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«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
Miguel de Cervantes Saavedra
Miguel de Cervantes Saavedra (Foto: Archivo)

Servir bajo la bandera, alma de cada soldado y corazón de España, es una divina virtud: las vencedoras banderas del brillante soldado, Miguel de Cervantes Saavedra, soldado aventajado de las Fuerzas Especiales de Élite de los Tercios Viejos españoles

Dedicado al Regimiento de Infantería, «Tercio Viejo de Sicilia, N.º 67», y a todos nuestros héroes que dieron su vida por la defensa de «nuestra dulce España, patria querida» y por la de sus invencibles banderas, las que deberían ondear en todo el mundo.
Por Krzysztof Sliwa
jueves 08 de diciembre de 2022, 13:00h

Por primera vez desde el óbito del «Rey de la Literatura Española», o sea 406 más tarde, tengo un gran honor dedicar un breve estudio a las invencibles banderas del glorioso Manco, quien las amó con todo corazón y con toda alma y las defendió con la más alta dignidad, nobleza y valor porque «más bien parece el soldado muerto en la batalla que vivo y salvo en la huida» (El Quijote, II-XXIIII).

Aquí vienen como anillo al dedo las palabras del General de División (R), Rafael Dávila Álvarez:

«nada hay como el soldado español

y a mi única aspiración siempre ha sido estar a su altura»

(https://generaldavila.com/).

Archivos Adjuntos

El III duque de Alba: 1567-1568

Cerca de la primavera de 1567 Miguel y su hermano Rodrigo se alistaron en el Ejército del III duque de Alba Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel (1507-1582) porque Cervantes «tuvo nuevas que el Gran duque de Alba pasaba a Flandes» (El Quijote, I-XXXIX) y pensaba que «sería bueno ver a Italia y a Flandes…» (El licenciado Vidriera) y «pasar a Italia a probar ventura en el ejercicio de las armas… y seguir el camino de la guerra» (Las dos doncellas). Por eso «mudé propósito, fuime con él, servirle en las jornadas que hizo» (El Quijote, I-XXXIX).

El 17 de abril de 1567 Miguel llegó a «La Ciudad Portuaria», donde el almirante Giovanni Andrea Doria (1539-1606) estuvo con 37 galeras y allí también se embarcaron 15 banderas de Infantería española de bisoños y 2 en Tarragona que se había mandado levantar para instalarlas en los presidios y guarniciones de Cerdeña, Lombardía, Nápoles y Sicilia. No obstante, se desconoce cuándo Cervantes llegó a ser soldado, pero tenía que seguir el artículo de Las Ordenanzas de 1555 que decretó «que todas las personas que no fueren soldados de ir en escuadros, no puedan caminar sino juntándose con el bagaje y siguiendo la bandera».

El 25 de junio de 1567, el duque de Alba partió con «10.848 hombres, 1.500 jinetes y 9.348 hombres de Infantería» (C. Belloso Martín, La Antemuralla…, 168), desde Asti a Flandes, beneficiándose por primera vez de «El Camino Español», ideado por el cardenal Antonio Perrenot de Granvela (1517-1586) en 1563, un corredor militar logístico de 1.000 km con una media de 23 km a pie al día que comenzaba en El Corazón de la Monarquía y terminaba en Bruselas.

El 22 de agosto de 1567 el «duque de Hierro»­ vino a la capital bruselense y al arribar a Amberes los hermanos Cervantes «recibieron cartas de sus padres» (La Señora Cornelia), lo que Miguel inmortalizó así: «llegó a Amberes, ciudad no menos para maravillar que las que había visto en Italia. Vio a Gante, y a Bruselas, y vio que todo el país se disponía a tomar las armas para salir en campaña el verano siguiente» (El licenciado Vidriera).

