En segundo lugar, existen multitud de datos conformados en crónicas y libros de su contemporaneidad, es decir escritos por gentes que le conocieron. Inclusive, él mismo escribió una obra sobre la conquista de México por su mano y su obra. Era inteligente y brillante, y así lo consideran Antonio Solís o Bernal Díaz del Castillo. Hernán Cortés lamenta muy pocas cosas de su comportamiento, y sí realiza autocrítica, sobre todo cuando lamenta la destrucción de la populosa ciudad de Tenochtitlán, que fue destruida con saña por los muchos enemigos de los mexicas, que habían estado a lo largo de los tiempos sometidos a los sacrificios humanos rituales y ahora se vengaban crudelísimamente. Con totanecas y tlaxcaltecas a la cabeza. En tercer lugar, toda su relación con el poder está prístinamente retratada en sus Cartas de Relación con el emperador Carlos V de Habsburgo. Hasta su sentido del humor se retrata en ellas. Era un ser humano muy especial, ya que casi no bebía alcohol, abstemio en más de un 90% y nunca blasfemaba. Y, en cuarto lugar, deseo referirme a su relación con las mujeres, con sus hijos, y con los indígenas. Está claro que tuvo relación con diversas y abundante número de mujeres, indígenas y españolas, con diversos problemas que se van a juzgar en sus Juicios de Residencia. Estos procedimientos, exclusivamente entre los hispanos en La Nueva España, conllevaban que, en el juicio ante las autoridades, enviadas por la Corona de los Reinos de Castilla y de León, se viesen obligados a responder de sus malas y buenas acciones; el resultado podía ser hasta gravoso para el español juzgado, si sus actos eran considerados reprobables. Le gustaban los juegos de azar: naipes o dados. Era muy parco en la bebida, casi abstemio, ya que incluso cuando bebía vino lo rebajaba con agua. Su proverbial enemistad con Diego Velázquez comenzará por motivos personales, ya que Hernán Cortés solía burlarse constantemente de él, algo que el regio gobernador de Cuba le reprobaba de continuo. Por todo ello, sorprende que Diego Velázquez lo escogiese para la elección de 1519, como capitán, para llegar al continente, cuando estaba claro que el extremeño no tenía mucha experiencia en la lucha contra los indígenas, y ninguna en la Tierra Firme. Por consiguiente, si me veo obligado a un compromiso académico serio y riguroso con mi libro y el personaje, ya un poco mío, indicaré en cuanto al calificativo examinador que le debo otorgar, yo le pondría entre un 8, notable alto, y 8,5, el amanecer del sobresaliente. El resto fue maltrato de los adversarios o de los poco informados, sobre un ignoto, para ellos, Hernán Cortés. En el título del libro figura el vocablo ‘Imperio Azteca’, que es lógico utilizar por el hecho calificativo de cómo fueron o son considerados, por su procedencia del Aztlán, los dominadores de Tenochtitlán, y que fueron sus mayores enemigos. Aunque sí es verdad que la ortodoxia historiográfica referida a como ellos se autodenominaban, me lleva a indicar que el nombre más correcto debería ser el de ‘MEXICAS’. Serán los europeos los que cualifiquen como indios, a los habitantes del Nuevo Mundo. Se estima, de forma conjeturable, que los mexicas provendrían de un lugar denominado con Aztlán, en el septentrión de México, que se estima que, en la lengua náhuatl, la hablada por los mexicas, como: ‘Lugar de las Garzas o el Lugar Blanco’. Tras un éxodo o peregrinaje de más de doscientos años, llegarían al lugar, año de 1325, donde fundarían su cosmopolita urbe de Tenochtitlán.
