www.todoliteratura.es

Yannis Ritsos: "Perséfone"

Ed. Acantilado, Barcelona, 2025
jueves 03 de julio de 2025, 22:21h
Perséfone
Perséfone

Soliloquio dramático del poeta, he aquí un ejemplo de uno de los proyectos poéticos creados por Ritsos ‘con los que consigue trasladar a nuestros días el pathos de la tragedia griega, una de las referencias literarias más ricas de cuanto se nos ha legado de las enseñanzas de la vieja Grecia’.

En este caso la protagonista que toma voz es Perséfone, ‘diosa a la que Hades, el dios del inframundo, raptó cuando era doncella inocente’ Pareciera, cuando menos, que la oportunidad del tema viene deliberado a modo de enseñanza actual.

El texto, así, nos irá llevando por caminos de profunda significación, con el apoyo en un lenguaje sobrio, deliberadamente didáctico:

“Encima de mi espalda chasqueaa cual bandera la canícula;/ abrasaba mis cabellos; millares de estrellas/ pequeñísimas titilaban,/ una por cada cabello mío, con colores fulgurantes.// Las veía/ en el agua fresca (¿o sería en aquel narciso? no lo/ sé), centellear incontables/ alrededor de mi rostro, como si estuviera yo en/ llamas y como si quisiera, también,/ lanzarme dentro de mi imagen acuática para/ apagarlas”

Es inexcusable para todo lector atento poder eludir la fuerza, el tono dramático de una exposición basada en un lenguaje tan implicador, tan expresivo. Tal vez sólo la poesía es capaz de alcanzar tal fuerza narradora a través de una de las voces poéticas más transparentes como la de Ritsos.

Los ritmos del poema, digamos, van marcados con pasajes sucesivos y delatores:

“Oyes también a los caballos en el establo, y el agua/ que cae/ mientras los peregrinos elevan dos jícaras de barro,/ una hacia el oriente, la otra hacia occidente,/ derramando hidromiel (…) y la voz de mi/ madre/ que algo comenta sobre ‘la espiga dorada, segada en el silencio’/ Tampoco la noche da/ descanso –un corredor largo/ misterioso,/ con grandes estatuas, telones pintados, máscaras, espejos…”

El ritmo envolvente de la situación y la dicción expresa van captando la voluntad del lector hacia un exigente dolor o lamento. La misma luz que apareció en algún pasaje es el símbolo de tragedia:

“Esta luz de resurrección es la muerte. Corre las/ cortinas./ // Es largo el verano, despiadado, hostil. El sol/ te agarra del pelo, te cuelga sobre el abismo. ¿Quién/ mueve mis hilos –qué pasaje de miedo; ¿Él? ¿Su perro? ¿Mi madre? Cada uno/ por algún motivo propio que tiene que ver conmigo/ pero que yo desconozco”.

Y continúa en tan bella prosa alusiva, sonora; evocadora de una forma de soledad trágica:

“Días interminables. Tarda en anochecer. Y la noche,/ como el día –no te oculta// El mar –el gran tema recurrente, simbólico en Ritsos y en la poesía griaga en general- incluso a medianoche centellea, rosa o/ verdidorado”.

Y concluye, o podría interpretarse como conclusión emocional con este sentimiento, con este gran lamento de dolor y soledad:

“Quizá por eso al final elegimos la sombra. La/ oscuridad es negra-/ negra, bruñida, inalterable, no tiene matices.// Te evita el esfuerzo de distinguir -¿qué sentido tiene?// Aquel criado parecía estar hecho de oscuridad. ¿Te acuerdad? // Cuando me raptó/ estábamos cogiendo flores en la pradera”.

Lenguaje con contenido explícitamente humano, con sino de dolor también.

Estimable labor traductora la de Selma Alcira, especialista en versiones de la poesía griega.

Puedes comprar el libro en:

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios