo y de mi ombligo, requiero del verso para ello. Ese verso suelto que me abofetea, a veces, que me deja desnudo y en cueros, que me hace un quiebro y, entonces, me quedo en silencio en mi rincón de los poemas tímidos, en las palabras agazapadas sin movimiento y, sin nada externo, grito mis palabras al viento, al aire de tu nombre, al cristal que me devuelve el vaho de mi triste aliento.
Como si la poesía dejara de tener sentido
El mar está en todas partes. A través del mar llegan refugiados, cadáveres, esperanzas que se truncan, y cuando pueden, se refugian en poblados marginados, en templos desacralizados, en casas sin ventanas, en habitaciones de colchones hacinados, y llenan el alba desesperadamente, silencio por silencio.
Aquí habla la tierra
Alrededor de Federico García Lorca y su asesinato, y en dónde se encuentran sus restos, se han generado todo tipo de especulaciones y, por otro lado, tampoco parece que se haya hecho lo suficiente.
Zooilógicos
Que el oficio de intérprete es, ha sido y, posiblemente, será precario, exceptuando algunos actores y unas pocas actrices que sobresalen y siempre están en todos los repartos, la gran mayoría, los demás, tienen que subsistir a fuerza de pequeños papeles, de figuraciones con frase, de tener la suerte, en alguna ocasión, de un personaje con mayor protagonismo que, también de vez en cuando, los hace salir del anonimato.
Déjate llevar
Carabanchel se está convirtiendo en un barrio (distrito) de moda, donde se abren galerías, se representan funciones teatrales y se dan grandes conciertos gratuitos, donde la poesía y la literatura tienen su espacio para lanzar las palabras al aire, donde se danza y se comparten viandas gastronómicas peculiares en locales curiosos y, ahora también, a través de una comedia, Tantra, de Ana Graciani y Gabriel Olivares que también la codirigen, en la que un ingenuo autónomo pone un negocio, en Carabanchel, de técnicas tantras y lo que se ponga por delante.
Algo da vueltas en nuestra cabeza. Primero es una música martilleante que nos pone sobre aviso. Emergencias sin luces de auxilio, pero que sí nos hablan de una catástrofe: el fin del mundo. Como un Sísifo que empuja su piedra una y otra vez, un hombre se debate contra un paracaídas como si en ello le fuera la vida. Esa es la primera metáfora que nos propone Simulacro: la del Hombre frente a la adversidad de un mundo enloquecido. Mundo-burbuja que, a modo de rotonda, no nos ofrece la posibilidad de avanzar, sino la de darnos constantemente frente a una barrera invisible que no nos permite salir de los fragmentos que representan nuestras vidas. Vidas encerradas en círculos.
Imprescindible personaje
Hablar de la palabra con la propia palabra. Obrar con la voz para convertir los sueños en algo que puede expresarse. Contemplar su significación y su semántica, dormirte con ellas y espabilar a través de ellas, hablar con la escritura, decir siendo precisos, reflejo de uno mismo, de cada uno de nosotros, oír, leer, escuchar, narrar, dialogar, recitar… la palabra como imprescindible personaje, como palpitación necesaria, que las palabras no sean un discurso vacío de contenido.
Blanco sobre blanco, verde sobre verde, incluso negro sobre negro. Todo se expande sobre un imaginario tablero de ajedrez que se retroalimenta de sabias palabras sobre la juventud, el deseo o el amor. En ese suelo sin fondo es donde la libertad es expresada bajo la fervorosa manifestación de la belleza. Una belleza única; una belleza que se apropia de nuestros sentidos como el mejor de los láudanos. Luces. Colores. Sonidos. Danzas. Todos juntos crean nuevos espacios donde caemos rendidos sin más.
Pasión por el teatro
Yo era un joven apasionado del teatro, cuando empecé a escuchar, desde bien jovencito, cuando entré en la Escuela de Arte Dramático y Danza, en la Plaza de Isabel II, en la 4ª planta, sobre José Luis Alonso Mañes. Sus montajes como director de escena causaban sensación, y pude comprobar por mí mismo que todos los elogios que se le dirigían, eran bien merecidos.
Poniéndonos en antecedentes, es 1943, en plena II Guerra Mundial y durante la ocupación nazi en Francia.
