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Rabindranath Tagore
Rabindranath Tagore (Foto: Archivo)

EL GRAN CENTINELA

Por María Pilar Parente y Roberto Carlos Miras
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rmirasmirasyahooes/11/11/17
domingo 05 de julio de 2020, 14:00h

En el año 2013 se cumplieron cien años de la concesión del Premio Nobel al poeta indio Robindranth Tagore (1861-1941) Dos años antes - en el año 2011- se cumplió el ciento cincuenta aniversario de su nacimiento y es ahora cuando se cumplen 100 años de la Universidad Internacional de Visva-Bharatti (La Voz Universal) de Robindranath Tagore. Es una de las figuras más relevantes del movimiento cultural, sociológico y espiritual que sacudió a las clases altas de la sociedad india en el siglo XIX.

Nacido en Calcuta en el seno de una familia de terratenientes de Bengala comprometida con la modernización de la India y el Renacimiento Hindú; su estancia en Inglaterra donde acabó sus estudios de Derecho completó así su formación convirtiéndolo en un indio extremadamente culto siendo hábil conocedor del inglés y un gran cosmopolita. Fue en 1913 cuando recibió el Premio Nobel de Literatura por su colección de poemas «Gitánjali» (ofrenda lírica) siendo el primer asiático en obtener dicho galardón. Como introducción a este pequeño libro el poeta inglés W.B. Yeats escribió: «Estos poemas me han conmovido como ninguna otra cosa en muchos años» Podemos decir – sin temor a equivocarnos-, que hasta la llegada de «Gitánjali» en inglés a Europa en 1912 el Viejo Continente permaneció ignorando prácticamente las culturas de Asia. Y es en 1914 cuando se le otorgó el título de Caballero del Imperio Británico; pero el 13 de abril de 1919 cuando los ingleses efectuaron una sangrienta represión contra los rebeldes del Penjab en Amritsar y el Ejército mató a 379 personas desarmadas e hirió a otras 2000 que participaban en una reunión pacifica y unas mil seiscientas balas disparadas causaron mil quinientas dieciséis víctimas. Entonces devolvió la condecoración afirmando que no «deseaba ningún honor de un Gobierno que maltrataba a sus ciudadanos» Fundó la Universidad «Shantiniketan» (morada de la paz) con sus distintas ramas ampliándose en 1921 y convirtiéndose en la Universidad Internacional «Visva Bharati» (La voz universal) manteniendo actualmente las enseñanzas del maestro.

Y ahora recordamos...

La obra de un español el Padre Manuel Díaz Garriz S.J. tras varios años de experiencia en India concretamente en la Misión del Norte en Gujarat y con la colaboración de la profesora Shirimati Anila Dalal que es experta en Literatura y en Tagore. Ha traducido al castellano una versión del «Gitánjali» no del inglés sino de su versión bengalí. «Rabindranath no fue un monje ni un profeta hindú que hiciera penitencia en una cueva del Himalaya. Fue un hombre de carne y hueso, un hombre que nos ha dejado una huella profunda en la historia de la Literatura y de la Educación en India» Pero ¿quien fue realmente Rabindranth Tagore?

¿Muchos nombres, muchas artes?