Durante esta expedición militar Miguel siguió, inter alia, a las banderas:

Pendón Real del rey Felipe II (1527-1598)

Escudo de Armas del rey Felipe II

(1527-1598)

Bandera con «Cruz de Borgoña» o «Aspa de Borgoña»

Escudo del III duque de Alba de Tormes

(1507-1582)

Bandera de los Tercios de Flandes

Bandera de la Serenísima República de Génova

Bandera del almirante Giovanni Andrea Doria (1539-1606)

El III duque de Sesa: 1568-1569

Se ignora cuándo Cervantes regresó a España. Sin embargo, se enfrentó a una nueva realidad, a saber, al estar en la Rebelión de las Alpujarras (1568-1571), segundo levantamiento contra la Corona de Castilla y fue como un sueño hecho realidad. A los hermanos Cervantes se les brindó la intervención en «la guerra a fuego y a sangre», y de hecho es difícil imaginarse que Miguel no participó en la Revuelta Morisca sabiendo que a su tío Andrés le correspondió la preparación de las fuerzas de Cabra según el mandamiento del 22 de enero de 1569, signado por la duquesa María en Baena y ordenado por el III duque de Sesa, que reza que «para el socorro de la Alpujarra, vaya de este Estado 50 lanzas y 300 arcabuceros y ballesteros; han de ir de esta villa 20 lanzas y 100 arcabuceros» (A. Moreno Hurtado, Los Cervantes…).

En vista de ello, Cervantes tuvo su primer bautismo de fuego durante la rebelión morisca, donde fue arcabucero y donde conoció a sus futuros comandantes. No obstante, en la primavera de 1569 tuvo una pelea con Antonio de Segura, la cual «se produjo en unos terrenos cercanos al palacio real o Alcázar» (J. M. Cabañas, Breve historia…, 81), debido a la cual tomó las de Villadiego, ya que echó mano con presteza de su espada contra Antonio, a quien hirió gravemente.

Por este motivo, el 15 de septiembre de 1569, Felipe II traspasó una providencia al alguacil Juan de Medina para prender a Miguel, para que «con vergüenza pública le fuese cortada la mano derecha y estuviese en destierro de nuestros reinos por 10 años» (K. Sliwa, Documentos…, 38-39). A juzgar por el contenido del dato «se procedió en rebeldía contra un tal Miguel de Cervantes», quien «se andaba por estos nuestros Reinos y que estaba en la ciudad de Sevilla y en otras partes» (K. Sliwa, Documentos…, 38-39) como un estudiante según los cervantistas, y no como, a mi parecer, un arcabucero de una de las compañías de Lope de Figueroa durante la sublevación alpujarreña.

Pese a ello, la pregunta que surge es: ¿qué hacía Cervantes en Sevilla?, centro de aprovisionamiento de material militar, de redistribución de armas, y agente reclutador de la ciudad más populosa de Europa, la que en 1568 aportó con motivo de la rebelión morisca 2.000 hombres de a caballo y 8.000 infantes (F. Morales Padrón, Historia de Sevilla…, 222).

Las estandartes que ondearon sobre Miguel fueron:

Pendón Real del rey Felipe II (1527-1598)

Escudo de Armas del rey Felipe II

(1527-1598)

Bandera con «Cruz de Borgoña»

Escudo de Armas de Don Juan de Austria

(1547-1578)

Escudo del III duque de Sesa

(1520/21-1578)

Tercio de Granada del maestre de campo Lope de Figueroa

(1541-1585)

El cardenal Giulio Acquaviva d'Aragona: 1569-1570

Al llegar a Roma, Cervantes sirvió como camarero de capa y espada desde los últimos meses de 1569 hasta los principios de 1570 en el Palacio del cardenal Giulio Acquaviva d'Aragona (1546-1574), donde en sus horas libres leía en italiano y confesó que «sé algún tanto del toscano y me precio de cantar algunas estancias del Ariosto» (El Quijote, II-LXII).

