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A la vuelta del pedo
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A la vuelta del pedo (Foto: Javier Velasco Oliaga)

¡ME VOY DE PEDO!

La vida está tan achuchá que, en ocasiones, nos apetece salir de juerga para olvidarnos de la realidad. Azucena del Valle nos cuenta como se divierte con sus amigas en "¡Me voy de pedo!". Antes, sencillamente, nos íbamos de juerga y terminábamos cantando, como aquella canción de Los Brincos, ¿borracho yo, tururú? Pero la verdad era que terminábamos insultando al clero y cantando himnos patrióticos para negar la evidencia. Justo lo que hacen nuestros políticos.

- Estamos a ná de que empiece el bullicio navideño y las calles se iluminen con diseños colgantes horteras, de colores chillones y feos, Vani, inundándolo toooo.

- Y de que nos invada el espíritu amoroso y pasajero de querer unos días a nuestros semejantes cercanos, y a los que no vemos nunca, cuando lo que más nos gusta es la lotería del calvo que siempre toca a otro.

- … Y de no poder salir a cenar porque está todo reservado para grupos de empresas; compañeros que se ponen la zancadilla a diario y que comparten viandas con los jefes, a los que tampoco pueden ver de seguido, que se ponen hasta el culo esa noche porque paga la empresa a la espera que el/la tolili de turno meta la pata y puedan hacer sangre una temporada.

- Siempre hay un par de lerdos tristes que tienen mal vino, y al final van volcaos…

- Y otros que cogen pedos risueños y, aunque en la ofi sean modositos, en la fiesta se arrancan y lo dan todo, pequeño saltamontes.

- Ay, tía, ¡tenemos que adelantarnos a la marabunta que está al caer! Llamamos a la Aitana, al Sebas, a Piluca y a mi vecina Amparito y ¡nos vamos de pedo!

- Prefiero ir a mover el bote o raspar el tacón primero, y antes de acabar de guasapa, nos vamos a pistear.

- ¿Pero crees que aguantamos tanto como los pechacancelas? Si empezamos con el vermut torero nos vamos a soplar pronto… Y ¿qué van a decir de nosotras?, ahora que los millennials han dejado de agarrar la jarra, tan concienciados ellos por la salud y el bienestar… estresados por lograr el equilibrio entre trabajo, familia y desarrollo personal…

- Me putoflipa que te equivoques de grupo, tía. Los millennials siguen levantando el codo por todo lo alto, con eso del estrés y la presión que padecen buscando el éxito y el reconocimiento social, aunque empinan menos, según las encuestas. Son los que preceden a la generación Alfa, es decir, los zoomers​ o centennials, los que menos se achispan en el mundo mundial. Han dejado de mamarse apostando por la vida sana que da el gym. Se han convertido en mindful drinking, o lo que es lo mismo, no son abstemios del todo. Alternan refrescos atractivos y cócteles exóticos sin alcohol, con otros que llevan muchos grados.

- Me anonadas, colega. Los bares son los mejores centros de socialización para jóvenes y mayores. Es donde está la marcha y siempre sales contentilla sin necesidad de alumbrarte. Lo malo es si te pillan hasta las cejas y te sacan en Facebook o Twitter dando tumbos. Se va al garete la imagen pública que tanto te ha costado construir, al salir tan poco favorecido con la curda.

- Joder Vani, ¡no me digas que no se ponen tibios por eso de estar expuestos a las redes sociales con esa vida tan pública que llevan todos menos nosotras!

- Bueno, Puri, eso influye un güevo de gallina campera criada en libertad, no solo se preocupan por el bienestar y la salud con hábitos alimenticios y el bebercio sano, sino que hacen ejercicio de manera regular y llevan una vida saludable que contrasta con las generaciones anteriores. Antes botellones a cascoporro y ahora te echan en cara hasta el vino de la comida. Y el fumar ni lo nombramos. Tienen hábitos saludables, tía.

- A mí me da que también tiene que ver lo que cuesta en la actualidad cogerte una buena melopea. Si no pueden abandonar la casa familiar porque el sueldo estira menos que los chicles duros, tienen que priorizar para lograr la independencia.

- Y como cada uno es de su padre y de su madre, de distintos países, etnias y culturas…, influye también la religión, además de la economía y la conciencia que impera por la vida sana. Ya no se llevan las ojeras que daba la resaca el fin de semana, sino la cara fresca y lustrosa que dan los filtros. ¡El estar borracho es cosa de viejos!, piensan los musculines.

- ¿Tú crees que para el 2026 tenemos que replantearnos la vida de crápulas que llevamos? No me veo corriendo al alba por el parque, tomando smoothies, comida veggie y haciendo magdalenas con harina integral y estevia o eritritol. Si lo pienso, lloro.

- Tía, ¡Los Baby Boomers somos intocables! ¡Nos vamos de pedo, nos tomamos la última, y mañana será otro día, colega!

- ¡Cien por cien, tía! ¡Cien por cien!

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