II.-ESCUDO DE ARMAS. Otorgado por el Rey Carlos I Habsburgo de las Españas y Emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano y Germánico, para él y sus descendientes. Madrid, 7 de marzo de 1525. PRIVILEGIO DE ARMAS: «[...]Traher por vuestras armas propias y conocidas un escudo que en el medio del a la mano derecha en la parte de arriba aya una aguila negra de doss cabezas en campo blanco que son las armas de nuestro Ymperio y en la otra meitad del dicho medio escudo a la parte de abaxo un Leon dorado en campo colorado en memoria que vos el dicho Hernando Cortes y por vuestra yndustria y esfuerzo truxistes las cosas al estado arriba dicho y en la meytad del otro medio escudo de la mano yzquierda a la parte de arriba tress coronas de oro en campo negro la una sobre las dos en memoria de tress Señores de la gran Cibdad de Tenustitan y sus provincias que vos vencistes que fue el primero Muteccuma que fue muerto por los yndios temendole vos preso y Cuetaoacin su hermano que sucedio en el Señorio y se rrevelo contra nos y os echo de la dicha Cibdad y el otro que sucedio en el dicho Señorio Guauctemncin y sostubo la dicha rrevelion hasta que vos le vencistes y prendistes y en la otra meytad del dicho medio Escudo de la mano yzquierda a la parte de abaxo podais traher la Cibdad de Tenustitan armada sobre agua en memoria que por fuerza de armas la ganastes y sujetastes a nuestro Señorio y por orla del dicho escudo en campo amarillo siete Capitanes y Señores de siete provincias y poblaciones que están en la laguna y en torno della que se rrevelaron contra nos y los enastes y prendistes en la dicha Cibdad de Tenustitan apresionados y atados con una cadena que se venga a cerrar con un candado debaxo del dicho escudo y encima del un yelmo cerrado con su tinble en un escudo atal [...]».
III.-SU CARÁCTER Y SU PATOLOGÍA MORTAL. En Las Indias Occidentales, y ya desde su llegada, consigue convencer y seducir a un elevado número de hombres que estarán con él en su aventura, pero otros se le resisten, se le rebelan o, directamente, le traicionan, por su ya mencionada altivez y soberbia, aunque es verdad que sus enemigos solo se manifiestan por la espalda, o cuando su fortuna de Conquistador comience a debilitarse. Su enemistad con el Adelantado, Conquistador y primer gobernador (desde 1511) de Cuba, Diego Velázquez de Cuellar (Cuellar, 1465-Santiago de Cuba, 12 de junio de 1524. ‘De complexión fuerte y pelirrojo’), fundador de las siete primeras ciudades cubanas (Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa; San Salvador de Bayamo; Santiago de Cuba; Santísima Trinidad; Santa María del Puerto del Príncipe; Sancti Spiritus; San Cristóbal de La Habana y San Juan de los Remedios), será proverbial y enconada. La patología que le condujo a la muerte fue por una Pleuritis/Pleuresía, que consiste en la inflamación de la pleura parietal (cobertura membranosa por encima de la superficie interna de la caja torácica) y de la pleura visceral (cobertura membranosa de los pulmones); la causa primigenia será una neumonía. El dolor torácico es agudo, ‘como una puñalada’ ó urente, que se incrementa con la inspiración profunda o con la tos productiva o seca. La causa neumónica puede ser infecciosa vírica (coxsackie, adenovirus, citomegalovirus, influenza o parainfluenza, covid-19, etc.) o bacteriana (neumococo, klebsiella, estafilococo, estreptococo, etc.) o fúngica/hongos. También por un embolismo pulmonar. Estaría refugiado, cuando muera, en casa de unos amigos, en el lugar hispalense mencionado de Castilleja de la Cuesta, abandonado de los poderosos, de aquella nobleza siempre envidiosa de sus triunfos. Padeciendo una ansiedad vital por su anhelo incumplido de regresar a La Nueva España. Siendo su labilidad emocional conformada por un Síndrome Mixto Ansioso-Depresivo, incluso con la sombra alargada de las dudas generadas, entre sus acérrimos enemigos, sobre si habría podido asesinar a su muy enferma primera esposa, algo claramente falso. Sic transit gloria mundi memento mori.
IV.-SUS MATRIMONIOS E HIJOS- 1º) CATALINA SUÁREZ MARCAYDA, con la que se casó en el año 1512, y que fallecería el 1 de noviembre de 1522. A priori, y durante este matrimonio ya tuvo cinco hijos extramatrimoniales: a)-Catalina Pizarro (1514-1515. Santiago de Cuba. Su madre sería Leonor Pizarro. Legitimada en 1529, por una bula del Papa CLEMENTE VII [Cardenal Julio de Medici. Florencia, 26 de mayo de 1478. PAPA Nº 219, desde 19 de noviembre de 1523 hasta Roma, 25 de septiembre de 1534]. b)-Martín Cortés Malintzin “el Mestizo” (Coyoacán, 1522. Su madre fue la compañera y traductora del Conquistador, Malintze/Doña Marina. Legitimado por Clemente VII). “No le quiero menos que al que Dios me ha dado con la marquesa”. c)-Luis Cortés (1525. Su madre sería Antonia o Elvira Hermosillo. Legitimado con Catalina y Martín. Se casaría con Guiomar Vázquez de Escobar, sobrina del Conquistador y cronista de Indias, Bernardino Vázquez de Tapia (Oropesa, 1493-1552. Regidor de la Villa Rica de la Veracruz y alcalde de la Ciudad de México), quien siempre tuvo importantes desavenencias con Hernán Cortés, y con el virrey Antonio de Mendoza y Pacheco (Mondejar, 1490/1493-Lima, 1552). d)-Leonor Cortés y Moctezuma (1528). Su madre fue Tecuichpo/Ichcaxóchiti/Isabel de Moctezuma (c. 1501-1550), quien era hija del Emperador azteca Moctezuma II Xocoyotzin. Su madre la rechazó, pero su padre no. Se casó con Juan de Tolosa (conquistador de los zacatecas). e)-María Cortés. Hija de una ignota princesa mexica. Ya nació con algún tipo de problema físico. 2º) JUANA ZÚÑIGA Y RAMÍREZ DE ARELLANO. Para la que construyó, en 1526, un palacio en Cuernavaca. Nacería en Yanguas/Soria, 1509. Murió en Sevilla, 2 de diciembre de 1583. “Era una mujer hermosa y muy devota, con un carácter algo imperioso y arrogante. Como regalo de boda le había reservado cinco esmeraldas de gran valor, por su tamaño, pureza y delicada talla”: a)-Luis Cortés y Ramírez de Arellano. Texcoco, 1530. Falleció poco después de nacer. b)-Catalina Cortés de Zúñiga. Cuernavaca, 1531. Murió al poco de nacer. c)-Martín Cortés y Ramírez de Arellano. Cuernava, 1532. II marqués del Valle de Oaxaca. d)-María Cortés de Zúñiga. Cuernavaca, 1533/1536. Se casó con Luis Fernández de Quiñones y Pimentel (conde entre 1563/1568), V conde de Luna. e)-Catalina Cortés de Zúñiga. Cuernavaca. 1533/1536. Sevilla, 1547. f)-Juana Cortés de Zúñiga. Cuernavaca, 1538. Se casó en 1564 con Fernando Enríquez de Ribera (1571-1594). II duque de Alcalá. Todos sus hijos serían reconocidos por medio de una bula papal, y así evitar que perdiesen su categoría social y sus bienes. Según Juan Miralles Ostos (1930-2011), diplomático e historiador mexicano. En su obra ‘HERNÁN CORTÉS, INVENTOR DE MÉXICO’ (2001) escribe: «Hernán Cortés tenía una personalidad compleja y contradictoria. Le gustaba la acción y las emociones fuertes. Siempre hablaba en voz baja y reposada, y solo en muy contadas ocasiones podía llegar a perder la compostura. Era muy bienhablado, no blasfemaba nunca o decía palabrotas. Tenía un inteligente y fino sentido del humor, y era un conversador ameno. Era un hombre muy culto. A veces era sumamente cruel. Pasaba muchas horas en el ejercicio del manejo de las armas. Era muy inteligente para los negocios y para la realización de obras públicas. Hernán Cortés se crecía ante el peligro, y siempre luchaba en primera fila. Era muy elegante en su vestimenta, y tenía aires principescos. Utilizaba un jubón negro y dos medallas, una de la Virgen con el Niño y otra de San Juan Bautista. Cuando fue nombrado alcalde de Santiago de Cuba comenzó a utilizar un amplio sombrero de plumas y exigió el trato de Señoría. Debido a diversas riñas sostenidas por sus relaciones con mujeres, tenía una amplia cicatriz bajo el labio inferior, que se cubría con su barba». Según el antropólogo e historiador francés Christian Duverger (1948): «Cortés rompe con el esquema clásico de la violencia y de la fuerza, y es un conquistador que amó a los vencidos y más que rey o Emperador soñó con ser tlatoani (el que habla, el gobernante)». V.-FENOTIPO (CONJUNTO DE CARACTERES) DEL CONQUISTADOR DE MEDELLÍN- Está claro que Hernán Cortés tenía un carisma importante, y un atractivo reseñable para todos aquellos que se acercaban a él, los cuales hasta podían llegar a sacrificar su vida por su líder. Este hombre que no poseía bienes materiales destacables de ningún tipo, ya que era hijo de menor hidalguía; también generaba odios incoercibles, que creados por sus múltiples y envidiosos enemigos estaban acompañados por la habitual maledicencia y las oportunas calumnias, los cuales solían intentar perjudicarle llegando hasta el mismo trono imperial. Su estatura era de 1,64 metros. Verbigracia en el denominado juicio de residencia del año 1526 contra él, en el que se le acusó, a pesar de su obvia fidelidad, y contra todo tipo de pruebas fehacientes, de intentar un levantamiento contra el Emperador CARLOS V [Gante, 24 de febrero de 1500-Rey de León, de Castilla, de Navarra y de Aragón, como CARLOS I desde 14 de marzo de 1516, HASTA 16 de enero de 1556. EMPERADOR DEL SACRO IMPERIO ROMANO Y GERMÁNICO, DESDE el 23 de octubre de 1520, HASTA el 24 de febrero de 1558. Fallecería en Cuacos de Yuste, 21 de septiembre de 1558], en el que se le acusó de intentar ‘alzarse contra la tierra’, como Rey de La Nueva España. El veedor (inspector, visitador, observador. Vigilaban que determinadas acciones se desarrollasen respecto a las normas establecidas) sería Luis Ponce de León (Córdoba, ¿? -Gobernador de la Nueva España desde el 4 al 16 de julio de 1526. Ciudad de México, 20 de julio de 1526), quien falleció, en julio de 1526, antes de la celebración del juicio. Hernán Cortés fue muy mal aconsejado por el prior de los dominicos de México, fray Tomás Ortiz, O.P. (Calzadilla de Coria/Cáceres, siglo XV-Santa Marta/Colombia, 1532), quien sería protector de los indígenas como obispo en la gobernación de Santa Marta (1529-1531): “Y se guarde con ellos las leyes y ordenanzas para su buen tratamiento”. Hernán Cortés de Monroy y Pizarro-Altamirano nació en la ciudad badajocense de Medellín, en el año de 1485, y moriría en Castilleja de la Cuesta, en el Aljarafe sevillano el 2 de diciembre de 1547. Llegaría a ser el I marqués del Valle de Oaxaca, y el primer Gobernador de La Nueva España. Medía 1.64 metros de altura. Su padre era Martín Cortés de Monroy (Medellín, 10 de noviembre de 1455-Medellín, 10 de febrero de 1527), y su madre Doña Catalina Pizarro Altamirano (Medellín, ca. 1465-Medellín, ca. 1535). Fue un niño enfermizo, según refiere Francisco López de Gómara (Gómara/Soria, 1511-Ibidem, 1559), por lo que su nodriza lo encomendó, al estar en trance de muerte, a la protección de San Pedro. Tras misas múltiples y oraciones se curó, por lo que Hernán Cortés siempre dedicaba una misa anual al Primer Apóstol de Cristo. Como estudiante en Salamanca/Reino de León, a los 14 años, ya se le definía como ‘altivo y bullicioso’. En 1504 zarpó para Las Indias en la nao del onubense Alonso de Quintero, aunque en el Archivo de Protocolos de Sevilla se indica que su padre abonó el importe del pasaje el 29 de agosto de 1506, ahora ya en la nao ‘San Juan Bautista’ de Luis Fernández Alfaro, quien entre 1531 y 1534 llegó a ejercer como contador interino de la Casa de Contratación de Indias en Sevilla (creada en 1503. Fiscalizaba todo el comercio con las Indias/América, Canarias y Berbería/regiones costeras de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. Entre 1717 y 1790 se estableció en Cádiz).
VI.-APÉNDICE HISTORIOGRÁFICO. “LA CASA DE CONTRATACIÓN”. Por: Prof. JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ OCHOA. Libro: “AMÉRICA HISPANA, 1492-1598”. Editorial Acento, 2001. Adecuaciones historiográficas de los Reinos, por: Dr. José María Manuel García-Osuna y Rodríguez- Creada en 1503 e instalada en Sevilla, su misión inicial fue la organización y control de todos los servicios de transporte y de viaje de pasajeros, sobre navíos fletados por la Corona o particulares, con destino o procedencia de las Indias. También debía recaudar y gestionar los impuestos que sobre este tráfico correspondían a la Corona. Es significativo que el primer organismo de control de las nuevas tierras fuese de carácter económico. Con el tiempo, dada la complejidad y magnitud de los territorios de ultramar, el funcionamiento de la Casa fue perfeccionándose con diversas ordenanzas. Las primeras son del año de su fundación; luego son ampliadas a 35 ordenanzas en 1510, a 62 en 1531 y a más de 200 en 1552, lo que da una idea del esfuerzo por controlar el más mínimo detalle relativo al comercio y garantizar el monopolio. Junto a la función mercantil, la institución desarrolló una importantísima labor técnico-náutica. Desde 1508 se la dotó de un piloto mayor encargado de elaborar una cartografía fiable del Nuevo Mundo y de la formación de los pilotos y navegantes de la flota atlántica. El primer piloto mayor fue el conocido cartógrafo y marino Américo Vespuccio, de quien tomaría el nombre el Nuevo Continente. El piloto mayor y su equipo tenían, además del monopolio de la enseñanza, una importancia capital desde el punto de vista teórico-práctico y desde el estratégico, siendo casi un ‘estado mayor naval’. En 1552 se creó una cátedra cosmográfica y náutica, que prefiguraba la Academia de la Marina. La Casa de Contratación también desempeñó una función de justicia, al ser encargada de resolver los contenciosos que su actividad generaba. Ante la proliferación de conflictos, los letrados asignados terminaron transformándose en tribunal especial y, finalmente, a partir de 1583, en Audiencia. EN EL AÑO 1505, AMÉRICO VESPUCCIO obtiene la nacionalidad en los Reinos de Castilla y de León, otorgada por la Reina Doña Juana I de Castilla y de León. Martín Fernández de Navarrete y Ximénez de Tejada (1765-1844) nos ha transmitido-traducido el texto-decreto-original del siglo XVI: «Doña Juana, por la gracia de Dios (…) Por hacer bien y merced a vos Amerigo Vezpuche, florentín, acatando vuestra fidelidad é algunos vuestros buenos servicios que me habéis fecho, é espero me haréis de aquí adelante, por la presente vos hago natural destos mis reinos de CASTILLA E DE LEÓN, é para que podáis é hayéis cualesquier oficios públicos Reales é concejales, que vos fueren dados é encomendados, é para que podáis gozar é gocéis de todas las buenas honras é gracias é mercedes, franquezas é libertades, exenciones, preeminencias, prerrogativas e inmunidades (…)». Publicó dos libros: Mundus Novus-1503 y Carta a Soderini-1505).
VII.-LA IDIOSINCRASIA DE HERNÁN CORTÉS. 1º)-EL PODER PARA HERNÁN CORTÉS (“Hernán Cortés. El conquistador de lo imposible”. Bartolomé Bennassar. Temas de Hoy/RBA, 2002/2006; página- 287): «…La pasión dominante de Cortés fue el poder. Dedicó todas sus fuerzas a su conquista, lo ejerció con voluptuosidad, se esforzó en mantenerlo e intentó reconquistarlo con una perseverancia digna de mejor suerte. Murió inconsolable por haberlo perdido. Pero esta pasión por el poder no llegaba a hacerle olvidar el principio esencial de su vida, la fidelidad a su Rey. José Luis Martínez le ha hecho justicia cuando escribe: “Nunca perdió la cabeza para dedicarse a saltar trancas y ‘alzarse con la tierra’ […] imbuido como estaba por la concepción medieval de fidelidad a todo trance al Rey”. Y tuvo mucho mérito, pues pocos conquistadores fueron tratados tan injustamente como él, a veces incluso de manera escandalosa, por la Corona y sus oficiales, al menos hasta la instalación de la Segunda Audiencia de México».