Miguel sirvió, entre muchas, bajo las banderas:

Emblema de la Santa Sede y del Papado

Escudo de Armas del papa Pius V (1504-1572)

Escudo del ducado Acquaviva d'Aragona

Escudo de la familia Acquaviva d'Aragona

Giulio Acquaviva d'Aragona (1546-1574)

El general Marco Antonio Colonna: 1570-1572

Bajo la influencia de la inminente guerra contra el Imperio otomano de Selim II (1524-1574)-, Cervantes entró en su primer servicio militar en Italia-, y gracias a la recomendación de Julio Acquaviva d'Aragona y la de Giovanni Girolamo I Acquaviva d'Aragona (1521-1592), X duque de Atri, y la de su hijo Adriano Acquaviva d'Aragona (1544-1607), muy buenos amigos del general Marco Antonio Colonna (1535-1584), de quien Miguel oyó «muchas veces decir de V.S.I. al cardenal de Acquaviva, siendo yo su camarero en Roma» (La Galatea, 1585).

Con toda seguridad, el primer servicio castrense de Miguel empezó bajo el mando de Marcantonio, quien dirigió numerosas operaciones navales antes de la batalla de Lepanto, y a quien «El Príncipe de las Letras» sirvió más de 2 años conforme a la dedicación de La Galatea dirigida al cardenal Ascanio Colonna (1560-1608), donde afianzó «haber seguido algunos años las vencedoras banderas de aquel Sol de la Milicia que ayer nos quitó el cielo delante de los ojos, pero no de la memoria de aquellos que procuran tenerla de cosas dignas de ella que fue el excelentísimo padre de V.S.I.».

A Miguel se le constituyó una ocasión oportuna para restaurar su reputación y entrar en el ejército porque «el Turco bajaba con una poderosa armada y no se sabía su designio, ni adónde había de descargar tan gran nublado» (El Quijote, II-I). Por eso, el 5 de junio de 1570, el papa Pío V (1504-1572) nombró al romano Marco Antonio Colonna, el general en jefe de la escuadra pontificia, y el 15 de julio del mismo año, el «Príncipe de la Cristiandad» ordenó a «sus mandos en Italia ponerse a las órdenes de generale dell´Armata de Pío V» (A.Z. c. 51 n.° 2).

Según el historiador Ricardo de Hinojosa y Naveros (Los despachos…,185-86) Marcantonio fue general de la escuadra de las galeras pontificas antes de abril de 1570, la cual fue parte de las 12 galeras reunidas con las 16 galeras del almirante genovés Juan Andrea Doria el 1 de septiembre de 1570 en La Suda para organizar la expedición de socorro de Chipre y levantar el sitio de Nicosia.

Cervantes se enganchó en las Fuerzas Armadas pontificas a principios de 1570 y tomó parte en la fracasada campaña de socorro de Nicosia, cuya marcha fue emprendida el 30 de agosto de 1570 y fue abandonada tras la pérdida de Nicosia. Miguel detalla que llegaron «a la fuerte isla de Corfú, donde hicieron agua» (El amante liberal) y luego atravesaron por el lugar donde empezó El amante liberal así: «¡oh lamentables ruinas de la desdichada Nicosia, apenas enjutas de la sangre de vuestros valerosos y mal afortunados defensores!». Aun, cuenta que «mirando desde un recuesto las murallas derribadas de la ya perdida Nicosia; y así hablaba con ellas, y hacía comparación de sus miserias a las suyas, como si ellas fueran capaces de entenderle».

Sin duda Cervantes militó en una compañía de Marcantonio hasta la llegada de su hermano Rodrigo a Génova, el 26 de julio de 1571, quien fue uno de los 2.259 soldados de la compañía del capitán Diego de Urbina, repartidos en el Tercio del maestre de campo de Miguel de Gurrea y Moncada (?-1612) y en el de Lope de Figueroa, quienes aplastaron la rebelión alpujarreña bajo el mando de Don Juan de Austria y el III duque de Sesa.

Miguel alude a la arribada de Don Juan en Génova, el 6 de agosto de 1571, quien el 9 de agosto de 1571 pasaba a Nápoles así: «quiso mi buena suerte que el señor don Juan de Austria acababa de llegar a Génova que pasaba a Nápoles a juntarse con la armada de Venecia» (El Quijote, I-XXXIX).