El equivocado sentido de la propiedad
Una sombra se cierne sobre la mujer durante siglos y siglos. No solo sobre su cuerpo maltratado, al servicio de la lujuria y la erección de quien se cree superior y por encima de ella. También en forma de palabras, de desprecios, de ninguneos, de no escucha… es el intento del triunfo de la fuerza, de la posición ancestral que hemos ido arrastrando desde que la sociedad agrupa a seres humanos. Pero a algunos no se les puede etiquetar con esa condición de humanidad.
Menudo finde se marcó Azucena del Valle en Puy du Fou. Vió un montón de espectáculos y aprendió un poco de historia de España, ahora que no la enseñan en el colegio. Tecnológicamente el parque es una maravilla y sus montajes son de premio. Los coles e instis tendrían que llevar a sus alumnos allí para que viesen algo original e instructivo. La autora y el marqués se lo pasaron en grande, entre chaparrones, y asistieron a la primera edición del premio de literatura del parque. A ver si con un poco de suerte el año que viene también los invitan a la Feria del Libro Medieval.
La séptima temporada de Puy du Fou España comenzó el pasado fin de semana, tras haber impresionado al mundo anteriormente con el memorable espectáculo nocturno El Sueño de Toledo. La inauguración ha sido espectacular, destacando el estreno del nuevo gran espectáculo El Tambor de la Libertad, aunque todavía no está lo suficientemente engrasado y se cometieron unos pocos fallos. Además, se celebró la I Edición de la Feria del Libro Histórico y tuvo lugar el prestigioso acto de entrega de los Premios de Literatura y Pintura. Autores reconocidos como Santiago Posteguillo y Antonio Pérez Henares también participaron en una serie de conferencias durante este evento.
Cuéntame un cuento
No puedo saber lo que ocurre al mismo tiempo que a mí me está sucediendo algo, pero sé que está pasando.
Que cada uno salude como quiera
Jamás saldré de esta familia. Tampoco sé si quiero hacerlo. En realidad, no. Es una familia peculiar, de lo más variopinto, distinta a todas las demás. Así lo he asimilado y así lo he asumido. No quiero desvincularme de ella. Pero, por otro lado, hay que renovarse en sus planteamientos.
Carreteras secundarias que recorren espacios desérticos como animales sueltos por un desierto de plasma. Sonidos acelerados que las acompañan a un ritmo alto que funciona a modo de un rápido travelling en forma de película imaginada una y mil veces. Virtud y castigo en la concepción de una música y un grupo, Arde Bogotá, que representan como nadie lo que podríamos denominar el anti-rock nacional, pues ni su puesta en escena ni las vibraciones de sus canciones caminan por esa senda plagada de leyendas, éxitos, fracasos y golpes de efecto a lo largo de las últimas décadas en la música española (CASTIGO).
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El amor y la búsqueda de la felicidad frente a la chanza, el embuste, o el engaño como patrimonio de esa vida que, al primero que se le precita encima, es al que la patrocina. Siempre se dice que la mentira tiene las patas muy cortas, y a eso es a lo que asistimos en esta magnífica reposición de La señorita de Trévelez de Carlos Arniches en versión de Ignacio García May y dirección de Juan Carlos Pérez de la Fuente.
Aunque no me dejo ver en ninguna, salvo excepciones puntuales y por exigencias del guion, las redes sociales me interesan por lo que significan como fenómeno sociológico. Un mundo de pantallas a la medida de este tiempo líquido en el que prevalece la pulsión del instante. Un espejo sin profundidad pautado por la dictadura de las apariencias y, dentro de estas, por la tiranía de lo cool. ¿También una nueva dimensión de eso que Jung definía como nuestro inconsciente colectivo?
Explorar el amor
French Kiss. Tengo la incertidumbre de que otros viven en mí. Están lejos o cerca, posiblemente sin espejos, y siento los labios cerrados, los ojos abiertos, las manos que buscan.
A pesar de todo
Diariamente nos llegan, nos alcanzan, noticias del conflicto, genocidio, Israel-Gaza. Es un silencio que se llena de bombas, de llantos, de destrucción, de muerte, de ondas expansivas, de terror, de escombros, de sangre, de familias destruidas. Es el horror de la humanidad, que ha desaparecido.
El destino nos acaba juzgando más allá de la percepción que cada uno tenemos de nosotros mismos, quizá, porque hay barreras que no nos atrevemos a atravesar y, sin embargo, el paso del tiempo derriba de una forma autoritaria, por lo que tiene de dilapidación de nuestras fantasías y anhelos. ¿Quién no ha soñado con ser famoso, una gran estrella de cine o un escritor reputado?