2º)-EL DINERO PARA HERNÁN CORTÉS (“Hernán Cortés. El conquistador de lo imposible”. Bartolomé Bennassar. Temas de Hoy/RBA, 2002/2006; páginas-305/306):
«…Como observa José Luis Martínez, Cortés tuvo la mala suerte de entrar en la actividad minera en un momento en que la coyuntura era mala: se asistía al declinar de los yacimientos de oro, mientras que la explotación de la plata no había hecho más que empezar. El rendimiento de las minas fue, en general, inferior a lo que esperaba. Pero había sabido ver esa transformación y comenzó a valorar la mina de plata de Taxco, llamada a ser muy próspera en el siglo XVIII. Por otro lado, en 1536, compró sucesivamente a Melchor Vázquez y a Francisco de Hoyos dos partes de la ‘mina rica’ de Sultepec, no lejos de Cuernavaca, por la ruta de Taxco, por lo que se convirtió en el dueño de la mitad de esa mina. Adquirió, al mismo tiempo, el equipo y los esclavos, por un precio total de 22.000 pesos de oro. A continuación, en noviembre de ese mismo año, creó, para una duración de dos años, una compañía de explotación con el tesorero real Juan Alonso de Sosa. Cada uno de los dos asociados realizó la misma aportación: una mitad de la mina y cien esclavos indios, entre ellos indios expertos en el refinado del metal, más seis esclavos negros. Cortés puso, además, al servicio de la compañía a ochenta indios encargados de los transportes, de la edificación de los talleres y de las fundiciones. Pérdidas y beneficios se repartían por igual. El marqués había confiado a uno de los antiguos propietarios, Melchor Vázquez, la administración de su parte. La asociación con un oficial de la Corona era una maniobra muy hábil pues el marqués podía escapar así de las molestias de los agentes del fisco. No hay por tanto que dejarse llevar por las quejas de Cortés, que se muestra desolado muchas veces por haber gastado todos sus bienes al servicio de su Rey, y que, en la famosa Carta del 5 de febrero de 1544 dirigida a Carlos V, se dice arruinado, “viejo y pobre y empeñado en este reino en más de veinte mil ducados, sin más de cientos otros de los que traje y me han enviado”. Claro es que esos años en España le costaron mucho al marqués. Alejado de la gestión de sus posesiones, no podía sacar todo el provecho esperado. Había perdido mucho dinero pagando los intereses de los préstamos. Pero su fortuna seguía siendo inmensa. Sus herederos, que se enfrentaron duramente entre ellos para percibir o desviar los elementos de esa fortuna o sus rentas, no se peleaban por una minucia».
3º)-LA LEYENDA EN HERNÁN CORTÉS (“Hernán Cortés. El conquistador de lo imposible”. Bartolomé Bennassar. Temas de Hoy/RBA, 2002/2006; página-313): «…¿En qué momento ha sustituido la leyenda a la historia? La expresión mencionada no aparece en el siglo XVII, ni en el Diccionario de Covarrubias, ni en el Diccionario de autoridades, ni en el del hispanista francés César Oudin. En cambio, en el siglo XIX, la mutación se ha consumado y recibe sanción internacional. Cesáreo Fernández Duro cita dos colecciones de grabados editados en Francia y bilingües que están acompañados por textos explicativos. Así, según el texto francés de la primera edición, nos enteramos de que: “Ante la negativa de Moctezuma de dejar a Fernando Cortés penetrar en sus Estados, éste reunió a los enviados del monarca al borde del mar, y en su presencia prendió con su propia mano a sus navíos; luego, volviéndose hacia los delegados, les dijo así: “Moctezuma podría dudar que persistiese en mi resolución. Mexicanos, decidle lo que habéis visto, y que se prepare a recibirme, como amigo o como enemigo”. La segunda edición muestra un lenguaje parecido, aunque el desafío al soberano azteca sea más explícito todavía. Se constata la sorprendente transformación del sentido del acontecimiento. En realidad, se trataba, para Cortés y sus partidarios, de evitar la huida de los fieles a Velázquez. Ahora bien, según esos grabados y sus comentarios, la puesta en escena del conquistador ¡estaba destinada a impresionar a los mexicanos!». 