El historiador militar Juan Luis Sánchez Martín piensa que Cervantes se enroló en la compañía de Diego de Urbina «entre el 9 de agosto y el 19 de agosto de 1571 en Nápoles» («Los capitanes…», 176) y la carta del 25 de agosto de 1571 de Don Juan a García Álvarez de Toledo Osorio (1514-1577), capitán general de las galeras de Nápoles, evidencia la comparecencia de tropas españolas en la escuadra veneciana así: «hallé aquí a Marco Antonio de Colonna con las 12 galeras de su Santidad, que están a su cargo, bien en orden; asimismo hallé a Sebastián Vernier, general de la armada de los venecianos, con 48 galeras, 6 galeazas y 2 naves» (M. Fernández Nieto, «Cervantes…», 214-15).

El 1 de septiembre de 1571 llegaron las 60 galeras de Venecia a Mesina, el 8 de septiembre Don Juan pasó revista a la flota «en la que admitió en sus naves, las venecianas, 4.000 soldados al servicio del rey de España», y el 9 de septiembre en Leguméniças comunicó que «con la ocasión de una estafeta que despacho a Nápoles me ha parecido avisar a Vmd. que estos señores venecianos a la fin se han acabado de resolver en tomar en sus galeras 4 mil infantes de los de S. M., es a saber, 2500 españoles y 1500 italianos» (J. A. Crespo-Francés, Miguel de Cervantes…, 8).

Miguel sirvió, entre muchas, bajo las banderas:

Pendón Real de Felipe II

(1527-1598)

Escudo de Armas del rey Felipe II

(1527-1598)

Bandera con «Cruz de Borgoña»

Escudo de Armas del papa Pius V

(1504-1572)

Emblema de la Santa Sede y del Papado

Bandera de los Estados Pontificios

Escudo de los Estados Pontificios

Estandarte del Ejército de los Estados Pontificios

Bandera de la Serenísima República de Génova

Bandera del almirante Giovanni Andrea Doria

(1539-1606)

Escudo del almirante

Marco Antonio Colonna

(1535-1584)

Escudo de Armas de Don Juan de Austria

(1547-1578)

Tercio de Granada del maestre de campo Lope de Figueroa

(1541-1585)

El almirante veneciano Sebastián Veniero: 7 de octubre de 1571

El domingo 7 de octubre de 1571, Cervantes formó parte de la Tercera Escuadra de las 54 naves del comandante veneciano Agustín Barbarigo (1500-1571), ubicada en el ala izquierdo de La Real, liderada por Don Juan, sobre lo cual el 20 de marzo de 1578, el alférez Mateo de Santisteban sostuvo así: «conocer a dicho Miguel de Cervantes, que fue el día que el dicho Cervantes sirvió en la dicha batalla, y era soldado de la compañía del capitán Diego de Urbina en la galera «Marquesa», de Juan Andrea» (K. Sliwa, Documentos..., 49-50).

Dicha declaración comprueba que Miguel luchó en la única galera genovesa «Marquesa», acaudillada por el capitán italiano Framcisco Molín, perteneciente al almirante Giovanni Andrea Doria, n.° 34 de la Tercera Escuadra del comandante veneciano Agustín Barbarigo, segundo en el alto mando de la Flota veneciana después del almirante veneciano Sebastián Veniero (1496-1578).

A Miguel le acompañaron, entre muchas, las banderas:

Pendón Real de Felipe II

(1527-1598)

Escudo de Armas del rey Felipe II

(1527-1598)

Bandera con «Cruz de Borgoña»

Escudo de Armas del papa Pius V (1504-1572)

Emblema de la Santa Sede y del Papado

Bandera de los Estados Pontificios

Escudo de los Estados Pontificios

Estandarte del Ejército de los Estados Pontificios

Serenísima República de Venecia

Escudo de la Serenísima República de Venecia

Estandarte de la Santa Liga

Escudo de Armas de Don Juan de Austria

(1547-1578)

Escudo del almirante

Marco Antonio Colonna

(1535-1584)

Escudo del duque de Venecia, Sebastiano Venier

(1496-1578)

Bandera de la Serenísima República de Génova

Bandera del almirante genovés Giovanni Andrea Doria (1539-1606)

El Tercio del maestre de campo Lope de Figueroa y Barradas: 1571-1573

La carta del 5 de mayo de 1572 de Don Juan demuestra que Cervantes sirvió en febrero o marzo de 1572 bajo Marcoantonio y sus versos testimonian su participación en la toma de Túnez sin tener curadas sus heridas así: «vertiendo sangre aun la herida mayor con otras dos quise hallarme por ver ir la morisma de vencida» (Epístola a Mateo Vázquez), y desde el 16 de julio de 1572, según el Teniente Coronel de Infantería, José María Gárate Córdoba, Miguel estuvo en «la compañía del capitán Manuel Ponce de León (1539-1622) del Tercio de Lope de Figueroa (Los Tercios…, 277.)