Poeta, dramaturgo, novelista, pintor, músico y pedagogo como apunta- Manuel Díaz-, un Leonardo Da Vinci del Renacimiento. Era el menor de quince hermanos. Su abuelo fue el Rajah Dwarkanath Tagore que desempeñó en Europa misiones diplomáticas; su padre fue el Maharishi (Hombre sabio) Debendranath Tagore admirador del reformador religioso bengalí Ramohun Roy (1772-1883) pronto se uniría al movimiento de reforma asociado a éste, el Brahmo Samaj. «Es difícil hablar de las traducciones en el campo de la poesía en que se conservan tantos de los valores originales de Tagore vertidos al castellano por Zenobia Camprubí Aymar (1887-1956) esposa del poeta Juan Ramón Jiménez (1881-1955) que tiene el mérito de haber traducido gran parte de la Obra Literaria de Rabindranath en su vertiente narrativa, dramática y lírica» señala el experto en India Enrique Gallud Jardiel. A lo que añade: «Ante el gran público hispanohablante dió a conocer la Obra más representativa y brillante del Renacimiento Literario y Cultural de la India moderna y trabajó con su marido con quien colaboro en las distintas traducciones” Una labor iniciada por Zenobia en 1915 con la versión española de «La Luna Nueva» (poemas de niños) y hasta 1937 su trabajo incluiría dieciocho obras del poeta. Para el público hispano los nombres del poeta indio y del poeta español están siempre unidos en la Obra de Juan Ramón Jiménez siendo ésta de gran amplitud. De hecho se sabe que según los archivos del poeta español Rabindranath Tagore y su hijo visitarían España y con ellos lo haría Federico García Lorca visitando los alrededores de Madrid, así como yendo a una fiesta en la Residencia de Estudiantes, pero al final dicho viaje no pudo ser y el poeta bengalí se marchó a Santineketan. Pero en la Residencia de Estudiantes y en la Residencia de señoritas en donde se reunían intelectuales, escritores y artistas del momento se hizo una presentación intensa de las primeras traducciones de Tagore después de que Zenobia lo pusiera a la atención de Juan Ramón, figura principal de la Residencia de Estudiantes en aquellos años, participando en la misma activamente el filósofo Ortega y Gasset y el doctor Gregorio Marañón ambos animados exegetas de la Obra de Tagore. Una encuesta realizada en 1927 para el diario madrileño El Sol revela que Tagore sitúa por lo que a referencias de lectores se refiere en el segundo lugar entre los autores extranjeros contemporáneos con un solo voto menos que el escritor francés Anatole France (1844-1924). Quizás haya sido ese uno de los muchos motivos por los cuales Juan Ramón Jiménez y su esposa se plantearon realizar nuevas versiones de sus antiguas traducciones del poeta bengalí llegando a publicar varios volúmenes. Y fue en 1955 cuando la editorial Aguilar publicaría un volumen de cerca de 1300 páginas con el título de la «Obra escogida de Rabindranth Tagore» y adelantándose al matrimonio Jiménez el novelista asturiano Ramón Pérez de Ayala se ocuparía del poeta en dos artículos publicados por el diario madrileño «La Tribuna» los días 23 y 29 de Agosto de 1913 incluyendo traducciones al español de algunos fragmentos de «Gitájanli» José Ortega y Gaset (1883-1955) Como hemos visto… también sucumbió ante la Obra del poeta bengalí. Para el filósofo fue el gran descubrimiento y se preocupó por las distintas impresiones que fue dejando en Europa. Estamos quizás ante uno de los intelectuales de la época que supo apreciar la profundidad del espiritualismo de Tagore. Ortega define la religión de Rabindranath como basada en la unicidad de toda la vida, humana o no humana y añadió que estos elementos se entrelazan y llegan a complementarse. La poesía de Tagore, ciertamente la que escribió en los últimos cuarenta años de su vida podemos considerarla como una expresión, brillante y exquisita de la corriente bhakti en la línea de Kabir el poeta musulmán del siglo XVI. Entre otros nombres podemos citar a Joao Vicente Biqueira (1886-1924) que siendo profesor en el Instituto Liceo en La Coruña comparaba a Tagore con Castelao (1886-1950) Motivo que dio lugar a una exposición y a una conferencia pronunciada en 1920 y a este nombre se unirían entre otros, Antonio Avilés de Taramancos (1935-1992) junto a Octavio Paz, Gabriela Mistral o Cecilia Meireles y también Vicente Risco habla de Tagore a quien le llamaban «el Tagore gallego». A su muerte en Jorasanko, un siete de Agosto de 1941, Juan Ramón Jiménez publicó una de sus mejores composiciones: «Cenizas de Rabindranath Tagore» cuatro meses antes de que los japoneses iniciaran una ofensiva bélica sobre el continente asiático. Estos son algunos de los motivos por los cuales recordamos a una Voz Universal que cumple cien años.

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