Una causa perdida
Tus mejores amigos también pueden ser tus peores enemigos. Es tal la costumbre, la cotidianidad de unos días y noches sin alicientes, que cualquier situación ajena a lo habitual se convierte en excusa para ocultar otras carencias.
Tras sus dos últimos títulos estrenados en cine: Mother! y The Whale, el director Darren Aronofsky se toma un respiro del cine independiente y presenta Bala Perdida, un thriller que es pura adrenalina al estilo Scorsese que, a pesar de todo, no carece ni de ambición ni de atmósfera. La Nueva York de los años 90 resulta ser el escenario ideal para explicarnos la historia de Hank, interpretado por Austin Butler, un fracasado jugador de béisbol que, a pesar de sus propios demonios, nunca ha perdido su ingenua bondad.
A los actores y actrices del mundo que vagan por los escenarios contando nuestra historia
Hace 47 años, junto a Priscilla, en París, fuimos a ver al Bread and Puppet, y nos perdimos, tomados de la mano, en un torbellino de emociones.
La poesía funciona como fiel reflejo de la vida cotidiana en la que es hasta la fecha el último trabajo de Peter Cattaneo, titulado entre nosotros "Lo que aprendí de mi pingüino" (del original Pinguin Lessons). Igual el nombre del director de entrada no les dice mucho, pero si decimos que fue quien parió auténtico bombazo de taquilla que fue en su día Full Monty seguro que ya está más que presentado. Aquí se acompaña de su buen amigo Steve Coogan en una “feel good movie” de manual que viene a ser como una mezcla entre El Club de los poetas muertos y La historia oficial siempre y cuando entendamos estas referencias en su sentido más almibarado.
Esta España mía, esta España nuestra, ¡ay, ay!
De un plan de estudios que abarque toda la historia de España, lógicamente, en varios cursos escolares, a 70 minutos, aproximadamente, de función (para todos los públicos) en un escenario con tres intérpretes que se multiplican por un sin número infinito o indeterminado de personajes históricos, divertidos, joviales, pimientosos y críticos.
Normalizar el horror
Hay muchas cosas que se escapan a la historia, a lo que sucedió en su día, a lo que los protagonistas de ciertos acontecimientos terribles callan.
La comparecencia de Pedro Sánchez ayer en Ferraz para pedir perdón por confiar en Santos Cerdán, está visiblemente cargada de elementos gestuales en la mirada, posición de rostro y torso, orales del tono y timbre de su voz y paraverbales en los silencios en determinados tramos de su alocución.
Un personaje peculiar
Todo acaba en la muerte. Pero, parece ser que, Orlando es imperecedero, y cuando tenga que desaparecer, dejará un vástago que, quizás, viva otros trescientos años, como él.
Nuestras historias
Hay un lugar en el recuerdo que se queda grabado para siempre. Hay una situación personal que se queda en la memoria cuando se evoca a la nada. Hay un sueño que parece convertirse en realidad y muchas realidades que se asemejan a los sueños.
"Hay cosas que yo recuerdo que quizá nunca sucedieron, pero como las recuerdo, suceden”
El eco de las palabras queda suspendido en el aire, hasta que se rescata en forma de recuerdo y, entonces, esas palabras cambian, modifican la realidad, dejan de ser el reflejo de lo que ocurrió o, por el contrario, reflejan lo que no ocurrió nunca, pero así se sienten en forma de vivencia pasada.
Mundo onírico mezclado con la realidad
Hemos venido aquí a conocer cuál es El cuarto de Atrás, de Carmen Martín Gaite. Para entender un mundo onírico mezclado con la realidad, los recuerdos con el presente, para conjurar la vida, porque, como bien dijo la propia autora en otra de sus obras, “Lo raro es vivir”.
Resplandor que no se detiene
Hay bellezas que no están, necesariamente, en el rostro. Están en la personalidad, en la música, en la voz, en la embriaguez de vivir, en la celebración del arte, en la pasión por la vida.
Plantarle cara al miedo
“Todos tienen una historia que contar”. Y tú eres Sara Allen, o Caperucita que está en Manhattan, y eres capaz de contar las estrellas, y confirmar que la libertad está en una misma.
Celebremos
No es necesario ser un niño para pasárselo de Farra en el teatro. No importa ser un adulto para estar de Farra en el teatro. Tampoco es de obligado cumplimiento tener algo que celebrar para celebrar algo, valga la redundancia.
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