El 15 de junio de 1572, el capitán general de la Galeras de Nápoles Álvaro de Bazán y Guzmán (1526-1588) transportó a los soldados del Tercio de Moncada y dos compañías del Tercio de Figueroa, donde permaneció Cervantes, quien el 6 ó 7 de julio partió de Mesina en una de las 140 naves bajo el mando del almirante Marcantonio para proseguir la guerra contra los turcos, agrupándose bajo Don Juan el 1 de septiembre en la isla Corfú, algo que Cervantes recuerda así: «a vista de Corfú y, a mano diestra, la isla inexpugnable» (El Viaje del Parnaso).

A pesar de eso, cabe destacar que nuestro novelista le otorgó a Álvaro de Bazán y Guzmán la condición de invicto y padre de los soldados: «tomóla la capitana de Nápoles, llamada La Loba, regida por aquel rayo de la guerra, por el padre de los soldados, por aquel venturoso y jamás vencido capitán don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz» (El Quijote, I-XXXIX).

Miguel perteneció a la galera «San Lorenzo de Sicilia», capitaneada por el maestro de campo Lope de Figueroa, incorporada en la Escuadra de Socorro y compuesta de 29 galeras al mando del capitán general de las galeras de Sicilia, Juan de Cardona (1530-1609). Cervantes describió el combate de Navarino del 7 de octubre de 1572 así: «halléme… en Navarino… vi y noté la ocasión que allí se perdió de no coger en el puerto toda la armada turquesca» (El Quijote, I-XXXIX).

Tras dicha expedición la compañía de Ponce de León se estacionó en Sicilia, según la carta del 5 de noviembre de 1572 de Don Juan, descubierta por el historiador militar Carlos Belloso Martín (La Antemuralla…, 126), quien asevera que en invierno de 1572, Miguel sentó plaza en «la compañía del capitán Ponce de León, alojado con 102 soldados en Villafranca» («Miguel de Cervantes…», 84).

El 8 de mayo de 1573 Cervantes estuvo presente en Mesina, donde se tomó la muestra al Tercio de Figueroa por orden del duque de Terranova, Carlos de Aragón y Tagliavia (1530-1599), que ofreció «un total de 2.010 soldados, incluidos los oficiales de la primera plana, y 226 mosqueteros, donde aparece la compañía de Ponce de León, que encierra 157 soldados y 20 mosqueteros» (C. Belloso Martín, «Miguel de Cervantes…», 84-85).

El 1 de agosto de 1573 Don Juan salió de Nápoles con la mayor parte de la flota y la Infantería, esperando recoger el resto de naves y pertrechos de guerra a su paso por Mesina, Palermo, Trápana, y la isla Favignana. En «Mesana» se reunió con el I marqués de Santa Cruz y toda la flota se unió en el puerto de Austria, donde había 140 galeras, 44 naves, 25 fragatas, 22 falúas y 12 barcones, y la tropa de Infantería rozaba 16.694 hombres, entre ellos, 4.000 alemanes, 5.505 italianos, 6.345 españoles, 536 del Tercio de Sicilia, 2.380 del Tercio de Nápoles y 2.918 del Tercio de Figueroa.