4º-FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS (Sevilla, 1474/1484-Madrid, julio de 1566). “Brevíssima relación de la destruyción de las Indias”-(1552) «“En estas ovejas mansas y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles desde luego que las conocieron como lobos y tigres y leones crudelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, y hoy en este día lo hacen, sino despedazallas, mattallas, angustiallas, afligillas, atormentallas y destruillas por las estrañas y nuevas y varias y nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad, de las cuales algunas pocas abajo se dirán, en tanto grado que habiendo en la isla Española sobre tres cuentos de ánimas que vimos, no hay hoy de los naturales della doscientas personas”. “Todas estas universas e infinitas gentes a toto género crió Dios las más simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas, fidelísimas a sus señores naturales y a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más pacíficas y quietas, sin rencillas ni bollicios, no rijosos, no querulosos, sin rancores, sin odios, sin desear venganzas, que hay en el mundo. Son así mesmo las gentes más delicadas, flacas y tiernas en complisión y que menos pueden sufrir trabajos, y que más fácilmente mueren de cualquiera enfermedad, que ni hijos de príncipes y señores entre nosotros, criados en regalos y delicada vida, no son más delicados que ellos, aunque sean de los que entre ellos son de linaje de labradores”». Las relaciones entre el encomendero o conquistador extremeño y sus trabajadores indios fueron enturbiadas por sus administradores y sus capataces, que solían ser más exigentes que el mismo patrón. No obstante, las actitudes de Hernán Cortés con los indios fueron cuanto menos extrañas o paradójicas, en las más variopintas ocasiones que se puedan concebir: 1º)-Hernán Cortés redujo a dura esclavitud a numerosos prisioneros indios o ‘indios de guerra’, que era el final de los derrotados, marcándolos a fuego, lo que era muy doloroso, como si fuesen animales; se les solía marcar en la cara para incrementar la visibilidad de la causa de su pérdida de libertad. En Cuernavaca poseía más de doscientos esclavos, provenientes de las guerras indias, masculinos y femeninos, estos en el año de 1547. Se conoce que cuando murió, también poseía ya unos treinta esclavos negros traídos de las actuales tierras del Senegal o de Togo o de Benín, para trabajar en el molino de la fabricación del azúcar, que siempre era una riqueza indiscutible, aunque en sus minas utilizaba indios privados de libertad. 2º)-No obstante, cuando le llegue el momento de rendir cuentas ante el Todopoderoso, ya en el final de su compleja vida, estará posicionado en contra de la esclavitud, a la que considera ilegitima, y asegura, taxativamente, que los españoles no deberían esclavizar, en ninguna circunstancia a ningún indígena, salvo en el caso de que se produjeran rebeliones, y ya como castigo de guerra. 3º)-Ya comenzaba a preguntarse si era legítimo que algunos de los indios de la Nueva España hubiesen sido sometidos a la esclavitud, y aceptaba que bastantes o la gran mayoría lo habían sido injustamente, pero consideraba que era muy difícil saber cuáles, ya que si se les marcaba con el hierro real o del rey, significaba que habían sido comprados por unos amos españoles o magnates indígenas o inclusive mestizos, todos con un más que aceptable componente plutocrático; y, entonces, estos propietarios los podían reclamar, bajo el hecho, incuestionable para la época, de que poseían los pertinentes títulos de propiedad. Aunque, la esclavitud en La Nueva España estuvo más fundamentada, conforme se consolidaba el poder estructural y político del Reino de las Españas, en que eran más consistentes físicamente los esclavos de raza negra del África occidental, para trabajar en los cultivos agrícolas, en los enormes ranchos o estancias, y en las minas de oro o plata, ya que se adaptaban mejor al clima cálido y húmedo de la región, que los propios indios. En determinadas condiciones inclusive se llegó a condenar a pena de muerte, con la consideración de Alta Traición a todos, españoles o indios, que se negasen a aplicar la prohibición de esclavizar a los indígenas. 4º)- Pero, lo paradójico del hecho estriba en que, en estos momentos históricos, la persona que posee un mayor número de bienes, de todo tipo y condición, es decir la plutócrata más paradigmática de La Nueva España es, curiosamente, Isabel de Moctezuma. HOC EST QUOD DIGNUM EST! Puedes comprar el libro en:
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