Miguel siguió, entre muchas, a las banderas:

Pendón Real de Felipe II

(1527-1598)

Escudo de Armas del rey Felipe II

(1527-1598)

Bandera con «Cruz de Borgoña»

Emblema de la Santa Sede y del Papado

Bandera de los Estados Pontificios

Escudo de los Estados Pontificios

Estandarte del Ejército de los Estados Pontificios

Escudo del almirante

Marco Antonio Colonna

(1535-1584)

Escudo de Armas de Don Juan de Austria

(1547-1578)

Escudo del Reino de Sicilia

Escudo del duque de Terranova Carlos de Aragón y Tagliavia

(1530-1599)

Armas de la Casa de Cardona, Juan de Cardona

(1530-1609)

Escudo de armas de Álvaro de Bazán y Guzmán

(1535-1588)

Bandera del Tercio de Lope de Figueroa y Barradas

(1541-1585)

Escudo de la

Casa de Ponce de León

El Tercio Fijo de la Isla de Sicilia del maestre de campo Diego Enríquez de Castañeda y Manrique: 1573-1575

La venida de Don Juan al golfo de Túnez, el 8 de octubre de 1573, produjo un pánico y el rey Mawlāy ‘Abad al-Mālik (1541-1578) «el moro más cruel y más valiente que tuvo el mundo» (El Quijote, I-XXXIX) y sus jenízaros huyeron a las montañas. El 10 de octubre, Álvaro Bazán fue acompañado por el Tercio Viejo de Sicilia del maestre de campo Diego Enríquez de Castañeda y Manrique (1535-1601) al mando de Carlos de Aragón y Tagliavia, donde se halló Cervantes en la compañía de Ponce de León para tomar posesión de Túnez. Además, en La Goleta se reemplazaron 2.500 soldados veteranos por otros bisoños, sacando, entre otros, 4 compañías del Tercio de Figueroa que «hacían temblar la tierra con sus mosquetes» (C. Belloso Martín, «Miguel de Cervantes…», 85).

La carta del 8 de noviembre de 1573, del contador Sancho Corroza, documenta que las dos compañías del Tercio de Figueroa que «estaban en Malta tenían 317 soldados conforme a la muestra que se les tomó cuando se embarcaron para ir a Sicilia; en la de Juan de Anaya de Solís, 159 soldados, y en la de Manuel Ponce de León, 158» (C. Belloso Martín, La Antemuralla…, 130-31, 250), y estaban destacadas según el brigada de Infantería del Regimiento de Infantería del Tercio Fijo de la Isla de Sicilia, no.° 67, Miguel Ángel Domínguez Rubio, a «la isla de Malta en apoyo a la orden de los caballeros de San Juan o de Malta, sólidos aliados de la Corona Española, aparentemente como medida provisional» («Cervantes…», 170).

Por primera vez se exhibe la estancia de Miguel en «la insigne isla de Malta» (El amante liberal), quien la mencionó así: «contra de las amenazas del Turco Su Majestad el Rey ha estimado oportuno alertar las costas de Nápoles y de las dos islas de Sicilia y Malta», y reveló que «la escuadra de Malta o algunas de las de Sicilia» (El amante liberal) «de Malta el gran maestre, a quien secretas espías dan aviso que en Oriente se aperciben en las bárbaras saetas, teme, y envía a convocar la gente que sella con la blanca cruz el pecho porque en su fuerza su valor se aumente» (El Viaje del Parnaso).

La carta del 20 de febrero de 1574, localizada por el profesor Belloso Martín («Miguel de Cervantes…», 86), del duque de Terranova a Felipe II hizo referencia al acuartelamiento de la compañía de Ponce de León en Malta en noviembre de 1573, e insistió a Don Juan dejarle al menos 3.000 soldados para reforzar el Tercio de Sicilia. A raíz de esto, Don Juan dejó dos compañías más en el Reino de Sicilia que eran las de los capitanes Juan de Anaya de Solís y de Manuel Ponce de León con aproximadamente 500 soldados que fueron transportados desde Malta a Sicilia.

Sancho de Corroza citó las dos compañías, distribuidas en Malta, cuando a principios de noviembre preparaba «una relación de lo que se debe a la Armada hasta fin del mes de octubre del año 1573» y en el capítulo de la Infantería española se señaló 12 viejas compañías de Figueroa: «10 de ellas han estado en La Goleta y las otras 2 están en Malta» (C. Belloso Martín, «Miguel de Cervantes…», 86).

«A finales de 1573 la compañía de Ponce de León fue traspasada del Tercio de Figueroa al Tercio fijo de Sicilia y así fue como Cervantes puso a «servir en el Tercio Fijo de Sicilia y permaneció el invierno de 1573 a 1574 en este Reino» (C. Belloso Martín, «Miguel de Cervantes…», 150-51).

De acuerdo con la carta del 12 de febrero de 1574 del Conservador Esteban de Monreal a Felipe II se entiende que Miguel formó parte de «la compañía de 144 soldados del capitán Ponce de León, acomodada en el presidio de Siracusa» (C. Belloso Martín, «Miguel de Cervantes…», 306).

El brigada de Infantería Miguel Ángel Domínguez Rubio aconseja que «para seguir la pista a Miguel de Cervantes se ha de indagar también en las muestras que se realizan para pagar los sueldos. En las muestras cus­todiadas en el Archivo General de Simancas de febrero, junio y octubre 1574, estas dos compañías desgajadas del Tercio de Lope son pagadas junto al resto del Tercio de Sicilia» («Cervantes…», 173).

Dichos testimonios avalan el alojamiento de Cervantes en Siracusa en septiembre y octubre de 1574, y la realización del pago a Miguel, el 15 de noviembre de 1574, prueba que Cervantes seguía en Sicilia a fines de 1574, recompensándole el III duque de Sesa con «25 escudos de a 10 reales castellanos como “soldado aventajado”» (K. Sliwa, Documentos…, 42).

En vista del servicio del glorioso Manco en el Tercio Fijo de la Isla de Sicilia destaco por primera vez que gracias al benemérito historiador militar el brigada de Infantería Miguel Ángel Domínguez Rubio fue colocada una Bandera de mochila del Regimiento «Tercio Viejo de Sicilia», n.º 67, por el teniente Santiago Cubas en el convento de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso de Madrid, cuya presencia es el recuerdo del último alistamiento, documentado, del manco de Lepanto en la compañía del capitán Ponce de León del Tercio Viejo de Sicilia, desde finales de 1573 hasta septiembre de 1575, del maestre de campo, Diego Enríquez de Castañeda y Manrique, siendo el general en jefe de esta unidad castrense por 33 años, el mayor registro de permanencia.

Miguel siguió, entre muchas, a las banderas:

Pendón Real de Felipe II

(1527-1598)

Escudo de Armas del rey Felipe II

(1527-1598)

Bandera con «Cruz de Borgoña»

Escudo de Armas de Don Juan de Austria

(1547-1578)

Escudo del Reino de Sicilia

Escudo del duque de Terranova Carlos de Aragón y Tagliavia

(1530-1599)

Bandera de los caballeros de la Orden de Malta

Escudo de armas de Álvaro de Bazán y Guzmán

(1535-1588)

Bandera del Tercio Viejo de Sicilia de Diego Enríquez de Castañeda y Manrique

(1535-1601)

Escudo de la

Casa de Ponce de León

El almirante Álvaro de Bazán y Guzmán: 26 de julio de 1582

Según la documentación fiable, Rodrigo, hermano de Miguel, se incorporó en la compañía del capitán Luis de Guevara que formó parte de los 2.500 soldados del Tercio del maestre de campo Francisco Arias de Bobadilla (1541-1610), IV Conde de Puñonrostro-, quien entre 1597-1599 fue el Asistente de la ciudad de Sevilla y Capitán General de Andalucía cuando Cervantes fue comisario de «Friedensfürst»,- quien el 13 de marzo de 1582 fue al mando del almirante Álvaro de Bazán, anclado en el puerto de Sevilla.

Aún los Tercios al mando del maestre de campo Lope de Figueroa fueron traídos de Orán el 3 de marzo de 1582 en las galeras de Juan Andrea Doria, el 20 de marzo tomaron tierra en Cartagena contra Antonio de Portugal (1531-1595), siendo dirigidos por tierra por el Gran Duque de Alba y el 29 de junio los Tercios de Francisco de Bobadilla, Lope de Figueroa, y Antonio Moreno hicieron muestra general en Lisboa.

Por consiguiente, huelga preguntarse si Miguel acompañó a Rodrigo, dónde se detuvo, quiénes fueron sus amigos que partieron con él, dónde se alistó: ¿en el Tercio Viejo de Sicilia?, bajo quién sirvió: ¿Lope de Figueroa?, cuáles fueron sus funciones con la mano estropeada y cuándo regresó a la capital de España.

Rodrigo siguió, entre muchas, a las banderas:

Pendón Real del rey Felipe II (1527-1598)

Escudo de Armas del rey Felipe II

(1527-1598)

Bandera con «Cruz de Borgoña»

Escudo de armas de Álvaro de Bazán y Guzmán

(1535-1588)

Escudo del III duque de Alba de Tormes

(1507-1582

Escudo del condado de Puñonrostro,

Francisco Arias de Bobadilla (1537-1610)

Bandera de la Serenísima República de Génova

Bandera del almirante genovés Giovanni Andrea Doria (1539-1606)

Antes de terminar este breve resumen sobre el legado de Cervantes, héroe de Argel, quien infinitas veces con lágrimas de amor besó la bandera de su patria, corazón de España, agradezco al excelente historiador militar y brigada de Infantería, Miguel Ángel Domínguez Rubio, condecorado con la Cruz del Mérito Militar con distintivo Blanco la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo la Medalla de la OTAN, Jefe de la Oficina de Comunicación, Regimiento de Infantería, «Tercio Viejo de Sicilia», N.º 67, y autor del ejemplar libro: «1719-2019, Tercio Viejo de Sicilia, N.º 67 - 300 años de la llegada a San Sebastián» (Halland Books, 2019), en colaboración con Josué del Cristo Pineda Gómez, su amor, sacrificio y valentía, a nuestra España, patria de los héroes, y su obsequio de la Bandera de mochila, la medalla con las palabras: «Valor, Firmeza y Constancia», y la bandera de bolsillo del Regimiento de Infantería, «Tercio Viejo de Sicilia», N.º 67, cuyas palabras ennoblecen a todos, quienes amamos a «nuestra dulce España, patria querida» («Trato de Argel»):

«con esta Bandera en tu bolsillo, llevarás siempre contigo un trozo de nuestra Patria.
Te ayudará a mantener tu compromiso de Servicio a España,
te recordará a todos los que luchan a tu lado y se sienten orgullosos de tu sacrificio y
te dará la fuerza para tu entrega en la defensa de nuestra Nación, de sus valores y de su libertad».

Concluyo haciendo un especial hincapié en que nuestro ejemplar y excelente Regimiento de Infantería, «Tercio Viejo de Sicilia», N.º 67, tiene «como orgullo colectivo recitar cada mañana el Camino del Sicilia, las estrofas que forman la esencia de nuestra identidad, y a la voz del coronel que nos exhorta a viva voz:

¡ESTE ES EL TERCIO VIEJO!

y todos responden con las estrofas del Camino del Sicilia:

¡ESTE ES EL TERCIO VIEJO,

QUE EN LA MUERTE PROBÓ MÁS DE MIL VECES

SU NOBLEZA!,

y este compendio de virtudes y de compromisos queda sellado con nuestro Grito de Armas,

que sucesivamente, a la voz de cada espíritu se responde con las tres voces:

EN EL COMBATE, ¡VALOR!

EN NUESTROS IDEALES, ¡FIRMEZA!

EN LA PREPARACIÓN, ¡CONSTANCIA!»

(M. Á. Domínguez Rubio, «1719-2019, Tercio Viejo de Sicilia…», 50).

Escudo del Regimiento de Infantería «Tercio Viejo de Sicilia», N.º 67

Escudo actualizado del Regimiento de Infantería «Tercio Viejo de Sicilia», N.º 67

Bandera de mochila del Regimiento de Infantería «Tercio Viejo de Sicilia», N.º 67

Medalla del Regimiento de Infantería «Tercio Viejo de Sicilia», N.º 67

«Laus in Excelsis Deo»

Krzysztof Sliwa

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